La semana laboral de 4 horas Timothy Ferris - PDFCOFFEE.COM (2024)

T

im o th y

Ferriss

La semana laboral de 4 horas

RBA

T ítu lo original: T h e 4 -H ou r Workweek, expanded an d updated edition A u tor: T im o th y Ferriss © d el texto: T im o th y Ferris, 2007,2010 T h e 4 -H o u r W orkw eek, exp a nd ed a n d u p dated edition de T im o th y Ferriss, se h a n e g o c ia d o c o n C ro w n Pub lishers, u n sello d e T h e C r o w n P u b lis h in g G r o u p , u n a d iv is ió n de R a n d o m H o u se, Inc, © d e la trad u cció n , 2008: M aría R o d ríg u e z de V e ra , 2008 © de la a m p liació n d e la trad u cción : Josep E scarré R eig, 2010 © d e esta edición : R B A L ibro s, S.A ., 2012 A vd a. D iag o n a l, 189 - 08018 B arcelon a. rb alib ro s.com D iseñ o d e cubierta: O p alw o rk s Primera edición: mayo de 2010 Decim ocuarta edición: febrero de 2014

r e f .: is b n

ONF1758

: 9 78 -8 4 -9 0 0 6 -4 3 8 -2

d e p ó sit o le g a l :

B -23.837-2012

Q ueda rigurosam ente prohibida sin autorización por escrito del editor cualquier form a de reproducción, distribución, com unicación pública o transform ación de esta obra, que será sometida a las sanciones establecidas p or la ley. Pueden dirigirse a Cedro {Centro Español de Derechos Reprográficos, w w w .cedro.org) si necesitan fotocopiar o escanear algún fragm ento de esta obra (w ww.coniicencia.com ; 9 170219 70 / 93 272 04 47). Tod os ios derechos reservados.

Para mis padres, Donald y Francés Ferríss, quienes enseñaron a un pequeño demonio que marchar al son de otra música estaba bien. O s quiero a los dos y os lo debo todo. Ayuda a los profesores de tu zona: El 10% de los derechos percibidos por el autor se donan a organizaciones educativas sin ánim o de lucro, como Donorschoose.org.

ÍN D IC E

Prefacio a la edición am pliada y revisada

13

Em pecem os por el principio Preguntas m ás habituales: Para los que dudan M i historia y por qué necesitas este libro Cronología de una patología

21 23 33

Paso I: D de Definición 1. Advertencias y com paraciones: cóm o patearse un m illón de dólares en una noche 2. R eglas que cam bian las reglas: tod o lo comúnmente aceptado com o cierto es falso 3. Esquivar balas: identificar m iedos y sacudirse la parálisis 4. Reiniciar el equipo: ser poco razonable y totalm ente directo

43 53 65 77

Paso II: E de Eliminación 5.

El fin de la adm inistración del tiem po: ilusiones e italianos 9

99

6. L a dieta hipoinform ativa: cultivar la ignorancia selectiva 7. Interrumpir las interrupciones y el arte de la negativa

121

131

Paso III: A de A utom atización 8. Subcontratar tu vida: librarse del resto y una m uestra de geoarbitraje 9. Ingresos en piloto autom ático I: busca tu m usa 10. Ingresos en piloto autom ático II: prueba la m usa 11. Ingresos en piloto autom ático III: M BA : M áster en Beneficios por Ausencia

163 199 235 261

Paso IV: L de Liberación 12. Acto de desaparición: cóm o escaparse de la oficina 13. Siniestro total: cárgate tu trabajo 14. M inijubilaciones: abrazar la vida móvil 15. Llenar el vacío: sum ar vida tras restar trabajo 16. L o s 13 errores m ás garrafales del N uevo Rico El capítulo final: un correo electrónico que tienes que leer

293 311 323 367 383

387

Por últim o pero no m enos im portante Lo m ejor del blog

393

El arte de dejar que ocurran cosas m alas C o sas que me gustaron y que aprendí en 2008 C óm o viajar por todo el m undo con 10 libras m enos

393 396 400

io

Un estilo de vida tom ando las m ínim as decisiones: 6 fórm ulas p ara rendir m ás y estresarse m enos L a lista de cosas que no hay que hacer: 9 costum bres que deben abandonarse ya El m anifiesto del margen: 11 principios p ara lograr (o doblar) la rentabilidad en 3 meses El santo Grial: cóm o externalizar la bandeja de entrada y no volver a revisar jam ás el correo electrónico N orm as de procesam iento de Tim Ferris

418 422

Propuesta para trabajar a distancia con contrato

432

Vivir la sem ana laboral de 4 horas estudios, consejos y herramientas

439

El zen y el arte de vivir com o una estrella del rock Se buscan am antes del arte Foto-finish Derecho virtual Echar a volar con O rniThreads Entrenamiento p ara trabajar a distancia L as órdenes del doctor L a fam ilia de 4 horas y la educación global M editación financiera ¿Quién dijo que lo hijos cortaban las alas? T rab ajar a distancia Q uem a la BlackBerry La guerra de las galaxias, ¿alguien se apunta

439 443 444 446 447 448 449 451 453 456 457 459 461

Lecturas restringidas: los pocos que im portan

465

ii

403 408

411

C A P ÍT U LO S D E R E G A L O

473

C óm o conseguir 2 5 0 .0 0 0 dólares en publicidad p o r 10.000 dólares C óm o aprender cualquier idiom a en 3 meses C álculos para tu m usa: Predecir los beneficios futuros de cualquier producto Licenciar: Del T ae Bo al T eddy R uxpin A cuerdo de licencia real con dólares de verdad Planificador en línea de viaje alrededor del m undo

473 473 473 473

A G R A D E C IM IE N T O S

475

12

473 473

P R E FA C IO A LA E D IC IÓ N A M PLIA D A Y R EV ISA D A

L a sem an a lab o ral de 4 horas fue rechazado por 26 de los 2 7 editores a los que fue enviado. D espués de haber vendido el libro, el presidente de una em presa de m arketing que podía convertirse en un socio potencial, un im portante librero, me m andó un correo elec­ trónico con antiguos estudios estadísticos p ara dejarme claro que no sería un éxito de ventas. Entonces hice algo que se me d ab a muy bien. L o escribí pensando en dos de mis m ejores am igos, hablándoles direc­ tam ente y abordan do sus problem as — problem as que yo había tenido hacía tiem po— , y me concentré en las opciones que norm alm ente me habían funcionado a mí. Sin duda alguna, intenté establecer las condiciones para convertir el libro en un éxito inesperado, aunque no era muy probable que lo fuera. El 2 de m ayo de 2 0 0 7 recibí una llam ada al móvil de mi editora. —T im , figuras en la lista. En N ueva Y ork eran poco m ás de las cinco de la tarde y yo estaba exhausto. El libro había salido a la venta hacía cinco días y yo acababa de terminar una serie de m ás de vein­ te entrevistas radiofónicas seguidas que habían em pezado a las seis de esa m añana. N o quería hacer una gira con el libro; prefería «concentrar» las em isoras de radio en 48 horas. I3

— Te quiero, Heather, pero por favor, no $ # % * conmigo. — N o , en serio, figuras en la lista. ¡Enhorabuena! ¡Eres un éxito de ventas del N ew York Timesl M e apoyé en la pared y me dejé caer hasta que me quedé sentado en el suelo. Cerré los ojos, sonreí y respiré profun­ damente. L as cosas estaban a punto de cam biar. T o d o estaba a punto de cam biar.

E L D ISE Ñ O D E U N E S T IL O D E VIDA, D E D U B A IA B E R L ÍN A estas altu ras, L a sem an a lab o ra l de 4 h o ras ha sido ven­ d ido p ara ser trad u cid o a 35 id iom as distin tos. H a figu ra­ d o en la lista de éxito s de ventas duran te m ás de d os añ os y to d o s io s m eses es m otivo de n uevas h isto rias y descu­ brim ientos. D esde la p o rtad a de The E co n o m ist al su p le­ m ento N ew York T im es Style , desde las calles de D u bai a los cafés de Berlín, el diseño de un estilo de vida ha trascen­ dido a to d a s las cu ltu ras y se ha con vertido en un m o ­ vim iento de alcance m un dial. L a s id eas origin ales del libro han sido desm ontadas, m ejoradas y p rob adas en entor­ nos y en form as que yo nunca habría sido capaz de im a­ ginar. Entonces, ¿por qué una nueva edición si las cosas funcio­ nan tan bien? Pues porque sé que pueden m ejorar y porque faltaba un ingrediente: vosotros. Esta edición am pliada y revisada ofrece m ás de 100 pági­ nas con nuevos contenidos, incluidas las últim as y m ás inno­ vadoras tecnologías, recursos y — lo m ás im portante— his­ torias reales que han sido un éxito, escogidas entre m ás de 4 0 0 páginas de casos enviados por los lectores. ¿Fam ilias y estudiantes? ¿Gerentes y vagabun dos profe­ sionales? Escoge el que m ás te convenga. Seguro que hay alguien cuyo éxito puedes im itar. ¿N ecesitas un m odelo para 14

abord ar un negocio a distancia, quizás en Argentina? Esta vez, lo encontrarás aquí. El blog de experimentos sobre cóm o diseñar un estilo de v vida (w w w .fourhourblog.com ) fue lanzado al m ism o tiem po que el libro, y al cabo de seis meses se convirtió en uno de los m ás populares del m undo, con m ás de 120 m illones de visi­ tas. M iles de lectores han com partido sus herram ientas de trabajo y sus trucos, consiguiendo unos increíbles e inespe­ rados resultados. El blog se ha convertido en el laboratorio que siempre había soñ ado, y os anim o a sum aros a él. L a nueva sección «L o m ejor del blog» incluye algunos de los correos m ás populares de la págma^web,’ y en el propio blog tam bién encontraréis recom endaciones de mucha gente, desde W arren Buffett (le localice, y os explicaré cóm o lo hice) h asta Jo sh W aitzkin, un genio del ajedrez. Es un cam po de pruebas p ara quienes quieran conseguir m ejores resulta­ dos en m enos tiem po.

N O «R EV ISA D A » Que esta edición sea «revisada» no significa que el libro ori­ ginal ya no funcione. Las erratas y los pequeños errores han sido corregidos a lo largo de las m ás de 4 0 reediciones que se han publicado en E stados U nidos. Ésta es la revisión m ás exhaustiva, pero no por Íasxazonea.que-podríaisxm er.. Las cosas han cam biado de:jonn,aunuy-~dramática-desde, abril'de 20077Los'bancos quiebran, los fondos de pensiones se están evaporando y el desempleo aumenta a pasos agigantados. Tanto los que han leído el libro como los escépticos se pregun­ tan lo mismo: ¿siguen funcionando los principios y las técnicas expuestos en el lib r o _ ^ u a .m ^ e m o ..d e recesión o depresióiT económjca? Por supuesto que sí. En realidad, las preguntas que me planteé durante las lec­

15

turas previas, incluida la de: «¿E n qué cam biarían tus prio­ ridades y decisiones si nunca pudieras retirarte?» ya no son hipotéticas. M illones de person as han visto cóm o sus aho­ rros perdían un 4 0 % o m ás y ahora están buscando la opción C o D. ¿Pueden redistribuir su pensión p ara que su vida sea m ás asequible? ¿Pueden trasladarse unos cuantos meses al año a lugares com o C o sta R ica o T ailan dia p ara m ultiplicar el rendimiento de su estilo de vida con sus m enguados ah o­ rros? ¿Vender sus servicios a em presas del Reino Unido para gan ar m ás con una divisa m ás fuerte? L a respuesta a todos ellos es, m ás que nunca, sí. El concepto de diseño de un estilo de vida com o sustituto de la planificación de una carrera es sensato. Es m ás flexible y permite prob ar diferentes estilos de vida sin com prom eter­ se con un plan de pensiones a 10-20 años que puede fallar a causa de unas fluctuaciones del m ercado que escapan a nues­ tro control. L a gente está abierta a explorar otras alternati­ vas (y es m ás indulgente con otros que hacen lo m ism o), cuando la m ayoría de las otras opciones — las que en otros tiem pos eran «segu ras»— han fracasado. Cuando todo y todos fracasan , ¿cuál es el coste de un pequeño experim ento realizado al m argen de la norm a? En m uchas ocasiones, n ada. H agam os un salto en el tiem po h as­ ta 201 1 . ¿O s preguntan en una entrevista de trab ajo acerca de ese año sabático? — Despedían a todo el m undo, y se me presentó una opor­ tunidad única p ara poder viajar por todo el m undo. Fue algo increíble. C om o m ucho, os preguntarán cóm o podrían hacer lo m ism o. Los guiones que contiene este libro siguen funcio­ nando. Facebook y Linkedln ap arecieron en la «depresión» pun­ to com p ost-2000. Entre los bebés nacidos durante una rece­ sión se encuentran tam bién M onopoly, A pple, C liff Bar, Scrabble, K F C , D pm inó’s Pizza, FedEx y M icrosoft. N o es 16

una coincidencia, ya que las desaceleraciones económ icas producen infraestructuras b aratase-extraordina rios trabaj adores por cuenta propia a precios de saldo y contratos publi­ citarios baratísim os..., cosas absolutam ente im posibles cuan­ do todo el m undo derrocha optim ism o. T an to si se trata de tom arse un año sabático com o de poner en m archa una idea para un negocio, rediseñar vuestra vida dentro de la bestia corporativa o llevar a cabo los sue­ ños que siempre se dejan p ara «algún d ía », nunca ha habido un m om ento m ejor para probar lo infrepuente. \ ;Q u é es lo peor que podría ocurrir? i O s anim o a recordar esta a m enudo olvidada pregunta cuañdq se empiezan a ver las infinitas posibilidades que exis­ ten fuera de esa com odidad habitual que suele rodearnos normalmente. Esta época de histeria colectiva puede ser vues­ tra gran oportunidad para experimentar. H a sido un honor com partir estos últim os dos años con lectores de tod o el m undo, y espero que disfrutéis de esta nueva edición tanto com o yo he disfrutado escribiéndola. Soy y seguiré siendo vuestro humilde alumno. Un abrazo fuerte, T im F e r r i s s

San Francisco (California), 21 de abril de 2 0 0 9

17

E M P E C E M O S P O R E L P R IN C IP IO

P R E G U N T A S M Á S H A B IT U A L E S : PA RA LO S Q U E D U D A N

¿Es el diseño de vida algo hecho para ti? Seguramente sí. Aquí van algunas de las dudas y miedos que suelen invadir a quienes están pensándose dar el salto y unirse a la liga de los N uevos Ricos. ¿T en go que dejar mi trab ajo ? ¿Tiene que gustarm e correr riesgos? Ñ o a las d os co sas. T an to p ara desaparecer de la oficina usando trucos m entales de Jed i com o p ara diseñar negocios que financien tu m odo de vida, siempre habrá un cam ino con el que te sientas cóm odo. ¿C óm o consigue un em pleado de una m egaem presa norteam ericana desaparecer un m es para explorar los tesoros ocultos de China y borrar sus huellas con ayuda de la tecnología? ¿C óm o se crea un negocio que funciona solo y genera 8 0 .0 0 0 dólares al mes sin necesidad de gestión alguna? A quí está todo. ¿T engo que ser un veinteañero soltero? D e ninguna m anera. Este libro es p ara cualquiera,que esté, h arto de a p la z a r su vida y quiera v iv k I^ a ..tO B ^ n _ v e z .. de pó'spóñéflai Éntre los casos que veremos hay un chico de veintiún años que conduce un Lam borghini y una m adre sol­ tera que recorrió el m undo durante cinco m eses con dos niños. Si estás harto del m anido m enú de posibilidades de

21

siempre y te sientes preparado para adentrarte en un mundo de opciones infinitas, este libro es p ara ti. ¿T engo que viajar? Y o sólo quiero tener m ás tiempo. N o . V iajar es una opción m ás. El objetivo es crear libertad de tiem po y espacio para usarlos am bos cuando tú quieras. ¿T engo que haber nacido rico? N o. M is padres nunca han gan ado m ás de 5 0 .0 0 0 dólares ai año entre los dos y yo llevo trab ajan do desde los 14. N o soy Rockefeller y tam poco tienes que serlo tú. ¿T engo que ser licenciado de una universidad prestigiosa? N o . L a m ayoría de las personas que pongo com o ejemplo en este libro no fueron a las H arvard del m undo y algunos nun­ ca term inaron sus estudios. L as instituciones académ icas de renom bre son fan tásticas, pero existen beneficios p o r no proceder de ellas que suelen p asar desapercibidos. Los licen­ ciados de facultades prestigiosas se ven succion ados hacia puestos con jo rn ad as de 80 h oras sem anales con sueldos astronóm icos, adem ás de aceptar com o la única vida posible p asar entre 15 y 3 0 añ os en un trab ajo hiperdeprim ente. ¿C óm o lo sé yo? H e vivido para contarlo. Este libro le da la vuelta a la tortilla.

22

M I H IST O R IA Y PO R Q U É N E C ESITA S EST E L IB R O

«Siempre que te descubras en el lado de la mayoría, es hora de detenerse a reflexionar.» ..............

MARKTWAIN

«Xo.do-JLquel que no viva p or encima_deL^ns-DjQsibilidades sufre de falta de imaginación.^ o s c a r w e .d e ,

d r a m a t u r g o y n o v e lis ta ir la n d é s

L as m anos me estaban sudando otra vez. Ahí estaba, con los ojos fijos en el suelo p ara que no me deslum brasen los potentes focos del techo. Supuestam ente era uno de los m ejores del m undo, pero yo no acab ab a de asim ilarlo. M i p areja, A licia, iba p asan d o el peso del cuerpo de un pie a otro m ientras esperábam os en la cola junto a nueve parejas m ás, tod os seleccionados de entre m ás de 1.000 con­ trincantes de m ás de 29 países de cuatro continentes. Era el últim o día de las sem ifinales del C am peon ato M undial de Baile de T an go e íbam os a actuar p or última vez delante de jueces, cám aras de televisión y una m uchedum bre que nos vitoreaba. L as dem ás parejas llevaban una media de 15 años juntos. Para n osotros, ese m om ento era la culm inación de cinco m eses de practicar 6 horas diarias. ¡N uestro público nos reclam aba! 2-3

— ¿C óm o estás? — me preguntó, en su español claram en­ te argentino, Alicia, una bailarína con m uchas tablas. Estupendamente. Genial. Disfrutemos de la música. Olví­ date de la gente; com o si no estuvieran. Eso no era del todo verdad. Era difícil siquiera im aginar­ se a 5 0 .0 0 0 espectadores y coordinadores en L a R ural, aun­ que sea el m ayor pabellón de exposiciones de Buenos Aires. A través de la densa cortina de hum o de cigarrillo, casi no se distinguía a la enorme m asa que se rem ovía sinuosam ente en las gradas. Por todos lados se veía claram ente el suelo, menos el espacio sagrado de 75 cm x 1 m etro ju sto en el centro. M e estiré el traje a rayas m ientras ju gu eteab a con mi pañuelo de seda azul h asta que se hizo evidente que era un m anojo de nervios. — ¿Estás nervioso? —N o , no estoy nervioso. E s la emoción. V oy a divertirme y dejar que el resto fluya. — N úm ero 152: al escenario. N u estro acom pañ an te h abía cum plido con su parte y ahora nos tocaba a n osotros. Le susurré a Alicia una brom a nuestra al oído m ientras subíam os a la p lataform a de m a­ dera: «T ran q u ilo ». Soltó una risa y, ju sto en ese m om ento, pensé p ara mí m ism o: «¿Q u é dem onios estaría haciendo ahora m ism o si no hubiese dejado mi trab ajo en E stados U nidos hace m ás de un añ o ?». El pensam iento se desvaneció tan rápido com o había sur­ gido cuando el presentador se acercó al altavoz y el público estalló en ap lausos al unísono: — Pareja núm ero 152, ¡¡¡T im othy Ferriss y Alicia M onti, C iudad de Buenos A ires!!! Era nuestro m om ento y yo estaba exultante. H oy en día me es difícil responder a la pregunta m ás bási­ ca que se hace en Estados Unidos y gracias a D ios que es así. Si no lo fuese, no estarías leyendo ahora m ism o este libro. — Bueno, ¿*y a qué te dedicas? 24

Suponiendo que pudieras encontrarme (difícil), y depen­ diendo de cuándo me lo preguntaras (preferiría que no lo hicieras) podría estar corriendo en m oto por Europa, buceando en una isla privada en Panam á, descansando debajo de una palm era entre clases de kickboxing en T ailandia o bailando tango en Buenos Aires. Lo m ejor de todo es que no soy m ul­ tim illonario ni me hace especial ilusión serlo. N un ca me ha gustado responder a estar preguntas de cóc­ tel porque son el eflejo de una epidemia que me alcanzó tam ­ bién a m í durante m ucho tiem po: identiH car_gué¿aces con quién eres. Si alguien me pregunta ahora qué hago con la sincera intención de sab erlo, explico los m isteriosos m edios que sustentan mi form a de vida en muy pocas palabras. Soy ca­ mello. C on eso norm alm ente se acab a la conversación. A dem ás, sólo es verdad a m edias. T ard aría dem asiado en contar la verdad com pleta. ¿C óm o explicar que lo que h ago con mi tiem po y lo que hago p ara gan ar dinero son dos cosas com ­ pletam ente distintas? ¿Q ue trab ajo m enos de cuatro horas por sem ana y gano m ás al mes de lo que antes gan aba en un año? Por prim era vez, te voy a contar mi verdadera historia. T rata de una discreta subcultura de personas llam adas «N u e ­ vos R icos». ¿Q ué hace un m illonario residente en un iglú que el resi­ dente de un cubículo de oficina no hace? Regirse por una serie de reglas poco comunes. ¿C óm o consigue alguien que ha trab ajad o siempre para una em presa tecnológica escaparse p ara recorrer el m undo durante un m es sin que su jefe se dé cuenta? Se sirve de la tecnología p ara borrar sus huellas. El dinero ya no se lleva. Los N uevos R icos (N R ) dejan de aplazar su vida p ara crear form as efe vida lujosas en el pre­

25

sente, sirviéndose de las divisas del N uevo R ico: tiem po y m ovilidad. Esto es a la vez un arte y una ciencia que denom i­ narem os diseño de vida (DV). H e p a sa d o los últim os tres añ os viajan do con quienes viven en m undos que actualm ente no podem os im aginar. D eja de odiar la realidad. Y o te enseñaré a som eterla a tu voluntad. Es m ás fácil de lo que parece. M i recorrido desde oficinista que p asab a media vida en el trabajo por cuatro duros a m iem bro de los N R es al m ismo tiem po novelesco en m uchos sentidos y — ahora que he des­ cifrado el código— fácil de duplicar. Existe una receta. L a vida no tiene que-ser tan d u ra.JDe verdad que no. La m ayoría de la gente, m i yo p asad o incluido, se ha dedicado durante dem asiado tiem po a convencerse de que la vida tiene que ser difícil, resignados a p asar día tras día en una cárcel laboral m ortalmente aburrida a cam bio de fines de sem ana (a veces) relajantes y ocasionales días de vacaciones (pocas, no sea que te despidan). L a verdad, al m enos la verdad que yo vivo y que voy a contar en este libro, es m uy distinta. A provechar a tu favor las diferencias, entre divisas, subcontrata.r tu vida o desaparecer. Voy a m ostrarte cóm o un pequeño grupo clandestino utiliza la prestidigitación económ ica p ara hacer lo que la m ayoría considera im posible. Si has cogido este libro, es muy probable que no quieras estar sentado delante de un ordenador hasta cumplir los 62. T u sue­ ño puede ser dejar de depender de un sueldo, hacer realidad tu fantasía de viajar, vagabundear por ahí mucho tiempo, batir récords mundiales o simplemente dar un giro de 180° a tu tra­ yectoria profesional. Sea cual sea, este libro te ofrece todas las herramientas que necesitarás p ara hacerlo realidad aquí y aho­ ra, en lugar de cuando llegue esa, a menudo, difícil de conse­ guir «jubilación». Existe una m anera de obtener la recompen­ sa a una vida de esforzado trabajo sin esperar hasta el final. 2.6

¿C óm o? T od o parte de una sencilla distinción que se le esca­ pa a la m ayoría, incluso a mí m ismo durante 25 años. La gente no quiere ser m illonada; lo que quiere es experi­ mentar lo que cree que sólo los millones pueden proporcionar­ les. Los chalés junto a estaciones de esquí, los m ayordom os y los viajes a destinos exóticos suelen estar solicitados. ¿Quizás untarte manteca de cacao en la barriga tum bado en una ham a­ ca mientras escuchas las olas chocar rítmicamente contra la cubierta de tu bungalow de techo de paja? Suena bien. L a fantasía no es tener un millón de dólares en el banco. La fan tasía es la vida de com pleta libertad que supuestam en­ te com porta ese millón. La cuestión es: ¿cóm o conseguir esa vida de m illonario, de com pleta libertad, sin tener prim ero el millón de dólares? En los últimos cinco años he d ado respuesta a esa pregunta para m í, y este libro te la responderá a ti. Te enseñaré cóm o he separado ingresos de tiem po p ara crear el estilo de vida ideal p ara m í, viajando p o r el m undo y disfrutando de lo m ejor que este planeta puede ofrecer. ¿C óm o diablos pasé de trab ajar 14 h oras al día y gan ar 4 0 .0 0 0 d ólares al añ o a hacer sem anas de 4 horas y gan ar 4 0 .0 0 0 al mes? Se entiende m ejor si sabes dónde empezó todo. Por extra­ ño que parezca, fue en una clase de futuros gestores bancarios de inversiones. En 2 0 0 2 , E d Z sch au, m entor entre los m entores y an ti­ guo profesor m ío de H abilitación con Tecnología Punta en la U n iversidad de Princeton, me invitó a regresar p ara h ablar a la m ism a clase sobre mis aventuras em presariales en el m undo real. M e quedé perplejo. D ecam illon ario s habían d ado charlas a esos m ism os alum nos y, aunque había m on tad o una em presa de suplem entos alim enticios p ara deportistas m uy rentable, yo m archaba al son de una m úsi­ ca bien distinta.

27

Sin em bargo, durante los días que siguieron me di cuenta de que lo que a todo el m undo le interesaba era cóm o levantar em presas grandes y exito sas, venderlas y luego pegarse la gran vida. N a d a que objetar. L a pregunta que nadie parecía hacer o responder era: ¿por qué hacer todo eso? ¿C uál es el cuerno de oro que justifica p asar los m ejores años de tu vida esperando a ser feliz cuando ya te quede poco p ara el final? L as ponencias que terminé redactando, tituladas «C óm o ser cam ello para gan ar dinero pasándotelo bien» partían de una prem isa muy sencilla: replantearse los supuestos en los que se b asa la ecuación vida-trabajo. • ¿C óm o cam biarían tus decisiones si no existiese la jubi­ lación? ® ¿Q ué p a sa ría si p udieras p ro b ar cóm o se siente esa recompensa por aplazar tu vida antes de trabajar 40 años para conseguirla mediante una m inijubilación? • ¿Realmente es necesario trab ajar com o un esclavo para . vivir com o un m illonario? N i me im aginaba dónde me j l evarían estas preguntas,,.. ¿L ¿ inusual conclusión? L as reglas de sentido com ún del «m undo real» son una frágil colección de ilusiones reforza­ d as por la sociedad. Este libro te enseñará a detectar y a apro­ vechar las opciones que otros no ven. ¿Por qué este libro es diferente? Primero, no voy a detenerme m ucho en el problem a. Voy a dar por sentado que estás ham briento de tiem po, que un tem or sigiloso se apodera lentamente de ti o — aún peor— que llevas una existen cia có m o d a y tolerable haciendo algo que no te llena. L o últim o es lo m ás habitual y lo m ás insidioso. Segundo, este libro no trata de cóm o ah orrar, y no voy a recom endarte que aban don es tu co p a de vino tinto diaria 28

a cam bio de un m illón de d ólares dentro de 5 0 añ os. Prefie­ ro beberm e el vino. N o voy a pedirte que elijas entre p a sa r­ lo bien hoy y tener dinero en el futuro. Creo que se pueden tener las d os co sas. El objetivo es divertirse y gan ar d i­ nero. Tercero, este libro no va de cóm o encontrar el «trab ajo de tus sueños». V oy a partir de que, para la m ayoría, entre seis y siete mil m illones, el trab ajo perfecto es el que se tarda m enos tiem po en acabar. L a am plia m ayoría no encontrará nunca un trab ajo que sea una fuente inagotable de realización personal, así que ése no es nuestro objetivo; es liberar tiem po y autom atizar nues­ tros ingresos. Em piezo to d as las clases explican do la im portancia fun­ d am en tal de sab er «lleg ar a tr a to s» . El abecé del buen n egociador es sim ple: la realidad es negociable. A parte de las reglas que rigen la ciencia y el derecho, to d a s las n or­ m as pueden plegarse o rom perse, sin que haya que faltar a la ética. A sí, el D E A L norteam ericano (el trato) form a las siglas del proceso de convertirse en m iem bro de los N uevos Ricos. Son p aso s y estrategias capaces de producir resultados increí­ bles, tanto si trab ajas p o r cuenta ajena com o sie re s empren­ dedor. ¿Se puede hacer todo lo que yo he hecho teniendo un jefe? N o . ¿Puedes usar esos m ism os principios p ara doblar tus ingresos, reducir las horas que trab ajab a la m itad o. por lo m enos, doblar lo que duran normalmente, tus-vacaciones,?. Sin lugar a dudas. A quí tienes el p roceso que. necesitas p ara xeinyentarte p aso a paso: D de Definición, para darle la vuelta al erróneo sentido común e introducir las reglas y objetivos de otro juego. Aquí se erra­ dican supuestos frustrantes y se explican conceptos com o

29

riqueza relativa y eustrés.1 ¿Quiénes son los N R y cóm o ope­ ran? Este apartado explica la receta general del diseño de vida — los fundam entos— antes de añadir los ingredientes. E de E lim inación, p ara cargarte de una vez por to d as la obsoleta noción de adm inistración del tiem po. Se te m uestra exactam ente cóm o usé las palabras de un econom ista italia­ no, a m enudo olvidado, para tran sform ar días de trabajo de 12 horas en jornadas de dos horas... en 48 horas. M ultiplica tus resultados por hora por diez o m ás con técnicas de N R contrarias al sentido com ún, destinadas a cultivar la ignoran­ cia selectiva, abrazar la dieta hipoinform ativa y hacer caso om iso de lo accesorio. De este apartado se extrae el primero de los ingredientes del diseño de una vida de lujo: el tiempo. A de A utom atización, p ara poner la entrada de efectivo en p iloto autom ático con ayuda del arbitraje geográfico, la externalización y de norm as de no decisión. D esde cóm o pre­ cisar el blanco a las costum bres de los N R m egaexitosos: todo está aquí. En este ap artad o aparece el segundo ingre­ diente necesario p ara diseñar una vida de lujo: los ingresos. L de Liberación es el m anifiesto prom ovilidad para aquellos cuyo país es el m undo. Se presenta el concepto de las miniju­ bilaciones, así com o los medios para dirigir a distancia sin fallo alguno y escapar del jefe. Liberarse no es viajar a lo cutre, sino derribar para siempre los m uros que te confinan a una única ubicación. En este apartado entra en escena el último ingre­ diente del diseño de una vida de lujo: la movilidad.

1. A medida que se introduzcan nuevos conceptos a lo largo del libro se irán definiendo los términos más inusuales. Si no te queda clara alguna cosa o necesitas repasar rápidamente algo, visita www.fourhourblog.com, donde encontrarás un glosario detallado y otros materiales. 30

Q uisiera apuntar aqu í que a la m ayoría de los jefes no les hace mucha ilusión que te pases una hora al día en la oficina, por lo que los trab ajad ores a sueldo deberán leer los paso s indicados por las siglas D E A L en el orden pensado p ara el em prendedor, pero llevarlos a la práctica en otro orden: D E L A . Si decides seguir en tu trab ajo actual, tendrás que conseguir liberarte de una ubicación fija antes de reducir tus horas en un 8 0 % . Aunque no te hayas planteado nunca con­ vertirte en emprendedor en el sentido m oderno de la p alabra, el proceso D EA L te convertirá en emprendedor en el sentido m ás puro del término, tal com o fue acuñado en 1800 por el economista francés J. B. Say: alguien que traslada recursos eco­ nóm icos desde un ám bito donde producen m enos a otro d on­ de rindan m ás.

Para term inar, quiero decir que m uchas de las co sas que recom iendo te parecerán im posibles y hasta con trarias al sentido com ún m ás elemental. Soy totalm ente consciente. Decídete a p rob ar estas ideas com o un ejercicio de pensa­ miento lateral. Si lo intentas, verás lo profun da que es la m adriguera del conejo, y nunca m irarás atrás. R espira hondo y déjam e m ostrarte mi m undo. Y recuerda: tranquilo. Es hora de divertirse y dejar que el resto fluya. Tim F e r r is s

Tokio , Jap ó n 2 9 de septiembre de 2 0 0 6

3i

C R O N O L O G ÍA D E UNA PA TO LO G ÍA

«Un experto es una persona que ha cometido todos los erro­ res que pueden cometerse en un cam po muy reducido.» n ie l s b o h r , médico danés ganador de un Premio Nobel «De costumbre estaba loco, pero tenía momentos de lucidez donde era simplemente estúpido.» h e in r ic h h e in e ,

c r ít ic o y p o e t a a le m á n

Este libro te enseñará exactamente los m ism os principios que yo he aplicado para convertirme en lo siguiente: • Ponente invitado com o experto en habilitación en la Uni­ versidad de Princeton. • Primer norteam ericano de la historia que detenta un récord Guinness m undial de tango. • A sesor de entrenam iento de m ás de 30 deportistas con récords mundiales. ® Según la revista Wired, «El M ejor Prom otor de Sí M ism o 2 0 0 8 ». • Cam peón nacional en China de kickboxing. • Cuquero a caballo (yabusam e) en N ikk o, Japón . • Investigador y activista en m ateria de asilo político. ® Bailarín de breakdance en la M T V de Taiw án. 33

® Com petidor de lanzam iento en Irlanda. ® Actor en una serie de T V de m áxim a audiencia emitida en China y H ong Kong. C óm o llegué a ese punto es un poquito m enos glam uroso: 1977 N acid o prem aturo p or 6 sem anas. M e dan un 10% de posibilidades de sobrevivir. L a cosa es que sobrevivo y me pongo tan gordo que no pue­ do dar volteretas. Un desequilibrio m uscular en los o jo s hace que cada uno mire por su lado. M i m adre me llam a cariñosam ente «mi atunito». H asta el m om ento, todo bien. 1983 Por poco suspendo la guardería porque me niego a aprender el alfabeto. M i p rofesora se opone a explicarm e por qué tengo que aprendérm elo y op ta en su lugar por sol­ tarm e: «Porque soy la p rofesora; por eso ». Le digo que eso es una chorrada y le pido que me deje en paz p ara poder concentrarme en dibujar tiburones. M e m anda a la «m esa de los m alos» y me hace comerme una pastilla de jabón. Inicio de mi desprecio por la autoridad. 1991 M i prim er trabajo. |Ay, qué recuerdos! M e contratan con el salario m ínim o com o fregachín en una heladería. R ápidam ente me doy cuenta de que los m étodos del jefe exi­ gen hacer el doble de esfuerzo. H ago las cosas a mi manera, termino en una hora en lugar de en ocho y me p aso el resto del tiem po leyendo revistas de kung-fu y practicando fuera p atad as de karate. M e despiden en el plazo récord de tres días, con la frase de despedida: «T al vez algún día aprendas a valorar el trab ajo d u ro ». Parece que el día aún no ha lle­ gado.

34

1993 M e ofrezco voluntario para un intercam bio de un año en Ja p ó n , donde la gente se m ata de tanto trab ajar — un fenómeno llam ado karooshi — y se dice que quieren ser sintoístas al nacer, cristianos al casarse y budistas al morirse. E xtraigo a m odo de conclusión que la m ayoría de la gente no tiene claro de qué va la vida. Una noche, tratando de pedir a la señ ora de la casa donde vivo que me despierte ai día siguiente (okosu), le pido que me viole salvajem ente (okasu). La dejo sum ida en la confusión. 1996 Consigo colarm e en Princeton, a pesar de puntuar en las pruebas de razonam iento crítico un 4 0 % peor que la m edia y de que el asesor preuniversitario del instituto me aconseje ser m ás «realista». Pienso que se me da m al la rea­ lidad. M e licencio en neurociencias y luego me p aso a Estu­ dios de A sia Oriental para evitar poner tom as de im presora en cabezas de gatos. 1997 ¡H ora de hacerse m illonario! Produzco un audiolibro llam ado H o w I B eat tbe L u y League, em pleando todo el dinero ganado en tres trabajos de verano en fabricar 500 cin­ tas p ara vender exactamente ninguna. N o dejaré a mi m adre tirarlas a la basura hasta 2 0 0 6 , justo nueve años de negación m ás tarde. É sas son las alegrías del exceso de confianza en uno m ism o sin fundam ento. 1998 D espués de que cuatro lanzadores de peso le pateen la cabeza a un am igo, dejo de hacer de portero m atón en las fiestas, el trab ajo m ejor p a g a d o del cam pus, y m onto un cursillo de lectura rápida. Em papelo el cam pus con cientos de horrendos carteles verde fosforito que rezan: «¡T riplica tu velocidad de lectura en 3 h o ra s!». L o s típicos alum nos de Princeton proceden a escribir «Y una m ierd a» en to d o s ellos. Vendo 3 2 plazas a 50 dólares cada una por el curso de 3 horas y 533 dólares por hora me convencen de que buscar 35

un m ercado antes de idear un p rodu cto es m ás inteligente que lo contrario. D os m eses después, estoy que me m uero de aburrim iento de la lectura ráp id a y cierro el chiringuito. D etesto los servicios y necesito un p rod u cto que vender y ya. O toñ o de 1998 Una descom unal pelea con m i director de tesis y el pánico a convertirme en gestor bancario de inver­ siones me em pujan a cometer suicidio académ ico e inform ar al secretario de que dejo la facultad hasta nueva orden. M i padre está convencido de que nunca regresaré y yo estoy convencido de que mi vida se ha acabado. M i m adre piensa que no es p ara tanto y que no hace falta ponerse tan m elo­ dram ático. Prim avera de 1999 En tres m eses, acepto y dejo un trabajo seleccionando contenidos p ara cursos en Berlitz, la m ayor editorial del m undo de m aterial de aprendizaje de idiom as, y otro com o analista en una consultoría especializada en asilo político. N aturalm ente, después me voy a T aiw án p ara m on­ tar una cadena de gim nasios de la n ada y las tríadas, la m afia china, me la cierran. Regreso a E stados U nidos derrotado y decidido a aprender kickboxing. C u atro sem anas después gan o el cam peonato nacional con el estilo m ás feo y m enos ortod o xo jam ás visto. O toñ o de 2 0 0 0 Con mi confianza repuesta y la tesis com ­ pletam ente sin hacer, vuelvo a Princeton. M i vida no se aca­ b a y parece que el retraso de un añ o ha ob rado en mi favor. L o s veinteañeros ahora tienen habilidades portentosas. Un am igo m ío vende una em presa por 4 5 0 m illones y yo decido dirigirme al oeste, a la cálida California, p ara ganar mis miles de millones. A pesar de encontrarm e en el m ercado laboral con m ás movimiento de la historia del m undo, consigo per­ m anecer en el p aro durante tres meses tras haberm e licencia­ 36

do, h asta que me saco mi as de la m anga y m ando ai conse­ jero delegado de una em presa recién m ontada 32 correos electrónicos consecutivos. Term ina p or rendirse y me pone en ventas. Prim avera de 2 0 0 1 T ru eSA N N etw orks ha p a sa d o de ser una don nadie de 15 person as a la «em presa de alm acena­ miento de datos de capital privado número un o» (¿cóm o se m ide eso?) con 150 em pleados (¿qué es lo que hacen?). El recién nom brado director de ventas me ordena «em pezar por la A » de la guía y facturar a golpe de llam ada telefónica. Le pregunto con el m ayor tacto posible por qué actuam os com o retrasad o s m entales. C ontestación: «P orque lo digo y o ». Em pezam os mal. O toño de 2 0 0 1 D espués de un año de jorn adas de 12 horas, me entero de que soy la segunda persona que m enos cobra en la em presa, después de la recepcionista. M e decanto por navegar p or internet a lo bestia a tiem po com pleto. Una tar­ de que me h abía quedado sin vídeos obscenos que m andar, investigo si sería com plicado empezar una em presa de suple­ m entos dietéticos. R esulta que se puede externalizar todo, desde la fabricación h asta el diseño de los anuncios. D os sem an as y 5 .0 0 0 dólares m enos en mi tarjeta de crédito, tengo el prim er lote fabricándose y una web colgada. M ejor, porque me echan a la calle exactam ente una sem ana m ás tarde. 2 0 0 2 -2 0 0 3 B rain Q U IC K E N L L C ha despegado y ah o ra gan o m ás de 4 0 .0 0 0 dólares al mes en lugar de 4 0 .0 0 0 al año. El único problem a es que quiero m orirm e porque ahora trab ajo m ás de 12 horas al día 7 días por sem ana. C om o que estoy acorralado. M e tom o una sem ana de «vacaciones» en Florencia, Italia, con mi fam ilia y me p aso 10 horas al día en un cibercafé tirándom e de los pelos. H ay que joderse. 37

Em piezo a enseñar a alum n os de Princeton cóm o crear em presas «de éxito» {o sea, que den dinero). Invierno de 2 0 0 4 Ocurre lo im posible. Una em presa de p ro ­ ducción de p u b lirrep ortajes y un co n glom erad o israelí (¿qué?) se interesan por com prar mi niño, B rainQ U IC K EN . Simplifico, elimino y organizo la casa para hacerme prescin­ dible. M ilagrosam ente, BQ no se derrum ba, pero am bos tratos sí. Vuelta a empezar. Poco después, am bas em presas tratan de copiar mi producto y pierden en ello m illones de dólares. Ju n io de 2 0 0 4 D ecido que, aunque m i em presa im píosione, necesito escapar antes de convertirme en un clon de H ow ard H ughes. Le doy la vuelta a to d o y — m ochila al hom bro— salgo p ara el aeropuerto JF K de N ueva Y ork, donde com pro el prim er billete a E u ropa que encuentro. Aterrizo en L o n ­ dres, desde donde tengo intención de continuar h a d a E sp a­ ña para quedarm e cuatro sem anas recargando las pilas antes de volver a las m inas de sal. Em piezo a relajarm e y sufro inm ediatam ente una crisis nerviosa la prim era m añana. Ju lio 200 4 -2 0 0 5 L as cuatro sem anas se convierten en ocho y decido quedarm e en el extranjero indefinidam ente para p asar un exam en final en autom atización y vida experim en­ tal, sin tocar el correo electrónico m ás que durante una hora los lunes p or la m añana. En cuanto me quito de en m edio, el em botellam iento que provoco desaparece y los beneficios aum entan un 4 0 % . ¿Q ué diablos haces cuando ya no tienes la excusa del trab ajo p ara ser hiperactivo y evitar las gran ­ des preguntas? Ai parecer, quedarte petrificado de m iedo y apretar bien el culo. Septiembre de 2 0 0 6 Regreso a E stados U nidos en un extraño estado de «o om » perpetuo tras destruir m etódicam ente todo 38

lo que antes d aba p or sentado sobre lo que es o no posible hacer. «C óm o ser cam ello p ara gan ar dinero pasán dotelo bien» ha evolucionado h asta convertirse en una asignatura que enseña cóm o diseñar tu vida ideal. El nuevo m ensaje es sencillo: he visto la tierra prom etida y traigo buenas noticias. Se puede tener todo.

3S>

PA SO I: D D E D E F IN IC IÓ N

«L a realidad es una mera ilusión, aunque muy persistente.» A L B E R T EÍN STE IN

I.

A D V E R T E N C IA S Y C O M P A R A C IO N E S : C Ó M O

P A TE A R SE U N M IL L Ó N D E D Ó L A R E S EN U N A N O C H E

«E sos individuos poseen riquezas de la misma manera que decimos que “ tienen fiebre” , cuando en realidad la fiebre nos posee a nosotros.» s é n e c a (4 a.C.-65 d.C.) «Tam bién pienso en esa clase aparentemente rica, aunque en realidad la más terriblemente empobrecida de todas, que ha acum ulado escoria, pero no sabe cómo usarla, ni cómo deshacerse de ella, por lo que ha forjado sus propios grilletes de oro y plata.» H E N R Y D A V ID T H O R E A U (1817-1862)

U n a de la m adrugada, hora central estadounidense, 3 0 .0 0 0 pies sobre L as V egas Sus am igo s, borrachos h asta el punto de h ab lar lenguas extranjeras, estaban dorm idos. Éram os los únicos que que­ dábam os en prim era clase. Extendió ía m ano p ara presentar­ se y un enorme — enorme de dibujos anim ados— anillo de diam antes apareció del aire cuando sus dedos cruzaron el haz de mi luz de lectura. M ark era un m agnate de los de verdad. En distintas épo­ cas, había dirigido prácticam ente todas las gasolineras, tien­ das de 2 4 horas y casas de apuestas de C arolin a del Sur. C onfesó con una m edia sonrisa que, en un viaje norm al a Sin 43

City, él y sus guerreros de fin de sem ana podían perder entre m edio y un millón de dólares por término m edio. C ada uno. Precioso. Se enderezó en su asiento a m edida que la conversación fue derivando hacia mis viajes, pero yo estaba m ás interesa­ do en su sorprendente habilidad p ara im prim ir billetes. — Y, de todos tus negocios, ¿cuál te ha gustado m ás? N o se lo pensó ni un segundo antes de contestar. —N inguno de ellos. M e explicó que se había pasad o m ás de 30 años con gen­ te que le caía m al p ara com prar cosas que no.necesitaba. La vida se h abía convertido en un a sucesión de esposas trofeo — iba por el núm ero de la suerte, el tres— , coches caros y otros m otivos vacíos p ara presum ir. M ark era un m uerto viviente. A sí es exactam ente com o no querem os acabar. M an zan as y n aranjas: com parem os V eam os dónde radica la diferencia. ¿Qué separa a los N u e­ vos R icos, que se caracterizan p or su abanico de opciones, de los aplazadores (A), los que lo guardan p ara el final para descubrir que la vida les ha dejado de lado? La causa radica en el origen. L o s N uevos R icos se distin­ guen de la m asa en sus m etas, que reflejan prioridades y filosofías de vida claram ente diferenciadas. Fíjate en cóm o sutiles diferencias en la form ulación de un a frase cam bian com pletam ente las acciones necesarias p ara alcanzar m etas que a prim era vista parecen iguales. N o se escucha sólo a los em presarios. Incluso la prim era frase, com o te explicaré m ás adelante, se da entre los em pleados. A: T ra b ajar p ara mí m ismo.

44

N R : Que otros trabajen p ara ti. A: T rab ajar cuando tú quieras. N R : N o trab ajar por trab ajar, y hacer lo mínimo necesario p ara obtener resultados m áxim os («volum en m ínim o efi­ caz»). A: Jubilarm e pronto o joven. N R : D istribuir períodos de recuperación y aventura (minijubilaciones) periódicamente a lo largo de la vida y adm itir que la m eta no es la inactividad, sino hacer lo que te ilusiona. A : C om prar todo lo que quieras tener. N R : H acer todo lo que quieras hacer y ser todo lo que quie­ ras ser. Si esto implica adquirir algunas herramientas y artilugios, sea, pero serán siempre m edios para conseguir un fin o una bonificación, pero no el objetivo en sí. A : Ser el jefe en lugar del em pleado; estar al m ando. N R : N o ser el jefe ni el em pleado, sino el dueño. Ser el p ro ­ pietario de los trenes y tener a otro que se ocupe de que sal­ gan a tiempo. A: G an ar un m ontón de dinero. N R : G an ar un m ontón de dinero por razones específicas y sueños bien definidos que perseguir, plazos p ara hacerlos realidad y p aso s que dar incluidos. ¿Para qué trabajas? A: Tener m ás.

45

N R : Tener m ás calidad y m enos trastos. Tener enormes reser­ vas económ icas pero saber que casi todos los deseos m ateria­ les son justificaciones p ara dedicar tiem po a las cosas que realmente no im portan, com o com prar co sas y prepararte para com prar cosas. ¿Te has p asad o dos sem anas regateando con el concesionario p ara conseguir finalm ente tu nuevo Infiniti 10.000 dólares m ás barato? ¡Estupendo! ¿T u vida tiene sentido? ¿E stás aportan do algo útil a este m undo o te lim itas a revolver papeles, golpear un teclado y volver a casa para vivir una existencia de em briaguez de fin de sem ana? A : L ograr la gran recom pensa final, ya sea salir a bolsa, ven­ der, jubilarte u otro cuerno de oro cualquiera. N R : Pensar a lo grande pero cuidando de que el dinero entre todos ios días: liquidez prim ero, facturar toneladas de golpe después. A: Libertad p ara no hacer lo que te disgusta. N R : Libertad para no hacer lo que te disgusta, pero también libertad y determinación p ara luchar por tus sueños sin retro­ ceder y trab ajar por trab ajar (TxT). D espués de años de tra­ bajo repetitivo, m uchas veces tendrás que excav ar hondo hasta encontrar lo que te apasion a, saber cuáles son tus sue­ ños y revivir aficiones que hayas dejado atrofiar hasta casi extinguirse. El objetivo es elim inar lo m alo, que sólo sirve para dejar un vacío, p ara buscar y vivir las m ejores experien­ cias que el m undo puede ofrecer.

Saltar del tren equivocado «El primer principio es no engañarte a ti mismo, y tú eres la persona más fácil de engañar.» Ric h a r d p. f e y n m a n , físico ganador de un Premio Nobel 46

Basta ya. Se acabó la carrera de los ratoncillos cam pestres. La búsqueda de dinero a ciegas es una empresa descabellada. He alquilado aviones privados para volar sobre los Andes; he catad o m uchos de los mejores vinos del m undo entre des­ censos por las mejores pistas de esquí y he vivido a cuerpo de rey, tum bado junto a la piscina infinita de una m ansión pri­ vada. A quí va el secreto que rara vez desvelo: todo eso cuesta m enos que el alquiler en Estados Unidos. Si puedes liberar tu tiem po y desvincularte de una ubicación, tu dinero valdrá autom áticam ente entre 3 y 10 veces m ás. Esto no tiene nada que ver con los cam bios de divisa. Ser rico en términos de dinero poseído y ser capaz de vivir com o un m illonario son en esencia dos cosas muy distintas. El dinero se multiplica en valor práctico dependiendo de la cantidad de variables prim arias que dom ines en tu vida: qué haces, cuándo lo haces, dónde lo haces y con quién lo haces. Y o llam o a esto el «m ultiplicador de libertad». Según este criterio, el gestor de banca de inversiones que trabaja 80 horas por sem ana y gana 5 0 0 .0 0 0 dólares al año es menos «poderoso» que el N R empleado p or cuenta ajena que trabaja una cuarta parte de esas horas a cam bio de 40.000 dólares, pero tiene libertad completa sobre cuándo, dónde y cóm o vivir. Los 500 .0 0 0 del primero quizá valgan m enos de 4 0 .0 0 0 y los 4 0 .0 0 0 del segundo m ás de 5 0 0 .0 0 0 cuando hacem os núm eros y m iram os el tipo de vida que su dinero costea a cad a uno. Tener opciones — poder escoger— es el verdadero poder. Este libro trata de cóm o ver y crear esas opciones con el menor esfuerzo y coste posible. El resultado es parad ójico: puedes gan ar dinero — mucho m ás dinero— haciendo la m itad de lo que haces ahora. ¿Q uiénes son los N R ?

• El em pleado que reorganiza su horario y negocia un acuer­ 47

d o p ara trab ajar a distancia p ara lograr el 9 0% de los resultados en la décim a parte del tiem po, lo que le libera p ara practicar esquí de fondo y hacer viajes en coche con su fam ilia dos sem anas ai mes. ® La propietaria de negocio que elimina los clientes y proyec­ tos menos rentables, subcontrata todas las tareas y viaja por el mundo en busca de documentos peculiares mientras traba­ ja a distancia en una web donde expone sus ilustraciones. ® El estudiante que escoge arriesgarlo todo — que es n ada— para m ontar un servicio de alquiler de vídeo por internet que produce 5.0 0 0 dólares al mes de beneficios proceden­ tes de un pequeño nicho de aficionados al H D TV , un pro­ yecto m enor que le lleva dos horas por sem ana y que le permite dedicarse a tiem po com pleto a la defensa de los derechos de los animales. L as opciones son infinitas, pero todos ios cam inos empiezan dando el m ism o p aso: cam biando lo que d as por supuesto. Para unirte al movimiento tendrás que aprender un léxico nuevo y recalibrar la dirección con ayuda de una brújula que te guíe por un m undo fuera de lo corriente. D ar la vuelta a la responsabilidad y echar p or la borda el concepto de «éx ito », con todo lo que ello im plica: las reglas han de cam biar.

\ u c w > s ju u .u lo ris p a ra un n u e v o juego: g l o b a l \ s in r u s t r ís c io n e s .

____________________ T U R ÍN , IT A L IA ____________________ «La civilización tenía demasiadas normas para mí, así que me esforcé al m áxim o por reescribirías.» 1ÍII.Í. C O S B Y

Al tiem po que rotaba 3 6 0 ° en el aire, el ruido ensordece­ d or se transform ó en silencio. D ale Bcgg-Smith ejecutó la 48

voltereta hacia atrás con una perfección absoluta — con los esquís cruzados en equis por encima de su cabeza— y aterrizó en los libros de récords tras deslizarse sobre la linca de meta. Era el 16 de febrero de 2 0 0 6 y ya era un m agnate esquiador y m edalla de oro olím pica en los Ju egos de Invierno de Turín. Al contrario que otros atletas a tiem­ p o com pleto, él nunca tendrá que volver a un trabajo sin futuro tras vivir su m om ento de gloria, ni recordará este día com o la cúspide de la única pasión de su vida. D es­ pués de to d o, sólo tenía 21 años y conducía un. L am ­ borghini negro. N acido canadiense y con un talento, pudiera decirse, de m anifestación tardía, Dale encontró su vocación, una em presa de inform ática en internet, a los 13 años. Por suerte, tenía a su lado un m entor y com pañero m ás expe­ rim entado para guiarle: su hermano de 15 añ os, Jason . La em presa, creada para financiar sus sueños de subirse en lo m ás alto del podio olím pico, se convertiría, en tan sólo dos añ os, en la tercera com pañía m ás grande del m undo de su sector. M ientras los com pañeros de equipo de Dale se lanza­ ban por las laderas practicando fuera de horas, él estaba m uchas veces invitando a sake a clientes en T okio. En un m undo regido por el «trab aja m ás, no con m ás cabeza», llegó a un punto en que sus entrenadores pensaron que estab a dedicando d em asiad o tiem po a sus negocios y dem asiado poco a entrenar, a pesar de sus logros. En lugar de elegir entre su negocio o su sueño, Dale decidió salirse por la tangente en am bas cosas, pasando de una u otra a las dos. N o estaba dedicando dem asia­ do tiem po a su negocio; él y su hermano estaban pasando dem asiado tiem po con los canadienses. En 2 0 0 2 se m udó a la capital m undial del esquí, Aus-

49

tralla, que tenía un equipo m ás pequeño, m ás flexible y un entrenador que era una leyenda. T res años después recibió la ciudadanía, se enfrentó cara a cara a sus antiguos com pañeros y se convirtió en el tercer «australianito» de la historia en g an ar un oro en las olim piadas de invierno. En la tierra de los w alabíes y meca del surf, Dale está ahora hasta en los sellos de correos. literalm ente. Ju sto al lado de la edición conmemorativa de Flvis Preslcy, se encuentran sellos con su cara. La fama tiene sus ventajas, igual que m irar más allá de las opciones que te presentan. Siempre puedes salirte por la tangente.

N U EV A C A L E D O N IA , SU R D E L O C É A N O PACÍFICO «Cuando dices que vas a conformarte con ser segundo, eso es lo que la vida te da.» JO H N F. KEN N ED Y

H ay personas que se pasan la vida convencidas de que, con gan ar un poquito m ás, todos sus problem as se resol­ verían. Sus metas son objetivos que van variando arbitra­ riamente: 3 0 0 .0 0 0 en el banco, 1 .0 0 0 .0 0 0 en la cartera, 100.000 al año en lugar de 5 0 .0 0 0 , etc. L a meta de Julie era de lo m ás rudim entario: regresar con la misma canti­ dad de niños con la que había salido de casa. Julie echó su asiento hacia atrás y dirigió la m irada al otro lad o del p asillo, por encim a de su m arido, M arc, para contar, com o había hecho miles de veces: uno, dos, tres. H asta el m om ento, todo bien. En 12 horas estarían todos de vuelta en París, sanos y salvos. Eso siempre y cuando el avión de N ueva Caledonia aguantase, claro.

50

¿N ueva Caledonia? N ueva C aledonia, escondida en los trópicos dei m ar de Coral, fue territorio francés. Allí Julie y M arc acab a­ ban de vender el velero con el que habían recorrido 15.000 m illas alrededor de! m undo. Recuperar la inver­ sión inicial era parte del pían. Dicho y hecho; su viaje de exploradores por el m undo de 15 m eses, desde los canales surcados por góndolas de Venecia a las costas tribales de la Polinesia, había costado entre 18.000 y 1 9 .0 00 d óla­ res. M enos que el alquiler y las baguettes en París. La m ayoría de la gente piensa que esto es im posible. También, es verdad que la m ayoría no sabe que m ás de 300 fam ilias se hacen a la vela desde Francia todos los años con las m ism as intenciones. El viaje había sido un sueño durante casi dos décadas, relegado at último puesto al final de una lista de respon­ sabilidades que no p arab a de alargarse. C ad a m inuto surgían m ás razones para postergarlo. Un día, Julie se dio cuenta de que, si no lo hacía ya, no lo haría nunca. Las racionalizaciones, legítimas o no, seguirían acum ulándose, de forma que cada vez sería m ás difícil convencerse a sí misma de que la huida era posible. Un año de preparativos y una prueba de 3 0 días con su m arid o, y se hicieron a la m ar para llevar a cab o el viaje de su vida, ju lie se dio cuenta en cuanto izaron el ancla de que, lejos de ser un m otivo para no viajar y correr aventuras, los niños eran quizás el m ejor m otivo para hacer am bas cosas. Antes del viaje, sus tres niños pequeños se peleaban corno leones por cualquier nimiedad. M ientras se ad ap ­ taban a coexistir en un dorm itorio flotante, aprendieron a ser pacientes, tanto por ellos m ism os com o en bien de la cordura de sus padres. Antes del viaje, los libros les llam aban tanto com o cam inar sobre brasas al rojo vivo.

5i

Ante la alternativa de m irar a una pared en alta m ar, los tres aprendieron a am ar los libros. Sacarles del colegio durante un añ o y darles a con ocer nuevos am bientes resultó ser la m ejor de las inversiones en su educación. Sentada ahora en el avión, Julie m iraba las alas atravesar las nubes, pensando ya en sus planes para el futuro: buscar una casa en las m ontañas para esquiar todo el año y financiar el descenso de p istas y m ás viajes con los ingresos producidos por un cursillo de aparejos de vela. Ahora que lo h abía hecho una vez, le había entrado el gusanillo.

i ; ! : ¡ ¡ ¿

DISEÑO DEL ESTILO DE VIDA Ya estab a acostum b rado a con du cir a tra vés de la ciudad para recoger a mi hijo de la guardería y desiizarm e por autopistas hela­ d a s intentando volver al trabajo con éí a rem olque para acab ar mi trabajo. Mi minirretiro nos llevó a a m b o s a v iv iré un internado alter­ nativo en un bosque de Florida con un e stan qu e de agua natural y con m u ch o sol, lleno de personal y niños con estilos de vida crea­ tivos. Es fácil encontrar e scu e la s alternativas que puedan acoger a tu s hijos durante tu estan cia . Estas e scu e la s a m enudo son c o m o ciu dades m u y aco ged oras. Incluso p u edes trabajar en la escue la donde disfrutarás d e un entorno nuevo con tu hijo.

T im , Tu libro y blog m e ha inspirado para dejar mi trabajo, escribir 2 e -books, h a ce r paracaidism o , cruzar Su d a m é rica con una m ochila y h o sp e d a r u na convención anual de los instructores d e dato s m á s im po rtante s del m u n d o (m i prim era aventura en ei m u n d o de ios negocios, lleva 3 a ñ o s fu ncionan do). ¿ L a m ejor parte? Aún puedo com p ra rm e una bebida. ¡M u ch a s gracias, herm ano!

ANTHON 52

2 . R E G L A S Q U E C A M B IA N L A S R E G L A S : T O D O LO C O M Ú N M EN TE ACEPTA D O C O M O C IE R T O E S F A L S O

«N o puedo dar una fórmula segura para tener éxito, pero te puedo ofrecer una fórmula para fracasar: intentar contentar siempre a todo el mundo.» h e r b e r t b a y a r d sw o pe ,

p e r i o d i s t a n o r t e a m e r ic a n o ;

primer ganador del Premio Pulitzer «T odo lo comúnmente aceptado como cierto es falso.» o s c a r w ild e ,

La importancia de llamarse Ernesto

Vencer en el juego, no jugarlo En 1 99 9 , poco después de dejar mi segundo trab ajo frustran­ te y com er bocadillitos de m antequilla de cacahuete para sentirme m ejor, gané la m edalla de oro en los Cam peonatos N acion ales Chinos de kickboxin g. N o gané porque fuera muy bueno dando puñetazos y patad as. N i por asom o. Eso parecía algo peligroso, teniendo en cuenta que lo hice porque me desafiaron y sólo me preparé durante un m es. A dem ás, tengo una cabeza que parece un buque: un blanco fácil. G ané porque me leí las reglas y busqué vacíos legales que pudiesen beneficiarme. Encontré dos: 1. Se p esab a a los participantes la víspera del cam peonato: utilizando técnicas de deshidratación que ah o ra enseño a 53

levantadores de p esas, perdí 14 kilos en 18 horas, hasta que me pesaron (resultado: 82 kilos), y luego me hiperhidraté hasta volver a los 96 kilos y m edio.2 Es difícil luchar contra alguien que pertenece a tres categorías de peso por encima de la tuya. Pobres chiquititos. 2. H ab ía un detalle técnico en la letra pequeña: si un co m b a­ tiente se caía de la p lataform a elevada tres veces en una ron ­ d a, su oponente gan aba por incom parecencia del adversario. Decidí que este detalle sería mi única técnica y me limité a em pujar a la gente hasta tirarla ab ajo . C om o te puedes im a­ ginar, al final los jueces no eran los chinos m ás felices del m undo. ¿R esultado? G ané to d as mis peleas p o r fuera de com bate técnico y me fui a casa con el cam peonato nacional bajo el brazo, algo que el 9 9 % de ios participantes con entre 5 y 10 años de experiencia fueron incapaces de hacer. Pero, ¿em pujar a la gente fuera del ring no es cruzar ios lími­ tes de la ética? En absoluto... N o significa m ás que hacer algo que no es habitual y que está m ás allá de las n orm as. La distinción que im porta es la que existe entre las norm as ofi­ ciales y las autoim puestas. Fijaos en el siguiente ejem plo, sacad o de la página web oficial del m ovim iento olím pico (w w w .olym pic.org). Los Juegos Olím picos de 1968, celebrados en M éxico D .F., supu­ sieron el debut internacional de D ick Fosbury y de su célebre

2. Mucha gente da por sentado que manipular tu peso de esta manera es imposible, así que en mi web www.fourhourblog.com incluyo fotos que lo prueban. N o intentes hacer esto en casa. Yo lo hice todo bajo supervisión médica.

54

«estilo Fosbury», que revolucionó los saltos de altura. En aquella época, los saltadores [...] giraban la parte externa de los pies en el aire y por encima de la barra [se parecía a un salto de valla, y permitía aterrizar sobre los pies]. Con su técnica, Fosbury empe­ zaba con una carrera hacia la barra a gran velocidad y luego saltaba con el pie derecho (o con la parte externa de éste); des­ pués, giraba el cuerpo y pasaba la cabeza por encima de la barra, de espaldas a ésta. M ientras los jueces internacionales negaban con la cabeza, incrédulos, el público quedó absolutamente cauti­ vado por Fosbury y exclam ó: «¡O lé!» cuando el atleta saltó la barra. Fosbury saltó 2,22 m etros limpiamente y luego superó su récord personal, con 2,2 4 m etros, consiguiendo la m edalla de oro. En 1980, 13 de los 16 finalistas olímpicos saltaron imitando el «estilo Fosbury».

Las técnicas rápidas para perder peso y de lanzamiento fuera de la plataform a son ahora parte integrante de las com peti­ ciones de sanshou. N o fui yo el responsable; sólo lo vi com o algo inevitable, com o hicieron otros que com probaron este enfoque. A hora es algo habitual. L o s deportes evolucionan cuando se acaba con las cos­ tum bres sagrad as, cuando se ponen a prueba supuestos ele­ mentales. Y lo m ism o ocurre con la vida y los estilos de vida. Diferencias entre ir en contra de lo establecido y ser tonto La m ayoría de la gente cam ina por la calle con los pies. ¿Sig­ nifica esto que cam ino con las m anos? ¿Llevo los calzoncillos por fuera de los pantalones p ara ser diferente? N orm alm en­ te no. L a cuestión es que cam inar con los pies y m antener el tanga dentro de los pantalones me ha funcionado bien hasta ahora. N o arreglo lo que no está roto. L o diferente es m ejor cuando es m ás efectivo o m ás diver­ tido. Si tod o el m undo plantea o resuelve un problem a de 55

una determinada m anera con resultados deficientes, es hora de preguntarse: ¿qué pasaría si hiciera lo contrario? N o sigas un m odelo que no funcione. Si la receta es una porquería, no im porta lo buen cocinero que seas. C uando me dedicaba a vender alm acenam iento de datos, mi prim er bolo tras salir de la facultad, me di cuenta de que, en m is llam adas com erciales, no conseguía hablar con la per­ sona que buscaba casi nunca p o r una razón: ios cancerberos. Si hacía las llam adas de 8 a 8:30 de la m añana y de 6 a 6:30 de la tarde, dedicando a ello una h ora en total, me quitaba de encima a las secretarias y concertaba m ás del doble de citas que ios directivos de ventas que llam aban de 9 a 5. En otras p alabras, conseguía el doble de resultados invirtiendo 1/8 del tiempo. De Ja p ó n a M on aco, de m adres solteras trotam undos a con ductores de coches de carreras m ultim illon arios, las reglas básicas de los N R de éxito son sorprendentem ente uniform es y predeciblem ente divergentes de lo que hace el resto del m undo. L as siguientes reglas son los diferenciadores fundam enta­ les que deberás tener presentes m ientras lees este libro. 1. L a jubilación es un seguro p o r si ocurre lo peor. Planear la jubilación es com o hacerse un seguro de vida. Debería verse únicamente com o una valla protectora frente a la peor situación posible: en este caso, quedarse físicam en­ te incapaz de trab ajar y necesitar una reserva de capital para sobrevivir. C onsiderar la jubilación com o la m eta o redención final es erróneo, al m enos por tres razones de peso: a. Parte del supuesto de que no te gusta lo que vas a hacer durante los años de m ayor capacidad física de tu vida. Esta idea es inaceptable: nada justifica este sacrificio. 56

b. T ra s la jubilación, la m ayoría de la gente nunca podrá m antener un nivel de vida ni de cenas a base de perritos calientes. Incluso un millón es calderilla en un m undo en el que la jubilación entendida com o hasta ahora puede durar 30 años y la inflación recorta tu capacidad adquisitiva un 2-4% anual. Las cuentas no salen.3 Los años dorados se convierten así en la vuelta a la clase m edia-baja. Un final agridulce. c. Si las cuentas salen, significará que eres una m áquina de trab ajar am biciosa. Si es así, ¿sabes qué? Una sem ana des­ pués de jubilarte, estarás tan aburrido que querrás hacerte el harakiri. Probablem ente term inarás buscando otro trabajo o m ontando otra empresa. ¿A que ahora esperar empieza a per­ der sentido? N o estoy diciendo que no preveas lo peor: yo tengo planes de pensiones e inversiones para mi jubilación, sobre todo por cuestiones fiscales. Pero no te engañes: la m eta no es la jubi­ lación. 2 . El interés y la energía son cíclicos. Si te ofreciera 10.00 0 .0 0 0 p or trabajar 2 4 horas al día duran­ te 15 añ os y luego jubilarte, ¿lo h arías? C laro que no; no podrías. Es insostenible, exactam ente igual que lo que la m ayoría describe com o carrera profesional: hacer lo m ism o durante m ás de 8 h oras al día hasta caer rendido o tener suficiente dinero p ara dejarlo para siempre. ¿C óm o si no mis am igos treintañeros parecen un cruce entre D on ald T rum p y Jo a n Rivers? H o rro roso: envejeci­ miento prem aturo fom entado por frapuccinos triples en vena y horarios de trabajo im posibles. Alternar períodos de actividad y de descanso es necesario para sobrevivir, no digam os p ara crecer. L a capacidad, el 3. «Vivir bien» (artículo aparecido en Barron’s, 20 de marzo de 2006, Suzanne McGee).

57

interés y ia resistencia m ental son com o la luna: crecen y después m enguan. O rganízate en consecuencia. Los N R aspiran a repartir «m inijubilaciones» a lo largo de la vida, en lugar de acum ular la recuperación y el disfrute p ara la quim era del retiro d o rad o. T rab ajan d o sólo cuan­ do eres m ás eficaz, serás m ás productivo y disfrutarás m ás de la vida. Es el ejem plo perfecto de cóm o n adar y guardar 1a ropa. Personalmente intento ahora p asar un m es en el extranje­ ro o inm erso en el aprendizaje de algo (tango, lucha, lo que sea) por cad a dos m eses que dedico a proyectos de trabajo. 3. H acer m enos no es vagancia. H acer m enos tra b a jo fútil p ara concentrarse en co sas de m ayor im portancia personal p ara uno N O es pereza. Esto nos resulta difícil de aceptar a 1a m ayoría porque nuestra cultura recom pensa el sacrificio personal en lugar de 1a p ro ­ ductividad personal. Pocos escogen (o pueden) m edir los resu ltados de sus acciones y, por consiguiente, cuantificar su contribución en tiempo. M ás tiem po equivale a m ayor autovaloración y m ás refuerzo por parte de los superiores y de quienes te rodean. L o s N R , a pesar de estar m enos horas en la oficina, produ­ cen m ás resultados im portantes que una docena de no N R juntos. D efinam os de nuevo «v agan cia»: soportar una existencia de lo m ás norm al, dejan do que las circunstancias u otros decidan tu vida p or ti, o am asar una fortuna m ientras pasas por la vida com o un espectador, desde la ventana de una oficina. El volumen de tu cuenta com en te no cam bia esto, ni la cantidad de horas que fiches, contestando a correos trivia­ les o resolviendo chorradas. Concéntrate en ser productivo, no en estar ocupado.

58

4. N un ca es buen m om ento. Una vez le pregunté a mi m adre cóm o decidió tener su pri­ mer hijo, el pequeño yo. Su respuesta fue sencilla: «E ra algo que queríam os y decidim os que no tenía sentido retrasarlo. N unca es buen m om ento para tener un bebé». Y así es. Para la m ayoría de las cosas importantes, el momento siem­ pre es pésimo. ¿Estás esperando un buen m om ento para dejar tu trab a­ jo? L as estrellas nunca se alinearán y los sem áforos de la vida nunca se pondrán todos verdes al m ism o tiem po. El universo no conspira contra ti, pero tam poco se volverá loco para apartarte o b stácu los del cam ino. L a s condiciones nunca serán las ideales. «A lgún d ía» es una enferm edad que hará que te lleves tus sueños a la tum ba. H acer listas de pros y contras tam poco ayuda. Si algo es im portante p ara ti y quieres hacerlo «algún d ía », hazlo y corrige el rum bo mientras cam inas. 5. M ejor pedir perdón que pedir perm iso. Si no va a destrozar a quienes te rodean, inténtalo y luego justifícate. L a gente — ya sean padres, p arejas o jefes— te niega co sas p o r razones em ocionales que pueden llegar a aceptar cuando sean un hecho consum ado. Si el daño poten­ cial es m oderado o reversible, no des a los dem ás la oportu­ nidad de decirte que no. L a m ayoría de la gente se apresura­ rá a detenerte antes de empezar, pero dudarán en meterse si ya te estás m oviendo. Aprende a m ontar follones y a discul­ parte cuando la fastidies de verdad. 6. N o te esfuerces p or corregir tus debilidades; potencia tus fortalezas. La m ayoría som os buenos en unas cuantas cosas y desastro­ sam ente m alos en m uchas otras. A m í se me d a fenomenal idear productos y pensar cóm o prom ocionarlos, pero fatal hacer todo lo que viene después. 59

M i cuerpo está hecho para levantar objetos pesados y lan­ zarlos. E so es todo. Hice caso om iso de esta verdad durante mucho tiem po. Probé a nadar y parecía un m ono ah ogán do­ se. Probé el baloncesto y parecía un troglodita. Luego me hice luchador y despegué. Es de lejos m ucho m ás lucrativo y divertido aprovechar tus fortalezas en lugar de tratar de arreglar todos tus puntos débiles. Se trata de elegir entre m ultiplicar resultados ayu­ dándote de tus fortalezas o increm entar el grado de m ejora fortaleciendo debilidades p ara, com o m ucho, alcanzar un nivel m ediocre. Concéntrate en utilizar con m ayor destreza tus m ejores arm as en vez de repararte continuamente. 7. L as cosas llevadas al exceso se convierten en lo contrario. Es posible tener dem asiado de algo bueno. En exceso, muchos em peños y posesiones adquieren las características de sus opuestos. De esta m anera: ® L o s pacifistas se convierten en militantes. ® L o s que luchan por la paz, en tiranos. • Las bendiciones se vuelven m aldiciones. ® L a ayuda se transform a en m olestia. ® Y m ás en m enos.4 L o que quieres, en dem asiada cantidad y dem asiado a menu­ do se convierte en lo que no quieres. E sto es cierto de las posesiones e incluso del tiempo. Por consiguiente, cuando hablam os de diseño de vida no nos interesa crear un exceso de tiem po ocioso, algo veneno­ so , sino utilizar el tiem po libre de form a positiva, es decir, sencillamente hacer lo que quieras frente a hacer lo que te sientes obligado a hacer.

4. De Less is More. Goldian VandenBroeck.

60

8. El dinero por sí m ism o no es la solución. M ucho se podría decir del poder del dinero com o m oneda (yo m ism o soy un gran fan), pero tener m ás no es la solución tan a m enudo com o se podría pensar. En parte, el problem a es que som os vagos. «SÍ tuviera m ás dinero» es la m anera m ás fácil de posponer realizar una autocrítica profunda que te lleve a tom ar las decisiones necesarias para crear una vida de la que disfrutar: ahora y no después. U sar el dinero com o cabeza de turco y dejar consum ir toda tu energía en la rutina del trab ajo hace que te niegues el tiem po p ara hacer algo m ás. «Joh n , me gustaría quedarm e a hablar del vacío enor­ me que siento en mi vida, la desolación que me da una p a ta ­ da en el estóm ago cada vez que enciendo el ordenador por la m añana, ¡pero tengo un m ontón de trabajo por hacer! M e esperan al m enos 3 horas contestando correos sin im portan­ cia antes de llam ar a los clientes potenciales que me dijeron ayer que nones. ¡M e voy corriendo!» M antente ocupado con la rutina de la rueda del dinero, finge que así se cura todo y crearás artificialmente una dis­ tracción constante que te im pedirá ver que lo que haces no tiene ningún sentido. En el fondo sab rás que es una ilusión, pero con tod o el m undo jugan do a hacer que las cosas son así, es fácil olvidarse. El problem a va m ás allá del dinero. 9. Im portan m ás los ingresos relativos que los absolutos. Existe un debate abierto entre dietistas y nutricionistas acer­ ca del valor de una caloría. ¿Es una caloría una caloría, igual que una rosa es una rosa? ¿Para perder grasa hay que g a s­ tar m ás calorías de las que se consumen y ya está o im porta de dónde provengan esas calorías? Basándom e en mi exp e­ riencia con deportistas de elite, me decanto por la segunda opción. ¿Q ué ocurre con los ingresos? ¿Es un dólar siempre un dólar? Los N uevos Ricos creen que no.

61

M irem os la cuestión cóm o un problema de matemáticas de quinto de primaria. Dos muchachotes trabajadores se dirigen el uno hacia el otro. El muchachote A se mueve a un ritmo de 80 horas por semana y el muchachote B a 10 horas por semana. Los dos ganan 5 0 .0 0 0 dólares al año. ¿Quién será m ás rico cuando se crucen en m itad de la noche? Si contestaste que el B, has acertado y ésa es la diferencia entre ingresos absolutos y relativos. L o s ingresos absolutos se miden usan do una variable sagra­ da e inalterable: el todopoderoso dólar en estado puro. Fulanita gana 10 0 .0 0 0 dólares al año y, por lo tanto, es el doble de rica que Fulanito, que gan a 5 0 .0 0 0 al año. Los ingresos relativos se calculan usan do dos variables: el dólar y el tiem po, norm alm ente expresado en horas. El con­ cepto « a l añ o» es arbitrario, lo que hace muy fácil engañarse a uno m ism o. V eam os cuál es la realidad. Fulanita gana 10 0 .0 0 0 dólares al añ o, 2 .0 0 0 cada una de las 50 sem anas que trabaja al año, y cada sem ana trabaja 80 horas. Por tan­ to, Fulanita gana 25 dólares la hora. Fulanito gana 5 0 .0 0 0 dólares al año, 1.000 cada una de las 50 sem anas que trab aja ai año, pero trabaja 10 horas por sem ana, por lo que gana 100 dólares la hora. Considerando sus ingresos relativos, Fulanito es cuatro veces m ás rico. Por supuesto, los ingresos relativos tienen que llegar al mínim o necesario p ara hacer realidad tus m etas. Si gano 100 dólares por hora pero sólo trab ajo una hora por sem a­ na, me va a resultar m uy difícil vivir la vida loca. Suponiendo que mis ingresos ab solu tos totales son los que necesito para vivir la vida de m is sueños (no un a can tidad arbitraria p a ­ ra q uedar por encima de otros), los ingresos relativos son la verdadera m edida de riqueza para los N uevos Ricos. L o s inconform istas N uevos R icos m ás avezados ganan por lo m enos 5.0 0 0 dólares por hora. 62

Recién salido de la facultad, empecé ganando 5. Con mi ayuda te parecerás m ás a ellos. 10. El distrés es m alo, el eustrés es bueno. Pocos bípedos am antes de la diversión lo saben, pero no todo el estrés es m alo. Pues sí, los N uevos R icos no buscan elimi­ nar todo el estrés. En absoluto. Existen dos clases distintas de estrés, tan diferentes entre ellas com o la euforia y su rara­ mente m encionada emoción opuesta, la dzsforia. Por dfstrés se entiende un conjunto de estímulos dañinos que te debilitan, te restan confianza en ti m ism o y fuerza para actuar. Ejem plos son la crítica destructiva, los jefes ofensivos y pegarte una guaya dando una curva. Este tipo de cosas hay que evitarlas. Ewstrés, p o r otro lado, es una p alab ra que la m ayoría probablem ente nunca haya escuchado. Eu-, el prefijo griego que significa «salu d ab le», se usa en el m ism o sentido en la palabra «eu foria». Los ejem plos a seguir que nos im pulsan a superar nuestras limitaciones, el entrenamiento físico gracias al que nos deshacem os de nuestros micheíines y correr los riesgos que nos sacan de nuestra cóm oda esfera de actuación son ejemplos de eustrés: estrés sano que constituye un estímulo para crecer. Quienes evitan las críticas fracasan. H ay que evitar la crí­ tica destructiva, no toda form a de crítica. De igual m anera, no se puede avanzar sin eustrés , y cuanto m ás eustrés p od a­ m os crear o aplicar a nuestra vida, antes harem os nuestros sueños realidad. El secreto es saber distinguir uno de otro. Los N uevos Ricos se esfuerzan tanto en eliminar el distrés com o en producir eustrés.

63

P y A: P R E G U N T A S Y A C C IO N E S 1. ¿De qué m anera ser «realista» o «respon sable» ha impe­ dido que tengas la vida que quieres? 2. ¿De qué m anera hacer lo que «d ebías» se ha traducido en experiencias insatisfactorias o arrepentim iento por no haber hecho otras cosas? 3. Fíjate en lo que haces actualmente y pregúntate: «¿Q ué pasaría si hiciera lo contrario que los que me rodean? ¿Qué voy a sacrificar si continúo así durante 5 ,1 0 o 20 años m ás?».

64

3 . ESQ U IV A R BA LA S: ID E N T IFIC A R M IE D O S Y SA C U D IR SE LA PA R Á LISIS

«M uchos pasos en falso se han dado por quedarse quieto.» e n GALLETA DE LA FORTUNA

«N om brado tu miedo debe ser antes de que desterrarlo pue­ das. » yoda,

de

La guerra de las galaxias: El imperio contraataca

Río de Jan eiro, Brasil Seis m etros y aproxim ándonos. «¡R u n ! ¡R u uuuuuuuuun !» H an s no h ablaba portugués pero el significado estaba bastante claro: a toda leche. Con las zapatillas firmemente agarradas a la roca dentada, lanzó el pecho hacia adelante hacia 3.0 0 0 pies de nada. Contuvo el aliento antes de dar el último p aso y el pán i­ co casi le dejó inconsciente. Su visión periférica se volvió borrosa, h asta concentrarse en un solo punto de luz, y lue­ go... empezó a flotar. El azul celeste del horizonte entró de golpe en su cam po visual inundándolo todo un instante des­ pués de darse cuenta de que la corriente de aire caliente ascendente le sujetaba, llenando la tela del parapente. El m ie­ do se había quedado a su espalda, en la cima de la m ontaña, y miles de pies por encima del bosque tropical de un verde 65

resplandeciente y de las prístinas playas blancas de Copacab a n a ... H an s Keeílng había visto la luz. E so fue un dom ingo. El lunes, H an s volvió a su oficina en un bufete de a b o ga­ dos en Century City, sede de las em presas pijas de Los Ánge­ les, y se apresuró a entregar su aviso de dim isión con tres sem anas de antelación. Llevaba casi cinco años enfrentándo­ se ai despertador atem orizado p or el m ism o pensam iento: ¿Tengo que hacer esto durante 4 0 o 4 5 años m ás? Una vez había dorm ido debajo de la m esa de su oficina com o castigo por no haber term inado un proyecto, para seguir con él al despertar por la m añana. Esa m ism a m añana se prom etió algo a sí m ismo: dos veces m ás y me largo. Le asestaron el golpe núm ero tres el día antes de m archarse de vacaciones a Brasil. T o d o s nos hacem os este tipo de p rom esas, y el propio H an s ya lo h abía hecho antes, pero ah o ra las co sas eran diferentes. Él era diferente. M ientras descendía lentam ente hacia el suelo haciendo círculos, se había d ado cuenta de algo: los riesgos no daban tanto m iedo cuando te decidías a correrlos. Sus com pañeros le dijeron lo que esperaba oír. L o estaba echando todo por la borda. Era un ab o gad o de cam ino hacia lo m ás alto: ¿qué diablos quería? H an s no sab ía exactam ente lo que quería, pero por un m om ento lo había probado. Por otro lado, sabía lo que le aburría m ortalmente y esta­ ba harto. Vivir com o un m uerto viviente, las cenas donde sus colegas de profesión com paraban coches, colocados con el chute del nuevo BM W que se habían com prado hasta que alguien apareciese con un M ercedes m ás caro, se habían aca­ bado. A gua p asad a. Inmediatamente empezó a notar un extraño cam bio: Hans se sintió por primera vez en m ucho tiem po en paz consigo m ismo y con lo que estaba haciendo. Siempre le habían aterro­

rizado las turbulencias en los aviones, com o si fuera a m orir­ se sin haber disfrutado de la vida, pero ahora p odía atravesar la m ás violenta de las tormentas durmiendo com o un ange­ lito. Qué cosa m ás extraña. M ás de un año después, todavía le llegaban ofertas de trabajo espontáneas de bufetes, pero entonces ya había m on­ tado N exus Surf,5 una em presa de surf de aventura de prim e­ ra con sede en el p araíso tropical de Florian ópolis, Brasil. H abía conocido a la chica de sus sueños, una carioca con piel color caram elo llam ada T atian a, y se p asab a casi todo el tiempo relajándose a la som bra de las palm eras o proporcio­ nándoles a sus clientes diversión com o en su vida. ¿Esto es lo que le d aba tanto m iedo? A hora ve a m enudo a su antiguo yo en ios am argad os y estresados profesionales con los que sale a galop ar sobre las olas. M ientras esperan el oleaje, sus verdaderas em ociones salen a la luz: «D io s, ¡ojalá pudiera hacer lo que tú !» . Su respuesta es siempre la m ism a: «Puedes». El sol poniente reflejado en la superficie del agua crea un escenario zen ideal p ara el m ensaje que reconoce com o cier­ to: hacer una p ausa indefinida en el cam ino que estás siguien­ do no es darse por vencido. Podría retom ar la abogacía exac­ tamente donde la dejó si quisiera, pero eso es lo últim o que le pasa por la cabeza. M ientras rem an hacia la orilla tras una sesión increíble, ios clientes se dom inan y recobran la com postura. Ponen un pie en la arena y la realidad les hinca los dientes. «L o haría, pero no puedo tirarlo tod o a la basura sin m ás.» H ans no puede evitar reírse.

5. www.nexussurf.com

El poder del pesim ism o: ¿cuál es tu pesadilla? «Quizá la acción no traiga siempre consigo la felicidad, pero no hay felicidad sin acción.» b e n ja m ín d isr a e l i , ex primer ministro británico ¿H acerlo o no h acerlo? ¿Intentarlo o no intentarlo? La m ayoría votaría que no, se consideren valientes o no. La incertidum bre y la posibilidad de fracasar son voces en las tinieblas que dan m ucho m iedo. M uch os prefieren la infeli­ cidad a la incertidum bre. D urante años me m arqué m etas, tom é la resolución de cam biar de rum bo y no sirvió de nada. Era tan inseguro y estab a tan asu stad o com o el resto del mundo. La solución, realmente sencilla, vino a mí de form a acci­ dental hace cuatro años. En esa época, tenía tanto dinero que no sabía qué hacer con él — gan aba 7 0 .0 0 0 dólares o así al mes— y me sentía fatal, peor que nunca. N o tenía tiem po y me estaba m atando a trabajar. H abía em pezado mi propia em presa, para darm e cuenta después de que era casi im posible de vender.6 ¡V aya! M e sentía atrap ad o y estúpido al m ism o tiem po. T engo que ser cap az de solucionar esto, pensaba. ¿Por qué soy tan imbécil? ¿Por qué no consigo que esto funcione? ¡Concéntrate de una vez y deja de com portarte com o un (insertar im prope­ rio)! ¿Q ué me p a sa b a ? L a verdad era que no me p asab a nada, no era yo el que había llegado a su límite: había llega­ do al límite de m i m odelo de negocio de la época. El proble­ m a no era el conductor, sino el vehículo. Errores básicos com etidos en su infancia no me dejarían 6. Esto resultó ser otra limitación impuesta y falsa. BrainQUICKEN fue adquirida por una firma de capital privado en 2009. El proceso se describe en www.fourhourblog.com

nunca venderla. Podía contratar a duendecillos y conectarme el cerebro a un superordenador: no serviría de nada. M i hijito tenía graves taras de nacimiento. L a cuestión se transfor­ m ó en: ¿cóm o me deshago de este Frankenstein y consigo que se autogestione? ¿C óm o soltarm e de los tentáculos de la adicción al trab ajo y del m iedo de que todo se derrum bara si dejaba de hacer jorn adas de 15 horas? ¿C óm o escapar de la cárcel que yo m ism o había construido? Un viaje, pensé. Un año sabático recorriendo el m undo. A sí que hice el viaje, ¿no? Bueno, ya llegarem os a eso. Primero, me pareció prudente regodearm e en mi vergüenza, bochorno y enfado durante seis m eses, al tiem po que le daba vueltas a un bucle infinito de razones por las que mi fantasía del viaje de escaqueo nunca funcionaría. Con seguridad, uno de mis períodos m ás productivos. L u ego, un día, inm erso en la dicha de im aginarm e el sufrim iento que se me avecin aba, se me ocurrió una idea brillante. Sin duda fue el punto álgido de mi fase «n o seas feliz, preocú pate»: ¿por qué no im aginar con pelos y señales la pesadilla, o sea, lo peor que podía pasarm e si hacía ese viaje? Bueno, el negocio podría irse a pique estan do yo en el extranjero, eso seguro. Seguramente. Por accidente, un aviso enviado por el juez se perdería y me dem andarían. M e cerra­ rían la em presa y el inventario se pudriría en las estanterías mientras me hurgaba entre los dedos de los pies solo y des­ graciado en una fría playa de Irlanda. M e im aginaba lloran­ do bajo la lluvia. M i cuenta corriente se reduciría de golpe en un 80% y por supuesto mi coche y mi m oto serían rob a­ dos del garaje. M e im aginaba que alguien probablem ente dejaría caer un escupitajo sobre m i cabeza desde un balcón mientras daba de comer sobras a un perro sarnoso, que des­ pués se pondría nervioso y me m ordería en to d a la cara. ¡Qué vida perra! jO h, m undo cruel!

69

Definir tus m iedos = Vencer tus m iedos «Aparta varios días en ios que te contentarás con el mínimo y más sencillo sustento, un solo plato y ropas toscas, mien­ tras te dices: “ ¿Es esto lo que tanto tem ía?” » SÉ N E CA

De pronto sucedió algo muy raro. En mi incansable búsque­ da de cóm o sentirm e com o una p iltrafa, sin saber cóm o empecé a ir m archa atrás. En cuanto acabé con el vago m ales­ tar y la ansiedad am bigua definiendo claram ente mi pesadi­ lla m ás tem ida, lo peor que podía pasar, ya no me preocupó tanto hacer el viaje. De repente, empecé a pensar en m edidas sencillas que podría tom ar p ara salvar los recursos que me quedasen y volver a ponerme en m archa si todas las desgra­ cias vinieran juntas. Siempre podía poner copas durante un tiem po para p agar el alquiler si fuese necesario. Podría ven­ der algunos muebles y com er m enos fuera. Podría robar el dinero del bocadillo a los niños de la guardería que pasaban p o r delante de m i casa todas las m añanas. L as opciones eran m uchas. M e di cuenta de que no sería tan difícil volver a donde estaba y m ucho m enos sobrevivir. N a d a de lo que pudiera ocurrir me m ataría, ni m ucho menos. M eras piedrecitas en el zapato en el viaje de la vida. M e di cuenta de que, en una escala del 1 al 10, siendo el 1 n ada y el 10 algo que me cam biase la vida para siempre, la peor situación que había im aginado tendría unas conse­ cuencias tem porales del orden de 3 o 4. Creo que esto puede aplicarse a la m ayoría de la gente y a casi todos los desastres del tipo « m **r d a , estoy acab ad o ». N o olvides que ésta es la pesadilla de esa catástrofe, que es una entre un millón. Por otro lado, si conseguía hacer realidad la m ejor situa­ ción im aginada, tendría fácilmente un efecto positivo perm a­ nente en mi vida del orden de 9 o 10. 70

En otras p alab ras, estaba arriesgando un im probable y tem poral 3 o 4 por un permanente 9 o 10, y adem ás podría recuperar la cárcel de adicto ai trabajo de la que había esca­ pado con un poco m ás de esfuerzo, si quería. Así fue com o llegué a una conclusión fundamental: el ries­ go era prácticamente nulo; el potencial de cam biar mi vida de arriba abajo era enorme, y siempre podría retom ar mi rum bo anterior sin m ás esfuerzo del que ya estaba haciendo. Ahí fue cuando tomé la decisión de hacer el viaje y com ­ pré un billete de ida a Europa. Empecé a planear mis aven­ turas y a eliminar equipaje físico y psicológico. N inguno de los desastres tem idos sucedió y desde entonces m i vida ha sido casi un cuento de hadas. La empresa funcionó m ejor que nunca, y yo prácticamente me olvidé de ella mientras finan­ ciaba mis viajes alrededor del m undo a todo trapo durante 15 meses. D esenm ascarar el m iedo disfrazado de optim ism o «N o hay diferencia entre un pesimista que dice: “ Oh, es inútil, así que no te molestes en hacer nada” y un optimista que dice: “ N o te molestes en hacer nada, las cosas van a salir bien” . De cualquiera de las dos form as, no va a pasar nada.» YVON c h o u i n a r d ,7fundador de la Patagonia

El m iedo tiene m uchas caras, y normalmente no lo llam am os por su nom bre de pila. El m iedo en sí da bastante m iedo. La m ayoría de los inteligentes del m undo entero lo disfraza de otra cosa: negación optim ista. Casi todos los que evitan dejar su trabajo acarician el pen­ samiento de que su día a día m ejorará con el tiempo o cuando

7. http://www.tpl.org/tier3_cd.cfm?content_item_id=5307&folder_ id=1545.

71

ganen m ás dinero. E sto parece válido y es una alucinación tentadora cuando tu trab ajo es aburrido o desm otivador y no un puro infierno. El puro infierno te obliga a actuar, pero si la cosa no llega a tanto, se puede aguantar con una dosis suficiente de racionalización ingeniosa. ¿Sinceramente crees que m ejorará o son sólo ilusiones y excusas p ara no hacer nada al respecto? Si confiases de ver­ dad en que las cosas van a m ejorar, ¿te estarías cuestionando así tu vida? Por lo general, no. Esto es m iedo a lo desconoci­ do disfrazado de optim ism o. ¿E stás m ejor que hace un año, un mes o una sem ana? Si no es así, las cosas no se van a arreglar solas. Si te estás engañando a ti m ism o, es h ora de p arar y planear cóm o dar el salto. D escartando un final al estilo Jam es Dean, tu vida va a ser LA R G A . T us ocho horas o m ás diarias durante 4 0 o 50 años de vida laboral es dem asiado tiem po para esperar si nadie viene a rescatarte. A proxim adam ente 5 0 0 m eses de trab ajo puro y duro. ¿C uántos m ás te quedan p or delante? Puede que sea hora de batirse en retirada.

( ) i k - a lg u i e n l l a m e al n tiiih w p o r l a u i r

«Eso es confort. N o es lujo. N o me digas que eso lo da el dine­ ro. El lujo que yo defiendo no tiene nada que ver con el dinero. N o se com pra. F.s la recompensa de quienes no temen a la incomodidad.» je a n c o c t e a u , poeta, novelista, agente de boxeadores y cineasta francés, de cuya obra surgió el término «surrealismo»

A veces uno parece tener el don de la oportunidad. H ay cientos de coches dando vueltas por un parking y alguien

72

sale de un sitio a 300 metros de ia entrada ju sto cuando tú estás a la altura de su parachoques. ¡Un m ilagro naviO tras veces se dan co sas m ás bien inoportunas. El teléfono suena mientras estás haciendo el am or durante lo que parece media hora. El m ensajero llega 10 minutos tarde. L a falta de oportunidad puede provocar auténticos desastres. Jean-M arc Hachey aterrizó en África Occidental com o voluntario, con esperanzas sinceras de servir de ayuda. En esc sentido, fue m ás que oportuno. Llegó a Ghana a principios de la década de 1980 en m edio de un golpe de E stad o, con la inflación por las nubes y justo a tiem po de pasar la peor sequía de la déca­ da. Por esas m ism as razones, m uchos considerarían que fue inoportuno desde un punto de vista de supervivencia m ás egoísta. T am poco se enteró del com unicado. El menú nacional h abía cam biad o y lujo s com o el pan y d agu a p o ta ­ ble habían desaparecido del m apa. Sobreviviría durante cuatro meses a base de un m ejunje hecho de m aíz y espi­ nacas con pinta de fango. N o las típicas chuches para comer en el cine, precisamente. «V A Y A , ¡PUED O SO BR EV IV IR !» Jean -M arc había atravesado el punto sin retorno, pero no le im portaba. D espués de d os sem anas adaptán dose a desayunar, alm orzar y cenar lo m ism o (papilla al estilo de Ghana) ya no sentía deseos de escapar. Resultó que sus únicas nece­ sidades eran un sustento de lo m ás básico y buenos am i­ gos. L o que desde fuera parecería un desastre supuso en realidad una epifanía de afirm ación de la vida que jam ás

73

había experim entado. l o peor no estaba tan m al. Para disfrutar de estar vivo no se necesitan chorradas estram ­ bóticas, pero sí ser dueño de tu vida y darte cuenta de que la m ayoría de las cosas no son tan serias com o uno las hace parecer. H oy, a los 48 añ os, Jean-M arc vive en una preciosa casa en O ntario, pero podría vivir sin ella. Tiene dinero en el banco, pero si cayera en la pobreza m añana no le im portaría. A lgunos de sus recuerdos m ás preciados con­ sisten aun en nada m ás que am igos y gachas. Está volca­ do en crear m om entos especiales para el m ism o y su fam ilia y no le preocupa lo m ás m ínim o jubilarse. Ya ha vivido 20 años de jubilación p arcial con una salud per­ fecta. ■ N o lo guardes todo para el final. H ay dem asiadas razo­ nes para no hacerlo.

P y A : P R E G U N T A S Y A C C IO N E S «Soy un viejo y he conocido innumerables desdichas, pero la m ayoría nunca sucedieron.» MARK TWAIN

Si te inquieta pensar en d ar el salto o simplemente lo estás posponiendo p or m iedo a lo desconocido, aqu í tienes el antí­ doto. A nota las respuestas y recuerda que pensar m ucho no será tan fructífero ni tan prolífico com o sencillamente vom i­ tarlo todo sobre el papel. Escribe de corrido y no revises lo escrito: buscam os cantidad, no calidad. Detente unos m inu­ tos en cada pregunta. 1. D efine claram ente tu peor p e sad illa, lo m ás terrible que p o d ría p a sa r si hicieras lo que estás pen san do. ¿Q ué du ­ 74

d as, m iedos y «qué p asaría si» te surgen cuando piensas en hacer los grandes cam bios que puedes — o necesitas— h a­ cer? Im agín atelos h asta en el m ás ínfim o detalle. ¿Te m o ­ rirías? ¿Q ué gravedad tendrían las consecuencias perm a­ nentes, si las hubiera, en un a escala del 1 al 10? ¿Serían perm anentes? ¿Q ué prob ab ilid ad crees que hay de que de verdad ocurran? 2. ¿Q ué m edidas podrías tom ar p ara reparar los daños cau­ sados o enderezar las cosas, aunque fuese con efectos tem po­ rales? Es m uy posible que sea m ás fácil de lo que te im aginas. ¿C óm o podrías volver a dom inar la situación? 3. ¿Cuáles serían los resultados o beneficios, tanto tem pora­ les com o perm anentes, de lo que es m ás probable que ocu­ rra? A hora que tienes claro cuál sería esa pesadilla hecha realidad, ¿cuáles serían los resultados m ás probables o clara­ mente positivos, tanto interiores (confianza en ti m ism o, autoestim a) com o exteriores? ¿Q ué repercusiones tendrían estas consecuencias m ás probables en una escala del 1 al 10? ¿Qué probabilidad tienes de conseguir resultados m oderada­ mente buenos? ¿H ay gente m enos inteligente que tú que haya conseguido hacer esto antes? 4. Si te despidiesen hoy de tu trabajo, ¿qué harías p ara seguir financiando tu vida? Ponte en esta situación y vuelve a con­ testar a las preguntas 1 ,2 y 3. Si dejas tu trabajo p ara probar otras opciones, ¿cóm o podrías retom ar el m ism o rum bo p ro ­ fesional si fuese absolutam ente necesario? 5. ¿Q ué estás retrasando p o r m iedo? N orm alm ente, lo que nos da m ás m iedo hacer es lo que m ás necesitam os hacer. Esa llam ada telefónica, esa conversación, cualquier acción; el m iedo al resultado desconocido nos impide hacer lo que necesitam os hacer. Decide qué es lo peor que puede pasar, 75

acéptalo y hazlo. Voy a repetir algo que podrías tatuarte en la frente: N orm alm ente, lo que nos da m ás m iedo hacer es lo que m ás necesitam os hacer. Una vez o í que el éxito de una persona en la vida se m ide p o r la can tidad de conversacio­ nes incóm odas que está dispuesto a mantener. Decide hacer tod os los días una cosa que te dé m iedo. A dquirí este hábito intentando contactar con celebridades y person as de nego­ cios fam osas para pedirles consejo. 6. ¿C uánto te está costando — en dinero y en desgaste físico y em ocional— retrasar p asar a la acción? N o valores única­ mente las desventajas potenciales de hacer algo. Es igual de im portante cuantíficar el coste atroz de no hacerlo. Si no intentas hacer realidad lo que te ilusiona, ¿dónde estarás dentro de un año, cinco o diez? ¿C óm o te sentirás sabiendo que te dejaste aplastar por las circunstancias y perm itiste que diez años m ás de tu finita vida transcurriesen haciendo algo que sabes que no te llena? Si pudieses teletransportarte 10 años hacia el futuro y supie­ ras con una seguridad del 1 0 0 % que te espera un cam ino sem brado de desilusión y arrepentim iento (y si definim os riesgo com o «probabilidad de un resultado negativo irrever­ sible»), no actuar es el m ayor riesgo que existe. 7. ¿A qué estás esperando? Si no puedes contestar a esta pregunta sin recurrir al concepto anteriorm ente rechazado de que no es un buen m om ento, la respuesta está m uy clara: estás asu stado, com o el resto del m undo. M ide el coste de no actuar, date cuenta de que la m ayoría de los errores son im probables y reparables y forja el hábito m ás im portante de los que destacan sobre los dem ás y disfru­ tan haciéndolo: p asar a la acción.

76

4 - R E IN IC IA R E L E Q U IP O : SE R PO C O R A Z O N A B L E Y T O T A LM E N T E D IR E C T O

« — ¿Podría decirme qué camino debo tomar? — Eso depende en gran medida de adonde quieras ir — dijo el gato. — N o me importa mucho... — respondió Alicia. — Entonces no importa hacia dónde vayas.» lew is c a r r o l l ,

Alicia en el país de las maravillas

«El hombre razonable se adapta al mundo; el irrazonable persiste en intentar.adaptar el mundo a él. Por consiguiente, todo progreso depende del hombre irrazonable.» g e o r g e b e r n a r d sh a w ,

Máximas para revolucionarios

Primavera de 2 0 0 5 , Princeton, N ueva Jersey Tuve que sobornarles. ¿Qué otras opciones tenía? Fo rm aron un círculo a mi alrededor y, aun que la fo r­ m u lab an de d istin tas m an eras, la pregunta siem pre era la m ism a: «¿C u ál es el d e sa fío ?». T o d a s las m irad as estaban fijas en mí. M i clase en la Universidad de Princeton acab ab a de ter­ m inar, despertando ilusiones y entusiasm o. Al m ism o tiem­ p o, yo sabía que la m ayoría de los estudiantes saldrían de allí y harían de inm ediato lo contrario de lo que yo había predi­ cado. 77

La m ayoría acabaría currando 80 horas sem anales llevan­ do y trayendo cafés a cam bio de un buen sueldo a m enos que yo les dem ostrase que los principios de la clase podían apli­ carse a la vida real. Ahí es donde entra el desafío. O frecí un billete de ida y vuelta a cualquier lugar del mun­ do a cualquiera que llevase a cabo un «d esafío» indefinido de la form a m ás personal posible. R esultados y originalidad. Les dije que los interesados se reuniesen conm igo después de clase y allí estaban, casi 2 0 de una clase de 60. L a tarea e stab a p en sad a p a ra son d ear los lím ites de su zona de co m o d id ad , ob ligán d oles a ap licar algun as de las tácticas que enseñ o. E ra sen cillísim o: co n tactar co n tres p e rso n as a las que aparen tem en te fuese im posib le llegar —Je n n ife r L ó p ez , Bill C lin ton , J . D . Salin g er, me d a b a igu al— y co n segu ir que al m enos uno respon diese a tres preguntas. De 2 0 estudiantes, tod os ellos salivando p o r ganar un gar­ beo gratis p o r el m undo, ¿cuántos aceptaron el desafío? E xacto... ninguno. N i uno. H u bo excusas de todo tip o: «N o es tan fácil conseguir que alguien ...», «Tengo un trabajo im portante que terminar, y... », «M e encantaría, pero no puedo hacerlo...». Sin em bar­ go, la razón de no hacerlo era una, aunque repetida con dis­ tintas p alabras. Era un desafío difícil, quizás im posible, y los dem ás estudiantes les ganarían. C om o to d o s sobrevaíoraron a la com petencia, ninguno apareció. Según las reglas que yo h abía fijado, si alguien me hubie­ se enviado aunque fuese un papel con un p árrafo ilegible, habría estado obligado a darle el prem io. Este resultado me dejó a la vez fascinado y deprim ido. Al año siguiente las cosas fueron m uy diferentes. Conté lo ocurrido el curso anterior a m odo de advertencia y 6 de 1 7 estudian tes fin alizaron la m isión en m enos de 48 horas. ¿El segundo grupo era m ejor? N o. De hecho, en el 78

primero había estudiantes m ás brillantes, pero no hicieron nada. M ucho lirili y poco lerele. El segundo grupo se creyó a pies juntillas lo que les dije antes de empezar, que era... H acer lo insensato es m ás fácil que hacer lo sensato Desde contactar con m ultim illonarios a confraternizar con celebridades — el segundo grupo de estudiantes hizo las dos cosas— ... si crees que puedes hacerlo, lo harás. Se está solo en la cima. El noventa y nueve por ciento de la gente de este m undo está convencida de que es incapaz de lograr grandes cosas, así que aspiran a ser m ediocres. El grado de com petencia p ara alcanzar m etas «realistas» es, por tan to , feroz, lo que paradójicam en te hace que con se­ guirlas exija m ás tiem po y m ás energía. Es m ás fácil reunir 1 0 .0 0 0 .0 0 0 que 1 .0 0 0 .0 0 0 . Es m ás fácil ligar con la chica espectacular del bar que con las cinco guapas. Si eres inseguro, ¿sabes qué? El resto del m undo también. N o sobrevalores a la competencia y te m inusvalores a ti. Eres m ejor de lo que crees. L a s m etas insensatas y p oco razonables son m ás fáciles de conseguir por otra razón m ás. Una meta enormemente grande supone un chute de adre­ nalina que te proporciona el aguante necesario para superar las inevitables dificultades y tribulaciones que acom pañan a la consecución de cualquier m eta. L a s m etas realistas, las encuadradas en el grad o de am bición m edio, no m otivan y no te im pulsarán m ás allá del prim er o segundo problem a, m om ento en el que tirarás la toalla. Si la recom pensa poten­ cial es m ediocre o m edia, no te esforzarás. Y o saltaría m on­ tañas por un viaje en catam arán por las islas griegas, pero quizá no cam biase de cereal de desayuno por un fin de sem a­ na en Colum bus, Ohio. Si me decanto por lo segundo porque es «realista», no tendré el entusiasm o suficiente para derribar 79

el m enor obstáculo para conseguirlo. Pensando en las crista­ linas y lím pidas agu as y el vino delicioso de G recia, estoy preparado p ara batallar p or un sueño que merece la pena ser soñado. Aunque la dificultad de consecución en una escala del 1 al 10 parece ser 10 y 2 , respectivam ente, es m ás p ro b a­ ble que Colum bus se quede por el cam ino. La pesca es m ejor donde hay m enos pescadores y la inse­ guridad colectiva del m undo hace m ás fácil gan ar por golea­ da si to d o s los dem ás quieren em patar. Es así: hay m enos com petencia p ara alcanzar grandes m etas. H acer cosas grandes empieza por pedirlas correctamente. ¿Q ué quieres? Antes que n ada, que form ules m ejor la pre­ gunta La m ayoría de la gente nunca sabrá lo que quiere. Yo no sé lo que quiero. Pero si me preguntas qué quiero hacer en los pró­ xim os cinco meses en cuanto a aprender idiom as, sí que lo sé. El quid está en ser específico. «¿Q u é quieres?» es dem asiado vago p ara producir una respuesta con sentido y que te em pu­ je a actuar. Olvídalo. «¿C u áles son tus objetivos?» se presta inevitablemente a confusión y conjeturas. Para reform ular la pregunta, necesi­ tam os d ar un p aso atrás y m irar la situación en su conjunto. Supongam os que tenemos diez m etas y las conseguim os: ¿cuál es el resultado buscado que hace que todo ese esfuerzo haya m erecido la pena? L a respuesta m ás habitual, que yo m ism o h abría apun tado hace cinco añ os: ser feliz. Y a no pienso que ésta sea la respuesta acertada. L a felicidad puede com prarse con una botella de vino y se ha vuelto un término am biguo de tanto usarlo. H ay una alternativa m ás precisa que refleja el que creo que es el objetivo real. Te pido un poco m ás de paciencia. ¿Q ué es lo contrario de la felicidad? ¿L a tristeza? N o. 8o

Igual que el am or y el odio son dos caras de la m ism a m oneda, la felicidad y la tristeza tam bién lo son. Llorar de felicidad lo ilustra perfectamente. Lo contrario del am or es la indiferencia, y lo contrario de la felicidad — y éste es el quid de la cuestión— es el abu rri­ miento. Ilusión es el sinónimo llevado a la práctica de felicidad y es precisamente lo que deberías aspirar a conseguir. E s el curalo­ todo. Cuando te aconsejan que te dediques a tu «pasión» o a «lo que te haga feliz», en mi opinión se están refiriendo al m ismo concepto: ilusión. Lo que nos devuelve a donde partim os. La pregunta que debes hacerte no es «¿Q ué quiero?» o «¿C uáles son mis obje­ tivos?», sino «¿Q ué me hace ilusión?». T D A del adulto: T rastorn o D eficitario en Aventura Entre el m om ento de acabar la facultad y el segundo trabajo, una m atraquilla se cuela en tu diálogo interior. Sé realista y deja de aparentar que la vida es com o las películas. Si tienes cinco años y dices que quieres ser astronauta, tus padres te dicen que puedes ser lo que tú quieras. Es inofensi­ vo, com o contarle a un niño que existe Papá N oel. Si tienes 25 y anuncias que quieres m ontar un circo, la reacción es distinta. Pon los pies en el suelo, hazte abogad o, contable o m édico, ten niños y críalos p ara que repitan el ciclo. Si consigues ignorar a quienes dudan de ti y em piezas tu propio negocio, por ejemplo, el T D A no desaparece. E so sí, adopta otra form a. C uando empecé B rain Q U IC K E N L L C en 2 0 0 1 , lo hice con un objetivo claro en mente: ganar 1.000 dólares al día, ya estuviera dándom e de cabezazos con el portátil o cortán­ dom e las uñas de los pies en la playa. Iba a ser una fuente autom atizada de dinero. Si repasas mi cronología, es obvio que esto no ocurrió hasta que me vi forzado a ello por un

fallo irrecuperable del sistem a, a pesar de que el requisito ingresos se había cum plido. ¿Por qué? L a meta era dem asia­ do general. N o había precisado actividades alternativas que sustituyesen al trab ajo que me ocupaba antes. Por consiguiente, seguí trab ajan d o aunque ya.no necesi­ tase el dinero. N ecesitaba sentirme productivo, y trab ajar era mi único vehículo para conseguirlo. Ésta es la razón p or la que la m ayoría trabaja hasta morir: «T rab ajaré hasta que tenga X d ólares y luego haré lo que quiera». Si no defines las actividades alternativas que consti­ tuyen «lo que quiera», la cifra X crecerá infinitamente para evitar la temible incertidumbre de ese vacío. Entonces es cuando tanto em pleados com o em prendedo­ res se convierten en gordos al volante de un BM W rojo. El gordo al volante del B M W rojo descapotable H a habido varios m om entos en m i vida — uno de ellos, justo antes de que me echaran de T ru eSA N y ju sto antes de que huyese de E stados Unidos p ara no acabar entrando con una m etralleta en un M cD o n ald ’s— en que me vi en el futuro com o otro gordo al volante del BM W fruto de su crisis de m ediana edad. N o tuve m ás que m irar a quienes iban por el m ism o cam ino que yo 15 o 2 0 años por delante, ya fuesen directores de ventas o emprendedores del m ism o sector, y se me pusieron los pelos de punta. L a fobia era tan agu da y una m etáfora tan perfecta de la sum a de todos los m iedos, que se convirtió en una form a de rom per ciertas p au tas de conducta entre mi colega empren­ dedor y diseñador vital D ouglas Price y un servidor. D o u g y yo hem os recorrido sendas paralelas durante casi cinco años, afron tan d o los m ism os retos e in seguridades, p o r lo que hem os seguido de cerca el estado psicológico del otro. Parece que nuestras épocas de bajón se alternan, así que form am os un buen equipo. 82

Siem pre que un o de los dos em pieza a asp irar a logros m ás m odestos, a perder la fe o a «acep tar la re alid a d », el otro interviene rau d o p o r teléfono o correo electrónico com o un padrino de A lcohólicos Anónim os: «T ío , ¿te estás convirtiendo en el gord o calvo del BM W ro jo d e scap o ta­ ble?». L a visión es tan terrorífica que siem pre volvem os al buen cam ino con nuestras prioridades claras en un segundo. Lo peor que podría pasarte no sería estrellarte y arruinarte, sino aceptar el aburrim iento terminal com o estado tolerable indefinido. Recuerda: el aburrimiento es el enemigo, no el «fracaso» en abstracto. Corregir el rum bo: vuélvete insensato H ay un proceso que yo he utilizado, y aún utilizo, para dar emoción a mi vida o corregir el rum bo cuando el gordo del BM W asom a su desagradable cabeza. De una form a u otra, es el m ism o proceso que aplican los N R m ás adm irables que he conocido en todo el m undo: el onirogram a. El onirogram a se llam a así porque consiste en poner pla­ zos de consecución a lo que m uchos considerarían sueños. Se parece mucho a fijarse m etas, aunque difiere de ello en varios aspectos fundam entales: 1. L as m etas pasan de ser deseos am biguos a p aso s bien defi­ nidos. 2. Para ser eficaces, las m etas no pueden ser realistas. 3. Pretende encontrar actividades que llenen el vacío que se crea al elim inar el trabajo. Vivir com o un m illonario exige hacer cosas interesantes, no sólo poseer cosas envidiables. A hora te toca pensar a lo grande.

83

C óm o conseguir hablar p o r teléfono con G eorge Bush padre o el gerente de Google Ei artículo incluido a continuación, titulado «F racasar m e­ jo r», escrito por A dam G ottesfeld, analiza cóm o enseño a los estudiantes de Princeton a con tactar con grandes direc­ tivos del m undo de los negocios o con celebridades de diver­ sa índole. D ebido a su extensión, he recortado algunos frag­ m entos. L a gente es m uy aficionada a usar el dicho que reza «no es im portante lo que sabes, sino a quién conoces» com o excu­ sa para no hacer nada, com o si todo aquel que ha alcanzado el éxito hubiera nacido teniendo am igos m uy poderosos. Tonterías. Aquí se dem uestra cóm o la gente norm al construye redes fuera de lo norm al.

F ra casa r m ejor por A D A M G O T T E S F E L D

A la m ayoría de los a lu m n o s de Princeton les g u s ta p o ste rg a r el m o m e n to de e scrib ir los tra b a jo s q u e les e n c a rg a un profesor. Ryan M a rrina n, de Los Á n g e le s, no era una excepción. Sin e m b a r­ g o, m ie n tra s la m ayoría de los e stu d ia n te s universitarios d e d ica ­ ban su tie m p o a actu alizar s u s perfiles de F aceboo k o a ver v íd e o s en Y o u T u b e , M arrina n h ablab a de b u d is m o soto zen por correo e le ctrónico co n R andy K o m is a r, un so cio de la e m p re s a K ie ine r P erkins Caufield and B yers, y, ta m b ié n por correo electró­ nico, le p re guntaba a Eric S ch m id t, g eren te de G o o g le , cuál había s id o el m o m e n to m á s feliz d e su vida (re s p u e s ta de S ch m id t: «M a ñ a n a »). A n te s de m a ndarle e se correo electrónico , M arrinan nunca h abía h a b la d o co n K o m is a r, y só lo h a b ía visto b re v e m e n te a S c h m id t, qu e pertenecía al co n se jo d e a d m inistració n d e Prince-

84

ton, cu a n do asistió a una reunión a cad ém ica de los m ie m b ro s de dicho co n se jo ce le b ra d a en noviem bre . M arrinan, qu e se definía a sí m is m o c o m o «un m u ch a ch o tím ido p or n a tu raleza», dijo que nunca se hubiera atrevido a m a n d a r un correo electrónico a d o s de los h o m b re s m á s p od eroso s de Silicon Valley de no haber sido por T im F e rriss, q u e dio una charla en la cia se «E m p re s a y altas tecn olog ía s» del profesor Ed Z s c h a u . Ferriss desafió a M arrinan y a s u s c o m p a ñ e ro s a co n ta cta r con fa m o so s y g e re n te s de gran­ de s e m p re s a s para co n se g u ir las re s p u e s ta s a lo qu e siem pre habían d e s e a d o pre guntarles. C o m o incentivo extra, Ferriss prom etió un billete d e avión de ida y vue lta a cu alq u ier lugar del m u n d o al estu d ia n te qu e hablara con la persona m á s difícil de con tactar y le planteara ia pregunta m á s com p lica d a. «C re o q u e el éxito pu ede m e d irse se g ú n el n ú m e ro de co n ve r­ s a cio n e s in có m o d a s q u e e s tá s d is p u e s to a m a n te n e r. T e n g o la s e n sa ció n de q u e si p uedo a yu dar a los e stu d ia n te s a s u p e ra r el m ie d o al recha zo con correos electrónico s y lla m ad as telefó nicas no so licita d a s, e s o les s e rá útil s ie m p re — dijo Ferris— . E s fácil ve n d e rse barato, pero cu a n d o v e s qu e tu s co m p a ñ e ro s d e cia se reciben re s p u e s ta s d e ge n te c o m o [el ex p re sid e n te ] G e o rg e B u sh o los g e re n te s d e D isney, C o m c a s t, G oogle o HP y de d o ce ­ n a s d e p e rso n a s m u y difíciles de co n ta cta r, e s o te obliga a re p lantearte las lim ita cio n e s q u e tú m is m o te h a s im p u e s to .» Ferriss instruye a los a lu m n o s d e «E m p re s a y altas te cn o lo g ía s» ca d a s e m e s tre so b re c ó m o c re a r un pu nto de partida y d ise ñ a r un estilo de vida ideal. «Participo en e s te co n cu rso to d o s los días — afirm a Ferriss— . H ago lo q u e hago sie m pre: si e s posible, localizo una dirección de correo electrónico de alguien, a m enu do a tra vés d e blogs perso­ nales poco co n o cid o s; m a n d o un m ensaje de d o s o tre s párrafos en el q u e explico qu e co n o zco su trabajo y planteo una pregunta fácil de re s p o n d e r pero q u e le h aga reflexionar acerca de su pro­ fesión o su filosofía de vida. El objetivo e s iniciar un diálogo a fin de qu e pu e dan re s p o n d e r a futuros m e n s a je s ..., no para pedir

ayuda. E so sólo pu e d e ocurrir d e s p u é s de al m e n o s do s o tres intercam bio s de m e n sa je s.» C on la «p u e sta en práctica de la técn ica de T im Ferriss», com o la llam a él, M arrinan p u do e sta b le ce r un vínculo con K om isar. En su prim e r correo electrónico c o m e n ta b a qu e había leído uno de ios artículos de K o m is a r p u blicad o s en la Harvard Business

Review y qu e eso le im pu lsó a preguntarle: «¿ C u á l ha sido el m o m e n to m á s feliz de su v id a ? ». D e s p u é s d e qu e K o m is a r le respondiera co n referencias al b u d ism o tib e ta n o , M arrinan dijo: «D e la m is m a form a que no se puede explicar con pala bras la ve rd a dera felicidad, no teng o p a la bras para expresarle m i agrade­ cim ie n to ». E ste correo electrónico incluía u na traducción del fran­ cé s h e ch a p or el propio M arrinan de un po e m a de T a is e n D esh im a ru , antiguo m aestro europeo de soto zen. S e había establecido una relación por correo electrónico, y K o m is a r incluso le m andó un m e nsa je a M arrinan u n o s d ía s d e s p u é s co n un vínculo de un artículo s o b re la felicidad publicado en el N ew York Times. C o n ta cta r con S c h m id t e ra un desafío m á s gra n d e . Para M arri­ nan , la parte m á s difícil fue c o n s e g u ir la dirección d e correo per­ sonal de S ch m id t. Le m a n d ó un m ensaje a una profesora de Princeton so licitánd osela, pero no o btu vo re s p u e sta . D o s se m a n a s d e s p u é s , volvió a m andarle otro m e n sa je a e s a m is m a profesora, y defendió su solicitud diciéndole q u e ya con ocía a S ch m id t. La profesora no se la dio, pero M arrinan se negó a tirar la toalla. Le escribió un tercer m e n sa je : «¿ N u n c a hace e x ce p cio n e s ?», le pre­ gu n tó . Fina lm ente, la pro fesora ced ió y le p a só la dirección de correo electrónico de Sch m id t. «S é qu e a lg unos co m p a ñ e ro s de cla se prefirieron seg u ir la té cn ica de m a n d a r co rre o s de form a indiscrim inada, y con cierto éxito, pero é se no e s mi estilo — dijo M arrina n, explicando su p e rse vera n cia— . M e enfrento al recha zo con la insistencia, no apu nta ndo en m u c h a s d ireccio nes. Mi m áxim a se la deb o a S a m u el B e ckett, uno de m is h éro es p e rso n a le s: "Lo h a s intenta­ do. H a s fra ca sa d o . N o im po rta. Inténtalo de nu evo. Fracasa otra vez. Fracasa m e jo r” . N o os creeríais lo qu e uno e s c a p a z de con­

seguir al intentar lo im po sible si tiene valor para fra ca sa r m ejor rep etid a m e nte .» N a th a n K a p la n , otro participante en el co n cu rso , e sta b a m uy orgulloso d e la form a en qu e pudo co n ta cta r con el antiguo alcal­ de de N ew ark, S h a rp e Ja m e s . T e n ie n d o en cu e n ta qu e había hecho u na ca m p a ñ a para colaborar con Al S h arpto n, en la página w eb w w w .fu n d ra ce .o rg figuraba la dirección del dom icilio de ja m e s . E n to n ce s, K aplan escribió la dirección d e Ja m e s en un b u scado r de n ú m e ro s de teléfono por direcciones y allí consiguió el dei ex alcalde. K aplan dejó un m ensaje para Ja m e s y u n o s días d e s p u é s pudo preguntarle cóm o fue su edu cació n cu a n d o e ra un niño. Ferriss se siente m uy orgulloso de! esfuerzo qu e los estu dian­ te s han d e d ica do a este co n cu rso . «La m ayoría de la g ente e s ca pa z de h a ce r co s a s a b s o lu ta m e n te im presionan tes — dijo— . A veces, lo único qu e necesitan es un em pu joncito.»

P y A: P R E G U N T A S Y A C C IO N E S «El vacío existencial se manifiesta principalmente a través de un estado de aburrimiento.» v ik t o r f r a n k l , su p e r v iv ie n t e d e Auschwitz, f u n d a d o r d e la lo g o te r a p ia y a u to r d e

El hombre en busca de sentido

«L a vida es demasiado corta para ser pequeña.» BENJAMIN DISRAELI

Trazar tus onirogram as será divertido y tam bién difícil. Si te cuesta m ucho, es signo de que realmente necesitas hacerlos. Para ah orrar tiem po, recom iendo utilizar las calculadoras autom áticas y form ularios que encontrarás en w w w .fourhourblog.com . B ásate en la hoja de cálculo m odelo de la página 90 para com pletar los siguientes pasos:

87

1. ¿Q ué harías si no pudieses fracasar de ninguna m anera? ¿Y si fueses diez veces m ás listo que el resto del m undo? F ija d os fech as fu tu ra s — un a 6 m eses h acia adelan te y otra, 1 añ o— y escribe cinco c o sa s com o m áx im o que sue­ ñ as con tener (pueden ser m ateriales o n o: c a sa , coche, ro p a, etc.), ser (un gran co cin ero, co n versador decente en chino, etc.) y h acer (visitar T aila n d ia , in vestigar tus oríge­ nes en el extran jero, correr encim a de un avestruz, etc.) en ese orden. Si te resu lta difícil sab er qué quieres en alguna categoría, com o le ocurrirá a casi to d o el m undo, piensa en c o sa s que d etestas o tem es en c a d a una y escribe lo con trario. N o te p on gas lím ites y no te preocupes pen san ­ do en cóm o v a s a con segu ir lo que an otes. Por ah o ra eso no tiene im portan cia. Es un ejercicio de antirrepresión. Ten cuidado de no criticarte o engañarte a ti m ismo. Si lo que quieres de verdad es un Ferrari, no escribas «acab ar con el ham bre en el m undo» porque te sientes culpable. El sueño de algunos será la fam a; p ara otros, la fortuna o el prestigio. T o d o s tenem os vicios e inseguridades. Si hay algo que te haría sentirte m ás valioso, ponlo. Y o tengo una m oto de carreras y aparte del hecho de que am o la velocidad, me hace sentir que soy guay cuando la m onto. N o hay nada de m alo en ello. Escríbelo todo. 2. ¿Q ue te has quedado en blanco? A pesar de echar infinitas pestes sobre los obstáculos que no les dejan avanzar, a la m ayoría de gente le resulta m uy difícil saber cuáles son los sueños concretos que se les está im pi­ diendo realizar. El bloqueo aparece sobre todo en la catego­ ría «h acer». Si éste es tu caso, hazte estas preguntas: a. ¿Qué harías, en tu día a día, si tuvieras 100 millones de dólares en el banco? b. ¿C on qué te levantarías ilusionado cada m añana para vivir un nuevo día?

N o te apresures; piénsatelo unos m inutos. Si sigues blo­ queado, com pleta los cinco puntos de «hacer» con esto: • Un lugar que visitar. • Una cosa que quieras hacer antes de m orirte (un recuer­ do p ara toda la vida). • Una cosa que hacer todos los días. 9 Una cosa que hacer todas las sem anas. ® Una cosa que siempre hayas querido aprender. 3. ¿Q ué tienes que hacer p ara «ser»? T ransform a cad a «ser» en un «hacer» para poder llevarlo a la práctica. Identifica una acción que caracterice este estado de ser o una tarea que significaría que lo has logrado. Suele ser m ás fácil pensar en cosas que quieras «ser» antes, pero esta colum na no es m ás que un alm acén tem poral de cosas para «hacer» m ás adelante. Algunos ejemplos: ® G ran cocinero, preparar la cena de N avidad sin ayuda. ® C on versador decente en chino, m antener una charla de cinco m inutos con un com pañero de trabajo chino. 4. ¿C uáles son los cuatro sueños que lo cam biarían todo? Centrándote en el plazo de 6 m eses, m arca con un asterisco o señala de alguna form a los sueños m ás em ocionantes o im portantes de cada una de las colum nas. Repite el proceso con el plazo de 1 año si así lo deseas. 5. D eterm ina el coste de estos sueños y calcula tus IM O (Ingresos M ensuales Objetivo) p ara am bos plazos. Si fuesen financiabíes, ¿cuánto costaría m ensualmente cada uno de los cuatro sueños (alquiler, hipoteca, cuotas de un p ago ap lazad o , etc.)? Em pieza a pensar en tus ingresos y gastos en términos del dinero que entra cada mes — dólares que entran y dólares que salen— en lugar de en sum as to ta­ les. L as cosas a m enudo cuestan muchísimo m enos de lo que te esperas. Por ejem plo, un Lam borghini G allard o Spyder, 89

E jem plo de onirograma

Onirograma

Íi2 ¿Í% H cH /3 r;X 5:■::¿n}TÍS;^fS¿W \J / < O o I ;gffifgg2||gsS|g| U i rr ^) V ;S. fm 'sitlciitc tic S I ■ / C.(n¡..tl.iltr.t^ por .inihos I.Jilos, in u n ia cnlucar sólo dos veces — o sea, hacer dos fijaciones— p o r línea en esas dos palabras-ancla. 4 . T res m in u tos: Practica leer dem asiad o deprisa com o p ara com prender pero con buen a técnica (las tres técnicas anteriores) cinco págin as y después p asa a una velocidad có m o d a. E sto intensificará tu percepción y reajustará tu límite de velocidad, de form a muy parecida a com parar 80 km/h, que norm alm ente te parece rápido, con. coger 130 en la autopista: a 80 , la sensación es de cám ara lenta. Para calcular tu rapidez de lectura en palabras por m inuto íppm ) — y así p rogresar— en un libro concre­ to , sum a las p alab ras que hay en 10 líneas y divide el resultado entre diez para extraer la m edia de palabras por línea. M ultiplica esa cifra por el núm ero de lincas por página y obtendrás la media de p alabras por página. A hora es fácil. Si al em pezar leías 1,25 páginas en un minuto a una media de 3 3 0 palabras por página, ahora son 4 1 2 ,5 p alabras p or m inuto. Si después de practicar lees 3,5 págin as, son 1.155 palabras por m inuto y entra­ rías en el .1% de los lectores m ás ráp idos del mundo.

P y A: P R E G U N T A S Y A C C IO N E S «Aprender a ignorar cosas es un magnífico camino para lle­ gar a la paz interior.» ROBERT J. SAWYER, E l cálculo de DtOS

1. Em pieza inm ediatam ente un ayuno inform ativo de una sem ana. El m undo no se va a inm utar, mucho m enos acabarse, si cor­ tas el cordón um bilical de la inform ación. Para darte cuenta, 1 26

lo m ejor es el m étodo de la tirita; un tirón rápido: un ayuno informativo de una sem ana. L a inform ación se parece dem a­ siado al helado para hacerlo de o tra form a. «Bueno, me com eré m edia cuch aradita» es tan realista como «V oy a conectarm e un m inutito». Si luego quieres volver a tu dieta de 15.000 calorías infor­ m ativas a base de p atatas fritas, muy bien, pero a partir de m añana y por lo m enos durante cinco días com pletos, éstas son las reglas: N a d a de periódicos, revistas, audiolibros o radio que no sea m úsica. La m úsica se permite a todas horas. N a d a de webs de noticias {cnn.com, m arca.com , elmundo.es,10 etc.). N a d a de televisión, excepto una hora de visionado por placer todas las noches. N a d a de leer libros, excepto éste y una hora de novelas15 por placer antes de irme a la cam a. N a d a de navegar por internet en el trabajo salvo que sea necesario para llevar a cabo una tarea p ara ese día. N ecesa­ rio significa necesario, no que estaría bien saber. La lectura innecesaria es el enemigo público número uno durante este ayuno de una sem ana. ¿Qué haces con tod o ese tiem po que te sobra? Sustituye el periódico durante el desayuno por hablar con tu m arido o tu mujer, acercarte m ás a tus hijos o aprender los principios de este libro. De 9 a 5 dedícate a realizar tus prioridades com o 10. LOL. 11. Leí exclusivamente divulgación y ensayo durante casi 15 años y te puedo decir dos cosas: no es productivo leer dos libros basados en hechos al mismo tiempo (éste es uno) y las obras de ficción son mejores que las pastillas para dormir para dejar atrás los sucesos del día.

127

dijim os en el capítulo anterior. Si te queda tiem po después de acabarlas, haz los ejercicios de este libro. R ecom endar este libro puede parecerte hipócrita, pero no lo es. L a inform ación contenida en estas páginas cumple las d os condiciones: es im portante y debe ser aplicada de inme­ diato, no m añana ni p asado. T od os los días, en la p ausa p ara com er, no antes, métete tu chute de cinco m inutos. Pregunta a un com pañero bien inform ado o al camarero: «¿H a p asad o algo im portante en el m undo hoy? N o he podi­ do com prarm e el periódico». D eja de hacerlo en cuanto te des cuenta de que la respuesta no va a afectar a tus activi­ dades en lo m ás m ínim o. C asi nadie se acuerda de lo que se p asó una o dos horas absorbiendo por la m añana. Sé estricto contigo m ism o. Y o puedo recetar la medicina, pero tienes que tom ártela. D escárgate el navegador Firefox (w w w .firefox.com ) y utiliza LeechBlock p ara bloquear totalm ente algunas pági­ nas que consideres deben ser bloqueadas por períodos deter­ m inados. Desde esa página (http://w w w .proginosko.com / leechblock.html): Puedes especificar hasta seis grupos de páginas que bloquear, con distintas horas y días para cada uno de ellos. Puedes bloquear sitios durante períodos preestablecidos (por ejemplo, entre las 9 de la mañana y las 5 de la tarde), después de un tiempo límite (por ejem­ plo, 10 minutos cada hora) o con una com binación de horas y tiempos límite (por ejemplo, 10 minutos cada hora entre las 9 de la m añana y las 5 de la tarde). Tam bién puedes establecer una contraseña para opciones avanzadas... ¡para relajarse en momen­ tos de debilidad!

2 . A dquiere el hábito de preguntarte: «¿V o y a u sar esta inform ación en algo inm ediato e im portante?». N o es suficiente utilizarla p ara « a lg o » ; tiene que ser inm ediato e im portante. Si no cum ple estas dos con dicio­ 128

nes, no la consum as. L a inform ación es inútil si no se ap li­ ca a algo im portante o si se te olvida antes de que puedas hacerlo. Antes tenía la costum bre de leer un libro o una web para prepararm e p ara algo que iba a suceder sem anas o meses en el futuro; al final tenía que releer el m ism o m aterial al acercarse el m om ento de actuar. Esto es tonto y redundante. Guíate p o r tu listita de cosas que hacer y rellena las lagunas inform ativas sobre la m archa. Centrar el foco de atención en lo que K athy Sierra deno­ mina «inform ación ju sto a tiem po» en lugar de «in form a­ ción sólo en caso de». 3. Practica el arte de no terminar. Ésta es otra regla que tardé bastante tiem po en aprender. Em pezar algo no justifica autom áticam ente terminarlo. Si estás leyendo un artículo que es una bazofia, suéltalo y no vuelvas a cogerlo. Si vas a ver una película y es peor que The M atrix Revolutions , sal de ahí echando leches antes de que m ueran m ás neuronas. Si estás lleno después de media bandeja de costillas, pon el m aldito tenedor sobre el plato y no pidas postre. M ás no es m ejor, y dejar algo a m edias suele ser 10 veces m ejor que term inarlo. A costúm brate a no term inar lo que sea aburrido o im productivo si un jefe no te lo pide.

R E T O A N T IC O M O D ID A D Pide núm eros de teléfono (2 días)

Cuidando siempre de m antener el contacto visual, pídele el número de teléfono al m enos a dos (cuanto m ás lo hagas, m enos nervioso te pondrás) m iem bros atractivos del sexo opuesto cada día. Señoras: esto significa que ustedes también 129

juegan. N o im porta si tienen 5 0 años o m ás. Recuerda que el verdadero objetivo no es conseguir los núm eros, sino superar el m iedo a pedirlos, así que no im porta si te los dan o no. Si tienes p areja, di que estás recogiendo inform ación para Greenpeace. T íralos si los consigues. Si quieres calentar m otores rápido — mi m étodo preferido p ara sentirme cóm odo en poco tiem po— , vete a un centro com ercial y proponte pedir el teléfono a tres personas en cinco m inutos. Tienes m i perm iso p ara variar el siguiente guión a tu gusto: «Perdona. Y a sé que esto va a sonarte raro, pero si no te lo digo me voy a pegar de bofetadas lo que queda del día. H e quedado con un am igo y llego tarde [o sea, tengo am igos, así que no soy un acosad or], pero creo que eres realmente [increíblemente, p ara m orirse de] guap@ /atractiv@ /im presionante. ¿M e das tu teléfono? Te prom eto que no soy un psicópata. Si no te interesa, dam e uno inventado».

130

7 . IN T E R R U M P IR LAS IN T E R R U PC IO N E S Y EL A RTE D E LA NEGATIVA

«Piensa con independencia. Sé ei jugador de ajedrez, no la pieza sobre el tablero.» RALPH CHARELL

«L as reuniones son una actividad adictiva y en gran medida autoindulgente que las empresas y otras organizaciones lle­ van a cabo como sustituto de la masturbación.» d a v e b a r r y , humorista estadounidense ganador del Premio Pulitzer

Primavera de 2 0 0 0 , Princeton, N ueva Jersey 13:35 — Creo que lo entiendo. Pasem os a otra cosa. En el siguiente párrafo se explica que... Lo llevaba tod o por escrito y no quería saltarm e nada. 15:45 —Vale. Tiene sentido lo que dices, pero si m iram os este ejem plo... — M e detuve a m itad de frase. El ayudante del profesor tenía la cara tap ad a con las dos m anos. — Tim , vam os a dejarlo aquí por ahora. Tendré en cuen­ ta lo que has apuntado. — E staba harto. Y o tam bién, pero sabía que sólo tendría que hacerlo una vez. I 3I

D urante los cuatro años de carrera m antuve una norm a. Si me ponían m enos de un sobresaliente en el prim er exam en o control de preguntas abiertas en una asignatura, llevaba una lista de preguntas de 2 a 3 horas de duración a la tutoría del evaluador y no me iba hasta que me hubiese respondido a tod as ellas o parase por agotam iento. Esta estratagem a cum plía dos im portantes objetivos: 1. M e servía p ara enterarme de cóm o evaluaba el trab a­ jo, incluidos sus prejuicios y lo que le ponía de ios nervios. 2. El evaluador se pensaría muy m ucho volver a ponerme m enos de un sobresaliente. N unca se plantearía ponerme una m ala nota sin haber razones excepcionales para ello porque me plantaría en su puerta para otra visita de tres horas. Aprende a ser difícil cuan do im porte. En la universidad, com o en la vida, tener fam a de asertivo te ayudará a recibir trato preferente sin tener que luchar o pedirlo de rodillas. Recuerda tus d ías de jardín de infancia. H ab ía siempre un abusón e innum erables víctim as, pero tam bién un niño p equeñ ajo que d ab a p ata d a s a tutiplén, retorciéndose y colum piándose en las vallas. A lo m ejor no g an ab a, pero después de una o dos ago tad o ras interacciones, el abusón decidía no m olestarle m ás. Era m ás fácil ir a buscar a otro. Sé ese niño. H acer lo im portante y no hacer caso a lo trivial cuesta, porque casi todo el m undo parece con spirar para echarte m arrones encima. A fortunadam ente, unos sencillos cam bios en tu rutina harán que m olestarte sea m ucho m ás doloroso que dejarte en paz. Es hora de poner fin al abu so inform ativo. N o todos los m ales fueron creados iguales Para el propósito que nos ocupa, una interrupción es cualquier 13 2

cosa que impide com pletar una tarea crucial de principio a fin. Tres clases de delincuentes suelen cometer el delito: X. M algastad ores de tiem po: cosas de las que se puede hacer caso om iso con pocas consecuencias o sin ellas. L as m ás nor­ males son: reuniones, conversaciones, llam adas telefónicas y correos electrónicos intrascendentes. 2. Consumidores de tiempo: tareas o peticiones repetitivas que tienen que realizarse o atenderse pero que suelen interrumpir el trabajo de importancia superior. Aquí hay algunos que segu­ ro que conoces íntimamente: leer y contestar al correo, hacer y devolver llam adas telefónicas, servicio al cliente (estado de pedidos, asistencia sobre el uso del producto, etc.), informes financieros o de ventas, recados personales, todo tipo de accio­ nes y quehaceres necesarios que se repiten en el tiempo. 3. Falta de delegación de responsabilidades: casos en los que alguien necesita de una aprobación para permitir que se haga una nimiedad. Algunos ejemplos: arreglar problem as de los clientes (envíos perdidos, envíos dañados, mal funcionamien­ to, etc.), contactos con los clientes, pagos de toda índole. Exam inem os ahora cóm o curarnos de estos tres males. M algastadores de tiem po: convertirse en un Ignoram us «L a mejor defensa es un buen ataque.» da n gable,

m e d a llis t a d e o r o o lím p ic o e n lu c h a lib r e y el

e n t r e n a d o r d e m á s é x it o d e la h i s t o r i a ; r é c o r d p e r s o n a l:

299-6-3, con 182 derribos.

Los m algastadores de tiem po son los m ás fáciles de eliminar y desviar. El quid radica en dificultar el acceso a ti y canali­ zar toda com unicación hacia la acción inm ediata. 133

Para em pezar, reduce el con sum o y la producción de correo electrónico. É sta es la interrupción m ás im portante con diferencia que se da en el m undo m oderno. 1. D esactiva la alerta son ora del O utlook o del program a de correo que tengas, si la utilizas, adem ás del enviar/recibir autom ático, que coloca el correo electrónico en la bandeja de entrada en cuanto alguien lo envía. 2. M ira el correo dos veces al día: una vez a las 12 del m edio­ día o justo antes de com er y otra vez a las 4 de la tarde. Las 12 y las 4 son las horas en que la m ayoría de la gente habrá contestado ya a los correos que les h ayas m andado. N unca mires el correo al em pezar la jorn ad a de trab ajo .12 En vez de eso, term ina la tarea m ás im portante m arcada para el día ¡ 2 0 - 3 0 v e c e s a l d ía

9

3 v e c e s a l d ía

9

4 v e c e s a l d ía

8:00 9:00 10:00 11:00 12:00 1:00 2:00 3 :0 0 4 :0 0 5 :0 0 A n res de p ro g ra m a r e l e-m ail/teléfo n o

D e sp u és d e p ro g ra m a r el e-m ail/teléfono

E l c o lo r gris c la ro in d ica e l tie m p o d isp o n ib le p a ra tare as de alta p rio rid ad

12. Este hábito por sí solo puede cambiarte la vida. Parece pequeño pero tiene un efecto enorme.

134

antes de las 11 para evitar utilizar la com ida o leer el correo electrónico com o excusa para retrasarla. Antes de poner en m archa la rutina de dos veces al día, tienes que crear una respuesta autom ática, que se encargará de enseñar a tu jefe, com pañeros, proveedores y clientes a ser m ás eficaces. Te recom iendo que no pidas perm iso para poner esto en funcionamiento. Recuerda uno de nuestros diez m andam ien­ tos: suplica perdón. N o pidas perm iso. Si te dan palpitaciones, habla con tu superior inm ediato y proponle prob ar esta idea de uno a tres días. Justifícalo aduciendo proyectos pendientes y desesperación por las interrupciones constantes. Siéntete libre de echarle la culpa al correo basura o a alguien de fuera de la oficina.

Aquí tienes una sencilla plantilla que puedes usar: H ola amigos [o Estimados compañeros]: D ebido al gran volumen de trabajo que tengo actualmente, estoy contestando al correo dos veces al día, a las 12 de la mañana y a las 4 de la tarde (hora M adrid, por ejemplo). Si necesitas hablar conmigo con urgencia (por favor, valora si realmente es urgente) y no puedes esperar hasta las 12 o las 4, no dudes en llamarme al móvil, 555 5555. Gracias por comprender este cambio, con el que busco ser más eficiente y más eficaz. Así podré atenderte mejor. Un saludo cordial, Tim Ferriss

Pasa a una vez al día lo antes posible. L as emergencias no suelen serlo. Som os m alos jueces de la im portancia de las cosas e inflam os nim iedades p ara rellenar el tiem po y sen­ 135

tirnos alguien. E sa respuesta autom ática es una herramienta que, lejos de disminuir la eficacia colectiva, obliga a la gente a reevaluar la razón p or la que va a interrumpirte, ayudándoles a rebajar los contactos sin sentido que m algastan tu tiempo. Al principio estaba m uerto de m iedo pensando que per­ dería solicitudes im portantes y que sería un desastre, segura­ mente igual que tú te sientes al leer esta recom endación. N o p a só n ad a. Atrévete a p ro b arlo y ve salvan do los pequeños obstáculos del cam ino a m edida que aparezcan. Si quieres ver un ejemplo radical de respuesta autom ática personal que nunca ha recibido una queja y que me permite m irar mi correo una vez por sem ana, m ándam e un correo electrónico a: tem plate@ fourhourw orkw eek.com . L o he ido adaptando a lo largo de tres años; funciona de m aravilla. El segundo p aso es filtrar las llam adas entrantes y reducir las salientes. 1. Si es posible, ten dos núm eros de teléfono: una línea pro­ fesional (no urgente) y un móvil (urgente). Tam bién podrían ser dos móviles, o la línea no urgente podría ser un número en internet que redirige llam adas a un buzón de voz en línea (w w w .skype.com , por ejemplo). C ontesta al m óvil que pones en el m ensaje de respuesta autom ática siempre, salvo que quien llame no se identifique o que sea alguien con quien no quieras hablar. Si dudas, deja que conteste el buzón de voz y escúchalo inm ediatam ente después, p ara valorar la im portancia del mensaje. Si puede esperar, que espere. L o s culpables tienen que aprender a esperar. El teléfono de la oficina debe silenciarse y redirigirse al buzón de voz siem pre que suene. L a grabación debe sonar conocida:

136

Éste es el puesto de Tim Ferriss. Debido al gran volumen de trabajo que tengo actualmente, estoy contestando al correo dos veces al día, a las 12 de la mañana y a las 4 de la tarde (hora M adrid, por ejemplo). Si necesitas hablar conmigo con urgencia (por favor, valora si realmente es urgente) y no puedes esperar hasta las 12 o las 4, no dudes en llamarme al móvil, 555 5555. También puedes dejarme un mensaje y te contestaré en alguna de esas dos horas. N o olvides dejarme tu correo electrónico, porque normalmente puedo respon­ der antes por ese medio. Gracias por comprender este cambio, con el que busco ser más eficiente y más eficaz. Así podré atenderte mejor. Que tengas un buen día.

2. Si alguien te llam a al m óvil, presumiblemente será urgen­ te, así que trata el asunto com o tal. Si no es así, no le dejes consum ir tu tiem po. L a clave está en el saludo. C om para estas dos posibilidades: Jan e (destinataria): Diga. John (el que llam a): H o la, ¿eres Jane? Jan e: Sí, soy Jan e. John: H o la, Jan e, soy John. Jane: Oh, hola, John. ¿Cómo estás? (o) Oh, hola, John. ¿Qué tal? John se irá por las ram as y te enrollará en una conversación sobre nada, de la que tendrás que salir y volver en ti p ara investigar cuál es el prop ósito de la llam ada. Este plantea­ miento es m ejor: Jan e: Al habla Jan e. John: H o la, soy John. Jan e: H o la, Joh n . Estoy ocupada. ¿En qué puedo ayudarte? Posible continuación:

1 37

John : Ah, puedo llam arte m ás tarde. Jan e: N o , tengo un m om entito. ¿Qué puedo hacer por ti? N o fomentes la cháchara y córtala en cuanto surja. Ve direc­ to al grano. Si la gente se va p or los cerros de U beda o intenta retrasar el asunto hasta otra llam ada en un futuro indefinido, recoge carrete y consigue que no se anden con rodeos. Si se ponen a describir detalladam ente del problem a, corta dicien­ do: «[nom bre], perdona que te interrum pa pero espero una llam ada dentro de cinco m inutos. ¿Q ué puedo hacer para ayudarte?». O tam bién puedes decirle: «[nom bre], perdona que te interrum pa pero espero una llam ada dentro de cinco m inutos. ¿M e lo escribes en un correo electrónico?». El tercer p aso es dom inar el arte de la negativa y aprender a evitar las reuniones. El prim er día que nuestro nuevo vicepresidente de ventas lle­ gó a T rueSA N en 2 0 0 1 , entró en la reunión general e hizo un anuncio en m ás o m enos este núm ero de palabras: «N o estoy aqu í p ara hacer am igos. M e han contratado para form ar un equipo de ventas y vender p roducto, y eso es lo que tengo intención de hacer. G racias». Palique suficiente. A continuación procedió a cum plir lo prom etido. A los sociables de la oficina les caía m al por su estilo com unicativo directo y práctico, pero tod o el m undo respetaba su tiempo. N o era antipático sin razón, pero era franco y m antenía a su gente centrada. A lgunos no le consideraban carism ático, pero nadie le tenía por m enos de espectacularm ente eficaz. M e acuerdo de la prim era vez que acudí a su despacho p ara nuestra prim era reunión a solas. Recién salido de cuatro añ os de riguroso adiestram iento académ ico, enseguida me puse a explicar la vida y m ilagros de los potenciales clientes, los sesudos planes que había trazad o, ios logros realizados hasta la fecha y esto y lo otro. H ab ía estado por lo menos 138

dos horas preparán dom e p ara que su prim era im presión sobre m í fuese buena. M e escuchó con una sonrisa durante no m ás de dos m inutos y luego levantó la m ano. M e paré. Se rió con am abilidad y me dijo: «T im , no quiero saber la historia. Dime qué tenemos que hacer y ya está». Durante las sem anas siguientes, me enseñó a darm e cuen­ ta de cuándo perdía la concentración o me concentraba en cosas incorrectas, lo que quería decir cualquier cosa que no em pujase a nuestros dos o tres m ayores clientes a dar un paso m ás hacia firm ar una orden de pedido. Ahora nuestras reuniones no duraban m ás de cinco minutos. A p artir de este m om ento, tom a la determ inación de m antener a quienes te rodean centrados y de evitar todas las reuniones, ya sea en persona o a distancia, que no ten­ gan objetivos claros. Es posible hacer esto con tacto, aunque espera que algunos m algastadores de tiem po se ofendan las primeras veces que rechaces sus avances. Cuando dejes claro que tu norm a es no dispersarte de tus tareas y que no está sujeta a cam bios, lo aceptarán y seguirán con su vida. Los rencores se olvidan. N o sufras a imbéciles o te convertirás en uno de ellos. Es tu trab ajo enseñar a quienes te rodean a ser eficaces y eficientes . N adie lo hará p or ti. A quí tienes algunas recom endaciones: 1. Decide que, d ad a la naturaleza no urgente de la m ayo­ ría de los tem as, conducirás a la gente hacia los siguientes vehículos de com unicación, en orden de preferencia: correo electrónico, teléfono y reuniones en persona. Si alguien te propone una reunión, pídele que te m ande un correo elec­ trónico u ofrécele hablar por teléfono com o segunda opción, si fuese necesario. Justifícalo aduciendo trab ajo pendiente y urgente. 139

2 . Siempre que puedas, responde a los m ensajes de voz por correo electrónico. E sto entrena a la gente a ser concisa. A yúdales a adquirir ese hábito. De igual form a que tu saludo telefónico, la com unicación p or correo electrónico debe optim izarse p ara evitar correos que van y vienen para nada. A sí pues, un correo electrónico que diga: «¿Podem os vernos a las 4 de la tarde?» se convertiría en: «¿Podem os vem os a las 4 de la tarde? Si puedes... Si no, dime tres posibles horas que te vengan bien». Esta estructura « s i...» adquiere m ayor im portancia a medi­ da que m iras tu correo menos a menudo. C om o yo sólo miro el correo electrónico una vez por sem ana, es crucial que nadie necesite respuesta a un «¿qu é h ago si?» u otra información en los siete días siguientes a enviar un determ inado correo electrónico. Si sospecho que un pedido de fabricación no ha llegado a la planta de envío, por ejemplo, le m ando un correo al jefe de la planta de envío de este estilo: «Estim ada Susan... ¿H a llegado el último envío de facturación? Si ha llegado, dime por favor... Si no, contacta con Fulanito D etai llamando al 5 5 555555 o p or correo electrónico, [emailprotected] (le pongo en copia), y dile la fecha de entrega y datos de segui­ miento. Fulanito, si hay algún problem a con el envío, coordí­ nate con Susan, que está en el teléfono 5 5 4 4 4 4 4 4 4, y que tiene autoridad para tom ar decisiones en mi nom bre hasta un valor de 5 0 0 dólares. En caso de emergencia, llam adm e al móvil, pero confío en los dos. G racias». Esto evita prácticamente pre­ guntas subsiguientes, mantener dos diálogos paralelos y me elimina a mí de la ecuación de resolución de problem as. A dquiere el hábito de plantearte qué acciones del tipo « s i... entonces» puedes proponer en un correo electrónico cada vez que preguntes algo. 3. L a finalidad de las reuniones debería ser tom ar una deci­ sión sobre una situación previamente definida, no definir el 140

problem a. Si alguien te propone quedar o «fijar una hora para h ablar p o r teléfon o», pídele que te m ande un correo electrónico con los puntos p or tratar p ara especificar el o bje­ tivo de la charla: Creo que puedo. Para prepararme mejor, ¿me m andas un correo electrónico con los puntos que quieres tratar? O sea, los temas e interrogantes que hay que responder. Sería estu­ pendo. Gracias por adelantado.

N o le des oportun idad de zafarse. El «gracias por adelan­ tad o » antes de que replique aum enta tus posibilidades de recibir ese correo electrónico. Tener que ponerlo en un correo electrónico te obliga a especificar qué quieres conseguir con esa reunión o llam ada. Nueve de cada diez veces, la reunión no es necesaria y los interrogantes, una vez precisados, se pueden responder vía correo electrónico. Im pon este hábito a ios dem ás. Y o no he tenido una reunión en persona relativa a mi negocio en m ás de cinco años y he m antenido menos de una docena de con­ ferencias, ninguna de ellas de m ás de 30 m inutos. 4. H ablando de 30 m inutos, si te resulta absolutam ente im po­ sible im pedir que tenga lugar una llam ada o una reunión, fija la hora de finalizar. N o dejes los debates abiertos, y hazlos breves. Si lo que se pretende está bien definido, tom ar una decisión no debería durar m ás de 30 minutos. Arguye otros com prom isos p ara hacerlo m ás creíble (por ejem plo, a las 15 :2 0 en lugar de a las 15:30) y obliga a los dem ás a centrarse en el tem a en lugar de hacer vida social, contarse sus penas o irse por las ram as. Si tienes que asistir a una reunión prevista p ara m ucho rato o que no se sabe cuándo acabará, pide al organizador perm iso para exponer tu parte el prim ero, porque tienes un com prom iso al cabo de 15 m inutos. 141

Si es n ecesario, finge una llam ad a urgente. Sal de allí echando leches; que otro te h aga un resumen m ás tarde. La otra opción es ser com pletam ente transparente y expresar en alto que crees que la reunión no es necesaria. Si escoges esta senda, prepárate p ara enfrentarte a ios leones y ofrecer alternativas. 5. El despacho es tu tem plo: no perm itas visitas intempesti­ vas. H ay gente que recom ienda poner un cartel m uy directo de «no m olestar», pero, por mi experiencia, la gente suele hacer caso om iso, salvo que tengas un despacho. M i m étodo era ponerm e auriculares, aunque no estuviese escuchando n ada. Si, a pesar de esta estratagem a disuasoria, alguien se me acercaba, fingía estar al teléfono. M e ponía un dedo en los labios, decía algo así com o «T e escucho» y luego en el m icro: «¿E sp eras un segu n d o ?». Luego me girab a hacia el invasor y le decía: «H o la , ¿qué puedo hacer p o r ti?». N o dejaba que «volviesen en otro m om ento», sino que les obli­ g ab a a hacerme un resumen en cinco segundos y m andarm e un correo electrónico si era necesario. Sí los jueguecitos de auriculares no te van, la reacción refle­ ja a un invasor debería ser la m ism a que al atender el móvil: «H ola, invasor. Estoy ocupada. ¿C óm o puedo ayudarte?». Si no está claro en 30 segundos, pídele que te m ande un correo electrónico sobre el tem a; no le ofrezcas enviarle tú un co­ rreo electrónico primero: «T e ayudo encantada, pero primero tengo que acabar esto. ¿M e m andas un correo electrónico en un m om ento p ara recordárm elo?». Si el invasor persiste, otórgale un tiem po m áxim o para hablar contigo, lo que también sirve para conversaciones tele­ fónicas: «V ale, tengo dos m inutos antes de que me llamen, ¿cuál es el problem a y qué puedo hacer para ayudarte?». 6. Sírvete del «cierre del cachorrito» para ayudar a tus superio­ res y a otros a acostumbrarse a no hacer reuniones. El cierre del 142

cachorrito en ventas se llama así porque se basa en la táctica que utilizan las tiendas de animales de compañía: si a alguien le gusta un perrito pero duda si hacer esa compra que le cam biará la vida, se le ofrece llevárselo a casa y devolverlo si cam bia de opinión. Por supuesto, raramente llegan a devolverlo. El cierre del cachorrito no tiene precio cuando te enfrentas a alguien que se resiste a un cam bio permanente. M ete el pie con una prueba reversible: «Probém oslo una vez». C om para estas dos variantes: «C reo que le encantará este cachorrito. Será una respon sa­ bilidad m ás sum ada a las que ya tiene h asta que se m uera, dentro de 10 añ os. Se acabó irse de vacaciones cuando le apetezca y, adem ás, podrá recoger caca por toda la ciudad, ¿qué le parece?». «C reo que le encantará este cachorrito. ¿Por qué no se lo lle­ va y ve qué le parece? N o s lo puede devolver cuando quiera, si cam bia de idea.» Ahora im agina ir hacia tu jefe en el vestíbulo y ponerle una m ano en el hom bro: «M e gustaría ir a la reunión, pero tengo una idea m ejor. M ejor no hacem os m ás reuniones, porque lo único que hacem os es perder el tiem po y no decidir nada útil». C om para eso con: «M e encantaría ir a la reunión, pero estoy agobiadísim a de trab ajo y necesito sacar adelante un par de tem as im portantes. ¿M e puedo quedar fuera hoy? Si voy, estaría distraída. Te prom eto que luego me pondré al día preguntándole al com pañero X . ¿Te parece bien?». L as segundas alternativas parecen m enos permanentes. R epi­ te esta rutina y esfuérzate por lograr m ás quedándote fuera 143

de las reuniones que los que sí asisten; repite el acto de desapa­ rición tan a m enudo com o puedas, aduciendo ser m ás p ro ­ ductivo p ara, poco a p oco, tran sform ar esto en un cam bio permanente en la form a de actuar. Aprende a im itar a cualquier niño que se precie: «¡S ólo esta vez! ¡¡¡P or favo r!!! ¡Prom eto que haré X !» . Los padres caen porque los niños están ayudando a los adultos a enga­ ñarse a sí m ism os. Funciona con jefes, proveedores, clientes y con el resto del m undo. Ú salo tú, pero no caigas en la tram pa. Si un jefe te pide que te quedes m ás tarde «só lo esta vez», esperará que lo hagas siempre.

Consum idores de tiem po: haz tandas y no vaciles «Un horario te defiende del caos y del capricho.» a n n ie d il l a r d , ganadora del Premio Pulitzer en la categoría de ensayo, 1975

Si nunca h as necesitado los servicios de una im prenta, puede que te sorprendan ios precios y plazos de producción. Supon gam os que serigrafiar 2 0 cam isetas person aliza­ das con logos a 4 colores cuesta 310 dólares y se tarda una sem ana. ¿C uánto costaría serigrafiar 3 de cam isetas y cuánto llevaría? 310 dólares y tardarían una sem ana. ¿Cóm o es posible? M uy sencillo: el coste de montaje es fijo. A la imprenta le cuesta lo mismo en materiales para preparar las planchas (150 dólares) y lo m ismo en m ano de obra que maneje la máquina (100 dólares). El montaje es lo que de ver­ dad lleva tiempo, así que el encargo, por pequeño que sea, tiene que program arse com o cualquier otro; de ahí el mismo plazo de entrega de una semana. L a nula economía de escala explica el resto: el coste de 3 cam isetas es 20 dólares por camiseta x 144

3 cam isetas en lugar de 3 dólares por cam iseta x 20 cam i­ setas. La solución rentable y m ás económ ica, por tanto, es espe­ rar a tener un pedido m ás grande, la táctica que llam arem os «hacer ta n d a s». H acer tan das tam bién es la solución para luchar contra esos m olestos, aunque necesarios, m algasta­ dores de tiem po: esas labores repetitivas que interrumpen las tareas im portantes. Si lees el correo y p agas facturas cinco veces por sem ana, cada vez puedes dedicarle 30 m inutos y contestarás a un total de 2 0 cartas. Si lo haces una vez por sem ana, quizás tar­ des 60 m inutos en total y seguirás respondiendo a un total de 20 cartas en dos horas y m edia. L a gente hace lo prim ero por m iedo a las emergencias. En prim er lugar, raram ente hay verdaderas emergencias. Segundo, si ese m ensaje urgente que recibes indica un plazo, retrasarse no suele tener im portancia y, si la tiene, el coste de solucionarlo es mínimo. T o d as las tareas, grandes o m inúsculas, exigen un tiem po de p reparación . A m enudo es igual p ara una unidad que para cien. H ay un cam bio de m archas p sicológico, de fo r­ m a que se puede tard ar hasta 4 5 m inutos en reanudar una tarea com plicada que se ha interrum pido. E stas interrupcio­ nes consum en m ás de la cuarta parte de cada período de 9 a 5 (2 8 % ).13 Es cierto en el caso de todas las labores recurrentes y pre­ cisam ente por eso hem os decidido m irar nuestro correo y escuchar las llam ad as dos veces al día a horas específicas (entre las cuales dejam os acum ular los mensajes). Durante los últim os tres años, he m irado mi correo elec­ trónico una vez a la sem ana, no m ás. En m uchas ocasiones 13. The Cost o f N ot Paying Attention: How Interruptions Impact Knowledge Worker Productivity. [El coste de las distracciones: cómo afec­ tan las interrupciones a la productividad del trabajador del conocimiento], Jonathan B. Spira y Joshua B. Feintuch, Basex, 2005.

145

he estado hasta cuatro sem anas sin verlo. N o ha ocurrido nada irreparable y no me ha co stad o arreglar nada m ás de 300 dólares. H acer tandas me ha ah orrado cientos de horas de trab ajo duplicado. ¿C uánto vale tu tiem po? V eam os este hipotético ejemplo: 1. 20 dólares p or hora es lo que cobras o en lo que valoras tu tiempo. Éste sería tu caso si, por ejemplo, cobras 40.000 dóla­ res al año y tienes dos sem anas de vacaciones (40.000 dividido por 4 0 horas por semana x 50 = 2.000] = 20 dólares/hora). 2 . C alcula la cantidad de tiem po que ahorrarías si agru pa­ ses tareas sim ilares, haciendo tan das, y después, lo que has gan ado m ultiplicando esta cifra p o r tu tarifa por hora (20 dólares en este caso): 1 x por sem ana: 10 horas = 2 0 0 dólares 1 x por d os sem anas: 2 0 horas = 4 0 0 dólares 1 x por m es: 4 0 horas = 800 dólares 3. Prueba a hacer tan das con cad a una de las frecuencias anteriores y determina el coste de arreglar los problem as que surjan en cad a período. Si el coste es m enor que las cifras anteriores en dólares, espacia aún m ás las tandas. Por ejem plo, siguiendo el cálculo anterior, si yo m iro el correo una vez por sem ana y por eso pierdo dos ventas por sem ana, lo que asciende a 80 dólares en beneficios perdidos, seguiré m irándolo una vez p o r sem ana porque 2 0 0 dólares (10 horas de tiempo) m enos 80 me siguen suponiendo una ganancia neta de 120, p or no hablar de los enormes beneficios de llevar a cabo otras tareas im portantes en esas 10 horas. Si calculas el beneficio económ ico y em ocional de terminar una única tarea fundam ental (com o captar un cliente de peso o realizar un viaje que te cam bie la vida), verás que funcionar con tandas vale mucho m ás que el m ero ahorro en horas. 146

Si los problem as cuestan m ás que las horas que te ahorras, vuelve a la anterior frecuencia de tandas. En este caso, bajaría de una vez por semana a dos veces por semana (no a diario) y buscaría la forma de arreglar el sistema para volver a una vez por semana cuanto antes. N o trabajes m ás cuando la solución es trabajar con m ás cabeza. He ido espaciando cada vez m ás mis tandas de labores personales y profesionales a medida que me daba cuenta de los pocos problemas que realmente surgen. Algunos ejemplos de mi program a de tandas actuales: correo electrónico (lunes a las 10), teléfono (eliminado por completo), lavar la ropa (cada dos domingos a las 22), tarjetas de crédito y recibos (casi todos se abonan automáticamente, pero reviso los extractos cada dos lunes después del correo electrónico), entre­ namiento de fuerza (cada 4 días durante 30 minutos), etc.

Fallos de traspaso de responsabilidades: reglas y reajuste «L a visión consiste en entregar la responsabilidad a los tra­ bajadores, darles toda la información sobre lo que ocurre para que puedan hacer más de lo que han hecho hasta el momento.» b il l g a t e s , cofundador de M icrosoft, el hombre más rico del mundo

H ay un fallo de tra sp aso de respon sabilidades cuando tie­ nes que obtener p erm iso o in form ación de otra p ersona para llevar a cab o tu com etido. Suele darse cuan do no tie­ nes auton om ía si trab ajas p ara otro o controlas dem asiado de cerca a tu s su b o rd in ad os. A m bos ca so s consum en tu tiempo. El objetivo del em pleado es tener acceso a toda la infor­ mación necesaria y a una m ayor capacidad de decisión inde­ pendiente. El emprendedor debe aspirar a conceder a sus em pleados 1 47

o colaboradores la m ayor inform ación y capacidad de deci­ sión independiente posible. El servicio al cliente suele ser el ejem plo paradigm ático del fallo de trasp aso de respon sabilidad. C on un ejemplo personal extraído de la historia de B rain Q U IC K E N voy a dem ostrar lo grave y a la vez fácil de resolver que puede ser el problem a. En 2 0 0 2 había subcontratado el servicio ai cliente en m ate­ ria de seguim iento de pedidos y devoluciones, pero seguía ocupándom e de responder a preguntas sobre el producto. ¿R esultado? M e llegaban m ás de 2 0 0 correos electrónicos al día, p asab a todas mis horas, de 9 a 5, contestándolos, ¡y su volumen crecía a un ritm o de m ás del 10% sem anal! Tuve que cancelar la publicidad y dism inuir los. envíos, pues m ás clientes que atender hubiera sido la estocada final. N o era un m odelo escalable. G rábate esta p alabra porque m ás tarde tendrá mucha im portancia. N o era escalable porque el paso de inform ación y las decisiones se atascaban en un cuello de botella: yo. ¿El argum ento decisivo? El grueso del correo que aterriza­ ba en m i bandeja de entrada no tenía que ver con el produc­ to; era de los responsables de atención al cliente subcontra­ tad o s pidiéndom e perm iso p ara hacer un m ontón de cosas: El cliente dice que no ha recibido el envío. ¿Qué hacemos? Al cliente le han retenido un frasco en la aduana. ¿Podemos m andárselo otra vez a una dirección de Estados Unidos? El cliente necesita el producto para una com petición en dos días. ¿Podem os hacer envíos de un día p ara otro? Si podem os, ¿cuánto cobram os? N o term inaban nunca. C ien tos y cientos de distintas situaciones hacían poco práctico redactar un m anual y yo tam poco tenía tiem po ni experiencia p ara hacerlo. 148

Afortunadam ente, alguien tenía experiencia: los respon­ sables de atención al cliente que había subcontratado. M an ­ dé un único correo electrónico a to d o s sus superiores que inm ediatamente convirtió 2 0 0 correos al día en m enos de 20 por sem ana: H ola a todos: Quiero establecer una nueva norma para mi cuenta que anula todas las demás. Haced feliz al cliente. Si resolver el problema cuesta menos de 100 dólares, aplicad vuestro buen juicio y resolvedlo vosotros mismos. Esto es un permiso oficial por escrito para arreglar cualquier problema si hacerlo cuesta menos de 100 dólares sin contactarme a mí. Ya no soy vuestro cliente; mis clientes son vuestro cliente. N o me pidáis permiso. Haced lo que consideréis correcto e ire­ mos haciendo ajustes por el camino. Gracias, Tim

T ras exam inar detenidamente la situación, quedó claro que m ás del 9 0 % de los problem as que causaban los correos se podían resolver por m enos de 2 0 dólares. Revisé los resulta­ dos financieros de las decisiones tom adas por ellos m ism os todas las sem anas, luego una vez al mes y, m ás tarde, una vez cada tres m eses. Es sorprendente cóm o el CI de alguien parece doblarse en cuanto le otorgas responsabilidades y le haces saber que confías en él. El prim er m es costó quizás 2 0 0 dólares m ás que si me hubiese ocupado yo. Ese mes me ahorré m ás de 100 horas de mi propio tiem­ po, los clientes fueron aten didos m ás rápid o, las devolu­ ciones bajaron hasta m enos del 3 % (la m edia del sector es 10-15% ) y los responsables de servicio al cliente dedicaron m enos tiem po a m i cuenta, todo lo cual se tradujo en un cre­ 149

cimiento m ás rápido, m árgenes de beneficio m ás elevados y gente m ás feliz en am bos lados. L a gente es m ás inteligente de lo que crees. D ales una oportunidad para dem ostrarlo. Si eres un em pleado sin autonom ía, ten una charla since­ ra con tu jefe y explícale que quieres ser m ás productivo e interrumpirle menos. «N o me gusta tener que interrumpirte tanto y apartarte de cosas m ás im portantes que sé que tienes entre m anos. H e estado leyendo y tengo algunas ideas sobre cóm o ser m ás productivo. ¿Tienes un m inutito?» Antes de tener esta conversación, elabo ra una serie de «reg las», com o en el ejemplo anterior, que te perm itan tra­ b ajar con m ás autonom ía sin necesitar su aprobación tan a m enudo. En las etap as iniciales, el jefe puede revisar el resultado de tus decisiones diaria o sem analm ente. Sugiere prob ar la idea una sem ana y termina con: «M e gustaría pro­ barlo. ¿Te parece que lo h agam os durante una sem an a?», o mi preferido: «¿T e parece razon able?». A la gente le es difícil calificar las cosas de irrazonables. Date cuenta de que los jefes son supervisores, no cap ata­ ces de esclavos. Preséntate com o alguien que desafía cons­ tantemente el statu quo y casi todo el m undo aprenderá a no desafiarte, sobre todo si es en interés de una m ayor produc­ tividad horaria. Si eres un emprendedor que tiene que hacerlo todo, enté­ rate de que, aunque haya algo que puedas hacer tú m ejor que el resto del m undo, eso no significa que tengas que hacerlo, si es intrascendente. Delega responsabilidades para que otros puedan actuar sin interrumpirte. L a esencia que quiero transm itirte es que sólo tienes los derechos por los que luchas. Crea reglas que te favorezcan. Protege tu tiem po, obli­ ga a los dem ás a definir qué desean antes de dedicarles tu tiem po y acum ula las tareas rutinarias sin im portancia en tandas p ara evitar que retrasen la realización de proyectos 150

m ás significativos. N o dejes que te interrumpan. Aprende a centrarte y conseguirás la vida que quieres. En el siguiente apartado, Automatización, veremos cómo los Nuevos Ricos generan dinero sin administrar ellos sus negocios y eliminan el obstáculo restante y el m ás grande: ellos mismos. P y A : P R E G U N T A S Y A C C IO N E S «L a gente cree que debe ser divertido ser un supergenio, pero no se dan cuenta de lo difícil que es aguantar a todos los idiotas que hay en el mundo.» C a l v in , de Calvin and H obbes

Culpar a los idiotas de las interrupciones es com o culpar a los payasos por asu star a los niños... N o pueden evitarlo. Ellos son así. Y o tam bién fui fam oso (a quién quiero enga­ ñar: aún lo soy) en algún m om ento por interrumpir. Si eres com o yo, eso nos convierte a am bos en idiotas ocasionales. Aprende a reconocer y com batir el im pulso interrupción. Resulta infinitamente m ás fácil cuando tienes una serie de reglas, form as de reaccionar y rutinas que te guían. Depende de ti cuidar de que ni tú ni otros dejen que lo trivial e inne­ cesario im pida la realización de principio a fin de lo im por­ tante. Este capítulo se distingue del anterior en que las acciones necesarias, p or haberse incluido ejem plos y plantillas, ya han aparecido repartidas p or las páginas anteriores. A sí que estas P y A servirán de resumen: la perfección está en los detalles, así que relee este capítulo para interiorizarlos. L a gestión vertical desde una altura estratosférica se basa en: 1. C rea sistem as que dificulten contactar contigo vía correo electrónico o teléfono y desvía to d a comunicación im proce­ dente. 151

U sa el guión del m ensaje de respuesta autom ática y el del con testad or, y p ractica los d istin tos m étodos de evasión h asta que los dom ines. A costúm brate a no decir «¿C ó m o e stás?» sino «¿E n qué puedo a y u d arte ?». Sé específico y recuerda: no dejes que la gente se enrolle. Céntrate en la acción inm ediata y aplica norm as que eliminen las interrup­ ciones. Evita las reuniones siempre que sea posible. • Resuelve los problem as por correo electrónico en lugar de en reuniones cara a cara. • Suplica p ara no ir (esto se consigue con el cierre del cachorrito). • Si la reunión es inevitable, ten esto presente: entra con una lista clara de objetivos. ® Fija una hora p ara finalizar o vete antes. 2. A grupa las actividades en tandas p ara reducir el coste de preparación y liberar tiem po p ara hacer realidad los sueños de tu onirogram a. ¿Q ué tareas puedo convertir en periódicas, agrupándolas en tan d as? Es decir, ¿qué labores (ya sea la colada, com prar com ida, enviar el correo, p agar recibos o redactar informes de ventas, p o r ejem plo) puedo p rogram ar p ara una hora específica al d ía, a la sem ana, al m es, al trimestre o al año, de m odo que no desperdicie tiem po repitiéndolas con m ás frecuencia de la estrictamente necesaria? 3. Establece o solicita reglas y directrices autónom as cuyos resultados se revisarán de vez en cuando. Elimina el cuello de botella decisorio p ara todo aquello que no ocasione una catástrofe si se hace m al. Si trab ajas para otro, cree en ti m ism o lo suficiente com o para pedir m ás inde­ pendencia, a ver qué tai funciona. Ten preparadas «reglas» prácticas y pídele al jefe que te com pre la propu esta tras sorprenderle con una presentación espontánea. Recuerda el 152.

cierre del cach orrito; que sea una prueba aislad a y rever­ sible. Para el em prendedor o el directivo: dale a los dem ás la oportunidad de dem ostrar lo que valen. L a probabilidad de que se produzcan problem as irreversibles o costosos es m íni­ ma y el ahorro de tiem po está garantizado. Recuerda que los beneficios sólo te beneficiarán en la m edida en que puedas disfrutar de ellos. Para eso necesitas tiempo. T R U C O S Y H E R R A M IE N T A S Elim inar el engorro del papel , capturarlo todo ® Evernote (www.evernote.com) Puede que ésta sea la herramienta más increíble que descubrí el año pasado; me la dieron a conocer algunos de los técnicos más pro­ ductivos del mundo. Evernote ha eliminado más del 90% del papel que había en mi vida y también casi todas las notas que utilizaba para dejar abiertos ios navegadores de internet; am bos me dis­ traían constantemente. Es capaz de limpiar totalmente tu despacho en un plazo de entre una y tres horas. Evernote te permite de forma muy sencilla capturar informa­ ción de cualquier sitio utilizando el aparato que tengas más a mano y luego buscarla (es decir: encontrarla) desde cualquier lugar. La uso para: — Tom ar fotografías de todo lo que quiero recordar o encon­ trar en otro momento —tarjetas profesionales, notas escri­ tas a mano, etiquetas de vino, recetas, anuncios y muchas cosas más. Evernote identifica el texto de esas fotos autom á­ ticamente, de m odo que todo se puede buscar, ya sea desde un iPhone, el portátil o en internet. Por ejemplo: puedo almacenar y encontrar la información de una tarjeta profe­ sional en sólo unos segundos (a menudo utilizando la cám a­ ra iSight del M ac para capturarla), en lugar de pasarme 153

horas rastreando todos los contactos o buscando en los correos electrónicos ese número de teléfono que había per­ dido. Es increíble el tiempo que ahorra. — Escanear todos los papeles, artículos, etc. que estarían guar­ dados en carpetas que se amontonarían en mi mesa. Utilizo el mini escáner ScanSnap Fujitso de M ac (http://bit.ly/scansnapmac), el mejor que he encontrado, que lo escanea todo directamente a Evernote en segundos con tan sólo pulsar un botón. — Tom ar fotos instantáneas de páginas web, capturando todo el texto y los vínculos, de m odo que puedo leerlos sin estar conectado cuando viajo o hago búsquedas en otro momen­ to. Líbrate de todos los marcadores, favoritos y etiquetas.

R astrear y evitar llam adas no deseadas 9 GrandCentral (www.grandcentral.com) y YouM ail (www.youmail.com)

En un mundo donde tu domicilio puede cam biar m ás a menudo que el número de tu teléfono móvil (o tu dirección de correo elec­ trónico), puede ser un desastre que tu número sea público o caiga en unas m anos equivocadas. Entra en GrandCentral, que te dará un número con un prefijo de tu elección y que luego desviará a tu(s) teléfono(s). Ahora le doy a todo el mundo el número de Grand­ Central, salvo a mi familia y a mis am igos íntimos. Éstas son algu­ nas de las ventajas: — Identifica cualquier llamada de un número no deseado; la persona que llama escucha un mensaje que dice «número fue­ ra de servicio» cuando quiere ponerse en contacto contigo. — Personaliza el mensaje de tu buzón de voz para cada llama­ da (la esposa, el jefe, un colega, un am igo, etc.) y permite escuchar los mensajes mientras se están grabando, de modo que se puede «atender» si merece la pena. También permite la opción de grabar las llamadas. — Usa un prefijo de fuera de tu ciudad para evitar que la gente 154

y también las empresas localicen y hagan un mal uso de direcciones que prefieres que sean privadas. — Establece horas en las que no deseas ser molestado: las lla­ m adas son enviadas directamente sin que suenen a un buzón de voz. — Puedes tener un buzón de voz qué manda los mensajes como SM S a tu teléfono móvil. La otra opción, YouM ail, también puede transcribir mensajes de voz y enviarlos a tu teléfono como mensajes de texto. ¿Recibes una llamada mientras estás en una reunión? N o hay problema: puedes responder a los mensajes de voz con un SM S durante la reunión y así no hay que contestar luego a las llamadas.

Planificar sin correo electrónico

Evitar los rodeos Hay pocas cosas que exijan tanto tiempo como planificar a través del correo electrónico. Persona A: «¿Qué te parece el martes a las tres?». Persona B: «A mí me viene bien». Persona C: «Y o tengo una reunión. ¿Qué tal el viernes a las 10 de la m añana?». Utiliza estas herramientas para que planificar sea algo rápido y sencillo y no una parte más de tu trabajo. • Doodle (www.doodle.com) Es la mejor herramienta que he encontrado para quedar con gente sin enviar muchos correos electrónicos. Crea un vínculo en 30 segundos con las opciones y mándalo a todos los invitados. Com ­ pruébalo unas horas más y tarde y tendrás el día y ia hora que más les conviene a todos. • TimeDriver (www.timedriver.com) Deja que sean los colegas y los clientes quienes planifiquen contigo a partir de tu disponibilidad, que quedará establecida a través de Outlook o Google Calendar. Incluye un botón para «planificar 155

ahora» en los mensajes de correo electrónico y nunca tendrás que informar a la gente sobre cuándo puedes llam ar o quedar. Dales a conocer las opciones y que elijan.

E scoger los m ejores horarios p ara el correo electrónico ® X obni (www.xobni.com /special) Xobni —inbox (bandeja de entrada) escrito al revés— es un pro­ gram a gratuito para mejorar el rendimiento de Outlook. Tiene muchas opciones, pero la m ás relevante para este capítulo es su capacidad para identificar «momentos conflictivos» o períodos de tiempo en los que recibes el grueso de correos electrónicos de tus contactos m ás importantes. Estos «m om entos conflictivos» son los que te permitirán mantener contactos decisivos (clientes, jefes, etc.) reduciendo la revisión del correo a 1-3 veces al día. También agre­ gará automáticamente a tus contactos números de teléfono, direc­ ciones, etc. de los distintos mensajes guardados en la bandeja de entrada.

Enviar correos electrónicos sin acceder a la bandeja de entrada N o revises la bandeja de entrada fuera de las horas de trabajo por miedo a haber olvidado algo. Utiliza estos servicios para concen­ trarte en el proyecto en el que estás trabajando o simplemente para disfrutar del fin de semana. • Jo tt (www.jott.com ) G raba ideas, tareas pendientes, etc. con una simple llam ada telefó­ nica gratuita. Este servicio transcribe tu mensaje (15-30 segundos) y lo manda por correo electrónico a quien quieras, incluido tú, o a tu Google Calendar. Jo tt también permite colgar vínculos con mensajes de voz en Twitter (www.twitter.com), Facebook (www. facebook.com) y otros servicios que exigen tiempo si se visitan directamente. 156

• Copytalk (www.copytalk.com) Puedes dictar un mensaje de hasta cuatro minutos que recibirás por correo electrónico al cabo de unas horas. Es muy útil para los brainstormings, y su precisión es increíble.

Evitar com pletam ente navegar p o r la red • Freedom (http://www.ibiblio.org/fred/freedom/) Freedom es una aplicación gratuita que desactiva la opción de navegar en un ordenador Apple entre 1-480 minutos (hasta ocho horas). Freedom te evitará la distracción de internet y te permitirá concentrarte en tu trabajo. Freedom fortalece tu libertad; reiniciar el ordenador es la única forma de invalidar Freedom antes del período de tiempo que has establecido. El hecho de reiniciar significa que estarás menos dis­ puesto a engañarte a ti mismo y serás más productivo. Al principio puedes probar el program a durante breves períodos de tiempo (30-60 minutos).

D ISE Ñ O D E UN E S T IL O D E V IDA EN A C C IÓ N

U na he rram ie nta útil: un apartado d e correos. Puede que s e a c o n stata r algo qu e e s obvio, pero u n a fo rm a sencilla d e se le c­ cionar tu correo e s alquilar un apartado en lugar de recibirlo en tu dom icilio. A lq u ila m o s un apartado de correos para lim itar el a cceso a n u e stra dire cció n, y e s o ta m b ié n no s perm ite sele ccio ­ narlo m ejo r. N u e stra oficina d e c orreos tie n e pa p e le ra s d e reci­ claje, de m odo qu e al m e n o s el 6 0 % del correo no entra en ca sa . D ura nte un tie m p o sólo revisaba ei correo u na vez a la se m a n a , y no sólo m e ahorraba tie m p o , sino qu e lo se le ccio naba en m ejores co n d icio n e s, ya qu e lo d e s e ch a b a en e se m is m o m o m e n ­ to en ve z d e dejarlo para m á s adelante. LAURA TURNER

157

Para las fam ilias, la se m a n a laboral de cu atro h oras no tiene por qu é significar p a sa rse cuatro m e s e s a bordo de un velero en el C a rib e , a m e n o s q u e é s e se a tu s u e ñ o , sino algo m á s sim ple, co m o te n e r tie m p o para da r un p a s e o por el parque to d a s las ta rd e s o p a sa r los fines de se m a n a ju n to s ; e s a s co s a s hacen que m e re zca la pen a to m a r d e c isio n e s para im p le m e n ta r este pro­ gra m a. [H a y m u ch o s enfoq u es distintos para h a ce r qu e fu ncione]: los niños tienen que p ro m e te r qu e no m o lesta rán a m a m á por la tarde m ie n tra s e stá tra b a ja n d o frente al ord e n a d o r, y a e sa hora los cu id a el m a rid o ; los padres planifican una v e z a la se m a n a qu e alguien s e e n c arg u e de los n iños, etc. Para la fam ilia, la re­ c o m p e n s a es po d e r pa sa r m á s tie m p o ju n to s . A D R IE N N E JENKINS

¿P o r qu é no c o m b in a r un m inirretiro co n un g eoarbitraje odo n­ tológico (o m é d ico ) y financiar un viaje co n lo qu e te h as ahorra­ d o ? Viví en Ta ila n d ia du ra n te cu atro m e s e s y m e s o m e tí a un tra tam iento con raíces y m e pusieron una corona por una tercera parte de lo que e s o cu e sta en A u stralia. H a y m u ch a s clínicas de lujo para «expatria dos» y ge n te q u e viaja por cu e stio n e s de salud en T a ila n d ia , Filipinas, V ie tn a m , G o a , e tc., con d en tista s qu e ha­ blan inglés. Y en E u ropa, m u ch a ge n te se d e s p la za a Polonia o a H ungría. Para buscar, basta con entrar en G oogle y escribir «dentis­ ta» y el país y te apa re ce rá n los a nu n cio s d e m é d ico s para extran­ je ro s . H abla con expatriados cu a n d o e s té s en el país o por inter­ net a tra vé s de ios foros para qu e te h agan alguna recom endación. Ahora e sto y en A u stralia y sigo co m b in a n d o m is viajes con revi­ sio n e s d e n ta le s a n u a le s; a m e n u d o , con lo qu e m e ahorro, m e co s te o el billete d e avión. Incluso en p a íse s de s a rro lla d o s hay diferencia s d e precio m uy significativas. Por e je m p lo : Francia es m u ch o m á s barato qu e el Reino U nido, y Australia m á s qu e Esta­ do s U n id o s. [N o ta d e T im : C o n s ig u e m á s inform ación sob re el increíble m u n d o del tu rism o m édico y el geoarbitraje en h ttp :/ /

158

en.w ikipe dia .org/w iki/M edical_tou rism . A ve ce s, aigunas grandes com p a ñ ías a se g u ra d o ra s , c o m o A E T N A , cubren a m e n u d o trata­ m ientos e intervenciones quirúrgicas en el extranjero.] AN Ó N IM O

RETO a n t ic o m o d íd a d Regreso a los terribles dos (2 días)

Durante los próxim os dos días, com pórtate com o todo buen niño de dos años y di «n o » a todo lo que te pidan. N o seas selectivo. N iégate a hacer cualquier cosa por la que no te despidan inm ediatamente. Sé egoísta. Igual que en el ejerci­ cio anterior, el objetivo no es conseguir algo concreto — en este caso, elim inar las cosas que te hacen perder el tiem po— , sino el proceso: sentirte cóm odo diciendo «n o ». Potenciales preguntas a las que negarse serían, por ejemplo: «¿Tienes un m inutito?». «¿Q uieres ver una película esta noche/m añana?» «¿Puedes ayudarm e con X ? » « N o » deberá ser tu respuesta por defecto a todo lo que te pidan. N o te inventes m entiras com plicadas o te pedirán cuentas. Una respuesta sencilla com o: «D e verdad que no puedo. L o siento. A hora m ism o estoy hasta arriba» servirá para todo.

159

PA SO III: A D E A U TO M A TIZ A C IÓ N

SC O TTY : Es toda suya, señor. T odos los sistemas autom a­ tizados y listos. ¡Un chimpancé y dos aprendices podrían pilotarla! CAPITÁN KIRK: Gracias, señor Scott. Intentaré no tom ár­ melo como algo personal. STA R T R E K

8.

SU BC O N T R A T A R TU V ID A : L IB R A R SE D E L R EST O Y UNA M U ESTR A D E G E O A R B ÍT R A JE 14

«Un hombre es rico en proporción al número de cosas que puede permitirse desatender.» h e n r y d a vid

THOREAU, n a t u r a lis t a

Si yo te contara esta historia, no me creerías, así que dejaré que la cuente A. J . Servirá para calentar m otores a la espera de cosas aún m ás increíbles que están p or venir, cosas que tú experim entarás en carne propia. M i vida subcontratada Un relato cierto escrito por A. J. Jacobs, redactor freeiance de la revista Esquire (los asteriscos entre párrafos indican que ha pasado tiempo).

T odo em pezó hace un mes. Iba por la m itad del libro E l m undo es p lan o, el supervenías de T om Friedm an. M e cae bien Friedm an, a p esar de su m isteriosa decisión de llevar bigote. En su libro habla de que subcontratar en India y Chi­ na no es sólo para asistencia técnica y fabricantes de coches, sino que va a transform ar todos los sectores de la economía 14. Explotar las diferencias de precios y divisas entre distintos países para ganar dinero o vivir mejor.

163

estadounidense, desde la abogacía hasta la banca o la con­ tabilidad. Y o no tengo una em presa; ni siquiera tengo una tarjeta de visita actualizada. Soy un escritor y periodista que trabaja desde su casa, norm alm ente en calzoncillos o , si me siento form al, con m is pantalones de pijam a con estam pado de pin­ güino. Pero, por otro lado, pienso, ¿por qué sólo pueden diver­ tirse las m egaem presas? ¿Por qué no puedo sum arm e a una de las tendencias em presariales m ás im portantes del nuevo siglo? ¿Por qué no puedo subcontratar mis tareas menores? ¿Por qué no puedo subcontratar mi vida? Al día siguiente m ando un correo electrónico a Brickwork, una de las empresas que Friedman menciona en su libro. Brick­ w ork — con sede en Bangalore, la India— ofrece «ayudantes ejecutivos a d istan cia», en su m ayoría a em presas financie­ ras y san itarias que necesitan procesar d atos. Explico que deseo contratar a alguien que me ayude con los menesteres relacionados con Esquive: docum entación, m aquetación de m em orandos, cosas así. El consejero delegado de la empresa, Vivek K ulkarni, me contesta: «Sería un gran placer tratar con una persona de su talla». Esto ya me está gu stan d o. N un ca he tenido talla. En E stados U nidos, ni siquiera inspiro respeto al que tom a las com andas en una cervecería, así que está bien saber que en la India tengo talla. Un p ar de días después, me llega un correo de m i flam ante «ayudante ejecutiva a distancia». «Estim ado Jaco bs: M e llam o H oney K . Balani. A partir de ahora le ayudaré en su trabajo editorial y p e rso n a l.... Intentaré adaptarm e a sus necesidades p ara alcanzar así su satisfacción deseada.» Satisfacción deseada. Esto es genial. C uando trab ajab a en 164

oficinas, tenía ayudantes, pero nunca se habló de satisfacción deseada. De hecho, si alguien hubiera utilizado la expresión «satis­ facción d esead a», hubiésem os term inado todos reunidos con mucha solem nidad con R ecursos H um anos. 0Salgo a cenar con mi am igo M ish a, que se crió en la India, fundó una em presa de softw are y seguidam ente se hizo tan rico que dan gan as de vom itar. Le hablo de la O peración Subcontratación. «L lam a a Y our M an in In d ia», me acon ­ seja. M ish a me explica que es una em presa p ara hom bres de negocios indios que viven en el extranjero pero cuyos padres están en N u eva Delhi o M um bai. Y M II es su servicio de recados a distan cia: com pran entradas de cine y m óviles y objetos diversos para m adres abandonadas. Perfecto. E sto abre otras posibilidades en mi estrategia de subcontratación. Puedo definir claram ente una división de tareas: H oney se encargará de m is asuntos profesionales y YM II atenderá mi vida personal: p agar recibos, hacer reser­ vas para vacaciones o com prar cosas por internet. Felizmen­ te, a YM II le gusta la idea, y así, sin m ás, el equipo auxiliar de Jaco b s Inc. se m ultiplica por dos en un santiamén. * * H oney ha term inado su prim er proyecto p ara m í: docu­ m entarse acerca de la persona que Esquire ha elegido com o «m ujer viva m ás sex y ». M e han asign ado p ara escribir un reportaje sobre esta m ujer y la verdad es que no me apetece sudar tinta recorriendo las lúbricas w ebs que sus fans le han dedicado. Cuando abro el archivo de H oney, lo prim ero que me viene es: E stados U nidos está j*d id o . H ay gráficos. H ay cabeceras en los ap artad o s. Sus m ascotas, m edidas y com i­ té

das favoritas (por ejem plo, el pez espada) están desglosadas ordenadam ente. Si tod os los bangaloreños son com o Honey, me com padezco de ios estadounidenses a punto de acabar la carrera. V an a tener que enfrentarse a un ejército hindú cortés, ham briento y experto en Excel.

De hecho, los siguientes d ías su b con trato una auténtica m arañ a de recados digitales a A sha (de Y M ÍI, mi servicio personal): p agar recibos, com prar co sas de drugstore.com y buscar un peluche Elm o con cosquillas p ara mi hijo (la ver­ dad es que los Elm os con cosquillas se habían ago tad o, así que Asha le com pró un Elm o pollo bailarín: decisión acerta­ da). Le pedí que llam ara a Cingular p ara preguntar sobre el plan de m i m óvil. Sólo es una suposición, pero me apuesto algo a que su llam ad a fue dirigida de Bangalore a N ueva Jersey y luego a otro em pleado de Cingular en Bangalore, lo que me pone contento no sé por qué. X*

>5*

Es la cuarta m añana de mi nueva vida subcon tratada; cuan­ do enciendo el orden ador, veo la bandeja de entrada llena de m ensajes de mis ayudantes extranjeros. Es una sensación extrañ a tener gente trab ajan d o p ara ti m ientras duerm es. E xtraña pero estupenda. M ientras babeo sobre la alm ohada, no estoy perdiendo el tiem po: las cosas se están haciendo. *• * «• H oney es mi p rotectora. Fíjate en esto: p o r algun a razón que desconozco, el Com ité T urístico de C o lo rado me m an­ da constantem ente correos electrónicos. (Últim am ente me 1 66

han m andado inform ación acerca de un festival celebrado en C olorado Springs donde actuó el arlequín m ás fam oso del mundo.) Le pido a H oney que les pida con delicadeza que dejen de m andarm e sus notas de prensa. Éste es el m ensaje que envió: E s t im a d o s t o d o s :

Jacobs recibe con frecuencia correos con noticias sobre C olora­ do; con demasiada frecuencia. Los temas que tratan son, sin duda, interesantes. Sin em bargo, dichos temas no son apropiados para Esquive. Asim ism o, entendemos que han emprendido ustedes muchas iniciativas trabajando en la elaboración de estos artículos y envián­ donoslos. Lo comprendemos. Por desgracia, leer estos artículos y correos llevaría demasiado tiempo. Actualmente, estos correos no cumplen una función adecuada para ustedes ni nosotros. Por consiguiente, íes pedimos que dejen de m andar dichos correos electrónicos. H aciéndolo no pretendemos m inusvalorar la labor de docu­ mentación que ellos conllevan. Esperam os que ustedes también nos entiendan. Agradeciéndoselo, Honey K.B.

Ésta es la m ejor carta de rechazo de la historia del periodis­ m o. Es sum am ente cortés, pero con un sutil fondo de indig­ nación. H oney parece casi ultrajada de que C o lo rad o sea capaz de hacer perder a Ja co b s su valioso tiempo. * s¡- X

Decido prob ar con mi p róxim a relación lógica: mi m atrim o­ nio. E stas peleas con m i m ujer me están m atando, en parte porque Ju lie es m ucho m ejor debatiendo que yo. Q uizás a Asha se le dé mejor.

167

H ola Asha: M i mujer se ha enfadado conmigo porque me olvidé de sacar dinero dei cajero automático... Quizá podrías decirle que la quiero, pero a la vez recordarle suavemente que a ella también se le olvidan cosas: perdió su cartera dos veces el mes pasado. Y se olvidó de comprar un cortauñas para Jasper. A .J.

N o puedo expresar la ilusión que me hizo m andar esa nota. Es bastan te difícil tener un com portam iento m ás pasivoagresivo que reñir con tu m ujer p or correo electrónico desde un subcontinente situado al otro lado del m undo. A la m añana siguiente, A sha me p uso en copia el correo electrónico que m andó a Julie. Julie: Entiendo que te enfadases porque me olvidé de sacar dinero del cajero. He estado olvidadizo y lo siento. Pero eso no cam bia el hecho de que te quiero mucho... Te quiero A .J.

PD: Asha en nom bre del señor Jaco bs. Por si fuera poco, tam bién le m andó a Julie una postal elec­ trónica. Pincho p ara verla: dos ositos de peluche abrazán do­ se. D ebajo dice: «C u an do necesites un abrazo, ya sabes que tengo uno p ara ti... Lo siento». jM e c ac h isl;E stos em pleados externos sí que son sim páti­ cos! ¡Recórcholis! Conservaron lo de las disculpas pero qui­ taron mi pequeña puntita. Intentan salvarm e de m í m ismo. Están enfrentando mi superego a mi ello. M e siento castrado. Julie, por otro lado, parece muy com placida. «Q ué boni­ to , cariñín. T e perdono.»

Pese a llevar tres sem anas con mi equipo de auxiliares, sigo estresado. Q uizá sea culpa del Elm o pollo bailarín, a quien mi hijo quiere hasta el punto del refrotam iento, pero que me está volviendo loco p oco a poco. Sea cual sea la razón, me figuro que es hora de conquistar una frontera m ás: subcontratar mi vida interior. Primero intento delegar mi terapia. M i plan es dar a Asha una lista de m is neurosis y un par de anécdotas de la infan­ cia, m an darla a h ablar con mi loquero 50 m inutos y que luego me transm ita sus con sejos. Inteligente, ¿verdad? El loquero no quiso. Un rollo sobre ética o algo así. Pues vale. En su defecto, hice que Asha me enviase un informe m eticu­ losam ente docum entado sobre cóm o aliviar el estrés. Tenía un agradable toque hindú, con un par de posturas de yoga y algo de visualización. N o estaba m al, pero no me parecía suficiente. Decidí que tenía que subcontratar mis preocupaciones. Llevo unas cuan­ tas sem anas arrancándom e pelo porque un trato de negocios está tardando dem asiado en cerrarse. Le pregunté a Honey si le interesaría arrancarse el pelo ella en mi lugar. Sólo unos minu­ tos al día. Le pareció una idea estupenda. «M e preocuparé de esto todos los días —me escribió— . Usted no se preocupe.» Subcontratar mis neurosis ha sido uno de los experim en­ tos m ás exitosos del m es. C ad a vez que em pezaba a rum iar sobre el asunto, me recordaba que H oney ya estaba en ello, y me relajaba. N o es brom a. Sólo por eso ya mereció la pena.

Echa una ojead a a tu futuro «El futuro está aquí. Lo que pasa es que aún no se ha dis­ tribuido a todos.» wiLLiAM g ib s o n , autor de Neuromancer; acuñó el término «ciberespacio» en 1984

16 9

A quí va una m irada furtiva a la autom atización total. M e levanté esta m añana y, com o es lunes, miré mi correo duran­ te una hora después de un exquisito desayuno porteño. Sow m ya desde la India h abía encontrado a un antiguo com pañero m ío de colegio, al que había perdido la pista hace añ os, y A n akool, de Y M II, h abía confeccionado inform es de investigación en Excel acerca de la felicidad de los jubila­ dos y la m edia de horas trab ajad as al año en diversos cam ­ pos. Un tercer ayudante rem oto indio h abía concertado las entrevistas de esta sem ana, adem ás de localizar las mejores escuelas de kendo de Ja p ó n y los profesores de salsa m ás renom brados de Cuba. En la siguiente carpeta de correo me enteré com placido de que m i gestora de distribución y entregas, ubicada en Tennessee, Beth, h abía resuelto casi dos docenas de problem as en la últim a sem ana — haciendo así felices a nuestros m ayo­ res clientes chinos y sudafricanos— , adem ás de coordinar la declaración de im puestos relativa a las ventas en California con mis contables, que están en M ichigan. L o s im puestos se habían p agad o con m i tarjeta de crédito insertada en el sistem a, y un rápido vistazo a m is cuentas bancarias confir­ m ó que Shane y el resto del equipo de la em presa de cobro electrónico que utilizo estaba depositándom e m ás dinero que el mes p asad o . T o d o transcurría plácidam ente en el m undo de la autom atización. H acía un precioso día de sol. Cerré el portátil con una sonrisa. Por un bufé libre de desayuno con café y zum o de naranja he pagad o 4 dólares estadounidenses. L o s em pleados indios subcontratados cuestan entre 4 y 10 dólares la hora. L o s que tengo en E stados U nidos cobran por resultados o cuando se envía el producto. Esto crea un curioso fenómeno em presa­ rial. El flujo de efectivo negativo es im posible. T e lo p asas bien si gan as dólares, vives con pesos y pagas en rupias, y no hem os hecho m ás que empezar. 17 0

¡Pero yo trabajo en una em presa! ¿Esto a mí de qué me sir­ ve? «N adie puede darte la libertad. Nadie te puede dar igual­ dad, justicia ni nada. Sí eres hombre, lo coges tú.» m a lc o lm

x,

Habla Malcolm X

C ontratar a un ayudante personal a distancia es un enorme punto de partida que m arca el m om ento en que aprendes a d ar órdenes y a m andar en vez de ser tú el m andado. Es el triciclo donde aprender a pequeña escala antes de ir a dos ruedas, la habilidad prim ordial de un N R : cóm o dirigir y com unicarte a distancia. Es hora de aprender a ser el jefe. N o lleva mucho tiem po. C uesta muy poco y el riesgo es reducido. En este punto, que «necesites» o no a alguien es indiferente. Es un ejercicio. Tam bién es la prueba de fuego del carácter emprendedor: ¿puedes gestionar (dirigir y castigar) a otros? C on el adiestra­ miento y la práctica adecuados, yo creo que sí. M uchísim os emprendedores fracasan porque se tiran por la parte honda de la piscina sin aprender prim ero a nadar. U sar un ayudante virtual (AV) es un ejercicio sencillo sin desventajas; aprendes las bases de la gestión en una prueba de 2 a 4 sem anas con un coste de entre 100 y 400 dólares. Es una inversión, no un gasto y el RS1 es asom broso. L o am ortizarás en un m áxim o de 10-14 d ías, después de los cuales será puro beneficio en ahorro de tiem po. Para convertirse en m iem bro de los N R , hay que trabajar con m ás cabeza, pero adem ás saber m ontar un sistem a que te sustituya. Éste es el prim er ejercicio. Aunque no tengas intención de convertirte en un empren­ dedor, ésta es la continuación de los procesos 80/20 y de eli­ minación llevados a sus últimas consecuencias: al preparar a otra persona para reemplazarte (aunque nunca llegue a ocurrir) 171

establecerás una serie de norm as ultrarrefinadas que elimina­ rán la g rasa sobrante y tod o resquicio de tareas repetitivas de tu jornada. Esas labores sin im portancia eternamente pen­ dientes desaparecerán en cuanto te plantees pagarle a otro p ara hacerlas. Pero ¿cuánto me va a costar? Para la m ayoría, es un obstáculo difícil de sortear. Si yo puedo hacerlo m ejor que un ayudante, ¿por qué voy a pagar uno? Porque el objetivo es liberar tu tiem po p ara dedicarte a cosas m ejores y m ayores. Este capítu lo es un ejercicio b arato destin ado a rom ­ per esta barrera que te constriñe a una vida peor de la que pod rías tener. Es absolutam ente necesario que tengas muy claro que siem pre habrá algo que te salga m ás b arato si lo haces tú; pero eso no significa que tú tengas que dedicar tu tiem po a hacerlo. Si dedicas tu tiem po, que vale 20-25 dólares/hora, a hacer algo que otro puede hacer por 10 d ólares, estás d esap ro ­ vechando recursos. Es im portante em pezar poco a poco a pagar a otros p ara que saquen adelante trab ajo p o r ti. Pocos lo hacen, una razón m ás p o r la que tan p oca gente vive la vida que desea. Aunque el coste p o r h ora sea de vez en cuando superior a lo que tú gan as por ahora, suele com pensar. Supongam os que tú gan as 5 0 .0 0 0 dólares, que serían 2 5 por hora (tra­ bajan do de 9 a 5, de lunes a viernes, 50 sem anas al año). Si pagas a un ayudante de prim era fila 30 dólares por h ora y te ahorra un turno de 8 horas com pleto p or sem ana, el coste de esa persona (restando lo que tú cobras) son 4 0 dólares por liberarte un día de trabajo. ¿Pagarías 4 0 dólares p o r sem ana p o r trab ajar de lunes a jueves? Y o sí, y de hecho lo hago. Recuerda que ésta es la hipótesis m ás som bría de todas. ¿Pero qué p asa si a tu jefe le da un ataque? L a probabilidad es m ínim a. En cualquier caso, m ejor pre­ 172

venir que curar. N o existe razón ética o legal alguna para que tu jefe se entere si escoges tareas accesorias. L a prim era opción es delegar cuestiones personales. El tiem po es el tiem­ po y si estás dedicándolo a hacer labores básicas o recados en lugar de cosas m ás productivas, un AV m ejorará tu vida sin afectar a tu curva de aprendizaje. En segundo lugar, puedes delegar tareas profesionales p ara las que no sea preciso faci­ litar inform ación financiera ni identificar a tu empresa. ¿Listo p ara form ar un ejército de ayudantes? Exam inem os primero el lado oscuro de delegar. Se impone una revisión del proceso para prevenir abusos de poder y derroche de dinero.

Peligros de delegar: antes de empezar «L a primera regla que se aplica a la tecnología utilizada en un negocio es que la automatización aplicada a una activi­ dad eficiente acrecentará su eficiencia. La segunda es que la automatización aplicada a una actividad ineficiente acrecen­ tará su ineficiencia.» BILL GATES

¿Te han hecho alguna vez un encargo ilógico; te han m anda­ do realizar trab ajo banal o te han indicado que h agas algo de la m anera m ás ineficiente posible? N o es divertido ni p ro ­ ductivo. A hora te toca a ti dem ostrar que puedes hacerlo m ejor. Considerarem os que delegar es el p aso siguiente dentro del proceso de reducción, no com o disculpa para d ar fuelle a la m áquina de añadir menudencias. R ecuerda: salvo que algo sea im portante y esté bien defi­ nido, nadie debería hacerlo. Antes de delegar, elimina. N un ca autom atices lo que pueda eliminarse y nunca dele­ gues algo que pueda autom atizarse o racionalizarse. 173

D e lo contrario, estarás m algastan do el tiem po de otro, en lugar del tuyo; un otro que ahora está desperdiciando el dinero que tanto te ha costado ganar. ¿Q ué te parece com o incentivo para ser m ás eficiente y eficaz? A hora te estás jugando tu propia pasta. Q uiero que te sientas cóm odo haciéndolo, así que iremos poco a poco, de un riesgo muy pequeño h asta hacer apuestas m ás fuertes. ¿Y a he m encionado que elimines antes de delegar? Por ejemplo, ¿suele ser norm al que los directivos manden a sus ayudantes leer su correo? En algunos casos, resulta útil. En mi caso, utilizo filtros de correo basura, respues­ tas autom áticas para las preguntas m ás frecuentes y reenvío autom atizado a mis subcontratados p ara reducir el correo al que tengo que responder a 10-20 m ensajes por sem ana. N o tardo m ás de 30 m inutos por sem ana, porque me sirvo de sistem as: eliminación y autom atización. T am poco recurro a un ayudante para que fije reuniones o conferencias porque he elim inado las reuniones. En el caso remoto de que necesite program ar una llam ada de 20 minutos en un mes, mando un correo electrónico de dos líneas y ya está. El principio número 1 consiste en depurar reglas y procesos antes de incorporar personas. Utilizar personas para explotar un proceso depurado multiplica la producción; utilizarlas para arreglar un proceso m al m ontado multiplica los problemas.

A la carta: un m undo de posibilidades «N o me interesa recoger las m igajas de compasión caídas de la mesa de alguien que se considera mi amo. Quiero la carta completa de derechos.» o b isp o d e s m o n d t u t u ,

c lé r ig o y a c t iv is t a s u d a f r i c a n o

L a siguiente gran pregunta que se plantea es: «¿Q u é debo delegar?». 174

Es una buena pregunta, pero no quiero responderla. Q uie­ ro ver Padre de familia. L a verdad sea dicha, escribir sobre no trab ajar cuesta m uchísim o. R itika de Brickw ork y Venky de YM II pueden escribir este ap artad o m ucho m ejor que yo, así que voy a limitarme a dar dos directrices y les dejaré a ellos que se hernien mentalmente explicando todos los detalles. R egla de oro n .° 1: T o d as las tareas delegadas deberán reque­ rir bastan te tiem po y estar claram ente definidas. A m bas cosas. Si an das por ahí dan do vueltas com o un pollo sin cabeza y pides a tu AV que lo h aga por ti, te aseguro que no vas a m ejorar el orden del universo. R egla de oro n.° 2 : Echémosle ahora un poquito de hum or, pásatelo bien. H az que alguien, desde Bangalore o Shangai, envíe correos electrónicos a tus am igos diciendo que es tu recadero perso­ nal y concierte tus citas o cosas sencillas por el estilo. Incor­ dia a tu jefe con llam adas extrañas desde núm eros descono­ cidos con acentos infum ables. Ser eficaz no significa ser serio todo el rato. Es divertido dom inar la situación por una vez. Sacúdete de encima la represión p ara que no se transform e en un com plejo.

t Y»im> 'U ' |XfNnnl al estilo I lo w .m l | luglu-s

I-Ioward H ughes, el archirrieo cineasta y excéntrico cuya vida plasm ó la película E l aviador, era fam oso por asig­ nar tareas extrañas a sus ayudantes. Aquí tienes unas cuantas de D onald Bartlett’s H oivard H ughes: H is Life an d M adness que quizá te plantees em ulan.

175

1. T ras su prim er accidente de avión, H ughes le con­ fesó a un am igo que estaba convencido de que su recu­ peración se debía a las propiedades san ad oras del zumo de naranja que tom aba. Pensaba que las propiedades del zum o se diluían al contacto con el aire, a sí que exigía n aranjas frescas que tenían que cortarse y exprim irse en su presencia. 2. Cuando H ughes salía a divertirse de noche en Las V egas, hacía que sus ayudantes fuesen a hablar con cual­ quier chica que le gustase. Si se invitaba a una de ellas a sentarse a la mesa de Hughes, uno de sus ayudantes se sacab a del bolsillo un acuerdo de renuncia para que lo firmase. 3. H ughes tenía un barbero de guardia perm anente­ mente, aunque sólo se cortaba el pelo y las uñas m ás o m enos una vez al año. 4. En los añ os que estuvo confinado en un hotel, se rum oreaba que H ughes h abía indicado a sus ayudantes que colocasen una tínica ham burguesa con queso en un árbol concreto situado fuera de su habitación, en el ático, a las 4 de tarde todos los días, estuviera él o no. ¡L as posibilidades sori infinitas! Igual que el Ford M ode­ lo T llevó el transporte a las m asas, ios ayudantes vir­ tuales ponen las excentricidades de los m ultim illonarios al alcance de todo hom bre, m ujer y niño. E so sí que es progreso.

Sin m ás dilación, p aso el m icrófono. R ecuerda que YM II realiza tareas personales y profesionales y Brickw ork se cen­ 176

tra exclusivam ente en proyectos profesionales. Em pecem os por la parte aburrida, aunque im portante, para p asar rápi­ damente de lo sublim e hasta lo ridículo. Para que te hagas una idea lo m ás realista posible, no he corre­ gido el palpable sabor extranjero de su forma de expresarse. Venky: N o se limite. Pregúntenos si algo es posible. Hem os preparado fiestas, organizado caterings , buscado cursos de verano, ordenado libros de cuentas, creado bosquejos en 3D a partir de p lan os... N o dude en pedirnos lo que desee. Pode­ m os encontrar el restaurante m ás cercano a su domicilio que admita niños para celebrar el cumpleaños de su hijo, enterarnos de cuánto costaría y organizar la fiesta. De esta manera usted tendrá tiempo para trabajar o pasar un rato con su hijo. ¿Q ué no podem os hacer? N o podem os hacer nada que requiera nuestra presencia física. Pero se sorprendería al saber qué pocas tareas lo exigen actualmente. É stas son las labores m ás habituales de las que nos ocupam os: • • • • • • • • • • • • •

Program ar entrevistas y reuniones. Docum entación en internet. H acer el seguimiento de citas, recados y tareas varias. C om pras por internet. R edactar docum entos jurídicos. M antenim iento de una web (diseño web, edición, subir archivos) que no exija ser diseñador profesional. Supervisar, revisar y publicar com entarios p ara debates en línea. C olgar anuncios de empleo en internet. R edactar docum entos, revisarlos y editarlos (corregir fal­ tas de ortografía y m aquetarios). Investigación en internet p ara escribir en bitácoras. A ctualizar bases de datos de program as CR M . Llevar procesos de selección. A ctualizar facturas y realizar cobros. 177

® Transcribir m ensajes de voz. R itika, de Brickw ork, añade lo siguiente: ® • • • « • ® • • • • • • •

Investigación de m ercado. Investigación financiera. Planes de negocio. Análisis sectorial. Inform es de valoración de m ercado. Preparar presentaciones. Inform es y boletines de noticias. Investigación jurídica. Análisis. Creación de webs. O ptim ización p ara m otores de búsqueda. M antenim iento y actualización de bases de datos. V aloración de riesgo crediticio. Gestión de procesos de com pra.

Venky: Tenem os un cliente despistado que nos pide que le llam em os continuam ente p ara recordarle distintas cosas. U no de nuestros clientes con un plan a m edida nos pide que le despertem os to d as las m añ an as. H em os hecho trab ajo de cam po buscan do gente que desapareció con el K atrina. ¡Encontram os trabajo a los clientes! M i preferido h asta ah o­ ra: uno de nuestros clientes tiene un par de pantalones que le gustan m ucho que ya no se fabrican. Los m anda a Bangalore (desde Londres) p ara hacer réplicas exactas por una peque­ ñísim a fracción de su precio. A lgunas otras peticiones habituales a YM II: • R ecordar a un cliente entusiasta en exceso p agar sus m ultas de aparcam iento, así com o las de no dem asiada velocidad y recoger las de aparcam iento. 178

• D iscu lp am os y enviar flores y tarjetas a cónyuges de clientes. ® H acer m enús para dietas de adelgazam iento, recordar al cliente periódicamente que la siguiera, hacer la com ­ p ra según la dieta. ® Conseguir un trabajo para una persona que había per­ dido el suyo debido a la subcontratación externa un añ o an tes. B u scam os anuncios relativos al p uesto, redactam os las cartas de presentación, ad ap tam o s su currículum a cada oferta y le conseguim os un trabajo al cliente en 30 días. • A rreglar un cristal de ventana de una casa en Ginebra, Suiza. • R ecopilar inform ación sobre deberes del buzón de voz de un profesor y m andárselos por correo electrónico al cliente (padres del niño). • D ocum entarnos sobre cóm o atar el cordón de un zap a­ to para un niño (hijo del cliente). • Encontrar una plaza de aparcam iento p ara su coche en otra ciudad antes de que h aga el viaje. • Encargar cubos de basura para su casa. • C onseguir una previsión e inform es m eteorológicos acreditados relativos a una hora, lugar y día concretos de hace cinco años, para presentarlas como prueba en un juicio. • H ablar con padres en nom bre de nuestro cliente. He aquí otro ejemplo real de relaciones internacionales de un lector, D avid C ro ss, que contrató un chef a dom icilio por m enos de 5 dólares el menú. B asta con pensar en las posib i­ lidades para que a uno se le h aga la boca agua. Esto es lo que cuenta David: Quería encontrar a alguien que preparara la comida que me gusta. Estudié para ser chef, pero normalmente estoy muy 17 9

ocupado y soy el único miembro de la familia que cocina de verdad; sin embargo, no tengo tiempo para preparar los pla­ tos que me sientan bien, de m odo que escribí el anuncio que incluyo a continuación y lo mandé a Craigslist. Era un anuncio muy específico y en dos meses sólo recibí dos solicitudes. El cocinero al que contratam os había sido seguidor de H aré Krishna durante muchos años, había vivi­ do en la India y su menú degustación demostró que sabía lo que se hacía. La comida es absolutamente increíble. El precio por hora es muy razonable, vive a cinco minutos de mi casa y ahora disfruto de una exquisita comida india por menos de 5 dóla­ res el menú, y es excelente. Ahora quiero iniciarme en otras cocinas... La tailandesa, la italiana, la china, etc., y eso significa que cuando dispon­ go de tiempo para cocinar disfruto mucho m ás que antes, ya que no soy el único en hacerlo. S e b u s c a c o c in e ro d e c o m id a v e g e ta r ia n a in d ia / a s i á t ic a Fecha: 7 / 0 6 / 2 0 0 7 ,1 2 :2 5 PM P D T (hora de ia costa oeste)

Hola. S o m o s una familia a la que le gusta la com ida vegetariana india y asiática. E sta m o s buscando un cocinero que tenga experiencia en esta m aravillosa cocina para preparar com ida sana, fresca y deliciosa, auténticos platos vegetarianos indios y asiáticos. Si has preparado un curry en un par de ocasiones o tienes que consultar una receta, seguram ente el puesto no sea para ti, pero si conoces la cocina vegetariana india en profundidad, entonces nos gustaría contactar contigo. É s ta podría ser una gran oportunidad si eres hindú, pakistaní, punjabi, etc., estás buscando una buena ocasión para poner en práctica tu expe­ riencia y te g usta la cocina vegetariana india y la cultura de e s e país. Los conocim ientos de Ayurveda y la form a en que éste se relaciona con la com ida y la dieta es un plus, aunque no es im prescindible.

1 80

Por favor, responde con detailes acerca de tu experiencia y algunos de los platos que podrías cocinar. Si no s g usta io que propones, podem os q uedar para que prepares un m enú degustación por el que te pagaríam os y ver si llegam os a un acuerdo. Éste es un trabajo a tiem po parcial. Tendrías que ser autó­ nom o y ser responsable de tu s im puestos, etc. T e pagaríamos un precio por hora q u e decidiríam os de com ún acuerdo, m ás c u po nes por ¡a com ida que prepares. Puedes cocinar en tu c asa y podem o s ir a recoger la com ida, que luego congelaría­ m o s . Decidiríam os junto s los m en ú s y los horarios que m ás nos convengan.

G racias por tu interés.

L a elección fundam ental: ¿N ueva Delbi o N ueva Y ork? Existen decenas de miles de AV. ¿C óm o encontrar al idóneo? Al final del capítulo apunto una serie de webs donde buscar, pero si no estableces algunos criterios por adelantado, pron­ to te sentirás abrum ado y confundido. A m enudo resulta útil em pezar preguntándose: «¿En qué parte del m un do?». ¿ Cerca o lejos?

El «fab ricad o en E stad o s U n id os» ha perdido el glam our de antaño. L a s ventajas de saltar husos horarios p ara fun ­ cionar con divisas tercermundistas son dos: tu gente trabaja mientras tú duermes y el coste por hora es menor. Ahorro en tiem po y en dinero. Ritika explica el primer beneficio con un ejemplo. Puede entregar el encargo a su ayudante personal a distancia en la India cuando salga de la oficina por la tarde de Nueva York y ten­ drá la presentación lista cuando vuelva por la mañana. Debido a la

diferencia horaria, los ayudantes pueden trabajar mientras el cliente duerme y tenerlo por la mañana. Cuando se levantan, tienen el tra­ bajo hecho en su buzón de correo. Estos ayudantes pueden ayudar también a leer los libros que les interesan, por ejemplo.

Los AV hindúes y chinos, así com o los de casi todos los países en vías de desarrollo, cuestan entre 4 y 15 dólares la hora; ios m ás baratos sirven p ara realizar labores sencillas y los m ás caros equivalen a licenciados en adm inistración de empresas o licenciaturas de ciencias de H arvard o Stanford. ¿Necesitas un plan de negocio para un posible inversor? Brickwork pue­ de hacerte uno por un precio que oscila entre 2.500 y 5.000 d ó­ lares, en lugar de 15.000 o 2 0 .0 0 0 . L a ayuda extranjera no se circunscribe a pequeñeces. Sé de prim era m ano que directivos de consultorías contables y de gestión m uy potentes suelen cobrar a sus clientes cifras de seis dígitos p or informes de in­ vestigación que ellos encargan a la India por casi diez veces menos. En Estados U nidos o C an adá, la horquilla por hora está entre 25 y 100 dólares. Está claro qué elegir, ¿no? De cabeza a Bangalore. N o tan rápido. El parám etro de m edida que im porta aquí es el coste por tarea finalizada, no el coste por hora. El m ayor problem a de trab ajar con auxiliares extranjeros es la barrera del idiom a, que suele cuadruplicar el núm ero de correos electrónicos p ara allá y p ara acá, adem ás del coste final. La prim era vez que contraté a un AV hindú com etí el error de no fijar un m áxim o de horas p ara realizar tres sencillos encargos. Pregunté qué tal iba unos días después y descubrí que se había tardad o 23 horas. E n frascado en la tarea p ara no avan zar prácticam ente nada. H abía concertado una entrevista (sin confirm ar) para la sem ana siguiente, ¡a una h ora que yo no pod ía! Incon­ cebible. ¿V eintitrés h oras? Al final me salió , a 10 dólares la hora, 2 3 0 dólares. El m ism o encargo, hecho m ás tarde a 18 2

un hablante nativo de inglés, ubicado en C an ad á, se llevó a cab o en d os horas a 2 5 dólares la hora. Cincuenta d ó la­ res por el resultado anterior m ultiplicado com o m ínim o por cuatro. D icho esto, m ás tarde pedí otro AV hindú a la m ism a empresa que fue capaz de igualar los resultados del hablante nativo. ¿C óm o saber a quién escoger? Ahí está el quid: no se pue­ de saber. Tienes que prob ar unos cuan tos ayudantes p ara depurar tus habilidades com unicativas, al tiem po que vas viendo a quién merece la pena contratar y quién merece ser despedido. Ser un jefe que se guíe por los resultados no es tan fácil com o parece. H ay varias lecciones que aprender. Primero: el coste p or hora no es lo que determina el coste final. Fíjate en el coste p or tarea. Si tienes que dedicar tiempo a reform ular el encargo o a dirigir al A V de alguna form a, determina el tiem po que necesitas dedicarle y añádelo (apli­ cando tu tarifa por h ora, que calculam os algunos capítulos atrás) al precio final del encargo. Puede que te sorprendas. A unque m ole un m ontón contar que tienes gente trabajan do p ara ti en tres países, no m ola tanto p asar tiem po haciendo de niñera de gente que se supone que has con tratado p ara hacerte la vida m ás fácil. Segundo: obras son amores, y no buenas razones. Es im po­ sible predecir si estarás a gusto con un determ inado AV sin p ro b arlo . A fortun adam en te, se pueden hacer co sa s que aumenten tus probabilidades de éxito; una de ellas es recu­ rrir a una em presa de A V en lugar de a un autónom o. L o b o s solitarios frente a equipos

Supon gam os que encuentras al AV perfecto. Se ocupa de todas tus labores secundarias, así que decides tom arte esas bien m erecidas vacaciones en Tailandia. 183

Reconforta saber que otra persona que no eres tú estará al tim ón y apagan do fuegos por una vez. ¡Por fin te sientes aliviado! D os h oras antes de coger el vuelo de Bangkok a phu*ket, te llega un correo electrónico. T u AV está fuera de com bate y se p asará toda la sem ana próxim a en el hospital. M al rollo. Vacaciones al cubo de la basura. N o me gusta depender de una sola persona y no lo reco­ m iendo. En el m undo de la alta tecn ología, esta clase de dependencia se denom inaría «con tar con un único punto de fa llo », un elemento frágil del que depende el resto. En T I,15 se utiliza el término «redundancia» com o argumento de venta referido a equipos que siguen funcionando aunque se produzca un fallo m ecánico en alguno de sus com ponentes o deje de funcionar. A plicado a los AV, redundancia significa contar con una red de apoyo. Y o recom iendo contratar una em presa de A V o ayudan­ tes con equipo auxiliar en lugar de autón om os que trab a­ jen solos. A bundan los ejem plos, p or supuesto, de personas que han tenido un único ayudante durante décadas sin sufrir incidente alguno, pero yo me atrevería a decir que tales casos son m ás bien la excepción que la regla. M á s vale prevenir que curar. A dem ás de la m era prevención de catástrofes, la estructura en grupo te proporciona una reserva de talento com binado que te permite asignar distintas tareas sin m oles­ tarte en buscar a otra person a con las cualificaciones que necesitas. T an to Brickw ork com o YM II son ejem plos de esta clase de estructura. A m bas ofrecen un único punto de contacto, tu gestor de cuenta personal, que distribuye los encargos a las person as m ás cap acitad as del grupo en turn os distintos. ¿Q ue necesitas diseño gráfico? T e lo hacen. ¿G estión de bases de datos? Te lo hacen. N o me apetece tener que llam ar 15. Tecnologías de la información.

184

y coordinar a un m ontón de gente. Q uiero tenerlo todo jun­ to y estoy dispuesto a p agar un 10% por ello. Te anim o a no ratear unos centimillos. Al final, lo barato sale caro. Que prefiera un equipo no significa que m ás grande sea m ejor, sino que varias person as son m ejores que una sola. El m ejor A V que he tenido hasta la fecha era un hindú que trab aja con cinco auxiliares. C on tres suele ser m ás que sufi­ ciente, pero con dos se queda justo.

El m iedo n .° 1: «C ariñ o, ¿has com prado un Porsche en Chi­ n a?» Estoy seguro de que tienes tus miedos. A .J. los tenía: M is ayudantes subcontratados saben ahora una cantidad alar­ mante de cosas sobre mí — adem ás de mi horario, mi colesterol, mis problem as de fertilidad, mi número de la Seguridad Social, mis contraseñas (incluida una que es un taco prototípico de ad o­ lescentes)— . A veces me preocupa pensar que nunca voy a poder darles la patada porque, si lo hago, me encontraré un cargo de 12.000 dólares en mi M aster-Card del Louis Vuitton de Anantapur.

L a buena noticia es que los casos de uso indebido de datos financieros o inform ación confidencial son aislados. En todas las entrevistas que m antuve p ara escribir esta sección, sólo pude encontrar un caso de abu so de inform ación y tuve que esforzarm e m ucho. El problem a era achacable a un AV ubi­ cado en E stados U nidos hasta arriba de trabajo que subcontrató a un ayudante externo en el último momento. G ráb ate esto en la m em oria: nunca elijas al últim o en llegar. Prohíbe a los A V pequeños que subcontraten a au tó­ nom os que no hayas probado sin tu previa autorización por escrito. Las em presas m ás establecidas y prestigiosas, Brick185

work, en el ejem plo siguiente, cuentan con m edidas de pro­ tección que rayan en lo excesivo, que hacen que sea muy fácil detectar al culpable en caso de problem as: ® Se les hace firm ar un acuerdo de confidencialidad, pues es política de la em presa salvaguardar la inform ación de los clientes. • T arjeta de acceso electrónica p ara entrar y salir. • Solam ente supervisores seleccionados introducen datos de tarjetas de crédito. • E stá prohibido llevarse docum entos de las oficinas. • Restricción de acceso p or V L A N p ara otros equipos: de esta m anera garantizan que personas de otros equipos de la em presa no accedan sin autorización a la inform a­ ción que uno m aneja. ® Informes periódicos que registran quién utiliza la im pre­ sora. ® Unidades de disquete y puertos USB desactivados. ® Certificación B S779 de cum plim iento de m edidas de seguridad internacionales. ® Cifrado de 128 bits de todas las transmisiones de datos. • Conexión V PN segura. M e apuesto a que hay m uchas prob ab ilid ad es de que tu inform ación confidencial esté 100 veces m ás segura en m anos de Brickw ork que en tu propio ordenador. En cualquier caso , es m ejor pen sar en el rob o de infor­ m ación com o un m al inevitable en un m undo digital, así que deberán tom arse m edidas cau telares p ara m inim izar p osib les d añ o s. A quí van d os regías que yo utilizo p ara reducir io s dañ os ai m ínim o y p od er recuperarm e rá p id a ­ mente: 1. N o usar nunca tarjetas de débito p ara transacciones elec­ trónicas ni dárselas a ayudantes a distancia. R eclam ar car­ 1 86

g os no au to rizad o s realizad os en una tarjeta de crédito, sobre tod o con Am erican E xpress, no cuesta nada y es casi instantáneo. R ecuperar dinero sacad o de tu cuenta fraudu­ lentamente con una tarjeta de débito lleva docenas de horas só lo de p ap eleo y, si se au to riza la d evolución , tard a m eses. 2. Si el AV va a entrar en w ebs en tu lugar, crea un nombre de usuario y una contraseña especial p ara que la use en ellas. L a m ayoría utilizam os el m ism o usuario y contraseña en varias w ebs, así que tom ar esta precaución previene posibles daños. Indícales que con esos datos creen cuentas en otras w ebs si lo necesitan. Esto tiene mucha im portancia si tus ayudantes entran en sitios com erciales en funcionam iento (desarrolladores, p ro ­ gram adores, etc.). Si aún no has sufrido robo de inform ación o de identidad, ya te llegará. G uíate por estas directrices y, cuando ocurra, verás que, com o casi en tod as las pesadillas, no es p ara tanto y es reversible. El com plicado arte de la sim plicidad: quejas habituales ¡M i ayudante es idiota! ¡H a tard ado 23 horas en concertar una entrevista! Ésta fue mi primera gran queja. Está claro por qué. ¡23 ho­ ras! E staba tan cabreado que le iba a rom per los tím panos a berridos. M i correo electrónico a este prim er ayudante me parecía que estaba clarísim o. Estimado Abdul: Aquí están mis primeros encargos, que necesito que hagas para el próximo jueves, final del día. Si necesitas alguna aclaración, llámame o mándame un correo. 187

1. Ve a este artículo: http://www.msnbc.msn.com/id/12666060/ site/newsweek, coge el correo electrónico, web y teléfono de Carol Milligan y M arc y Julie Szekely. Busca lo mismo de Rob Long aquí: http://www.msnbc.msn.com/id/12652789/site/newsweek/. 2. Concierta entrevistas de 30 minutos con Carol, Marc/Julie y Rob. Mételas en www.myevents.com (nombre de usuario: menti­ ra, contraseña: no lo metas) en mi calendario de la semana próxi­ ma a cualquier hora de 9 a 9 hora oriental de Estados Unidos. 3. Busca el nombre, correo electrónico y teléfono (el teléfono es lo menos importante) de trabajadores estadounidenses que hayan negociado acuerdos para trabajar a distancia (teletrabajo) a pesar de que sus jefes se hayan resistido en un principio. Lo ideal sería que hubieran viajado fuera de Estados Unidos. Otras palabras clave podrían ser «teletrabajo» y «trabajo a dis­ tancia». El factor importante es que negociaran con jefes difíciles. Envíame por favor enlaces a sus presentaciones o escribe un párra­ fo describiendo por qué encajan en lo que busco. Espero expectante ver de lo que eres capaz. M ándam e un correo electrónico si no entiendes algo o tienes dudas. Un saludo, Tim

L a verdad era que la culpa era m ía. Éste no es un buen correo electrónico p ara em pezar. H ab ía com etido errores de base antes incluso de redactarlo. Si eres una persona eficaz pero no estás acostum brado a dar órdenes, da por sentado que la m ayoría de los problem as que te encontrarás al inicio son culpa tuya. Es tentador señalar inm ediatamente con el dedo a otro y cogerse una rabieta, pero la m ayoría de los jefes novatos cometen el m ism o error que yo. 1. Acepté a la prim era persona que la em presa me ofrecía y no pedí n ad a en especial antes de empezar. Pide a alguien que «dom ine» el idiom a en que vayas a com u­ nicarte con él y subraya que tendrá que hablar por teléfono

(aunque no vaya a ser así). Pide rápidam ente otra persona si ios m alentendidos son continuos. 2. N o di instrucciones precisas. Le pedí que concertase entrevistas pero no señalé que eran para escribir un artículo. Por su experiencia con otros clien­ tes, el ayudante supuso que quería contratar a alguien, así que m algastó tiem po creando h ojas de cálculo y peinando webs de anuncios de empleo p ara recabar inform ación com ­ plem entaria que yo no necesitaba. L as frases deberían tener una única interpretación posible y ser com prensibles por lectores con nivel de segundo de prim aria. Tam bién si van dirigidas a hablantes nativos; lo que quieres quedará m ucho m ás claro. L as p alab ras rim ­ bom bantes disfrazan la imprecisión. Fíjate que le pedí que me escribiera si no entendía algo o tenía dudas. M al hecho. Pide a los AV extranjeros que repi­ tan el encargo en sus p ropias palabras p ara confirm ar que lo entienden antes de ponerse a ello. 3. Le di licencia p ara perder el tiempo. Esto nos trae de vuelta a cóm o minimizar daños. Pídele que te cuente qué tal va la cosa tras unas horas de trab ajar en un encargo p ara asegurarte de que lo ha entendido bien y que es factible. Algunas tareas, tras algunos intentos, resultan im po­ sibles de hacer. 4. Fijé el plazo de finalización una sem ana antes. Aplica la ley de Parkinson y asigna tareas que deban com ple­ tarse en 72 horas com o m áxim o. L o que me ha funcionado m ejor son plazos de 4 8 y de 2 4 horas. Ésta es otra razón de peso para usar un grupo pequeño (tres o m ás) en lugar de un individuo que puede verse inundado de solicitudes de última hora de varios clientes. Aplicar plazos cortos no significa que no encargues tareas 189

m ás largas (un plan de negocio, por ejem plo), sino que las divides en hitos de m enor envergadura que pueden realizarse en plazos m ás breves (esbozo, resúmenes de investigación de la competencia, capítulos, etc.). 5. Le di d em asiad o que hacer sin establecer un orden de im portancia. Recom iendo enviar una tarea cada vez si es posible y nunca m ás de dos. Si quieres que se te cuelgue el ordenador, abre 20 ventanas y aplicaciones al m ism o tiem po. Si quieres que le pase lo m ismo a tu ayudante, asígnale una docena de tareas sin dar prioridad a ninguna. Recuerda nuestro m antra: antes de delegar, elimina. ¿C óm o es un buen correo electrónico asignando una tarea a un AV? El siguiente ejem plo es un correo que m andé hace poco a una AV hindú cuyos resultados han sido francam en­ te espectaculares: Estimada Sowmya: Gracias. M e gustaría empezar con el siguiente encargo. EN C A R G O : Necesito encontrar nombres y correos electróni­ cos de redactores de revistas masculinas de Estados Unidos (por ejemplo: M axim , Stuff\ G Q , Esquire , Blender , etc.) que también hayan escrito libros. Un ejemplo de alguien así sería A. J. Jacobs, redactor freelance de Esquire (www.ajjacobs.com ). Ya tengo infor­ mación sobre él y necesito m ás gente como él. ¿Puedes hacer esto? Si no, dímelo. Contéstam e confirmando qué vas a hacer para llevar a cabo este encargo. PLAZO D E EN TREG A : Com o tengo prisa, empieza después de escribirme el correo electrónico de confirmación; déjalo a las 3 horas y dime qué has conseguido. Por favor, ponte con esto ahora mis­ mo, si puedes. El plazo para esas 3 horas y contarme qué has encontrado es el final de la jornada laboral del lunes, hora oriental de Estados Unidos.

19 0

Te agradecería que me respondieras lo antes posible, Tim

Breve, directo y al grano. Para escribir frases claras y, por consiguiente, instrucciones claras, hay que pensar con clari­ dad. Piensa con sencillez. * * *■ En los próxim os capítulos aplicarem os las habilidades com u­ nicativas que adquieras con el experim ento del ayudante vir­ tual a un cam po de juegos m ayor, cuya rentabilidad ofende ai pudor: la autom atización. Dentro de poco estarás subcontratando h asta el punto de que delegar te parecerá pintar con los dedos. En el m undo de la autom atización, no todos los m odelos de negocio se han creado iguales. ¿C óm o se m onta un nego­ cio y se coordinan to d as sus partes sin levantar un dedo? ¿C óm o lograr que el dinero se deposite autom áticam ente en tu cuenta bancaria evitando los problem as m ás habituales? T o d o empieza por conocer tus opciones, dom inar el arte de esquivar el flujo de información y lo que llamaremos «m usas». En el siguiente capítulo esbozarem os el anteproyecto del pri­ mer paso: hacerte con un producto.

D É JA T E LLEV A R He aquí un organigram a de una sem ana laboral de cuatro horas de un lector, Je d W ood, que lo utilizó para tom ar deci­ siones ráp id as, aum entar el rendimiento y poder p asar m ás tiem po con su mujer y sus hijos.

191

P y A: P R E G U N T A S Y A C C IO N E S 1. Búscate un ayudante, aunque no lo necesites. Practica sentirte cóm odo m andando a alguien y no siendo tú el m andado. Em pieza con un proyecto puntual a m odo de prueba o una tarea repetitiva pequeña (m ejor diaria). Las siguientes w ebs, repartidas p or distintos husos hora­ rios, te serán útiles. E E .U U . y C an ad á (m ás de 2 0 dólares/hora) http://w w w .iavoa.com (International A ssociation o f V ir­ tual Office A ssistants). Directorio global que incluye E stados Unidos. http://w w w.cvac.ca (Canadian Virtual A ssistant Connection) 192,

h ttp ://w w w .c an a d ia n v a .n e t/files/v a -lo ca to r.h tm l (en C anadá) ww w.onlinebusinessm anager.com N orteam érica y resto del m undo (más de 4 dólares/hora) w w w .elan ce.com (bu sca « virtu al a ssista n ts» , «p e rso n al assistan ts» y «executive a ssistan ts »). G racias a las opiniones de clientes satisfechos co lgad as en Elance encontré a mi m ejor A V h asta el m om ento, que cuesta 4 dólares la hora. M ercados sim ilares con com entarios positivos se encuentran en: w w w .guru.com y w w w .rentacoder.com . India www.tryasksunday.com (entre 20 y 60 dólares al mes por 24 h o­ ras diarias de conserjería, con una sem ana de prueba). Asksunday es una de las em presas m ás sofisticadas en outsourcing person al. Este sitio fue nom inado com o la segunda m ejor web del año 2 0 0 7 por el Tim es. B asta con m arcar un código de área y pone en m archa los m ejores asistentes en India y en Filipinas. Y o utilizo este servicio el 80 % del tiem ­ po, para las tareas que requieren m enos de diez m inutos p a ­ ra com pletarlas. Para proyectos m ás largos, hay equipos dis­ ponibles p or 12 dólares la hora. w w w .b2kcorp.com (m ás de 15 dólares/hora). Desde petrole­ ras enorm es y em presas de gran facturación, financieras y congresistas norteam ericanos, Brickw ork puede con todo. Esto se refleja en los costes de esta em presa de puro traje y corbata: sólo em presas. N o envían flores a tu tía. w w w .taskseveryday.com (6,98 dólares/hora por un asistente personal virtual). C on sede en M um bai, disponible a través de teléfono y de e-mail en E stad o s U nidos, reino U nido y au stralia. Se puede elegir entre 2 0 y 4 0 h oras p o r sem ana y se puede contratar unas horas antes. w w w .yourm an in in dia.com (m ás de 6 ,2 5 d ólares/h o ra). Y M II acepta encargos personales y profesion ales. Pueden 193

trab ajar contigo en tiem po real (tienen gente las 24 horas) y hacer el trab ajo m ientras duerm es. El nivel de inglés y de eficacia varía enormemente de unos ayudantes a otros, así que entrevístales antes de em pezar o de asignar tareas im por­ tantes. 2. Em pieza pequeño, pero piensa a lo grande. Tina Forsyth, una gerente virtual (una AV de alto nivel) que ayuda a clientes que facturan m ás de un millón de dólares a m ultiplicar sus ingresos rediseñando sus m odelos de negocio, recom ienda lo siguiente: ® Echa un vistazo a tu lista de asuntos pendientes. ¿Qué lleva m uerto de risa m ás tiem po? ® C ad a vez que te interrum pan o cam bies de tarea, pre­ gúntate: «¿Podría d ar esto a un A V ?». ® Exam ina los puntos dolorosos: ¿qué te causa m ás abu­ rrimiento y agobio? É stas son algunas de las cosas que llevan m ás tiem po a ios negocios pequeños con presencia en internet: • Enviar artículos p ara atraer tráfico a su web y engordar sus listas de suscriptores. ® Participar en m oderar foros de debate y tablones de men­ sajes. ® Adm inistrar program as de afiliados. ® Crear contenidos y escribir revistas electrónicas y entra­ das de blogs. ® R ecab ar d ato s y docum entarse con vistas a nuevas labores de prom oción o analizar los resultados de las cam pañas de m arketing ya realizadas. N o esperes m ilagros de un único AV, pero tam poco esperes d em asiado p o co . A floja un p o co las riendas. N o asignes 194

tareas basura que terminan m algastando tu tiem po en vez de ahorrártelo. N o tiene sentido pasarse 10 o 15 m inutos m an ­ dando un correo a la India p ara que te consigan precios de billetes de avión si tú puedes hacer lo m ism o en internet en 10 m inutos y evitar la retahila de correos electrónicos de acá para allá que seguro seguirán. Sal de tu zona de com odidad: ése es precisamente el obje­ tivo del ejercicio. Siempre p odrás ocuparte tú de la tarea si el AV dem uestra que es incapaz de hacerla, así que sondéale para conocer de qué es capaz. 3. Decide cuáles son las cinco tareas de trabajo y otras cinco personales que te llevan m ás tiem po y que podrías asignar a un ayudante por pura diversión. 4. E star al día: planificación y calendarios. Si decides contar con un ayudante para planificar reuniones y añadirlas a tu calendario, es im portante asegurarse de que todo esté al día. Para ello existen varias opciones: BusySync (w w w .busysync.com ). Y o tengo dos cuentas en Gm ail: una es privada y la otra es p ara mi ayudante, que es a la que llega el correo electrónico general. Utilizo BusySync para sincronizar su Google Calendar con el iC al (M ac Calen­ dar) de mi portátil. Tam bién he utilizado SpanningSync (w w w .spanningsync.com ) con el m ism o objetivo y con exce­ lentes resultados. W ebEx Office (w w w .w eboffice.com ). Com parte tu calenda­ rio online m ientras conciertas tus reuniones de trabajo. Pue­ de sincronizarse con O utlook y tam bién ofrece la posibilidad de com partir docum entos y otras aplicaciones. Te sugiero que lo com pares p ara sincronizar tu O utlook con el Google Calendar de tu ayudante.

*95

R E T O A N T IC O M O D ID A D Practica la crítica bocadillo (2 días y luego un a vez p o r se­ mana)

Seguram ente hay alguien — un com pañ ero de tra b ajo , tu jefe, un cliente o tu p areja— que hace algo que te irrita o peor de lo que lo harías tú. En lugar de evitar el tem a por m iedo al enfrentamiento, cubrám oslo de chocolate antes de pedirles que lo arreglen. Una vez al día durante dos días y luego tod os los jueves (de lunes a m iércoles la gente está dem asiado tensa y los viernes dem asiado relajada) durante las próxim as sem anas, proponte practicar lo que yo llam o la crítica bocadillo con alguien. Escríbetelo en el calendario. Se llam a crítica bocaáiWo porque prim ero ala b a s a la per­ sona por algo, luego la criticas y luego cierras con otra ala­ banza para cam biar de tem a y dejar atrás el asunto delicado. Un ejemplo con un superior o jefe, con las frases y palabras clave en cursiva: T ú : H o la, M ara. ¿Tienes un segundo? M ara: C laro. ¿De qué se trata? T ú : Prim ero quería agradecerte que me ayudases con la cuenta de la Lom briz A m elia [o lo que sea]. Te agradezco mucho que me enseñases cóm o lidiar con el asunto. Se te da muy bien arreglar problem as técnicos. M ara: N o hay de qué. T ú : E sto es lo que ocurre.16 V a a entrar m ucho trabajo para tod os, y me siento 17 un poco abrum ado. N orm alm ente tengo claras las p rioridades,18 pero últimamente me está costando 16. 17. debate 18.

No uses la palabra problema si puedes evitarlo. Nadie puede discutirte lo que sientes. Esto te servirá para evitar un sobre las circunstancias externas. Repara en que he quitado «tú» de la frase para no señalar con el

19 6

saber qué tareas son las prim eras de la lista. ¿P od rías ay u ­ darm e señ alan do los tem as m ás im portantes cuando haya que ocuparse de varios? E s culpa mía, lo sé,19 pero te lo agra­ decería mucho y creo que sería muy útil. M ara: Ehhmm ... Veré qué puedo hacer. T ú : Significa m ucho p ara mí. G racias. Antes de que se me olvide,20 la presentación de la semana p asada te salió genial. M ara: ¿De verdad? Bla, bla, bla...

dedo, aunque está implícito. «Normalmente indicas claramente las prio­ ridades» suena a insulto disfrazado de cumplido. Si estás hablando con tu pareja, puedes saltarte esta formalidad, aunque nunca digas «siempre haces X » , pues con seguridad iniciarás una pelea. 19. Distiende un poco el ambiente metiendo esto. Ya has dejado claro qué quieres. 20. «Antes de que se me olvide» es la progresión ideal del halago de cierre, que además sirve para cambiar de tema y dejar atrás el asunto deli­ cado sin que ninguno de los dos os sintáis incómodos.

1 97

D ISE Ñ O D E UN E S T IL O D E V IDA EN A C C IÓ N L a s m e jo r e s h o r a s p a r a m a n d a r c o r r e o s e le c tr ó n ic o s R e co m ie n d o qu e la ge n te revise su correo electrónico pocas ve ce s al día. He aquí otra pro puesta: co n te sto a los correos elec­ tró n ico s cu a n d o m e con viene , pero ta m b ié n los pro gram o para q u e m e ileguen cu an do m e con viene . O utlook te perm ite retrasar la entrega de los m e n sa je s h asta cu alq uier hora del día. Por ejem ­ plo: cu a n do co n te sto m e n sa je s a las 3 de la tard e , no quiero que mi personal m e bom b a rd e e in sta n tá n e a m e n te co n s u s respu es­ ta s o m e plantee p re guntas. (E s to ta m b ié n evita los ch a ts a tra­ v é s del correo e le ctró n ico .) A s í p u e s, yo m a n d o los m e n sa je s pero retraso la llegada d e las re s p u e s ta s h a sta la tarde o hasta las 8 de la m a ñ a n a del día siguiente , cuan do llegan m is em p le a ­ d o s . ¡Así debería funcionar el correo electrónico! S e trata de m en­ sa je s , no de un chat. J IM LARRANAGA

198

9- IN G R E SO S EN P IL O T O A U TO M Á TICO I: B U SC A TU M U SA

«¡M óntalo y olvídate!» r o n p o p e i l , fundador de R O N C O , que ha vendido más de 1.000 millones de dólares en asadores para pollo «M étodos puede haber un millón y alguno más, pero prin­ cipios hay pocos. El hombre capaz de captar principios pue­ de luego escoger sus propios métodos. El que aplica méto­ dos ignorando los principios con seguridad encontrará problem as.» R A LPH W A L D O E M E R SO N

El m inim alista renacentista D ouglas Price acababa de despertarse otra herm osa m añana de verano en su casa de arenisca color chocolate de Brooklyn. Lo prim ero es lo prim ero: café. C asi no sentía los efectos del je t lag , teniendo en cuenta que acababa de llegar de hacer una excursión por las islas de C roacia. Ése era sólo uno de ios seis países que había visita­ do en el últim o año. El próxim o program ado era jap ó n . Tatareando una cancioncilla mientras sonreía, y con la taza de café en la m ano, caminó parsim onioso hasta su M ac para ver primero su correo electrónico personal. H abía 32 mensa­ jes, todos ellos portadores de buenas noticias.

199

Uno de sus am igos y socio em presarial, tam bién cofundador de Limewire, tenía algo nuevo que contarle: L ast Bamboo, su em presa de internet, llam ada a reinventar la tecnolo­ gía de com unicación entre usuarios, estab a ultim ando las postreras fases de desarrollo. Ese hijito podría valer algún día miles de millones, pero D oug estaba dejando que los téc­ nicos se volvieran locos p o r ahora. Sam son Projects, una de las galerías de arte contem porá­ neo m ás en bo ga de B oston , le felicitaba por sus últim as obras y m ostraba interés por colaborar m ás estrechamente m ontando m ás exposiciones en calidad de com isario de so ­ nido. El últim o correo de la bandeja de entrada era una carta de un fan dirigida a «D em on D oc» alaban d o su últim o álbum instrumental de hip-hop: onüness v i . 0.1. D o u g h abía lanza­ do el álbum com o lo que él había bautizado com o «m úsica de código ab ierto »: cualquiera p od ía descargarse el álbum gratis y usar sonidos de cualquier pista en sus propias com ­ posiciones. Sonrió de nuevo, se terminó su oscuro café tostado de un trago y abrió otra ventana para ocuparse del correo de nego­ cios en segundo lugar. Le llevaría m ucho m enos tiempo. De hecho, m enos de 3 0 m inutos ese día y 2 horas por sem ana. ¡C óm o cam bian las cosas! D os años antes, en junio de 2 0 0 4 , estaba en al apartam en­ to de D oug leyendo mi correo electrónico por lo que yo espe­ raba que fuese la últim a vez en m ucho tiem po. En cuestión de horas me m archaría al aeropuerto JF K de N ueva Y ork desde donde partiría de excursión indefinida por el m undo. D oug me m iraba divertido por encim a del hom bro. Tenía planes parecidos para sí m ism o. Por fin se estaba liberando de una em presa de internet financiada por capital riesgo que en su día h abía ocupado p ortad as de revistas y que le había ap asio n ad o , pero que ahora no era m ás que un trab ajo . 200

H acía m ucho que la euforia de la era punto-com se había acabad o, llevándose casi todas las probabilidades de vender­ la o sacarla a bolsa. M ovió la m ano a m odo de despedida m ientras tom aba una determ inación al ver al taxi girando en la esquina: se acabaron los rollos com plicados. Era hora de volver a lo esencial. Prosoundeffects.com , lanzada en enero de 2005 tras una sem ana de pruebas de venta en eBay, estaba diseñada para hacer una sola cosa: proporcionar a D oug toneladas de dine­ ro con una inversión de tiem po mínima. Esto nos devuelve a su buzón de correo profesional en 2006. H ay 10 pedidos de bibliotecas de sonidos, C D que p ro ­ ductores de cine, m úsicos, diseñadores de videojuegos y otros profesionales utilizan para añadir sonidos difíciles de encon­ trar — el ronroneo de un lémur o un instrumento exótico— a sus p rop ias creaciones. É stos son los productos de D oug, aunque no le pertenecen, pues ello exigiría poseer un inven­ tario físico y poner dinero p o r adelantado. Su m odelo de negocio es m ucho m ás elegante. A quí tienes una de sus fuentes de ingresos: 1. Un cliente potencial ve su publicidad de p ago p o r clic (PPC) en G oogle u otro m otor de búsqueda y pincha para entrar en su web: w w w .prosoundeffects.com . 2. Pide un producto que vale 325 dólares (el precio m edio de com pra, aunque los precios oscilan entre 29 y 7.5 0 0 dólares) a través de un carro de com pra de Y ahoo. En ese momento, un p d f con todos sus datos de facturación y envío se m anda por correo electrónico autom áticam ente a Doug. 3. Tres veces por sem ana, D oug pulsa un único botón en la página de gestión de Y ah oo para hacer los cargos en las tar­ jetas de crédito de todos sus clientes y trasladar el dinero a su cuenta bancaria. Luego guarda los p d f com o h ojas de pedido 201

de Excel y se las envía a los fabricantes de las bibliotecas en C D . E sas em presas envían por correo los productos a los clientes de D oug — esto se denom ina venta al por menor sin existencias o drop-shipping — y D oug p aga a los fabricantes solam ente el 4 5 % del precio de venta al público de los p ro ­ ductos 90 días después (pago a 9 0 días). Exam inem os la belleza m atem ática de su sistem a para captar todo su esplendor. Por cada pedido de 325 dólares con un coste del 5 5 % del precio m inorista, D oug se queda con 178,75 dólares Si res­ tam os el 1% del precio total de venta al público (1% de 325 = 3,25) que cuesta la transacción en la tienda de Y ah oo y el 2 ,5 % de la tasa de procesam iento de la tarjeta de crédito (2,5% de 325 = 8,13), D oug se queda con un beneficio antes de im puestos de 167,38 dólares por esta única venta. M ultiplica esto p o r 10 y obtenem os 1 .6 7 3 ,8 0 dólares de beneficio por 30 minutos de trabajo. D oug gana 3.347,60 d ó ­ lares la h o ra sin co m p rar p rod u cto s p o r ad elan tad o. Sus co stes iniciales fueron 1 .2 0 0 d ólares p o r el diseñ o de la págin a w eb, que recuperó la prim era sem an a. L a publici­ d ad de p ago por clic le sale aproxim ad am en te a 7 0 0 d ó la­ res al m es y p a g a a Y ah oo 99 al m es por el alojam ien to y el carrito de com pra. T rab aja m enos de dos horas por sem ana, se suele sacar m ás de 1 0 .0 00 dólares al m es y el riesgo financiero en que incurre es com pletam ente nulo. A hora D o u g dedica su tiem po a hacer m úsica, viajar y m on tar otros n egocios p orq u e le parece em ocionante. Prosoundeffects.com no es el culm en de sus aspiraciones, pero ha elim inado to d as sus preocupaciones económ icas y liberado su mente para prestar atención a otras cosas. ¿Q ué harías si no tuvieses que pensar en el dinero? Si sigues los consejos de este capítulo, pronto tendrás que dar respuesta a esa pregunta. 202

Es hora de buscarte una m usa. H ay un millón y una m aneras de ganar un millón de dóla­ res. Desde franquiciar a ser consultor independiente, la lista no acaba nunca. A fortunadam ente, casi ninguna encaja con nuestro propósito. Este capítulo no es p ara gente que quiera llevar negocios, sino para quienes quieran poseer negocios y no dedicarles tiempo. L a reacción m ás o m enos universal que me encuentro al presentar esta idea es: ¿cóm o? La gente no se cree que casi todas las em presas megaexito sas del m undo no fabrican los productos que venden, no cogen sus teléfonos, no envían los productos ni se ocupan de atender a sus clientes. H ay cientos de em presas que existen para fingir que tra­ bajan p ara otro y ocuparse de estas cuestiones, proporcio­ nando una estructura rentable a cualquiera que sepa dónde localizarlas. ¿Te crees que M icrosoft fabrica la X b o x 360 o que K odak diseña y distribuye sus cám aras digitales? Pues nones. Flextronics, una em presa de ingeniería y producción con sede en Singapur, instalaciones en 30 países y 1 5 .3 0 0 m illones de dólares de facturación actual, hace las dos cosas. La m ayoría de las m arcas conocidas de bicicletas de mon­ taña vendidas en Estados Unidos las fabrica la m isma empresa en las m ism as tres o cuatro plantas de China. En docenas de centros de llam adas se pulsa un botón para atender a los clien­ tes de los Corte Ingleses del m undo, otro para los de los orde­ nadores Dell del m undo y otro para las llam adas de los N ue­ vos Ricos, com o yo. Es todo m aravillosam ente transparente y barato. Antes de crear esta estructura virtual necesitam os un p ro ­ ducto que vender. Si prestas un servicio, en este apartad o aprenderás a transform ar tus habilidades en una m ercancía que se pueda enviar p ara escap ar de las lim itaciones que impone el m odelo de ganancia por horas. Si empiezas desde 203

cero, olvida p or ahora los servicios, pues el contacto conti­ nuo con el cliente hace muy difícil ausentarse.21 Para delim itar aún m ás nuestro objetivo, direm os que el producto que buscam os no puede co stam o s m ás de 500 dó­ lares en probarlo, debe prestarse a autom atizarse en cuatro sem anas y — cuando esté funcionando— no debe exigirnos m ás de un día por sem ana para gestionar su venta. ¿Puede servir un negocio p ara cam biar el m undo, com o The Body Shop o Patagonia? Sí, pero eso no es lo que esta­ m os buscando ahora. ¿Puede servir un negocio para hacer dinero vendiéndolo o sacándolo a bolsa? Sí, pero ése tam poco es nuestro objetivo. N uestro objetivo es simple: crear un vehículo autom atiza­ do de generación de dinero sin que nos lleve tiem po. E so es to d o.22 Siempre que pueda llam aré a este vehículo «m u sa» p ara distinguirlo del am biguo término «n egocio », que puede referirse a un puesto de lim onada o a un con glom erado petrolero de miles de m illones; nuestro objetivo es m ás limi­ tado, por lo que requiere de un vocablo m ás preciso. Así que primero lo primero: flujo de caja y tiempo. Con estas dos divisas, todo lo demás es posible. Sin ellas, nada es posible.

Por qué em pezar con el fin en mente: un relato preventivo Sarah está ilusionada. H ace d os sem anas que colgó en internet sus divertidas cam isetas p ara golfistas y está vendiendo una m edia de 5 al 21. Existen algunas excepciones, como las webs de miembros que no exigen que crees contenidos, pero, por regla general, los productos exigen menos mantenimiento y te ayudarán a lograr tu IMO más rápido. 22. Las musas serán tu fuente de tiempo y libertad financiera para hacer realidad tus onirogramas en un tiempo récord, después de lo cual uno (y suele ser el caso) emprende otras empresas para cambiar el mundo con ellas o para venderlas.

204

día, a 15 dólares cada una. El coste por unidad es de 5 dóla­ res, a sí que su beneficio bruto está siendo de 5 0 dólares (m enos 3 % en tasas de tarjetas de crédito) cad a 24 h oras, pues los g asto s de envío y m anipulación corren por cuenta de los clientes. Pronto recuperará lo que le costó su pedido inicial de 2 0 0 cam isetas (incluidos el precio de las planchas, el m ontaje, etc.), pero Sarah quiere ganar m ás. Parece que la suerte se ha puesto de su lado, si pensam os en el destino de su primer producto. Se gastó 12.000 dólares en idear, patentar y fabricar un cochecito de última tecnología para m am ás con bebés (ella no tiene hijos), para luego des­ cubrir que no le interesaba a nadie. L as cam isetas, por el con trario, se estaban vendiendo, pero las ventas em pezaban a ralentizarse. Parecía que había tocado techo vendiendo p o r internet, ahora que com petidores con m ás dinero pero m enos form a­ ción estaban gastán dose dem asiado en publicidad, lo que hacía subir los costes. De pronto se hizo la luz: ¡las tiendas! Sarah va a ver al gerente de la tienda de golf de su ciudad, Bill, que inm ediatam ente expresa su interés en vender sus cam isetas. Sarah está encantada. Bill solicita el habitual descuento mínimo del 4 0 % para venta aí por m ayor. E so significa que ahora las está vendien­ do a 9 dólares en lugar de a 15 y que su beneficio ha pasad o de 10 a 4 dólares. Sarah decide p rob ar suerte y ofrece lo m ism o a otras tres tiendas de las ciudades vecinas. Las cam i­ setas vuelan de los estantes, pero pronto se da cuenta de que su pequeño m argen de beneficio se lo comen las horas extra que p asa haciendo facturas y otras tareas adm inistrativas. Decide acudir a un distribuidor23 para quitarse ese trab a­ jo de encima, una em presa que actúa com o almacén de envíos y vende productos de distintos fabricantes a tiendas de golf de todo el p aís. El distribuidor se interesa por su oferta y 23. A los distribuidores se les llama también «mayoristas».

205

pide su precio norm al: 7 0 % del precio de venta ai público, o 4 ,5 0 dólares, lo que dejaría a Sarah con 5 0 centavos en el bolsillo por unidad. Sarah dice que no. Para em peorar aún m ás las cosas, las cuatro tiendas han em pezado ya a rebajar las cam isetas p ara com petir entre ellas, por lo que se están cargando sus m árgenes de beneficio. D os sem anas después, los pedidos desaparecen. Sarah abandona el comercio minorista y regresa desmorali­ zada a su web. Con la nueva competencia, las ventas por inter­ net se han reducido a casi nada. N o ha recuperado su inversión inicial y todavía le quedan 50 cam isetas en el garaje. M al rollo. T od o se podría haber evitado con pruebas y planificación adecuadas. Ed Byrd, «D on C reatin a», no es Sarah . Él no invierte y luego reza. Su em presa, con sede en San Francisco, M R I, com erciali­ zó el suplem ento p ara deportistas m ás vendido en Estados U nidos entre 2 0 0 2 y 2 0 0 5 : N 0 2 . Aún hoy es un supervenías, a pesar de tener docenas de im itadores. L o consiguió con pruebas ingeniosas, un posicionamiento inteligente y una brillante distribución. Antes de em pezar a fabricar, M R I lanzó un libro barato relacionado con el producto, poniendo anuncios de un cuar­ to de página en revistas sobre salud m asculinas. C uando la necesidad se confirm ó con una m ontaña de pedidos del libro, se p uso al N 0 2 el desorbitado precio de 79,95 dólares, se posicionó com o el producto superior del m ercado y se empe­ zó a vender exclusivam ente en las tiendas G N C de todo el país. N o se perm itió a nadie m ás venderlo. ¿C óm o va a tener sentido perder clientes? Existen algunas razones de peso. Primero, cuantos m ás distribuidores com pitan entre ellos, antes se extinguirá tu producto. Éste fue uno de los errores de Sarah. 2 06

Funciona así: el distribuidor A vende el producto al precio recom endado ai anunciarlo de 50 dólares; luego el distribui­ dor B lo vende a 45 para com petir con A y luego C lo vende a 40 p ara com petir con A y B. En poquísim o tiem po, nadie está ganando dinero por ven­ der tu producto y ya no hacen m ás pedidos. L o s clientes están ahora acostum brados a un precio m ás bajo y el proce­ so es irreversible. El producto está m uerto y tienes que crear otro. Ésta es la razón por la que tantas em presas tienen que crear nuevos productos todos los m eses. Es una pesadilla. Y o llevo seis años vendiendo un único suplem ento, BrainQ U IC K E N ® (también comercializado com o BodyQUICK® ), m anteniendo un m argen de beneficio estable al lim itar la distribución al por m ayor, sobre todo por internet, a uno o dos distribuidores grandes que mueven cantidades im portan­ tes de producto y han accedido a mantener un precio mínimo anunciado.24 De lo contrario, ios descuentos de ciertos p ica­ ros que venden p or eBay y las tiendeciilas caseras te llevarán a la ruina. En segundo lugar, si le ofreces exclusividad a alguien, algo de lo que la m ayoría de fabricantes huyen, puede fun­ cionar a tu favor. C om o le estás ofreciendo a una em presa el 100% de la distribución, p odrás negociar m ejores márgenes de beneficio (m enos descuento sobre el precio de venta al público), m ejor ap oyo prom ocional en tienda, pagos m ás rápidos y trato preferencial. Es fundam ental decidir cóm o vas a vender y distribuir tu producto antes de decantarte por uno. C uantos m ás interme­

24. Es ilegal fijar el precio al que alguien vende tu producto, pero pue­ des dictar por cuánto lo anuncian. Esto se hace incluyendo una cláusula de precio mínimo anunciado en tus condiciones generales, que se aceptan automáticamente cuando se envía un pedido por escrito a un mayorista. En www.fourhourblog.com encontrarás muestras de condiciones gene­ rales y formularios de pedido.

207

diarios haya, m ás elevados deberán ser tus m árgenes para que to d o s los eslabon es de la cadena obtengan rentabili­ dad. Ed Byrd se dio cuenta. Él es el perfecto ejem plo de que hacer lo contrario que la m ayoría puede reducir el riesgo y aum entar el beneficio. Elegir la distribución antes que el pro­ ducto es sólo un ejemplo. Ed conduce un Lam borghini p o r la co sta californ ian a cuando no está viajando o en la oficina con su pequeño y concentrado equ ipo y su s d os p astores australian o s. Sus resultados no son accidentales. Sus m étodos para crear p ro ­ ductos — y los de los N uevos R icos en general— pueden ser em ulados. A quí tienes cóm o hacerlo en el m enor núm ero de paso s posible. Paso uno: elige un nicho de m ercado al que puedas llegar «Cuando era más joven... no quería que me encasillasen... En esencia, ahora quieres que te encasillen. Ése es tu nicho.» jo a n c h e n ,

a c t r iz ; a p a r e c i ó e n

E l último em perador y Twin Peaks

Crear dem anda es difícil. Satisfacer dem anda es m ucho m ás fácil. N o crees un producto y luego busques a alguien para vendérselo. Encuentra un m ercado — decide quién es tu cliente— y luego busca o invéntate un producto para él. He sido estudiante y deportista, así que inventé productos p ara esos m ercados, centrándom e en ios varones siem pre que pude. El audiolibro que grabé p ara orientadores universitarios fracasó porque yo nunca he sido orientador universitario. Luego creé un cursillo de lectura ráp id a, cuando reparé en que tenía vía libre de acceso a los estudiantes y el negocio tuvo éxito porque — com o yo tam bién era estudiante— cono­ 20 8

cía sus necesidades y hábitos de com pra. Sé parte de tu mer­ cado objetivo y no especules con lo que los dem ás necesitan o están dispuestos a com prar.

Em pieza pequeño, pero piensa a lo grande «H ay gente a quien le encantan los espectáculos lujosos con enanos.» d a n n y b l a c k (1,27 m), uno de los dueños de Shortdwarf.com25

Danny Black alquila enanos p ara espectáculos por 149 dóla­ res/la hora. ¿Qué te parece com o nicho de m ercado? Se dice que si todo el m undo es tu cliente, entonces nadie es cliente tuyo. Si em piezas queriendo vender un producto a los am antes de los perros o de los gatos, detente. Sale muy caro publicitarte p ara llegar a un m ercado tan am plio y estarás com pitiendo con dem asiados productos y dem asiada infor­ m ación gratuita. Sin em bargo, si te especializas en adiestrar a pastores alem anes o creas un producto para restaurar Fords antiguos, el m ercado y la competencia se encogen, de m odo que será m ás b arato llegar a tus clientes y m ás sencillo cobrarles un precio superior. En un prim er m om ento, Brain Q U IC K E N se creó pensando en los estudiantes, pero el m ercado resultó dem asiado dis­ perso, p o r lo que era com plicado llegar a él. T ras recibir opiniones positivas de estudiantes deportistas, relancé el pro­ ducto con el nom bre de BodyQ U IC K y probé a anunciarme en revistas dirigidas específicamente a personas que practica­ 25. The Wall Street Journal, 18 de julio de 2005 (http://www.tecb.nologyinvestor.com/login/2004/Juil 8-05.php).

209

ban las artes m arciales y a levantadores de pesas. Éstos son m ercados m inúsculos com parados con el gigantesco m erca­ do estudiantil, pero no pequeños. G racias a los bajos costes de los medios de comunicación y la ausencia de competencia, pude dom inar estos nichos con el prim er «neuroacelerador».26 Sale m ás rentable ser cabeza de ratón que cualquier pelo en la cola del león. ¿C óm o saber si tu m ercado es suficientemen­ te grande p ara alcanzar tu IM O ? En el anexo que acom paña este libro encontrarás un ejem plo extraído de la vida real: cóm o determiné el tam año del m ercado de un producto hace poco. Busca «C álculos p ara tu m u sa». Para encontrar nichos rentables, hazte las siguientes pregun­ tas: 1. ¿A qué grupos sociales, sectoriales o profesionales perte­ neces, has pertenecido o conoces, ya sean dentistas, ingenie­ ros, escaladores, ciclistas por diversión, aficionados a restau­ rar coches, bailarines o cualquier otro? R ep asa con o jo s im agin ativos tu currículum , trayectoria laboral, costum bres físicas y pasatiem pos y escribe una lista de todos los grupos, p asad o s y presentes, con los que puedas vincularte. M ira los objetos y los libros que posees, incluidas suscripciones a revistas en papel y electrónicas y pregúntate: «¿Q u é grupos de gente com pran lo m ism o?». ¿Q ué revistas, sitios web y publicaciones lees periódicam ente? 2 . ¿C uáles de los gru p os detectados tienen sus p ro p ias re­ vistas? Ve a una librería grande tipo Barn es& N oble o Fnac y hojea revistas especializadas m ás minoritarias para que se te ocurran 26. Ésta fue una nueva categoría de producto que creé y acuñé para eli­ minar y adueñarme de la competencia. Esfuérzate por ser el más grande, el mejor o el primero en una categoría concreta. Yo prefiero ser el primero.

2 10

m ás nichos. Existen miles de revistas específicas sobre distintos intereses, pasatiem pos y ocupaciones entre las que escoger. En el directorio para periodistas Writer’s M arket encontrarás otras revistas que no suelen estar en las librerías. Lim ita el grupo de la pregunta 1 a aquellos a los que se pueda llegar a través de una o dos revistas pequeñas. N o im porta que esos grupos tengan o no m ucho dinero (por ejem plo, golfistas), sino que gasten dinero (atletas aficionados, pescadores de percas, etc.) en algún tipo de producto. Llam a a estas revis­ tas, habla con los responsables de publicidad y diles que estás pensando en anunciarte; pídeles que te m anden por correo electrónico sus tarifas actuales y que indiquen tirada e inclu­ yan m uestras de núm eros antiguos. M ira en los núm eros antiguos anunciantes que hayan repetido varias veces y que vendan directam ente al cliente p or teléfono o por internet. Cuantos m ás anuncios iguales haya en varios números, y con m ayor frecuencia, m ás rentable les resulta la revista... igual que lo será para nosotros. Paso dos: encuentra ideas p ara productos (no inviertas pri­ mero) «El genio es solamente la facultad superior de ver.» jo h n ruskin , afam ado artista y crítico social

Escoge los dos m ercados que m ejor conozcas que tengan sus propias revistas con anuncios a toda página que cuesten menos de 5.000 dólares. Cada revista debe tener por lo menos 15.000 lec­ tores. Llega la parte divertida. A hora tenemos que inventarnos o buscar productos pensando en estos dos m ercados. El objetivo es hallar ideas para productos bien form adas sin g astar un duro; en el p aso 3 idearem os anuncios para ellos y prob arem os la reacción de clientes reales antes de invertir en fabricarlos. 211

H ay varios criterios que ei producto deberá cum plir para encajar en una estructura autom atizada. E l principal beneficio deberá expresarse en una so la frase

Puedes caer m al — m uchas veces venderás m ás si ofendes a alguien— , pero nunca pueden entenderte mal. El principal beneficio de tu p rodu cto tiene que quedar claro en una frase o en unas palabras. ¿Por qué es diferente y por qué debo com prárm elo? U N A frase o un as cu an tas p a la b ra s, am igo s. A pple lo hizo genial con el iPod. En vez de la jerga h ab itual de las telefónicas y la inform ática contando gigas, ancho de ban­ da y todo lo dem ás, dijeron: « 1 .0 0 0 canciones en tu bolsi­ llo ». Y a está. H echo. Sim plifica y no avances con un p ro ­ ducto h asta que pued as decirlo en una frase y la gente se entere. E l precio p ara el cliente deberá oscilar entre los 5 0 y los 2 0 0 dólares

El grueso de las em presas fijan sus precios en la franja m edia, por eso ahí es donde hay m ás com petencia. Poner un precio bajo es tener pocas luces, porque siempre habrá alguien dis­ puesto a sacrificar m ás m argen de beneficio y llevaros a la bancarrota. A dem ás del valor percibido, crear una im agen exclusiva, de alto nivel y cobrar m ás que la com petencia aporta tres ventajas m ás: 1. C on precios m ás altos necesitarás vender m enos unidades — y, por consiguiente, atender a m enos clientes— para hacer realidad tus onirogram as. Es m ás rápido. 2. L o s precios m ás elevados atraen a clientes cuyo m anteni­ m iento es sencillo (pagan a tiem po, se quejan/preguntan 212

m enos, m enos devoluciones). M enos quebraderos de cabeza. Esto es IM PA GA BLE. 3. Un precio m ás alto produce m árgenes de beneficio m ás am plios. Es m ás seguro. Personalmente busco un m argen que sea de 8 a 10 veces mi coste, lo que significa que un producto de 100 dólares no puede costarme m ás de 10-12,5.27 Si hubiese aplicado a BrainQ U IC K E N el m argen de 5 veces, el que se suele aconsejar, me hubiera hundido en seis meses por culpa de un proveedor poco honrado y una revista que salió tarde. El m argen de beneficio me salvó y en un añ o estab a generando 8 0.000 dólares al mes. T am poco puedes pasarte con los precios altos. Si el precio por unidad supera un determ inado valor, los clientes poten­ ciales querrán hablar con alguien por teléfono para sentirse lo suficientemente cóm odos com o p ara com prar. Esto está contraindicado en nuestra dieta hipoinform ativa. Y o he descubierto que la franja 50-200 dólares por venta produce el beneficio m ás elevado a cam bio de las mínimas m olestias en atención al cliente. Pon un precio alto y luego justifícalo. N o deberá tardarse m ás de 3 o 4 sem anas en fabricarse E sto es im portantísim o p ara m antener los costes b ajos y adaptarte a la dem anda sin acum ular producto de antemano. Y o no me atrevería a vender ningún producto que tardase m ás de tres o cuatro sem anas en fabricarse. Recom iendo apuntar 27. Si optas por distribuir productos de alta gama de otro, como Doug, sobre todo si los compras después de tener los pedidos y no guardas exis­ tencias, el riesgo es menor, por lo que pueden bastarte márgenes más pequeños. 2 13

a una o dos sem anas desde que llega el pedido hasta tener el producto listo para enviar. ¿C óm o averiguar cuánto se tarda en fabricar algo? Ponte en contacto con fabricantes especializados en la cla­ se de productos que estás sopesando: http://www.thom asnet. com í. Llam a a un fabricante relacionado con tu producto (por ejemplo, retretes) si necesitas que te asesoren sobre uno que no encuentras (productos de limpieza p ara retretes). ¿Q u e no encuentras n ad a? Prueba a bu scar en G oogle distintos sinónim os de tu producto m ezclándolos con «o rga­ nización» y «asociación » p ara llam ar a las organizaciones sectoriales que te interesen. Pídeles que te recomienden fabri­ cantes externos y el nom bre de sus revistas sectoriales, en las que a m enudo hay anuncios de fabricantes y otros proveedo­ res de servicios relacionados con tu producto que necesitare­ m os m ás tarde p ara tu estructura virtual. Solicita precios a los fabricantes p ara asegurarte de que el m argen correcto es posible. C alcula el coste por unidad de fabricar 100, 5 0 0 ,1 .0 0 0 y 5.0 0 0 unidades. D e b e rá p o d e r ex p licarse en u n as «R e sp u e sta s a las p regu n tas m á s h ab itu ale s» bien h ech as c o lg a d a s de tu w eb

En esto es donde metí la p ata hasta el fondo al elegir el p ro ­ ducto, en el caso de BrainQ U ICK EN . Aunque gracias a las pastillas puedo vivir com o un N R , no se las deseo a nadie. ¿Por qué no? Cada cliente te hace 1.000 pre­ guntas: «¿Puedo com er plátanos con tu prod u cto ?», «¿M e harán tirarme pedos durante la cena?». Y m ás y m ás, a d nauseam . Escoge un producto que puedas explicar con todo deta­ lle en unas «Respuestas a las preguntas m ás frecuentes» bien redactadas y colgadas en tu web. Si no, viajar y olvidarte del trabajo se dificulta muchísimo o terminas gastándote una for­ tuna en operadores de centros de llam adas. 2.14

Una vez asim ilad os estos criterios, queda una cuestión por resolver: «¿C ó m o obtener un buen producto para una m usa que les sa tisfa g a ?» . Recom iendo tres opciones que expondrem os em pezando por la que m enos me gusta y aca­ bando por m i preferida: O pción uno: Distribuye un producto Com prar a un m ayorista un producto que ya exista y distri­ buirlo es la ruta m ás descansada pero también la m enos ren­ table. Es lo m ás rápido en echar a andar pero tam bién en m orir, debido a la com petencia de precios con otros distri­ buidores. L a vida rentable de cad a producto es corta, salvo que exista un acuerdo de exclusividad que im pida a otros venderlo. Por otro lado, es una excelente opción convertirse en distribuidor de productos accesorios relacionados28 que puedan venderse a los clientes existentes o com o com ple­ mento29 a nuevos clientes, ya sea por internet o por teléfono. Para com prar al por m ayor, sigue los siguientes p asos: 1. C ontacta con el fabricante y pídele una «lista de precios al por m ayor» (generalmente 4 0 % menos del precio al detalle) y sus condiciones de venta. 2. Si necesitas un núm ero de identificación fiscal com o 28. Con productos accesorios relacionados me refiero a los que se ven­ den a un cliente después de que se les haya vendido el producto princi­ pal. Dos ejemplos son carcasas de iPod y sistemas GPS para coche. Estos productos pueden tener márgenes inferiores, porque no existe coste de publicidad para captar al cliente. 29. Esto se conoce como «venta cruzada»: vender un producto com­ plementario a un cliente mientras le tienes aún al teléfono o en un carrito de compra digital, después de haberle vendido el producto primario. En www.fourhourblog.com encontrarás un glosario completo de marketing en general y marketing de respuesta directa (RD).

215

em presa, im prim e los form u larios correspondientes de la web de la Secretaría de tu E stado (el equivalente en España sería el IAE, gestionado por las adm inistraciones locales) y realiza las gestiones necesarias p ara crear una sociedad de responsabilidad lim itada (lo que yo prefiero) o una estructu­ ra em presarial protectora sim ilar p or 100-200 dólares. N O com pres producto hasta haber com pletado el paso 3, explicado en el capítulo siguiente. En este punto, basta con confirm ar el m argen de beneficio y tener en tu poder fotos y folletos inform ativos sobre el producto. En eso consiste distribuir. N o hay m ucho m ás. O pción dos: licencia (o hazte con la licencia de) un p ro ­ ducto «U so todo el cerebro del que dispongo, pero también todos los que consigo que me presten.» W O O D R O W W IL SO N

A lgunas de las m arcas y productos m ás fam osos del m undo se han tom ado prestados a otra persona o se han traído de otro lugar. L a receta de la bebida energética R ed Bull está basad a en un tónico tailandés; y ios Pitufos se im portaron de Bélgica. Pokém on llegó del país de H onda. L a banda KISS ganó millones vendiendo discos y entradas a conciertos, pero los verdaderos beneficios vinieron de la concesión a otros de licencias p ara fabricar cientos de productos con su nom bre e im agen a cam bio de un porcentaje sobre las ventas. En un acuerdo de licencia hay dos partes; un N R puede estar a am bos lados. Uno es el inventor del producto,30 lla­ m ado el «licenciador», que vende a otros el derecho a m anu­ facturar, utilizar o vender su producto, normalmente a cam ­ 30. Esto también es válido para dueños de derechos de autor o marcas registradas.

216

bio de entre el 3 % y el 10% del precio al por m ayor (suele ser el 4 0 % m enos del precio al detalle) por cada unidad ven­ dida. Inventa algo, que otro se ocupe del resto y tú ingresas cheques. N o es un m al m odelo. Al otro lado de la ecuación está la persona interesada en fabricar y vender el p rodu cto del inventor a cam bio del 90-97% de los beneficios: el «licenciatario». A mí y a casi todos los N R , esto les parece m ás interesante. N o obstante, conceder una licencia im plica llegar a multitud de acuerdos por am bas partes y es una ciencia en sí m ismo. Saber negociar con tratos con creatividad es esencial, y la m ayoría de los lectores se toparán con problem as si se trata de su prim er producto. En w w w .fourhourblog.com encon­ trarás casos an alizados extraíd o s de la vida real, desde el osito Teddy R uxpin ai T ae Bo, así com o acuerdos com pletos con cifras reales en dólares. Desde cóm o vender inventos sin prototipos ni patentes a cóm o proteger derechos sobre un producto siendo un principiante don nadie, ahí está todo. La rentabilidad es fascinante y los beneficios pueden dejarte atónito. Por ahora, nos centrarem os en la opción m enos com pli­ cada y m ás rentable, accesible a la m ayoría: crear un p ro ­ ducto. Opción tres: crea un producto «L a creación es mejor form a de autoexpresión que la pose­ sión; a través de la creación, no de la posesión, se revela la vida.» v id a d . s c u d d e r , The Life o f the Spirit in the Modern English Poets [La vida del espíritu en los poetas modernos ingleses]

Crear un producto no es com plicado. 217

El verbo «crear» suena a m ás esfuerzo del que realmente supone. Si la idea es un producto físico — un invento—■, es posible con tratar a un ingeniero m ecánico o un diseñador industrial en www.elance.com que idee un prototipo a partir de lo que quieres que haga el objeto y del aspecto que busques. Luego lo llevas a una empresa de fabricación. Si encuentras un producto genérico o estándar hecho por una em presa de m anufacturado al que pueda darse un uso diferente o posicionarse para un m ercado concreto, es aún m ás fácil: m án­ dales fabricarlo y que le pongan tu etiqueta y voilá : tienes un producto nuevo. Este ejem plo se encuadra en la estrategia que suele llam arse «m arca blanca». ¿H as visto alguna vez en la consulta de un quiropráctico su propia línea de vitam inas o la m arca H acen dado de M ercad on a? M arca blanca en acción. Es cierto que prob arem os la reacción del m ercado sin haber fabricado un producto, pero si la prueba da positivo, fabricar es el siguiente paso. Esto quiere decir que tendrem os que tener en cuenta cos­ tes de preparación , costes por unidad y pedidos m ínimos. L o s dispositivos y cachivaches innovadores son geniales, pero a m enudo exigen m aquinaria y herram ientas especiales p ara producirlos, lo que encarece los preparativos, haciendo que no cum plan nuestros criterios. D ejando a un lado los artilugios m ecánicos y olvidándo­ nos de ensam blajes y procedim ientos técnicos, hay una clase de producto que cumple to d o s nuestros criterios, su plazo de fabricación es m enos de una sem ana p ara cantidades pe­ queñas y suele admitir márgenes de beneficio no de 8 a 10 ve­ ces el coste, sino de entre 20 y 50. N o, no es la heroína ni la trata de esclavos. Exigen dem a­ siados soborn os e interacción hum ana. Es la información. Los productos inform ativos o infoproductos son baratos, rápidos de fabricar y la com petencia tarda m ucho tiem po en 218

copiarlos. Piensa que los productos no inform ativos que m ás se venden de los que aparecen en publirreportajes — ya sean aparatos de gim nasia o suplem entos nutricionales— tienen una vida útil de dos a cuatro meses antes de que los im itado­ res inunden el m ercado. Y o estuve estudiando Económ icas en Pekín durante seis meses y observé de prim era m ano que ia última zapatilla N ike o el club de g o lf Callaw ay estaban copiados y vendiéndose en eBay una sem ana después de que llegasen a las tiendas en E stados Unidos. N o es una exagera­ ción y no hablo de productos parecidos; hablo de una réplica exacta a 1/20 del coste. La inform ación, por el contrario, se tarda dem asiado tiem po en copiar com o para que ia m ayoría de artistas de la falsificación ni siquiera se m olesten; hay productos m ás fáci­ les de copiar. Es m ás sencillo destrozar una patente que p ara­ frasear un curso entero para no violar los derechos de autor. Tres de los productos televisivos de m ás éxito de todos los tiem pos — todos ellos estuvieron durante m ás de 300 sem a­ nas entre los 10 m ás vendidos de la listas de publirreporta­ jes— dem uestran los m árgenes de beneficio y la ventaja com ­ petitiva de los infoproductos. «N o se requiere p ago inicial» (Carlton Sheets) «C óm o atacar la ansiedad y la depresión» (Lucinda Bassett) «Poder personal» (Tony Robbins) Al haber h ablado con uno de ios dueños m ayoritarios de uno de esos productos, sé que m ás de 65 millones de dólares en inform ación salieron por su puerta en 20 0 2 . Su infraestruc­ tura consistía en m enos de 2 5 operadores en plantilla y el resto, desde la com pra de m edios al envío, estaba subcontra­ tado. Sus ingresos anuales por empleado son de m ás de 2,7 millones de dólares. Increíble.

z i$

Al otro lado del espectro en lo que a tam año de m ercado se refiere, conozco a un hom bre que creó un D V D práctico de bajo presupuesto por m enos de 2 0 0 dólares y lo vendió a propietarios de alm acenes que querían instalar sistem as de seguridad. Es com plicado especializarse en un nicho m ás pequeño que ése. En 20 0 1 , vendiendo un D V D que cuesta copiar 2 dólares a 95 dólares la unidad a través de revistas sectoriales, ganó varios cientos de miles de dólares sin ningún empleado. ¡Pero yo no soy un experto! Si no eres un experto, no te agobies. Primeramente, «experto», en el contexto de venta de pro­ ductos, significa que sepas m ás sobre el tema que el com pra­ dor. N ad a m ás. N o es necesario ser el m ejor, basta con ser m ejor que un pequeño número de tus clientes potenciales, a los que te vas a dirigir. Supongam os que para hacer realidad el próxim o hito de tu onirogram a actual — competir en la carrera de 1.850 km de trineos tirados por perros Iditarod que tiene lugar en Alaska— necesitas 5.000 dólares. Si hay 15.000 lec­ tores y puedes convencer aunque sea a 5 0 (el 0,33% ) de que sabes mucho sobre cóm o hacer X y se gastan 100 dólares en un curso que se lo enseña, ya tienes los 5.000. T rae acá esos huskies. Esos 50 clientes son lo que yo llam o «clientela míni­ m a»: la cantidad mínima de clientes que tienes que convencer de tu pericia com o experto para cumplir un determinado sue­ ño. En segundo lugar, es posible adquirir estatus de experto en m enos de cuatro sem anas si sabes cuáles son los indicadores de credibilidad básicos y lo que la gente está condicionada p ara considerar com o prueba de que ios conocim ientos de alguien son superiores a los suyos. Lee el texto de fondo m ás oscuro de este capítulo para enterarte. H asta qué punto nece­ sitarás personalm ente estatus de experto vendrá dado por cóm o obtengas tu contenido. Existen tres opciones. 2 20

1. C rear los contenidos tú m ism o, normalmente reescribiendo o fundiendo inform ación sobre un tem a de varios libros. 2. D ando un uso diferente a inform ación de dom inio público no sujeta al pago de derechos de autor, com o docum entos gubernam entales y m aterial que data de antes de que se p ro ­ m ulgasen las actuales leyes de protección de derechos de autor. 3. Adquiere una licencia sobre contenidos o p aga a un exper­ to para que los cree para ti. Puedes retribuirle con una can­ tidad fija única o un tanto alzado sobre las ventas (5-10% de los ingresos netos, por ejemplo). Si optas por la opción 1 o la 2 , necesitarás ser considerado un experto en un m ercado lim itado. Supongam os que eres agente inm obiliario y h as determ i­ nado que, igual que tú, la m ayoría de los agentes quieren una págin a web sencilla, pero eficaz, para prom ocionarse a sí m ism os y su negocio. Si lees y com prendes los tres libros m ás vendidos sobre diseño de páginas w eb, sabrás m ás sobre ese tem a que el 8 0 % de los lectores de una revista para agentes inm obiliarios. Si eres cap az de resumir el contenido y recom endar soluciones específicas p ara las necesidades del m ercado inm obiliario, no es descabellado esperar una res­ puesta de entre 0,5 y 1 ,5 % al anuncio que p on gas en la revista. H azte las siguientes preguntas p a ra tratar de encontrar potenciales produ ctos inform ativos o que enseñen a hacer algo que puedas vender en tus m ercados em paquetando tus conocim ientos o los que otros te presten. Busca cóm o juntar varios form atos que se presten a venderse a un precio de 50-200 d ólares, com o dos C D (de 3 0 a 90 m inutos cada uno), una transcripción de 4 0 páginas de su contenido y una guía de inicio rápido de 10 páginas.

221

1. ¿C óm o ad ap tar conocim ientos generales a tu m ercado concreto — lo que yo llam o «aco tar tu n ich o»— o añadirle lo que se esté vendiendo bien en tus revistas objetivo? Piensa en acotar y profundizar, no en am pliar el alcance. 2 . ¿Q ué disciplinas y conocim ientos te interesan que tú —y otros en tu m ercado— p agarías p o r aprender? Conviértete en experto en esto p ara aprender y luego crea un producto que lo enseñe. Si necesitas ayuda o quieres agilizar el proce­ so, hazte la siguiente pregunta. 3. ¿A qué expertos podrías entrevistar y grabar p ara crear un CD de audio vendible? Esta gente no tiene que ser la mejor, basta con que sea m ejor que la m ayoría. Ofréceles una copia m aestra digital de la entrevista p ara que hagan con ella lo que quieran, incluso venderla (con esto suele ser suficiente) u ofréceles una pequeña sum a por adelantado o p ago s perió­ dicos en concepto de derechos. U sa Skype.com en com binación con H otR ecorder (más sobre esta y otras herram ientas en el ap artad o «T rucos y utensilios») para grabar esas conversaciones directamente en tu ordenador y enviar el archivo m p3 a un servicio de trans­ cripción en internet. 4. ¿Albergas en ti el relato del fracasado que por fin alcanza el éxito y que puedes convertir en un producto del tipo «cóm o lo hice» para otros? Piensa en problemas, tanto personales como profesionales, que hayas conseguido superar en el pasado.

I a f a b r ic a d e c\ )> c r io s : c o m o c o n v e n i r l e en un e s p e r u » de p i v s u g i n en ■! '.em ana s

H a llegado la hora de echar por tierra el culto al experto. Q ue el desprecio de los relaciones públicas caiga sobre mí. Antes que nada, existe una gran diferencia entre ser per­ cibido com o experto y serlo. En un contexto de negocios, 2 22

lo primero es lo que vende productos y lo segundo, impor­ tante de cara a tu «clientela m ínim a», es ío que posibilita la calidad de tus productos y previene las devoluciones. Es posible saber todo lo que hay que saber sobre una materia — medicina, por ejemplo— , pero si detrás de tu nom bre no aparece «D octor en M edicina», pocos escu­ charán lo que tengas que decir. Esc «D octor en M edicina» es lo que yo denomino un «indicador de credibilidad». El denom inado experto con. m ás indicadores de credi­ bilidad es el que venderá m ás producto, no el que tenga m ás conocim ientos sobre la materia. ¿C óm o, entonces, nos hacem os con indicadores de credibilidad, en el menor tiem po posible? U na am iga m ía tardó solam ente tres sem anas en con­ vertirse en una «reconocida experta en relaciones senti­ m entales» que, tal com o apareció en G lam our y otros m edios nacionales, ha acon sejado a ejecutivos de gran ­ des em presas cóm o m ejorar sus relaciones en m enos de 24 horas. ¿C óm o lo hizo? D ando una serie de pasos muy sencillos que aum enta­ ron su credibilidad com o una bola de nieve va creciendo en tam año a medida que avanza. Tú puedes hacer lo mismo: I. I la /le miembro J e J o s o ires oruatii/.u iones mVIoriales del ám bito que te interese cuyos nom bres suenen a oficiales. Eri su caso, se decantó por la Asociación para la R esolución de Conflictos (w w w .acrnet.org) y la Fun­ dación Internacional para la Educación sobre los Sexos (w w w .ifge.org). E sto se puede hacer en cinco m inutos con una tarjeta de crédito por internet. 2 . 1.ee los tres libros m ás vendidos sobre tu tem a (bus­ ca en las listas antiguas del N ew York Times en internet, por ejemplo) y resúmelos en una página.

223

3. Im parte un cursillo gratis de una a tres horas en la universidad conocida m ás cercana, an un ciándolo con carteles. Luego repite el m ismo cursillo en filiales de dos grandes em presas de renombre (A T & T , IB M , etc.) de la m ism a zona. D i en la em presa que has im partido cursi­ llos en la Universidad X o Facultad X y que eres miembro de las asociaciones del paso 1. H az hincapié en que se lo ofreces gratuitam ente para adquirir m ás experiencia en dar charlas fuera del ám bito universitario y que no vas a vender ningún producto o servicio. G rab a los cursillos desde dos ángulos p ara luego poder venderlos com o un producto en C D /D V D . ■1. OpcitMi.il: nlivecic para escribir mu» u dus artu ti­ los p ara revistas especializadas relacionadas con tu tem a, citando, para m ayor credibilidad, los logros m enciona­ dos en los p aso s 1 y 3. Si declinan la oferta, proponlcs entrevistas a un. experto conocido y escribir un artículo: de esa form a tam bién consigues que tu nom bre se publi­ que com o colaborador, 5. Suscríbete a ProfN ct, que es un servicio que los periodistas usan para encontrar expertos que citar en sus artículos. Conseguir publicitarte gratis es fácil si dejas de gritar y em piezas a escuchar. Los pasos 1, 3 y 4 te servi­ rán para resultar creíble; docum éntate en internet antes de responder a las preguntas de los m edios. Si lo haces correctam ente, conseguirás salir en todo tipo de m edios, desde publicaciones pequeñas locales al N ew York Tim es o el telediario de la ABC. Convertirse en un experto reconocido no es difícil, así que quiero derribar esa barrera ahora m ismo. N o estoy aconsejándote hacerte pasar por quien no eres.

22,4

¡N o puedo! «E xp erto » es un término am biguo de la jerga m ediática ya im posible de definir de tanto usarlo. En las relaciones públicas de hoy, en casi todos los cam ­ pos, los expertos demuestran que lo son perteneciendo a determ inados grupos y círculos y presentando listas de clientes, publicaciones y m enciones en los m edios, no puntuaciones relacionadas con su cociente intelectual o títulos de doctorado. El juego se llam a exhibir la verdad sin inventártela. Te veo en la C N N .

P y A: P R E G U N T A S Y A C C IO N E S En este capítulo hiperpráctico, las P y A son sim ples. De hecho, m ás bien es una P. Esta pregunta: «¿T e has leído el capítulo y seguido las instrucciones?». Si no, ¡hazlo! En lugar de las P y A de siempre, al final de este capítulo y de los dos siguientes incluiré m ás w ebs, ideas y m aterial para d ar los p aso s que se detallan en el texto. R E T O A N T IC O M O D ID A D B u sc a a tu Y od a (3 d ías)

Llam a com o mínimo a un m entor superestrella potencial al día durante tres días. N o m andes correos electrónicos hasta que hayas intentado hablar con él o ella por teléfono. Reco­ miendo llam ar antes de las 08:30 de la m añana o después de las 18:00 para reducir la probabilidad de toparte con secreta­ rias y dem ás centinelas. Ten preparada una única pregunta que hacerles, que hayas tratado de responder investigando pero que no hayas podido. Busca jugadores de prim era división (consejeros delega­ dos, em prendedores ultraexitosos, escritores fam osos, etc.). N o apuntes m ás bajo para sentirte m enos asustado. 225

H azlo a través de w w w .contactanyceIebrity.com si es necesario. Escribe un guión del estilo del siguiente. Interlocutor desconocido al teléfono: Acm é Inc. [o «des­ pacho del M entor X » ]. T ú : H o la. Soy T im Ferriss. Q uisiera h ablar con John G risham , por favor.31 Interlocutor: ¿Puedo preguntarle de qué se trata? T ú : C laro. Sé que esto puede son ar un tanto raro,32 pero estoy escribiendo mi prim er libro y acabo de leer la entrevis­ ta que le ha hecho Tim e O u t N ew York.23 Soy adm irador suyo desde hace m ucho34 y por fin he reunido el valor nece­ sario35 para llamarle y pedirle consejo sobre un tema en con­ creto. N o le llevará m ás de dos m inutos. ¿H ay alguna form a de que pueda pasarm e con él?36 Le agradecería muchísimo cualquier cosa que pueda hacer al respecto. Interlocutor: U hm m ... Un segundo. V oy a ver si puede 31. Esto, dicho con confianza en ti mismo, te abrirá las puertas tantas veces que te sorprenderá. Si dices «M e gustaría hablar con el señor/la señora X , por favor» canta a gritos que no le conoces. Si quieres aumentar las probabilidades de que te pasen aunque te arriesgues a quedar en ridícu­ lo si te pillan, pregunta por el mentor usando sólo su nombre de pila. 32. Utilizo esta clase de pie siempre que voy a pedir algo fuera de lo común. Lo suaviza y despierta la curiosidad de quien escucha lo suficiente como para seguir escuchando antes de escupir un «no» automático. 33. Esto responde a las preguntas que se están haciendo internamente. «¿Quién eres y por qué me estás llamando ahora?» Me gusta ser primerizo en algo para jugar la carra de dar un poco de pena y busco en internet una aparición reciente en los medios para citarla como razón que me ha impulsado a llamarle ahora. 34. Hablo por teléfono con la gente que conozco. Si no puedes decir que eres fan desde hace mucho, dile que has seguido su trayectoria o los negocios que ha fundado desde hace varios años. 35. No finjas ser fuerte. Deja bien claro que estás nervioso; eso les hará bajar la guardia. Muchas veces yo lo hago aunque esté tranquilísimo. 36. La clave aquí son las palabras que escojas. Pídeles que te «ayuden» a hacer algo.

.

2 2,6

atenderle. [D os m inutos después] Le p aso. Buena suerte. [Se oye cóm o suena otra línea]. Joh n G risham : Joh n Grisham al habla. T ú : H ola, señor Grisham. M e llamo Tim Ferriss. Sé que esto puede sonar un tanto raro, pero estoy escribiendo mi pri­ mer libro y soy adm irador suyo desde hace mucho tiempo. A cabo de leer la entrevista que le ha hecho Tim e O ut N ew York y por fin me he arm ado de valor p ara llamarle. Llevo ya algún tiem po queriendo pedirle consejo sobre un tema en concreto. N o serán m ás de dos m inutos. ¿Puedo?37 Jo h n G risham : Uhhm... Vale. Dime. Tengo una llam ada en unos minutos. T ú (al final de la llam ada): M uchas gracias p or ser tan generoso con su tiem po. Si tengo alguna vez una duda difícil — serán pocas veces— , ¿hay alguna posibilidad de que p o d a­ m os seguir en contacto por correo electrónico?38

D ISE Ñ O D E UN E ST IL O D E V IDA EN A C C IÓ N

En la L u n a Mi hija, d e 1 3 a ñ o s de eda d , quiere se r astronauta cu an do sea m ayor. Ei año p a sa d o vivió un gran desafío para plantearse el te m a . La frase del Apolo 1 3 «el fracaso no e s u na opción» se había convertido en aigo a sí com o nuestro lem a. S e m e ocurrió ponerm e en contacto con el capitán del Apolo 13, Jim Lovell. N o m e costó m u ch o conseguirlo; le m andó a mi hija una carta preciosa contán­ dole ia terrible experiencia qu e s u p u so entrar en el program a del

37. Aquí mete simplemente el párrafo que usaste con el centinela cam­ biándolo ligeramente y no divagues: ve al grano rápido y pide permiso para apretar el gatillo. 38. Termina la conversación abriendo una puerta para seguir en con­ tacto en el futuro. Empieza con un correo electrónico y deja que la relación de mentorazgo evolucione desde ahí.

22 7

Apolo 13, por no hablar del hecho de te n e r qu e m anejar una nave e spacial averiada. Esa carta m arcó un antes y un d e s p u é s para mi hija. Un p a r d e m e s e s m á s tarde p u d im o s ir un poco m á s lejos y c o n se g u im o s un acceso VIP para pre senciar un lanzam iento. ROB

T R U C O S Y U T E N SILIO S C onfirm ar que el m ercado es suficientemente grande • Com pete (w w w .com pete.com ) y Q uantcast (www.quantcast.com ) C on ozca el núm ero de visitantes m ensuales que tienen la m ayoría de sitios w eb, adem ás de cuáles son los térm inos de búsqueda que generan m ás tráfico p ara ellos. • W riter’s M arket (w w w .w ritersm arket.com ) Un listado de miles de revistas especializadas y de nicho, con cifras de circulación y suscriptores. M e gusta m ás la versión im presa. • Spyfu (w w w .spyfu.com ) D escargue com petidores de la publicidad en línea, palabras clave y detalles de A dw ords. Una alta inversión en esta causa suele traducirse en una cam pañ a exitosa. • Standard R ate and D ata Services (w w w .srds.com ) Listas anuales de revistas y bases de d atos para m ailings de em presas que se pueden alquilar. Si estás planteándote crear un vídeo educativo sobre cóm o cazar p ato s, m ira prim ero qué longitud tienen las listas de clientes de fabricantes de arm as de caza y qué revistas existen sobre el tem a. Busca la versión im presa en bibliotecas, en lugar de p agar p or el acce­ so en línea, que resulta algo lioso.

22 8

Buscar fabricantes o productos para distribuir • Redes de afiliados: clickbank (w w w .clikbank.com ), Comm ission Ju n ctio n (w w w .cj.co m ), A m azon A sso ciates (w w w .am azon.com /associates) N o hay inventario, no se presentan facturas. Experim entar con los productos y las categorías a través de redes de afilia­ dos com o C lickbank y C om m ission Junction, donde usted p aga 10 -7 5 % de cad a com pra, es un m étodo ráp ido para hacer una prueba de concepto con productos sim ilares. A m enudo vale la pena la creación de cuentas, tanto sólo para observar si los artículos que quiere vender y prom ocionar van a ser éxito de ventas. A m azon aso ciados cobra com isiones de entre 7 -1 0 % , pero los libros m ás vendidos son excelentes para hacer un tanteo de los m ercados de destino de los productos m ás elaborados. Por todo lo anterior: no te m etas en guerras contra otros afiliados m ediante costosas palabras clave generales o n om ­ bres de m arca sobreexpuesta. ® A libaba (w w w .alibaba.com ) Con sede en China, A libaba es el lugar m ás grande del m un­ do de intercam bio de negocio entre em presas. D esde repro­ ductores M P3 p o r 9 dólares a vino tinto p or 2 dólares la botella. Lo que no se pueda conseguir aquí es difícil que se pueda conseguir en cualquier otro sitio. ® W oríwide Brands (w w w .w orldw idebrands.com ) E sta w eb ofrece una am plia guía avanzada p ara encontrar fabricantes dispuestos a enviar productos a tus clientes, lo que te perm ire evitar com prar existencias por adelantado. A quí es donde A m azon y los usuarios de eBay buscan lo que no encuentran, no sólo es p ara m ayoristas. Shopster es otra opción p op u lar, con m ás de 1 .0 0 0 .0 0 0 de productos p ara elegir. ® Registro de fabricantes de Thom as (www.thom asnet.com ) (+1 800-699-9822) 22 9

Es una base de datos con opciones de búsqueda de fabrican­ tes externos de cualquier producto que se pase por la cabeza, desde ropa interior a alim entos o piezas aeronáuticas. ® Electronics, D V D s, Books (w w w .ingram book.com , www. techdata.com ) ® H ousew ares y H ardw are (w w w .h ousew ares.org, www. nationaihardw areshow .com ) (847-292-3200) Para estas categorías relacionadas con el talento (con dem os­ traciones en tiem po real) considere ir a alguna feria. ® C onsum ibles y p rod u ctos vitam ín icos (w w w .exp oeast. com , expow est.com ) Encontrar inform ación de dom inio público p ara com erciali­ zarla con otra form a

Es m ejor que hables con un abogado especialista en propie­ dad intelectual antes de utilizar m aterial de dom inio público. Al menos en Estados Unidos, si alguien m odifica el 2 0 % de una obra de dom inio público (resum iéndola y añadiendo n otas a pie de página, por ejem plo), la «n ueva» obra com ­ pleta puede registrarse a nom bre de otro autor. Si después alguien la usase sin perm iso, incurriría en un delito castigado por la ley. L o s detalles pueden resultar confusos. H az la inves­ tigación inicial por tu cuenta, pero pide a un experto que revi­ se lo que has averiguado antes de crear el producto. ® Proyecto Gutenberg (w w w .gutenberg.org) El Proyecto G utenberg es una biblioteca digital de m ás de 15.000 obras literarias consideradas de dom inio público. • LibriV ox (w w w .librivox.org) Colección de audiolibros de dom inio público que.se pueden descargar gratis.

2 30

G rab ar entrevistas telefónicas a expertos para crear C D p ara vender

• H otR ecorder (w w w .hotrecorder.com ) H otR ecorder grab a cualquier llam ada telefónica iniciada o recibida por un ordenador. Se puede usar en com binación con Skype (w w w .skype.com ) y otros program as. • N o C o st Conferen.ce (w w w .nocostconference.com ) Proporciona una línea gratuita de conferencias con número 800, así com o la grabación y recuperación de archivo libre. Se pueden utilizar teléfonos norm ales para llam adas en direc­ to, por lo que no es necesario ni equipo ni conexión a internet para ios participantes. Si usted tiene un Q & A, le sugiero solicitar la pregunta de los asistentes de antem ano para evitar problem as con el silenciamiento / unmuting de líneas • JingProject (w w w .jingproject.com ) y Dim Dim (www.dimdim.com) Si desea registrar la acción en la pantalla de vídeo tutoriales, con estos program as gratuitos conseguirá el trabajo hecho. Si necesita las opciones de edición avanzada, Cam tasia, el herma­ no m ayor de Jing es el líder del sector (w w w .cam tasia.com ). Conceder licencias de tus ideas a otros a cam bio de benefi­ cios en concepto de derechos de autor

• InventRight (w ww.inventright.com ) (+1 800-701-7993) Stephen Key es el inventor con m ás éxitos a sus espaldas que he conocido en mi vida. C obra millones en derechos a empre­ sas com o Disney, N estlé o C oca-C ola. Su fuerte no es la alta tecnología; se especializa en crear productos sencillos o m ejo­ rar los existentes y luego conceder licencias (alquilar) sus ideas a grandes corporaciones. A él se le ocurre la idea, soli­ cita una patente provisional p or m enos de 2 0 0 dólares y deja que otra em presa h aga el trab ajo m ientras a él le m andan cheques. En esta web expone su proceso a prueba de fallos 2,31

para hacer lo m ism o. Sólo sus técnicas p ara llam adas en frío no tienen precio. L a recom iendo encarecidamente. • Guthy-Renker Corporation (w w w.guthyrenker.com ) (+1 760-773-9022) G R C es el K ing K on g de los publirreportajes televisivos. Ingresa m ás de 1.300 m illones de dólares al añ o en ventas con m egabom bazos com o Tony R obbins, Proactiv Solution y W insor Pilates. N o esperes m ás de un 2 -4% en concepto de derechos si llegas a un acuerdo, pero las cifras que mueven son tan enorm es que merece la pena echarle un vistazo. Envíales tu producto por internet. R ebuscar entre patentes a la caza de ideas sin explotar que convertir en productos

• O ficina estadounidense de patentes y m arcas registradas (w w w .uspto.gov) (+1 800-786-9199) • Licencias de T ecnologías desarrolladas en las universida­ des (w w w .autm .net; C onsulte «V er todos los listad o s» en Oficinas de Transferencia de Tecnología). • G ru p o s y A sociacion es de Inventores (llam e y pregunte si tienen alguna licencia) (w w w .uiausa.org/Resources/InventorG roups.htm ) Convertirse en experto

® ProfNet a través de PR Leads (w w w .prleads.com ) y H A R O (w w w .helpareporterout.com ) Recibe diariam ente introducciones de artículos m andadas por periodistas en busca de un experto que citar y entrevistar en todo tipo de m edios, de periódicos locales a la C N N o el N ew York Times. D eja de n ad ar contracorriente y em pieza a proponerte voluntario p ara artículos que la gente ya está escribiendo. 23 2

H aro ofrece clases sin coste, menciona mi nom bre para con­ seguir dos meses por el precio de uno. ® PRWeb N o tas de prensa (w w w .prw ebdirect.com ) Las notas de prensa suelen ser inútiles las m ás de las veces, pero esta aplicación tiene algunas importantes ventajas referi­ das al m otor de búsqueda, como la de aparecer en primer lugar en los vínculos de Google New s y Yahoo! New s Results. ® ExpertClick (w w w .expertclick.com ) Este es otro secreto de ios profesionales de las relaciones públicas. Cuelga una descripción de ti m ism o com o experto para que la vean los periodistas, recibe una base de datos actualizada de contactos de prim era fila, y envía n otas de prensa gratis a 12.000 periodistas, todo en una w eb que reci­ be m ás de 5 millones de visitas al mes. A sí es com o conseguí salir en la N B C y terminé m ontando un program a en horario de m áxim a audiencia. Funciona. D i mi nom bre por teléfono o m anda «T im Ferriss $ 1 0 0 » si les escribes un correo elec­ trónico, p ara conseguir un descuento de 100 dólares.

D IS E Ñ O D E UN E S T IL O D E VEDA EN A C C IÓ N

Bonjour, Tim . El pasado s á b a d o , 2 5 de abril, estab a en el m ostrador de infor­ m ación de B a rn e s & Noble, e sp e ra n d o qu e un em plead o m e con­ siguiera un libro ( Trópico de cáncer, por si te interesa saberlo). M ien tras e sta b a e sp e rando , vi un ejem plar de La sem ana laboral

de 4 horas e n c im a de la m e sa que alguien debía de haber encar­ ga do. C o m o no soy tím ido, lo cogí y em p e cé a leerlo. C o m o puedes im aginar, el e m p le a d o volvió y m e entregó mi encargo. Aún no he term inado Trópico de cáncer, pero sí m e he leído ya tu libro... [...] El lunes, mi jefe m e dijo qu e sí cuando le pedí si podía tra­ bajar dos días fuera de la oficina. Em piezo ¡a sem ana que viene. El lunes reservé un im presionan te apartam ento en París para el m e s de sep tie m bre por la m itad d e lo qu e pago por el m ío en el

2.33

s u r de Caiifornia. Estoy pen sa n d o en a u m e n ta r el tie m p o que tra­ bajo fuera de la oficina hasta ag osto; así, en septiem bre será fácil solicitar la posibilidad de trabajar fuera. Si ia respu esta e s negati­ va (co s a qu e d u d o ), estaré preparado para dejar mi em pleo. Ahora m is m o e sto y tra baja ndo en mi proyecto d e ingresos en piloto a u tom á tico. E s increíble, T im . Mi vida ha c a m b ia d o en só lo 3 días (y, ade­ m á s , tu libro e s divertidísim o ). ¡Gracias! C IN D Y F R AN KEY

23 4

IO . IN G R E SO S EN P IL O T O A U TO M Á TIC O II: PRU EBA LA M U SA

«Para que muchas de estas teorías se derrumbasen hizo falta que un experimento concluyente evidenciase que eran inco­ rrectas... Por consiguiente, el trabajo del soldado en cual­ quier ciencia... lo hace el experimentalista, que se encarga de que los teóricos no falten a la verdad.» m íc h io k a k u ,

fís ic o te ó r ic o y c o c r e a d o r d e la t e o r í a d e l ca m p o de cu erd as,

Hiperespacio

M enos del 5 % de los 1 9 5 .0 0 0 libros que se publican cada año vende m ás de 5.0 0 0 copias. Equipos editoriales cuyos m iem bros sum an décadas de experiencia se equivocan m ás veces de las que aciertan. El fundador de Border’s Books perdió 375 millones de dólares de sus inversores cuando m ontó W ebVan,39 un servicio de reparto de ultram arinos a dom icilio. ¿El problem a? N adie lo quería. La m oraleja es que la intuición y la experiencia no sirven a la hora de predecir si un producto o negocio será rentable. L o s grupos de consum idores resultan igualmente engañosos. Pregunta a diez personas si com prarían tu producto. Luego dile a los que han contestado que sí que tienes diez unidades en el coche y pídeles que te lo compren. L as respues­ 39. http://news.com.com/2100-1017-269594.html?legacy=cnet.

235

tas positivas del principio, d ad as p o r personas que quieren caer bien y agradarte, se transform an en negativas corteses en cuanto se trata de poner dinero sobre la m esa. Para obtener un indicador preciso de viabilidad com er­ cial, no preguntes a la gente si com praría; pídeles que com ­ pren. Su reacción ante lo segundo es lo único que im porta. El m odo de proceder de los N R parte de ese hecho. Paso tres: ensaya tu producto L as pruebas de ensayo consisten en publicar anuncios bara­ tos para ver cóm o responde el consum idor ante un producto antes de fabricarlo.40 En la era preinternet, esto solía hacerse por m edio de pequeños anuncios clasificados en periódicos o revistas que llevaban a ios potenciales clientes a un m ensaje de venta pregrabado. L a gente dejaba sus datos para que se les contacta­ se. En función del núm ero de llam adas o com pras tras una carta comercial de seguimiento, el producto se fabricaba o se aban don aba la idea. En la era de internet, existen m ejores herram ientas, m ás baratas y m ás rápidas. Probarem os la viabilidad de nuestras ideas de producto del capítulo anterior con G oogle A dw ords — el m otor de p ago por clic (PPC) m ayor y m ás sofisticado— en cinco días, gastán don os m enos de 500 dólares. Los anun­ cios de PPC a los que nos estam os refiriendo son los resultados de búsqueda que salen arriba y en la colum na de la derecha 40. En algunos lugares puede ser ilegal cobrar a un cliente antes de enviarle el producto —así que no íes cobraremos—, aunque sea una prác­ tica muy extendida. ¿Por qué si no en tantos anuncios te dicen que «el producto tarda tres o cuatro semanas en entregarse» cuando un envío no tarda más de tres o cuatro días en llegar de Nueva York a California? Por­ que así les da tiempo de fabricarlo financiándolo con el pago por tarjeta de crédito efectuado por el cliente. Ingenioso, pero, a menudo, ilegal.

23 6

en G oogle, en ocasiones con un fondo de otro color. L o s resultados naturales salen en la colum na m ás gruesa de la izquierda. L o s anunciantes pagan para que sus anuncios sal­ gan cuan do la gente introduzca un determ inado térm ino relacionado con su producto, com o «suplem ento cognitivo», y se les cobra una pequeña cantidad, a partir de 5 centavos hasta m ás de 1 dólar, cada vez que alguien pincha en el enla­ ce para entrar en sus webs. En www.google.com /onlinebusiness encontrarás una explicación m uy clara de cóm o funcio­ na G oogle A dw ords y qué es una cam pañ a de PPC. Ve a w w w .fourh ourblog.com , busca «P P C » y descárgate ejem ­ plos m ás detallados de las siguientes estrategias de PPC. El proceso básico de llevar a cabo la prueba se divide en tres partes, que expondré en este capítulo. Supera: Estudia lo que hace la com petencia y form ula una oferta m ás atractiva en una web sencilla con una o, com o m áxim o, tres págin as (de una a tres horas). Prueba: Prueba la oferta con cam p añ as cortas de G oogle A dw ords (tres horas p ara m ontar y cinco días de observa­ ción pasiva). Divierte o invierte: Evítate pérdidas olvidando a los perdedo­ res y fabrica a los ganadores p ara empezar a vender. V am os a exam inar d os casos prácticos, los de Sherw ood y Jo han n a, y sus dos ideas — cam isetas de m arinero francesas y un D V D educativo p ara escaladores— para saber qué hacer concretamente en cad a p aso del proceso de prueba para que tú puedas hacer lo mismo. Sherw ood se com pró una cam iseta de m arinero a rayas en Francia, estando de viaje el verano p asad o. De vuelta en N ueva Y ork, se le acercan continuam ente varones de 2 0 a 30 años por la calle p ara preguntarle dónde pueden com prar­ se una igual. C om o olfatea una oportunidad, solicita núme­

237

ros antiguos de sem an arios neoyorquinos dirigidos a este grupo de edad y llam a al fabricante en Francia para pedirle precios. Descubre que puede com prar cam isetas a un precio ai por m ayor de 20 dólares, que se venderían a 100 en las tiendas. Sum a 5 dólares por cam iseta en concepto de gastos de envío a E stados U nidos y le sale un coste por unidad de 25 dólares. N o es exactam ente el m argen de beneficio ideal (4 en lugar de 8-10 veces el coste), pero de todas form as quiere com probar la viabilidad del producto. Jo h an n a es una p rofesora de yoga que ha n otado que, entre su clientela, hay cada vez m ás escaladores. Ella tam ­ bién es escaladora, así que se le ha ocurrido crear un DVD educativo sobre yoga, pensado específicamente para quienes practican ese deporte, que iría acom pañado de un m anual de 2 0 págin as encuadernado en espiral. El lote se vendería a 80 dólares. Calcula que producir una prim era edición de bajo presupuesto del D V D no costaría m ás que una cám ara pres­ tada, una cinta digital de 90 m inutos y el iM ac de un amigo p ara ed itarlo sin m uch as co m plicacion es. Puede co piar pequeñas cantidades de esta prim era edición — sin m enus, sólo el m etraje y los títulos— en su portátil e imprimir el eti­ quetado con softw are libre b ajad o de w w w .dow nload.com . Una em presa de duplicación le ha dicho que producir DVD m ás profesionales le costaría de 3 a 5 dólares por unidad en pequeñas cantidades (mínimo 2 5 0 ), carátulas incluidas. A hora que tienen ideas y costes de inicio de actividad aproxim ados, ¿cóm o siguen? S u p e rar a la com peten cia

Lo m ás im portante para em pezar es que cad a producto pase la prueba de fuego de m edirse con la com petencia. ¿C óm o pueden Sherw ood y Jo h an n a superar a sus com petidores ofreciendo un producto de m ejor calidad o una garantía m ás atractiva? 238

1. Sherw ood y Jo h an n a introducen en G oogle los términos que ellos usarían a la hora de buscar sus respectivos produc­ tos. Para encontrar palabras relacionadas y térm inos deriva­ dos, am bos se ayudan de herramientas de sugerencia de tér­ minos de búsqueda. ® G oogle A dw ords Keyw ord T ool (h ttp://adw ords.google. com/select/keywordTool/External). Entrar en el potencial de los térm inos de búsqueda p ara encontrar el volumen de búsquedas y los términos alternati­ vos con m ás tráfico de búsqueda. H aga clic en la colum na de aproxim ación de puntuación de volumen de búsquedas p ara ordenar los resultados de m ayor a menor. ® SEO B ook K eyw ord T ool, SEO for Firefox Extensión (http://tools.seobok.com /) Ésta es una excelente página de recursos con búsquedas im pulsada por W ordtracker (w w w .w ordtracker.com ). A continuación am bos visitan las tres págin as web que aparecen una y otra vez en los prim eros puestos de resulta­ dos naturales y cam pañas PPC. ¿C óm o pueden diferenciarse Sherwood y Johan n a? • ¿A um entar el núm ero de indicadores de credibilidad? (m edios de com unicación, instituciones académ icas, a so ­ ciaciones y testimonios) • ¿Proponer una garantía m ás ventajosa? • ¿Ofrecer m ejor surtido?41 ® ¿Envíos m ás rápidos o gratuitos? Sherw ood se da cuenta de que m uchas veces es difícil encon­ trar las cam isetas en las w ebs com petidoras, porque todas ofrecen docenas de productos y, adem ás, o están hechas en Estados Unidos (no son auténticas) o se envían desde Francia (el cliente tiene que esperar de dos a cuatro semanas). 41. Esto se aplica a Sherwood y no a Johanna. Z 39

Jo h an n a no encuentra un D V D sobre «y oga p ara esca­ la r», así que no tiene con qué com parar y parte de cero. 2 . Sherw ood y Jo h an n a tienen que crear ahora una págin a p u b licitaria con m uchos testim onios (3 0 0 -6 0 0 p a lab ras) que h aga hincapié en los aspectos que les diferencian de su com petencia y en los beneficios de sus p rodu ctos, añadien ­ d o al texto fo to s hechas p o r ellos m ism os o e x traíd a s de catálogos fotográficos en internet. A m bos llevan dos sem a­ nas recopilando folletos publicitarios que les han llevado a com prar el p rodu cto que vendían o que les han llam ado la atención en prensa o en págin as w eb. E sos textos les servi­ rán com o m odelo.42 Jo h an n a pide a sus clientes testim onios y Sherw ood d eja que sus am igos se prueben las cam isetas p ara conseguir algunos m odelos p ara su p ágin a. Sherw ood, ad em ás, le pide al fabricante fo to s y m uestras pro m o cio ­ nales. En w w w .pxm ethod.com tienes un ejem plo de una página de prueba creada por m í a base de testim onios de asistentes a un cursillo que impartí. Los sem inarios donde se enseñe a hacer algo, com o reco­ mendé en la Fábrica de Expertos, son ideales para identificar los argum entos de venta m ás efectivos y conseguir testim o­ nios.

42. ¿Cómo se me ocurrió el título para BodyQUICK que mejor fun­ ciona («La forma más rápida garantizada de aumentar tu potencia y tu velocidad»)? La tomé prestada del titular más antiguo y, por tanto, más rentable de Rosetta Stone: «La forma más rápida garantizada de aprender un idioma™ ». Volver a inventar la rueda sale caro; conviértete en un astuto observador de lo que ya funciona y adáptalo.

240

Probar tu folleto

Sherwood y Jo han n a tienen ahora que probar cóm o respon­ den los clientes a sus cartas de venta. Sherwood prueba pri­ m ero su idea con una subasta de 48 horas en eBay que inclu­ ye su texto. Fija la «reserva» (el precio m ás bajo que va a aceptar) para una cam iseta en 5 0 dólares y cancela la su b as­ ta en el últim o m inuto p ara evitar problem as legales, dado que carece de producto que enviar. Las pujas han llegado a los 75 dólares, así que decide p asar a la siguiente fase del ensayo. Johan n a no se siente bien haciendo lo que le parece un engaño y se salta esta prueba preliminar. Coste de Sherw ood: , : I \ K; Es posible son ar com o una gran em presa por menos de 30 dólares. En m enos de diez m inutos en w ebs com o w w w .angel.com , que alardea de tener clientes com o Reebok y K ellog’s, es posible configurar un número 800 que reciba a los clientes con un m ensaje de voz com o éste: «G racias por llam ar a [nombre del negocioj. Por favor, indique el nom bre de la person a o departam ento con quien desea h ablar o elija una de las siguientes opcio­ nes».' Al decir tu nombre o el departam ento que sea, se redirige la llam ada al telefono que desees o a la em presa sub­ contratada correspondiente, con m úsica en espera y toda la pesca. -1. \ c » d e s l.i di recci ón de in cns.i

N o pongas la dirección de tu casa o tendrás visitas. Antes de contratar a una em presa de distribución de principio a fin que gestione cheques y giros postales — si decides

281

aceptarlos— utiliza un apartado de correos pero quita el «ap artad o n .°» y pon en su lugar la dirección postal de la oficina de correos. Así, «A pdo. de C orreos 555, N ingún S itio , L1 9 3 6 E E .U U .» se con vierte en «P iso 5 5 5 , N ingún Sitio, 11936 E E.U U .». Adelántate proyectando profesionalidad con una im a­ gen bien confeccionada. El tam año percibido sí im porta.

R E T O A N T IC O M O D ID A D R elájate en público (2 días)

Éste es el último reto anticom odidad que te presento antes de pasar al capítulo que se adentra en el punto de inflexión más desagradable para la m ayoría de ios oficinistas: negociar acuer­ dos de teletrabajo. El propósito de este desafío es que te divier­ tas y demostrarte — sin lugar a dudas— que las reglas por las que se rige la m ayoría no son m ás que convenciones sociales. La ley no te prohíbe crear la vida ideal... o sencillamente divertirte com o te parezca y confundir a todo el mundo. Pues bien, aprende a relajarte en público. Parece fácil, ¿no? Y o soy, digamos, conocido por descansar a mi m odo para hacer reír a mis colegas. Éste es el trato, y me da igual que seas chico o chica, que tengas 20 o 60 años, de M ongolia o de Marte. Y o llam o a lo siguiente un «tiem po m uerto». Una vez al día durante dos días, túm bate en m edio de un sitio atestado de gente. La h ora de la com ida es perfecta. Puede ser una acera con m ucho tránsito, en m itad de un Starbucks muy frecuentado o un bar. N o hay ninguna técni­ ca. Sim plemente acuéstate en el suelo y estáte en silencio durante unos diez segundos. Luego levántate y sigue con lo que estuvieras haciendo antes. Antes hacía esto en las discotecas p ara hacer espacio p ara 28 2

círculos de breakdance. N adie me hacía caso, aunque supli­ case que la gente se ap artara, pero hacerm e el catatónico funcionaba de miedo. N o expliques nada. Si alguien pregun­ ta después (estará dem asiado confundido p ara preguntarte durante los 10 segundos en que lo estés haciendo), limítate a responder: «M e apeteció de repente tum barm e un minutito ». C uanto m enos digas, m ás gracioso y gratificante será. H azlo tú solo los dos prim eros días y luego, si te apetece, con un grupo de am igos. Te partirás de risa. N o es suficiente con innovar con el pensamiento. Pensar es pasivo. A costúm brate a innovar con tus actos. T R U C O S Y U T E N SILIO S Parecer gigantesco: recepcionista digital e IVR

• Angel (w w w .angel.com ) Consigue un núm ero 800 gratuito con un menú de voz p ro ­ fesional (departam entos, extensiones, etc., a los que dirigen las llam adas mediante reconocimiento de voz) en cinco m inu­ tos. Increíble. ® Ring Central (w w w.ringcentral.com ) N úm eros gratuitos, criba de llam adas y redireccionamiento, buzones de voz, envío y recepción de llam adas y m ensajes de aviso, todo por internet. D uplicación de C D /D V D , im presión y em balaje • A VC Corporation (www.avccorp.com ) • SF Video (w w w .sfvideo.com ) Distribución y entregas locales (m enos de 2 0 unidades envia­ das p o r sem ana)

• M ailing Fulfillm ent Service A ssociation (w w w .m fsanet. org) 283

E m presas de distribución y entregas de ciclo com pleto (más de 2 0 unidades enviadas p o r sem ana; m ás de 5 0 0 dólares por inicio de actividad) • M otivational Fulfillment (w w w .m fpsiac.com ) L a infraestructura logística secreta de cam p añ as de H B O , PBS, C om ic Relief, Body by Ja k e y de m uchas em presas m ás. ® Innotrac (w w w .innotrac.com ) Actualmente son una de las em presas del sector m ás grandes del m undo. ® M oulton Fulfillment (w w w .m oultonfulfillm ent.com ) U na p lan ta de 2 0 0 .0 0 0 m 2 que p rop orciona inform es de existencias en línea en tiem po real. Centros de llam adas (cobro p o r m inuto y/o p o r com isión sobre las ventas)

En general, existen dos tipos de centros de llam adas: los que tom an encargos y los agentes com erciales. H ab la con todos los candidatos para considerar las opciones y los gastos. El prim ero es una buena opción si d as el precio del p ro ­ ducto en un anuncio (se p aga el producto antes de ser envia­ do), se ofrece inform ación gratuita (generación de clientes) o no se necesita form ar a vendedores que puedan reducir las objeciones. Dicho de otro m odo: tu anuncio o sitio web precalifica las perspectivas. En cuanto al segundo, resultaría m ás apropiado llam arlo «centro de ven tas». L o s operadores trab ajan a com isión y están form ados p ara «cerrar ven tas». En m uchas ocasiones, esas llam adas son una respuesta a un anuncio de «llam e para inform arse/probar el servicio/envío de una m uestra gratui­ ta » que no incluyen el precio. L o s costes por venta son m ás altos.

28 4

® LiveO ps (w w w .liveops.com ) Pionero en operadores que trabajan desde su dom icilio, a m enudo garantiza m ás llam adas contestadas. Ofrece un ser­ vicio global con agentes, IVR (Registro Internacional de Vehículos) y hablan español. Se usa m ás a m enudo para una com pra directa para las ofertas que no incluyen precio. • W estTeleservices (w w w .w est.com ) Tiene 2 9 .0 0 0 em pleados en todo el m undo y atienden billo­ nes de m inutos al año. Lo usan todos los em presarios de gran volumen de ventas y precios bajos, o los de productos caros con períodos de prueba gratuitos y com pra a plazos. ® N exR ep (w w w .nexrep.com ) Tiene vendedores m uy cualificados que trabajan desde su dom icilio y que están especializados en B 2C y B2B y en p ro ­ gram as internos y externos. Si tus prioridades son el rendi­ m iento, la integración en internet y los clientes de calidad, ésta es una buena opción a tener en cuenta. ® TritonTechnology (ww w.tritontechnology.com ) Centro de ventas que trabaja sólo a com isión, conocido por su increíble capacidad para cerrar ventas (véase la película E l in form ador y el personaje de Alee Baldwin en Glengarry Glen R oss). N o llames a menos que tu producto se venda por un mínimo de 100 dólares. ® CenterPoint Teíeservices (http://www.centerpointllc.com ) Este centro de ventas tiene experiencia en convertir en ventas las ofertas que incluyen el precio, las que no lo incluyen y las ofertas múltiples (se trata de vender otros productos después de que el cliente haya com prado el que ofrecía el anuncio) que aparecen en radio, televisión, prensa o internet.

285

e Stew art R esponse G roup (w w w .stew artresponsegroup. com) Centro de llam adas que apuesta por el m odelo de agente que trabaja desde su dom icilio p ara program as de ventas exter­ nas e internas. O tro centro especializado en ventas persona­ lizadas.

Em presas de cobro electrónico con tarjetas de crédito (nece­ saria cuenta m ercantil en tu banco)

E stas em presas, a diferencia de las opciones presentadas en el capítulo anterior, se especializan en procesar p ago s con tarjeta de crédito pero tam bién en interactuar con las casas de distribución en tu nom bre, eliminándote del diagram a de proceso. ® T ransFirst Payment Processing (w w w .transfirst.com ) « Chase Paymentech (w w w.paym entech.com ) • T rust Com m erce (w w w .trustcom m erce.com ) • PowerPay (w w w .pow erpay.com ) U na de las 500 em presas privadas de m ás rápido crecimiento. T ram ita tarjetas de crédito de tu iPhone y otros servicios.

Softw are p ara crear program as de afiliados

• M y Affiliate Program (w w w .m yaffiliateprogram .com ) Agencias de com pras de m edios con descuento

Si vas a una revista, estación de radio o canal de televisión y p agas la tarifa im presa — el precio de «venta al público» que prim ero te den— nunca gan arás m ucho dinero. Ahórrate un m ontón de gastos y quebraderos de cabeza: plantéate recurrir

286

a agencias de anuncios que negocian descuentos hasta del 90% en los m edios que eligen. ® M anhattan M edia (M edios im presos) (w w w.m anhm edia. com) Agencia estupenda que trab aja rápido. Los he usado desde el principio. ® N ovus M edia (M edios im presos) (www.novusprintm.edia. com) Tiene relaciones con m ás de 1.4 0 0 editores de revistas y periódicos y ofrece una m edia de un 80% de descuento sobre la tarifa im presa. Entre sus clientes: Sharper Image y Office Depot. ® M ercury M edia (TV) (w w w .m ercurym edia.com ) La agencia de medios privada de respuesta directa m ás grande de EE.UU . Se especializan en televisión pero también se ocu­ pan de radio y m edios im presos. Realizan seguimiento com ­ pleto y confeccionan informes p ara determinar el RSI. ® Euro R SC G (Cross M edia) (http://eurorscgedge.com /) Uno de los líderes del m undo en m edios de televisión de res­ puesta directa en tod as las plataform as. ® C an ella M edia R esponse Televisión (TV) (http://w w w . drtv.com). U tiliza el innovador P/E (por encuesta) com o m odelo de com pensación, con el que se p agaría en función de las ganan­ cias en lugar de por adelantado. Sale m ás caro si tu com pa­ ñía tiene éxito, pero reduce la inversión inicial en m edios de comunicación. ® M arketing Architects (Radio) (w w w.m arketingarchitects. com) El líder en respuesta directa p o r rad io, aunque tirando un p oquito a caro. C asi todos los productos de venta directa — no se requiere p ago inicial — C arlton Sheets, Tony Robbins, etc.— los han utilizado. ® R adio Direct Response (Radio) (w w w .radiodirect.com ) M ark Lipsky ha levantado una m aravillosa em presa, cuyos 287

clientes van desde pequeños especialistas en m arketing direc­ to al canal Travel y Wells Fargo. M arketing digital y em presas de investigación de m ercado (gestión de cam pañas de P P C } etc.) Si empiezas siendo pequeño, busca un autónom o que te ayude. ® SEM PO (w w w .sem po.org; consulta el directorio de miem­ bros) Excelentes em presas de tam año medio. ® Clicks 2 Custom ers (w w w .clicks2costum ers.com ) ® W orking Planet (w w w .w orkingplanet.com ) L o s p rofesion ales m ás cañ eros: consideran una cam paña pequeña una de unos cuantos miles de dólares. ® M arketin g E xperim en ts (w w w .m arketin gexperim ents. com) (Éste es mi equipo.) ® D id It (w w w .did-it.com ) ® R O IRevolution (w w w .roirevolution.com ) El coste se determina con una tarifa mensual. ® iProspect (w w w .iprospect.com ) Productores de publirreportajes de servicios com pletos

É sta s son las em presas que hicieron de O reck D irect, N utrisystem , N ordic-T rack y H o oked on Phonics m arcas conocidas. El prim ero cuenta con un excelente glosario de D R T V (respuesta directa televisiva) y am bas w ebs ofrecen estupendos recursos. N o llam es si no puedes gastarte al m enos 15.000 dólares en un anuncio de form ato corto o m ás de 5 0 .0 0 0 en uno de form ato largo. ® Cesari Direct (http://w w w.cesaridirect.com /) ® H aw thorne Direct (w w w .haw thornedirect.com ) ® Script-to-Screen (w w w .scripttoscreen.com ) 28 8

Distribución de productos en minoristas y en otros países ¿Quieres ver tu producto en los estantes de W al-M art, C ost­ co, N ordstrom o en los grandes alm acenes m ás im portantes de Japón ? A veces merece la pena que expertos bien relacio­ nados te coloquen donde quieres. ® T ristar Products (http://w w w.tristarproductsinc.com ) Es la responsable de Power Juicer y otros éxitos. T ristar tam ­ bién es dueña de su propio estudio de producción y por lo tanto puede ofrecer servicios de extrem o a extrem o, adem ás de la distribución m inorista. • B J Direct (Todo el m undo) (w w w .bjgd.com ) Agentes de fam osos

¿Q uieres que un fam o so recom iende tu p rod u cto o sea su im agen? Puede co starte m ucho m enos de lo que pien sas, si lo haces bien. Sé de un co n trato de recom endación de una prenda de vestir firm ad o con el m ejor lan zador de la liga de p rim era div isión de b alo n ce sto que cu esta só lo 2 0 .0 0 0 d ólares al añ o. A quí están los agentes que pueden conseguirlo. • Celeb Brokers (w w w .celebbrokers.com ) Su presidente Ja c k K ing es la persona que me hizo interesar­ me por prim era vez por este fascinante m undo. Se lo conoce de arriba abajo. • Celebrity Endorsem ent N etw ork (www.celebrityendorsem*nt.com) B u scar fam osos

• Contact Any Celebrity (www.contactanycelebrity.com ) Es posible hacerlo solo, com o yo m ism o he com probado 2.89

m uchas veces. Este directorio en línea y su am able personal te ayudarán a encontrar a cualquier fam oso del m undo.

DISEÑO DE UN ESTILO DE VIDA EN ACCIÓN D e s p u é s de h a b e r leído el apartado d e d ica d o a la su bcontra tación pe nsé qu e era una idea noved osa pero qu e nu nca funciona­ ría en mi c a so . No o b s ta n te , teniend o en cu e n ta q u e el resto del libro «d a b a en el cla vo », d e c id í probarlo. En vez de m a n d a r mi dinero al extranjero, opté p or dejarlo en E s ta d o s U n id o s y recurrí a mi sob rina, que e studia en la universidad y cu yo s co n o cim ie n ­ to s de inform ática m e su p e ra n , para probar la teoría. R esultó se r una experiencia extraordinaria, qu e a m í m e ahorró tie m p o y a ella le g ene ró u n o s ing resos. A p a re n te m e n te , disfruto de to d o s los a sp e c to s positivos de la sub co n tra ta ció n pero sin te n e r que s o p o rta r to d o s u farragoso len gu aje... El h e ch o d e po d e r m o ld e a r para bien la m ente de una jo ve n justifica todo tu libro... K EN D.

H ola, T im . H ace unos m e s e s m encionaste w w w .w e e b ly .co m . Lo utilicé para m ontar mi sitio w eb y creo que es genial. A sim is m o , los gru pos de Facebook tienen casi to d o s los apartados im aginables. A sí p u e s, lo qu e he hecho e s : 1 ) encontrar un grupo qu e com pre mi producto, y 2 ) m a n d a r un m ensaje a cad a adm inistrad or con­ tándole c ó m o mi producto podría se r útil a los m iem bros del grupo. Luego, m uy e d u c a d a m e n te , les pedí qu e publicaran un anuncio en la sección «N oticias recientes» del g rupo. E sto resulta m u ch o m ás fiable qu e un m ensaje en el m uro y perm an ece colgado allí (e s un anuncio gratis) hasta que el adm inistrad or lo retira. El adm inistra­ dor adquirió mi producto, colgó mi anuncio en la sección «Noticias recientes» del grupo y luego m a n d ó un m ensaje a to d o s s u s m iem ­ bros diciéndoles que tenían que visitar mi sitio. GAVIN

290

PA SO IV: L D E L IB E R A C IÓ N

«Es mucho mejor para un hombre equivocarse siendo libre que acertar encadenado.» t h o m a s h h u x l e y biólogo inglés, conocido como «el bulidog de Darwin»

.

,

12. A CTO D E D ESA P A R IC IÓ N : C Ó M O ESC A PA R SE D E LA O FIC IN A

«Trabajando fielmente ocho horas al día, con el tiempo lle­ garás a ser jefe y a trabajar doce horas al día.» r o b e r t f r o s t , poeta norteamericano ganador de cuatro Premios Pulitzer «En esta senda, el único paso que cuenta es el primero.» S T . JE A N -B A P T IS T E -M A R IE V IA N N E Y ,

santo católico, «C ura de Ars»

Palo A lto, California — N o te vam os a p agar las llam adas. — N o os estoy pidiendo que lo hagáis. Silencio. Luego, un asentimiento de cabeza, una risa y un esbozo de sonrisa torcida de resignación. — M uy bien, entonces. Vale. Y eso fue todo; pim , pam , p u m ... fuera. A sus cuarenta y cuatro años, D ave Cam arillo, currito de toda la vida, había descifrado el código que le abría las puertas a una nueva vida. N o le habían despedido; no le habían gritado. Su jefe pare­ cía llevar la situación bastante bien. Cierto es que Dave había cum plido con su trab ajo y tam ­ poco es que estuviera haciéndoles calvos a los clientes duran­ te las reuniones, pero acababa de pasarse 30 días en China sin decírselo a nadie. 2-93

«N o fue ni la mitad de difícil de lo que pensé que sería.» D ave es uno de los m ás de 1 0 .0 0 0 em pleados que trabajan en H ew lett-Packard (HP) y — contra todo pronóstico— le gusta de verdad. N o alberga deseos de m ontar su propia em presa; lleva siete años ocupándose de asistir en cuestiones técnicas a clientes de 45 estados y 2 2 países. H ace seis m eses, sin em bargo, le surgió un pequeño problem a. Un problem a de 1,58 m de altura y 50 kilos de peso. ¿Tenía D ave, com o casi todos los hom bres, miedo al com ­ p rom iso? ¿Se n egaba a seguir p aseán d ose por su casa en gayum bos de Spiderm an o a separarse del últim o refugio de cualquier hom bre que se respete a sí m ism o, la PlayStation? N o , había dejado tod o eso atrás. De hecho, D ave estaba dis­ puesto, p reparado para hacer la gran pregunta, pero le que­ daban pocos días de vacaciones y su novia vivía en otra ciu­ dad. En una ciudad m uuuuuy lejana: a 9.4 60 kilóm etros de la suya. La había conocido visitando a un cliente en Shenzhen, Chi­ na, y ahora era el momento de conocer a sus padres. M aldita logística. D ave había em pezado hacía poco a atender llam adas de índole técnica desde casa, y, bueno, ¿no es el hogar donde está el corazón? Un billete de avión y un teléfon o triban da G SM de T-M obiíe m ás tarde, se encontraba en algún lugar por enci­ m a del Pacífico rum bo a su prim er experim ento de siete días. D oce zonas horarias m ás adelante, se declaró, ella aceptó y en Estados U nidos nadie pareció enterarse. L a segunda vez que se puso en m archa fue para hacer una visita guiada de 30 días repleta de fam ilia y com ida chinas (¿a alguien le apetece m orro de cerdo chino?), que culminó con Shumei W u convirtiéndose en Shumei Cam arillo. M ien­ tras tanto, en Palo A lto, HP continuaba su conquista del m undo sin saber y sin im portarle dónde estaba Dave. Estaba 294

redirigiendo sus llam ad as al m óvil de su recién estrenada esposa y en el m undo reinaba la arm onía. A hora, ya de vuelta en E stad os U nidos, tras esperar lo m ejor y prepararse p ara lo peor, D ave se h abía gan ado su insignia de m ovilidad de Scout Águila. L a verdad es que el futuro se le presenta bastante m aleable. V a a em pezar por p a sa r dos m eses en China cada verano y, luego, m udarse a A ustralia y Europa p ara recuperar el tiem po perdido, todo ello, con el visto bueno y una sonrisa de su jefe. Para cortar la correa sólo tuvo que aplicar una sencilla regla: pedir perdón en lugar de permiso. «D urante 30 años de mi vida no he viajado; así que, ¿por qué n o?» Ésta es precisam ente la pregunta que tod os deberíam os hacernos: ¿por qué rayos no?

De las castas a los descastados Los viejos ricos, la clase alta de antaño, con castillos y fulares e irritantes perritos falderos, se caracterizan p o r estar bien asen tados en un lugar. L o s Schw arz de N an tucket y los M cD onnelí de Charlottesville. ¡Q ué asco! Los veranos en los H am ptons son taaaaaan de los 9 0 ... La guardia está cambiando. Estar atado a un lugar será el nuevo rasgo diferenciador de la clase media. Existe un poder menos visible, que va m ás allá del mero dinero, que define a los Nuevos Ricos: la movilidad sin ataduras. Vivir viajando por pla­ cer no se restringe a empresarios tecnológicos o a autónomos. Quienes trabajan por cuenta ajena también pueden lograrlo.58 58. Si eres emprendedor, no te saltes este capítulo. Esta introducción a las herramientas y tácticas necesarias para trabajar a distancia es una pieza consustancial del rompecabezas de vivir en cualquier parte del mundo que seguirá a continuación.

2-95

Es m ás, no sólo pueden, sino que cada vez m ás em presas quieren que lo consigan. BestBuy, el gigante en electrónica de consum o, está m andando a casa a miles de em pleados que antes trabajaban en sus oficinas centrales de M innesota; afir­ m an haber reducido costes, pero adem ás que sus resultados han m ejorado entre un 10% y un 2 0 % . El nuevo m antra es éste: trab aja donde quieras y cuando quieras, pero haz tu trabajo. En Jap ó n , un zom bi vestido con tres piezas que se inserta en el engranaje de 9 a 5 tod as las m añanas es conocido com o un sarari-m an — del inglés hom bre a salariad o — y, en los últim os años, ha surgido un nuevo verbo: datsu-sara suru, escapar (d atsu) de la vida del asalariad o (sara). A hora te toca a ti aprender el baile del datsu-sara.59 C am biar al jefe por cerveza: caso práctico en la O ktoberfest Para producir la fuerza necesaria para hacer estallar nuestros grilletes en pedazos, harem os dos cosas: dem ostrar el benefi­ cio em presarial del teletrabajo y hacer que salga dem asiado caro o insoportable negárnoslo cuando lo solicitem os. ¿Te acuerdas de Sherwood? Sus cam isetas francesas están em pezando a m overse y está loco por largarse de E stados Unidos p ara darse una vueítecita por el planeta. Y a tiene dinero m ás que suficiente pero aún le falta escaparse de la supervisión constante de la oficina antes de poner en práctica to d as las herram ientas ahorratiem po del capítulo Elim inación y dedicarse a viajar. Es ingeniero m ecánico y ahora está term inando el doble de diseños en la m itad del tiem po, tras borrar del m apa el 9 0 % de sus gastadores de tiem po e interrupciones. Este salto espectacular en su rendimiento ha llam ado la atención de sus 59. Este verbo también lo usan las mujeres japonesas, aunque a las oficinistas se las conoce como «O L» (office ladies).

2.96

supervisores, p o r io que su valor para la em presa ha aum en­ tado, lo que a su vez hace que resulte m ás caro perderle. M ás valor significa m ás poder en tu m ano a la hora de negociar. Sherw ood se ha cuidado m ucho de guardarse en la m anga algo de productividad y eficiencia para dem ostrar un súbito aum ento de am bos durante el período de prueba de teletra­ bajo que piensa pedir. Desde que suprim ió gran parte de sus reuniones y charlas en persona, ha trasladado el 80% de la com unicación con su jefe y com pañeros al correo electrónico y el 2 0 % restante al teléfono. Por si fuera p o co , ha ap licad o los con sejos del C apítulo 7 , «Interrum pir las interrupciones y el arte de la negativa», p ara dividir la cantidad de correos intrascenden­ tes y repetitivos. T o d o esto hará su transición al trab ajo a distancia m enos perceptible, por no decir im perceptible, a o jos de la directiva. Sherw ood está funcionando a toda m áquina con cada vez m enos supervisión. Sherwood planifi­ ca su huida en cinco estadios, em pezando el 12 de julio, durante la ép oca m ás tran quila, con una duración de dos m eses, p ara fin alizar con un viaje a la O ktoberfest, en M unich, Alem ania, donde se quedará dos sem anas, antes de hacer realidad planes n óm adas m ás grandiosos y atrevidos. P aso 1: Aum enta el valor de la inversión que eres

Para em pezar, habla con su jefe el 12 de julio sobre un cur­ sillo de form ación al que quizá puedan asistir los em pleados. Le propone que la em presa le pague unas clases de diseño industrial durante cuatro sem anas que le ayudarán a interactuar m ejor con los clientes, asegurándose de m encionar el beneficio que reportará al jefe y al negocio (o sea, disminuirá el ir y venir entre departam entos y aum entarán los resultados del cliente y el tiem po facturable). Sherw ood quiere que la em presa invierta el m áxim o en él para que, si se va, la pérdi­ da sea m ayor. 2.97

P aso 2: D em uestra que rindes m ás fuera de la oficina

En segundo lugar, llama diciendo que está enfermo el siguien­ te m artes y m iércoles, 18 y 19 de julio, para dem ostrar lo productivo que es trab ajan d o desde casa.60 Decide ponerse «enferm o» entre el m artes y el jueves por dos razones: parece m enos una mentira p ara cogerse un fin de sem ana largo y tam bién le sirve p ara com probar cóm o funciona aislado sociaímente sin el respiro inminente que supone el fin de sem a­ na. Se esfuerza p o r dob lar su producción en am bos días, dejando un rastro de correos electrónicos para que el jefe lo note, y guarda pruebas de lo realizado por si necesita m ostrar­ las en futuras negociaciones. C om o utiliza softw are de diseño CA D muy caro cuya licencia sólo funciona en su ordenador de sobrem esa de la oficina, Sherw ood se instala una demo gratuita del program a de acceso a distancia G oToM yPC para m anejar su equipo de la empresa desde casa. P aso 3 : Ten p rep arad o el beneficio cuantificable p a ra la em presa

Tercer p aso: Sherw ood detalla cuánto trabajo m ás ha logra­ do sacar adelante fuera de la oficina, explicando cada punto. Se ha d ad o cuenta de que tiene que presentar el teletrabajo com o una buena decisión que beneficie al negocio y no com o un beneficio p ara él. El resultado final cuantificable han sido tres diseños m ás al día que su m edia habitual y tres horas adicionales facturables al cliente. Para explicarlo, argum enta las horas que ya no pierde en trasladarse a la oficina y m enos distracciones al gozar de silencio en casa.

60. Cualquier razón para quedarte en casa servirá (que te instalan la tele por cable o el teléfono, averías, etc.) o, si prefieres no usar un ardid, trabaja un fin de semana o cógete dos días de vacaciones.

2,98

P aso 4 : Propon un período de prueba revocable

Cuarto: después de realizar los ejercicios de los retos anticom odidad de los capítulos anteriores, Sherw ood propone, m ostrán dose seguro de sí m ism o, un inocente período de prueba de teletrabajo de un día a la sem ana durante dos sem anas. Escribe un guión p ara la conversación pero no pre­ p ara una presentación en PowerPoint ni da la sensación de que sea algo serio ni irreversible.61 Sherw ood llam a a la puerta de su jefe sobre las 3 de la tarde de un jueves relativamente tranquilo, el 2 7 de julio, la sem ana después de estar ausente, y éste es el guión que sigue. Las frases que ha preparado y m em orizado de antemano ap a­ recen subrayadas y en las notas al pie se explican los puntos que negocia. Sherw ood: H o la, Bill. ¿Tienes un minuto? Bill: Claro. ¿Q ué pasa? Sherw ood: Sólo quería com entarte una idea a la que estoy dando vueltas estos días. Con dos m inutos tendré de sobra. Bill: Vale. Adelante. Sherw ood: L a sem ana p asad a, com o sabes, estuve enfermo. Bueno, resum o: decidí trab ajar en casa aunque me sentía fatal. Pero esto es lo curioso. Pensé que no sacaría nada ade­ lante, pero al final terminé tres diseños m ás de lo habitual en cada uno de los dos días. A dem ás, pude trab ajar tres horas facturables m ás sin tener que venir a la oficina, los ruidos, las distracciones, etc. M uy bien, a esto es a lo que voy. Sólo a m odo de prueba, me gustaría proponerte trab ajar desde casa lunes y m artes durante dos sem anas. Puedes prohibír­ melo cuando quieras y vendré si tenemos que hacer reunio­ nes, pero me gustaría p rob ar solam ente dos sem anas y ver 61. Repasa el cierre dei cachorrito de «Ingresos en piloto automático II: prueba la musa».

299

qué consigo. C onfío al 100% en que sacaré el doble de tra­ bajo adelante. ;T e parece razonable? Bill: Uhmm... ¿Q ué p asa si otro tiene que trab ajar en el m is­ m o diseño para un cliente? Sherw ood: Existe un program a llam ado G oT oM yP C que he utilizado p ara entrar en mi ordenador de aqu í desde casa cuando estaba enferm o. Se ve tod o a distancia y tendré el móvil encendido las 2 4 horas. Bueeeeno... ¿Q ué te parece? ¿L o pruebo el lunes p róxim o a ver cuán­ to m ás consigo hacer?62 Bill: Uhmm... Vale, de acuerdo. Pero sólo es un ensayo. Ten­ go una reunión dentro de cinco m inutos, así que me voy corriendo, pero hablam os pronto. Sherw ood: Estupendo. G racias p or tu tiem po. T e mantendré al corriente de todo. Estoy seguro de que te llevarás una sor­ presa muy agradable. Sherwood no esperaba conseguir el visto bueno para dos días por semana. Pidió dos por si acaso, por si el jefe se negaba, bajar como segunda opción a uno (precisar un blanco). ¿Por qué no intentó Sherwood conseguir cinco días de teletrabajo a la sema­ na? Por dos razones. Primero: es demasiado para que los jefes lo acepten así de repente. H ay que pedir una mano y luego un codo, sin desatar las alarmas ni que cunda el pánico. Segundo: es una buena idea pulir tu habilidad de trabajar a distancia — ensayar un poco— antes de montártelo a lo grande, pues así se reducen las probabilidades de meter la pata y provocar desastres que conseguirían que te quitasen el permiso para teletrabajar. P aso 5: A m plía el tiem po lejos de la em presa

Sherw ood se cuida m uy m ucho de que sus d ías fuera de la 62. N o te apartes de tu objetivo. Una vez hayas rebatido una objeción o calmado una preocupación, ve al cierre.

300

oficina sean ios m ás productivos hasta la fecha, llegando al punto de b ajar m ínimamente su productividad en la ofici­ na para que el contraste sea m ás llam ativo. Fija una reunión para hablar de los resultados con su jefe el 15 de agosto y se prepara otra págin a de puntos detallando el aum ento de resultados y los trab ajos term inados frente a los realizados en la oficina. Sugiere subir la apuesta a cuatro días por sem a­ na a distancia p o r un período de prueba de dos sem anas, preparándose para ceder hasta tres si fuera necesario. Sherwood: Realmente ha resultado mejor de lo que esperaba. Si m iras los núm eros, está claro que beneficia al negocio y estoy disfrutando m ucho m ás ahora con el trabajo. A sí que aquí estam os. M e gustaría proponerte, si te parece que tiene sentido, probar cuatro días por sem ana otras dos sem anas. Estaba pensando que venir los viernes63 sería adecuado para prepararme para la semana siguiente, pero puedo venir el día que prefieras. Bill: Sherw ood, no estoy seguro de que podam os hacerlo. Sherw ood: ¿Q ué es lo que te preocupa?64 Bill: M e parece que te vas a ir de la em presa. ¿V as a dejar­ n os? Y otra co sa: ¿qué p asa si to d o el m undo em pieza a hacer lo m ism o? Sherw ood: Lo que dices es razonable. E interesante.65 Prime-

63. El viernes es el mejor día para estar en la oficina. La gente está relajada y suele marcharse antes. 64. N o aceptes una negativa vaga. Localiza qué es realmente lo que le preocupa y le convencerás. 65. N o saltes y te pongas a la defensiva a la primera objeción. Recono­ ce como legítima la inquietud de tu jefe para evitar una batalla de volun­ tades a ver quién tiene un ego más grande.

301

el cam bio en mi h orario.66 Estoy haciendo m ás y me siento m ás relajado, y eso es un gran cam bio. Segundo: no debería permitirse teletrabajar a nadie que no demuestre ser así m ás productivo y yo soy el experim ento perfecto. Si pueden dem ostrarlo, sin em bargo, ¿por qué no dejarles probarlo? Reduce los costes p ara la em presa, aum enta la productividad y hace que los em pleados estén m ás felices. Bueno, ¿qué me dices? ¿L o pruebo dos sem anas viniendo ios viernes para ocuparm e de las cuestiones que he de hacer aquí? T e lo docu­ mentaré todo y tú, por supuesto, tienes derecho de cam biar de opinión en cualquier momento. Bill: T ío, eres de los que no se rinden. Vale, vam os a probar a ver qué p asa, pero no lo vayas contando por ahí. Sherw ood: C laro que no. G racias, Bill. T u confianza signifi­ ca m ucho p ara mí. H asta pronto. Sherw ood sigue siendo productivo en casa y algo m enos en la oficina. Pasadas dos sem anas, revisa los resultados del ex­ perimento con el jefe y continúa haciendo cuatro días sem a­ nales a distan cia dos sem an as m ás hasta el m artes 19 de septiembre, cuando solicita un ensayo de dos sem anas de te­ letrabajo a tiem po com pleto m ientras va a visitar a fam ilia­ res que viven fuera del E stad o.67 El equipo de Sherw ood tiene em pezado un proyecto que requiere de sus habilidades, así que está dispuesto a dimitir si el jefe no da su perm iso. Es consciente de que, igual que uno quiere negociar el pre­ cio de un anuncio cuando falta poco p ara cerrar la revista, conseguir lo que uno quiere m uchas veces depende m ás de cuándo se pida que de cómo se pida. Aunque preferiría no irse

66. Toma nota de esta amenaza velada disfrazada de confesión, que hará que el jefe se piense dos veces negarse pero que elude el desenlace, ganador o vencido de un ultimátum. 67. Esto suprime la posibilidad de que el jefe te llame a la oficina, fundamental para poder dar el salto al extranjero.

302

de la empresa, lo que está ganando con las cam isetas es m ás que suficiente para financiar su onirogram a de la Oktoberfest y mucho m ás. El jefe consiente y Sherwood no tiene que am e­ nazar con irse. Al volver a casa esa noche se com pra un billete de ida y vuelta por 524 dólares, menos que las ventas de cam i­ setas de una sem ana, para ir a la Oktoberfest a Munich. Ahora ya puede aplicar todos los m étodos ahorra-tiem po posibles y arrancar de cuajo lo insustancial. A ratos perdi­ dos, entre beber cerveza de trigo y bailar en lederhosen, Sher­ w ood hará su trabajo estupendam ente, dejando a su em pre­ sa m ejor que antes de su 80/20 y consiguiendo para sí todo el tiem po libre del m undo. Pero espera un m om ento... ¿Qué p asa si el jefe sigue negándose? Ehm m ... Entonces es que te obligan a hacerlo. Si los directivos no ven la luz por m ucho que se les m uestre, tendrás que seguir las instrucciones del siguiente capítulo p ara despedirles con cajas destem pladas.

Una alternativa: el planteam iento del reloj de arena En ocasiones es útil em pezar ausentándote durante m ás tiem po, abo rd an d o tu huida con el planteam iento que han acuñado algunos N R «del reloj de aren a», llam ado así porque primero dem uestras la validez de tu propuesta durante un período m ás largo para conseguir un acuerdo de teletrabajo m ás breve y después negocias trab ajar a distancia a tiempo com pleto. Estos serían ios pasos: 1. T en preparado un proyecto o emergencia (problem a fam iliar, asunto personal, traslado, obras en casa, lo que sea) que te exija no acudir a la oficina durante una o dos sem anas. 2. D i que adm ites que no puedes dejar de trab ajar sin m ás y que preferirías seguir trabajando en lugar de coger­ te días de vacaciones. 303

3. Sugiere que pod rías trab ajar a distancia y ofrece, si fuera necesario, aceptar una reducción de salario duran­ te ese período (y exclusivam ente durante ese período) si a la vuelta se viera que no has rendido lo suficiente. 4. Deja que el jefe aporte ideas sobre cóm o hacerlo para que se im plique en el proceso. 5. H az ele las dos sem anas «sin estar» las m ás producti­ vas que hayas tenido nunca. 6. M uéstrale al jefe a la vuelta resultados cuantificables y dile que — sin. todas las distracciones, ir y venir desde casa, etc.— consigues hacer el doble. Propon a m odo de prueba teletrabajar d os o tres días sem anales durante dos sem anas. 7. E sos dos días sé superproductivo. 8. Plantéale ir a 1.a oficina sólo uno o dos días por scina9. H az de esos los días menos productivos de la sem ana. 10. Pídele m ovilidad total: el jefe dirá que sí.

P y A: P R E G U N T A S Y A C C IO N E S «H ace poco me preguntaron si iba a despedir a un empleado que había com etido un error que le había costado a la empresa 600.000 dólares. N o, respondí, acabo de gastarme 600.000 en formarle.» t h o m a s j . w a t s o n , fundador de IBM «L a libertad conlleva responsabilidad. Por eso a la mayoría de los hombres les aterroriza.» G E O R G E BER N AR D SHAW

Lo que resulta m ás difícil a los emprendedores es la Automati­ zación, porque les da miedo dar el m ando a otro. En cambio, 30 4

quienes son empleados se atascan en la Liberación porque lo que les asusta es coger el mando. Decídete a tom ar las riendas. L as siguientes preguntas y acciones te ayudarán a sustituir un trabajo donde lo que prim a es la presencia física por una libertad en la que sólo cuenta el rendimiento. 1. Si tuvieras un ataque al corazón, y suponiendo que tu jefe se m ostrase com prensivo, ¿cóm o podrías trabajar a distancia durante un mes? Si llegas a un punto m uerto porque hay una tarea incom pa­ tible con no estar en la oficina o si im aginas que tu jefe se resistiría, pregúntate lo siguiente: • ¿Q ué estás consiguiendo al hacer esa tarea? ¿C uál es el propósito de realizarla? • Si tuvieras que encontrar otras m aneras de lograr lo m is­ m o — si tu vida dependiese de ello— , ¿cóm o lo harías? ¿M ediante teleconferencias? ¿V ideoconferencias? ¿C on servicios com o G oToM eeting, G oToM yPC , Dim Dim .com (M ac) o similares? • ¿Por qué se opon dría tu jefe al teletrabajo? ¿C uál es el efecto negativo inm ediato que tendría en la em presa y qué podrías hacer para evitarlo o atenuarlo? 2 . Ponte en el lugar de tu jefe. A la luz de tu historial laboral, ¿confiarías en ti p ara darte perm iso p ara trab ajar fuera de la oficina? Si no, vuelve a leerte Eliminación para aumentar tu producti­ vidad y plantéate optar por el sistema del reloj de arena. 3. Practica la productividad desvinculada del entorno. T rata de trab ajar durante dos horas en una cafetería ios dos sáb ad os anteriores a proponer probar a teletrabajar. Si vas al gim nasio, intenta hacer ejercicio esas dos sem anas en casa o en otro sitio que no sea el gim nasio. Lo que buscam os es 305

desligar tus actividades de un único espacio y com probar si tienes la disciplina necesaria p ara trab ajar solo. 4. M ide tu productividad actual. Si has ap licad o el prin cipio 8 0 /2 0 , fija d o reglas p a ra in­ terrum pir las interrupciones y efectuado los preparativos correspondientes, tu rendim iento debería ser m ás alto que nunca en térm inos cuantificables, ya sea en clientes atendi­ dos, ingresos generados, páginas redactadas, velocidad efec­ tuando cobros o lo que sea. Docum éntalo. 5. Propicia la oportunidad de dem ostrar tu productividad a distancia antes de pedir que se convierta en directriz de la empresa. Esto te perm itirá com probar si puedes trab ajar fuera de una oficina y recopilar pruebas de que puedes ser la leche sin que te supervisen constantemente. 6. Practica el arte de no achantarte ante un «n o » antes de hacer la propuesta. Ve a un m ercado de frutas y verduras a negociar precios; pide que te den billetes de prim era p agan d o turista; pide que te compensen si te atienden m al en un restaurante y en gene­ ral pide la luna y acostúm brate a hacer las siguientes pregun­ tas m ágicas cuando te niegan lo que pides. «¿Q ué tendría que hacer yo para [resultado deseado]?» «¿E n qué circunstancias tú [resultado deseado]?» «¿A lguna vez has hecho una excepción?» «Estoy seguro de que alguna vez h abrás hecho una excep­ ción, ¿no?» (Si a alguna de las dos últim as te dicen que no, pregunta: «¿Por qué n o ?». Si te dicen que sí, responde: «¿Por qué?».) 7. Pon a tu jefe en m odo triciclo p ara que se vaya haciendo a la idea del teletrabajo: proponle trab ajar en casa los lunes o los viernes. 30Ó

H az esto, o el p aso siguiente, en una época en la que echarte le ponga en un verdadero aprieto, aunque fueses ligeramente m enos productivo trabajan do a distancia. Si se niega, es hora de cam biar de jefe o convertirte en emprendedor. Ese empleo no te va a dar nunca la libertad de tiempo requerida. Si decides saltar del barco, plantéate con­ seguir que ellos sean los que hagan rodar tu cabeza: dimitir suele ser m enos apetecible que lograr que te despidan con m ano izquierda para utilizar la indemnización o el subsidio de desem pleo p ara tom arte unas largas vacaciones. 8. A larga cada período de prueba superado hasta estar teletrabajan do a tiem po com pleto o con el grad o de m ovilidad que quieras. N o subestim es lo que la em presa te necesita. T rab aja bien y pide lo que quieras. Si p a sa d o un tiem po no lo consigues, márchate. El m undo es dem asiado grande para pasarte casi toda tu vida m etido en un cubículo.

D ISE Ñ O D E UN ESTELO D E VEDA EN A C C IÓ N

Prueba Earth C la s s M ail, un servicio al qu e pu e d e s reenviar todo tu correo, do n de e s e sca n e a d o y te m andan to d o lo que liega, d á n dote la opción de reciclar/destruir el correo no d e s e a d o , con un e s c á n e r de los co n te n id o s, o la posibilidad de enviarte a ti m is m o o a quien d e c id a s a lg u no s m e n sa je s co n cre to s. To davía no lo he pro ba do (lo haré e s te m e s , m ien tras preparo un viaje para m a yo), pero un am igo e scritor de Portland m e a seg ura que e s genial y co n o ce a su m áxim o re s p o n sa b le . A parentem ente , han tenido b u e n a s críticas y la idea parece m ejor qu e confiar en a m ig o s/fa m ilia res qu e , si son c o m o ios m ío s ... lo m á s probable e s en algún m o m e n to pierdan algo. N ATH ALIE

307

Y o ta m b ié n utilizo G re e n B y P h o n e .co m para tra m ita r electrónica­ m e nte los c h e q u e s qu e m e llegan a tra vés de m i cu en ta de Earth C la s s M alí. C a rg a n una co m isió n de 5 dó la re s p or c h e q u e , pero yo vivo en S a n D iego, la dirección de mi oficina de Earth C la s s M ail e s tá en S e a ttle y las o p e ra cio n e s b an carias las realizo en O h io . ¡Funciona de m aravilla! ANDREW

Para añ a d ir a tu m agnífica lista (h e m o s viajad o a s í durante algu­ no s a ñ o s ), m e g u staría incluir m is o p cion es co m o m u je r viajera y m a dre reciente (te n g o un b eb é de 1 6 m e s e s ). M is favoritos: 1 ) Athleta tiene u na ropa de excelente calidad ligera y q u e se se ca m u y rá p ida m e n te , m u y a d e cu a d a para h a ce r depo rte pero aun así m u y eleg ante . Las b lu s a s so n obligatorias para te n e r un aspecto fe m e nino, pero vestirse para hacer se n d e rism o o su b ir a una pirá­ m id e ..., ¡ya sa b é is a qué m e refiero, ch icas! U n a cosita: una pren­ da ligeram ente m á s larga o s será útil en un m ontón de países, así co m o los tank in is y los b a ñ a d o re s con falda; 2 ) Lo s cepillo s de diente s Fresh & G o son m u y prá cticos; 3 ) La m á q u in a de sonidos M a rso n a para d is im u la r los ruidos e s im prescindible (ta m b ié n la su e lo utilizar en c a s a con el b e b é : cu a n d o e s c u c h a su sonido , ¡sa b e q u e e s hora d e a c o s ta rs e !). A n o s o tro s no s ha sa lva d o la vida en m u ch o s viajes, y ahora la u s a m o s habitu aim ente en c a s a para do rm ir m ejor. S e a ca b ó lo d e ca m b ia r de hotel en pleno via­ je para evitar ios ru idos. Y sí, ya s é q u e d e b e m o s viajar ligeros de e q u ip a je, pero con un b eb é hay m u ch a s c o s a s qu e no s o n nego­ cia b le s. E sto hace m á s agrad able viajar: 1 ) M och ila d e lana tipo ban dolera para b e b é s ; e s m á s có m o d a qu e la de algodón y pue­ d e s m ove rte a to d a s partes con el b e b é , d e s d e q u e nace hasta qu e p e sa 1 5 kilos. N u n ca la olvido, es parte mi e q u ip o ; 2 ) C una móvil y tie n d a portátil: e s la c a m a q u e u sa el b eb é en c a s a , de m odo qu e d u e rm e s ie m p re en el m is m o sitio ; es g enial, y puede usa rse con b e b é s m u y peq u e ñ o s y h asta con niños d e cinco a ñ o s. Incluso puedo m eterlo en un carrito con ru e d a s co n un poco de

308

ropa para el b e b é y para m í; 3 ) G o G o Kidz Tra ve lM a te (ideal tan­ to para viajar en co ch e c o m o en avió n ); 4 ) la sillita para co c h e s Britax D ip lom at e s p e q ueña, pero los niños pueden usarla desde recién na cido s h a sta aproxim adam ente los cuatro año s. A se gú ra te de qu e la m aleta con ru e d a s e s p e q u eña , para no te ne r qu e facturarla si el avión va lleno. S ie m p re pu e d e s conven­ cer al personal de tierra con u na caída de ojos para que te dejen llevarla a tu s p ie s en la cab ina . T a m b ié n e s re co m endab le tener aigo qu e el b eb é p u e d a beb er o m a s c a r durante el d e s p e g u e y el aterrizaje para evitar qu e se ponga a llorar. jBuen viaje! KARYL

A d e l á n t a t e a t u j e f e : p e r o s m á s c o m u n e s a l h e c h o d e t r a b a ja r f u e r a d e l a o f ic in a En el artículo cuyo vínculo aparece m á s abajo, C isco reconoce qu e los a cu erdo s para trabajar fuera de la oficina siem pre «están a h í», pero aun a sí ofrece u na lista de m e d id a s de seg uridad . Es se n sa to b u sc a r so lu cio n e s preventivas para e s ta r preparado si tu je fe pone peros, h ttp :/ / n e w s ro o m .c is c o .c o m / d lls / 2 0 0 8 / p ro d _ 0 2 0 5 0 8 .h tm l.

Enviado por r a i n a

3 09

1 3 - SIN IE ST R O T O T A L: CÁRGATE TU T R A B A JO

«Todas las formas de actuar entrañan riesgos, así que la prudencia no consiste en evitar el peligro (es imposible), sino en calcular los riesgos y en actuar con decisión. Que a tus errores te lleve tu ambición y no tu pereza. Vuélvete fuerte para aventurarte en empresas valientes, no para resis­ tir el sufrimiento.» N ic o l á s m a q u ia v e l o , El príncipe

Súplicas y resignaciones existenciales con huecos para rellenar. Ed Murray Q u e r id o ___________________________: deidad preferida a elegir

H o y , m ien tras e sta b a la v a n d o a m i _____________ , m e he d a d o cuenta de a lg o m u y _______________ y ammal adjetivo

e se

a lg o

es

e sto :

e re s

u n /a _________________ y c ru e l adverbio

pronom bre personal expletivo

A noche,

d esp u é s

de

b eb erm e

s ie te

copazos

de

______________________ y esn ifar su fic ie n te __________________ licor fuerte menos predilecto

^

3 **

com o para hacer son rojar a

, se me

hizo la luz: son ellos, no yo. Yo

so y

quien

P° '

e stá co m p letam e n te estado de

. p or lo que se refiere a las relaciones indefensión

.

.

.

.

p e rso n ales________________ de mi vida y, a pesar de epíteto favorito

ello, no com parto mis m as p re c ia d o s_____________ con variedad de golosina

s

nadie m as de e s t e ____________ planeta... porque son todos adjetivo

u n o s _______________________________________ . adjetivo a m odo de insulto

anímales extinguidos

Yo a tod os, y espero que fallezcan repentinaem oción , i i • 1 m e n te ________________ al atragantarse con una bandeja de adverbio

su p r o p io _______________________________. (entrante del Friday’ s)

E sta

_____________________

c a ta r s is

adjetivo

me

.

.

h izo

. ,

sen tir

___________________ y extrañam ente solo, simultáneamente. em oción risueña

¿C óm o puedo conectar con e s t o s _______________ que me animales d e rebaño

rodean todos los días? E sto y

m ás q u e

h a rto

de ___________________ en sinónimo de «llorar»

el

_

t od os los días... Q uizás arreglaría algo parte de tu casa

.

.

m eterm e un p u ñ ad o de_________________________ en el hortalizas

.

__________________ . El corazón se m e ________________al ver orificio corporal

.

verbo

la derrota en l o s _____________ de mis padres, y para mi esta partes de! cuerpo

_

c laro que quieren a s u _______________________________ m ás adverbio

tipo de coche

q u e ____________________... Puede que debiera apuñalarm e i

lo s

nombre de hermano(a)

con u n ___________________ .

genitales

objeto punzante

31 2

H oy he decidido com prarm e u n _______________ , que servirá su stan tivo ,

d e ____________ , y __________________ sím bolo de la servim etáfora

adjetivo eterno

dumbre de sem blante______________ a la que estoy atado en expletivo

esta vida... tan a merced de otros com o el m á s _______________ de mente de los adjetivo

animales

_. Estoy tratando desesperadam ente de de granja

me a mí m ism o «dete_r»

a todos acto violento activo

m is com pañeros... exceptuando a _. Siempre he querido persona presente en la habitación

le/la/lo. Y o no p e d í. acto sexual a la fuerza

verbo

Si al final existe la reencarnación, por favor, quiero estar exento. A lgunos tra b ajo s deben ser declarados siniestro total. Sin vuelta de hoja. L as m ejoras que podrían producirse serían com o colgar unas cortinas de diseño en una celda carcelaria: estaría m ás bonito, pero ni de lejos podría calificarse de ideal. En el contexto de este capítulo, «trab ajo » se referirá tan­ to a una em presa que lleves tú m ism o com o a un trabajo norm al, si lo tienes. A lgunas recom endaciones sólo son váli­ das para una de las dos situaciones, pero casi todas lo son para am bas. Em pecem os, pues. He abandonado tres trabajos y me han despedido de todos los dem ás. Que te echen, aunque a veces no te lo esperes y te deje en un estado de pánico y desorientación, suele ser una bendición del cielo: otro ha tom ad o la decisión por ti; es im posible quedarse repantigado en el m ism o trabajo el resto de tu vida. L a m ayoría no tiene la suerte de que les d espi­ dan y mueren una lenta muerte espiritual que se alarga 30 o 40 años de tolerar m ediocridad. 313

O rgullo y castigo «Si tienes que jugar, decide tres cosas antes de empezar: las reglas del juego, lo que te juegas y el momento de abando­ nar.» P R O V E R B IO C H IN O

Que algo haya costado mucho trabajo o consumido mucho tiem­ po no lo convierte en productivo ni hace que merezca la pena. Q ue te dé vergüenza adm itir que sigues viviendo las con­ secuencias de decisiones erróneas tom ad as hace 5, 10, 15 o 20 añ os no tiene que impedirte tom ar decisiones acertadas ahora. Si dejas que el orgullo te paralice, odiarás tu vida dentro de 5, 10, 15 o 2 0 años por las m ism as razones que ahora. M e m olesta sobrem anera equivocarm e, así que me m antuve con la em presa que fundé siguiendo una trayectoria que no iba a ninguna parte hasta que me vi obligado a cam ­ biar de rum bo o sufrir un colap so total: créeme, sé lo duro que es. A hora que estam os to d o s igu alad o s: el orgullo es una idiotez. Ser capaz de abandonar lo que no funciona es consustan­ cial a ser un gan ador. Iniciar un proyecto o un trab ajo sin tener claro cuándo lo que merece la pena p asa a ser una pér­ dida de tiem po es com o entrar en un casino sin fijarte un m áxim o p ara apostar: peligroso e imprudente. «L o que p asa es que no entiendes mi situación. ¡Es compli­ cada! » ¿De verdad? N o confundas lo complejo con lo difícil. La m ayoría de las situaciones son simples, muchas solamente re­ quieren acciones que son emocionalmente difíciles de realizar. El problem a y la solución suelen ser obvios y sencillos. N o es que no sepas qué hacer. Claro que lo sabes. Lo que ocurre es que te aterroriza term inar peor de lo que estás ahora. Te lo digo ya: si estás en ese punto, no vas a estar peor. Identifica de nuevo tus m iedos y corta el cordón umbilical. 31 4

Es com o arrancar una tirita: m ás fácil y menos doloroso de lo que crees «El hombre medio es un conformista que acepta miserias y desastres con el estoicismo de una vaca plantada bajo la lluvia.» c o l í n w i l s o n , escritor británico, autor de E l disconforme ; neoexistencialista

V arias son las fobias por excelencia que hacen que no salte­ m os de barcos que se hunden. T o d as pueden refutarse sin m ucho esfuerzo. X. Si te vas, será p ara siempre N i mucho menos. Sírvete de las preguntas P y A de este capí­ tulo y del 3 («Identificar m iedos») para darte cuenta de que podrías reanudar la trayectoria profesional que desees o empe­ zar otra empresa en el futuro. N unca he conocido un caso en que el cam bio de rum bo no pudiese variar de alguna forma. 2 . N o podré p agar los recibos Claro que podrás. Primeramente, el objetivo será conseguir un nuevo trabajo o fuente de dinero antes de dejar el actual. Problem a resuelto. Si te largas de im proviso o te despiden, no es difícil elimi­ nar tem poralm ente la m ayoría de tus g asto s y vivir de tus ahorros durante un período. D esde alquilar tu casa a refinanciarla o venderla: opciones hay. Siempre hay opciones. Pueden ser emocionalm ente difíciles de tom ar, pero no te vas a m orir de ham bre. A parca el coche en el garaje y cancela el seguro unos cu an tos m eses. C om parte coche con otros o coge el autobús hasta que encuentres tu próxim o curro. T ira un poco m ás de la tarjeta de crédito y cocina en casa en vez de comer fuera. Vende toda la porquería en que te gastaste cientos o miles de dólares y que no usas.

3i 5

H az un inventario com pleto de tus activos, reservas en efectivo, deudas y gastos m ensuales. ¿C uánto tiem po podrías sobrevivir con tus recursos actuales si vendieras algunos de esos activos? R ep asa los g asto s y pregúntate: «Si tuviera que eliminar este g asto porque necesitase un riñón nuevo, ¿cóm o lo h aría?». N o te pongas m elodram ático cuando no h aga falta; pocas cosas son de vida o muerte, sobre todo para los inteli­ gentes. Si has vivido h asta ahora, perder o dejar un trabajo no significará probablem ente m ás que unas cuantas sem anas de vacaciones (a no ser que quieras m ás) antes de p asar a algo mejor. 3. Si lo dejo, me quedaré sin seguro sanitario ni jubilación M entira. Y o tenía m iedo de am bas co sas cuando me echaron de T rueSA N . Tenía visiones de dientes pudriéndosem e y tener que trab ajar en un DIA p ara sobrevivir. T ras exam inar los hechos y explorar opciones, me di cuen­ ta de que p od ía tener idéntica cobertura m édica y dental — mismos médicos y red— por entre 300 y 5 00 dólares ai mes. T rasladar mi plan de pensiones antes subvencionado a otra empresa (yo elegí Fidelity Investments) fue todavía m ás fácil: tardé menos de m edia hora p or teléfono y me salió gratis. Proteger estos dos frentes te llevará m enos tiem po que conseguir h ablar con alguien de la com pañía eléctrica para que te solucionen un error en la factura. 4 . M e estropeará el currículum M e encanta el género crónica creativa. Es facilísim o tapar las lagunas tem porales de tu trayecto­ ria y hacer que precisam ente sus rarezas sean las que te con­ sigan las entrevistas. ¿C óm o? H az algo interesante p ara ponerles celosos. Si dejas un trab ajo para cruzarte de brazos, yo tam poco te contrataría. 316

Sin em bargo, si en tu currículum pones que has estado uno o dos años dando la vuelta al m undo o entrenando con equipos de fútbol profesionales en Europa, pasarán dos cosas interesantes cuan do regreses al m undo lab oral. Prim ero: con segu irás m ás entrevistas p orque d estacarás entre los dem ás. Segundo: ¡los entrevistadores, aburridos de sus p ro ­ pios tra b ajo s, se p asarán to d a la reunión preguntándote cóm o lo hiciste! Si te pregu ntan p o r un casu al p o r qué te tom aste ese tiem po o dejaste tu trab ajo anterior, sólo hay una respuesta irrebatible: «Se me presentó una oportun idad de esas que aparecen una vez en la vida de [experiencia exótica que da envidia] y no pude rechazarla. Pensé que, com o aún tengo p o r delante [20-40] añ os de vida p rod u ctiva, ¿qué p risa h ab ía ?».

I I I .K io r u n ta d e q u e s o

«¿Quieres que te dé una fórmula para tener éxito? La verdad es que es muy simple: duplica tu porcentaje de fracasos.» t h o m a s j. w a t s o n , fundador de IBM

Verano de 1.999 Y a antes siquiera de probarla, sabía que algo había sali­ do mal. Después de ocho horas en la nevera, esa tarta de queso seguía sin cuajar. Dentro de la fuente de 4 litros se la oía crujir con aspecto de sop a viscosa; había pedazos que se m ovían y balanceaban cuando la incliné p ara exa­ m inarla de cerca. En algún p aso me h abía equivocado. Podían haber sido varias cosas: tres barras de m edio kilo de queso Eiladelfia huevos 317

estevia gelatina sin sabor vainilla crem a agria En este caso, la causa probablem ente fue la combinación de varias cosas y la falta de algunos ingredientes sencillos que generalm ente hacen que una tarta de queso sea un tipo de tarta. Estaba siguiendo una dieta sin carbohidratos y ya había preparado esta receta. M e había salido tan m aravillosam ente buena que mis com pañeros de piso querían tam bién su ración y habían insistido en que p rob ara a fabricarla a granel. Ahí fue donde com enzaron las artim añas m atem áticas y los pro­ blem as de cálculo. Antes de que apareciesen en escena Splenda® y otros m ilagros im itadores del. azúcar, sus acérrim os enemigos usaban la estevia, una hierba 300 veces m ás dulce. Una gota era com o 3 0 0 paquetes de azúcar. Era m aterial deli­ cado y yo no era cocinero delicado. Una vez había hecho un puñadito de galletas con bicarbonato en lugar de leva­ dura en polvo y estaban tan m alas que mis com pañeros acabaron vom itando en el jardín. C o m p aradas con esta nueva ob ra de arte m ía, las galletas parecían una golosi­ na de sibarita: sabía a queso crem a líquido m ezclado con agua fría y m ás o menos 600 paquetes de azúcar. Luego hice lo que cualquier persona normal y racional hubiera hecho: cogí la cuchara de servir m ás grande que encontré y, dando un suspiro, m e senté delante de la tele para enfrentarm e a mi castigo. H abía desperdiciado un dom ingo entero y un m ontón de ingredientes: era hora de recoger lo que había sem brado.

318

Una hora y 20 enormes cucharadas después, el nivel de aquella piscina de so p a no había descendido ni un milímetro, pero mi derrota era a todas luces evidente. N o sólo no pude com er nada m ás que sop a durante dos días, adem ás ni pude m irar a la tarta de queso, antes mi postre preferido, durante m ás de cuatro años. ¿Idiota? Por supuesto. Creo que no se puede ser m ás idiota, liste es un ejem plo ridículo y a pequeñísim a esca­ la de lo que continuamente hace la gente a m ayor escala con los trabajos: sufrim iento im puesto que puede evitar­ se. C laro está, aprendí la lección y pagué mi error. La pregunta que im porta es: ¿para qué? May dos clases de errores: errores de am bición y errores de pereza. El prim ero es el resultado de la decisión de actuar, de hacer algo. Esta clase de error se comete por falta de inform ación, pues es im posible conocer todos los hechos de antem ano. May que propiciar estos errores. La fortu­ na favorece a los intrépidos. El segundo es el resultado de optar por ser perezoso, no hacer algo. Los com etem os al negarnos a cam biar una situación m ala por m iedo, aunque tengam os todos los hechos delante. Así es com o experiencias didácticas se convierten en castigos terminales, relaciones m alas se con­ vierten en m alos matrimonios y trabajos elegidos con poco seso se transform an en cadenas perpetuas. «Vale, pero ¿q u é p asa si en mi sector se m ira m al a los que van saltan d o de em presa en em presa f N o llevo a q u í ni un año y en las entrevistas pensarían ...» ¿Seguro? Com prueba lo que d as por sentado antes de condenarte a seguir sufriendo. H e apren dido que las em presas buenas se sienten irremediablemente atraídas por una cosa: tu rendimiento. Si rindes com o un titán, no

319

im porta que hayas huido de una m ala em presa a las tres sem anas. Por otro lad o, si tolerar un entorno laboral punitivo durante años y años es condición indispensable p ara ascender en tu cam po, ¿no será que estás jugando a un juego que no merece la pena ganar? L as consecuencias de las m alas decisiones no m ejoran con la edad. ¿Q ué tarta de queso te estás com iendo?

P y A : P R E G U N T A S Y A C C IO N E S «L os únicos que no se equivocan son los que están dormi­ dos.» i n g v a r k a m p r a d , fundador de IKEA, la marca de muebles más fam osa del mundo

Decenas de miles de personas, la m ayoría m enos capaces que tú, aban don an sus trab ajos tod os los días. N i es raro ni es letal. A quí tienes unos cuantos ejercicios que te ayudarán a dar­ te cuenta de lo n atural que es cam biar de trab ajo y de lo sencilla que puede ser la transición. 1. Prim ero, un bañ o de realidad que te son ará: ¿qué es m ás probable: que encuentres lo que quieres en tu trabajo actual o en otro sitio? 2. Si te despidiesen de tu trab ajo hoy, ¿qué harías para seguir financiando tu vida? 3. T óm ate un día por enferm edad y publica tu currículum en las principales w ebs de búsqueda de empleo. Aunque no estés pensando ya en dejar tu trabajo, pon el currículum en p ágin as com o w w w .m onster.com y www. careerbuilder.com , con un seudónim o si lo prefieres. Esto te 32 0

dem ostrará que tienes opciones adem ás de la em presa donde estás trabajando. Llam a a algunos cazatalentos si posees un perfil intere­ sante p ara este tipo de em presas y envía un breve correo electrónico com o éste a am igos y conocidos por razones dis­ tintas ai trabajo. Estimados todos: Estoy planteándome dar un giro a mi carrera profesional y me interesa cualquier idea que pudierais darme. N ada es demasiado estrambótico ni loco. [Si sabes lo que quie­ res o no quieres en algún aspecto, dilo sin cortarte: «M e interesa especialm ente...» o «Quiero evitar...».] ¡Contadme lo que se os ocurra! Tim

D i que estás enferm o o tóm ate un día de vacaciones para hacer tod os estos ejercicios durante una jorn ada norm al de 9 a 5. Esto es p ara sim ular estar p a rad o y suavizar el factor tem or de encontrarse en un lim bo al ser arrancado de la ofi­ cina. En el m undo de la acción y la negociación, un principio gobierna a tod os los dem ás: quien tiene m ás opciones tiene m ás poder. N o esperes a necesitar opciones p ara buscarlas. Echa una m irada furtiva al futuro ahora, la acción y la asertividad te serán m ás fáciles después. 4. Si diriges o posees tu propia em presa, im agínate que acaban de dem andarte y tienes que declarar suspensión de pagos. L a em presa es insolvente y tienes que cerrar el chiringuito. Esto es algo que tienes que hacer por ley, y careces de dinero p ara considerar otras opciones. ¿C óm o sobrevivi­ rías?

321

T R U C O S Y U T E N SILIO S Atreverte a d ar el p aso

® I-Resign (w w w .i-resign.com ) En esta web encontrarás de todo: desde consejos p ara encon­ trar trabajo en tu segunda vida a, m i recurso preferido, ejem­ plos de cartas de dim isión. N o te pierdas los útiles foros de debate y la tronchante colum na «C on sultor internético des­ de Lon dres». A brir planes de pensiones y cuentas p ara la jubilación

Si buscas un asesor y no te im porta p agar por ello, m ira las siguientes págin as web: ® Franklin-Tem pleton (w w w .franklintem pleton.com ) (+1 800-527-2020) ® American Funds (w w w .am ericanfunds.com ) (+1 800-4210180) Si vas a invertir y buscas fondos de inversión sin cargo, te propongo estas em presas: ® Fidelity Investm ents (w w w .fidelity.com ) (+1 800-3433548) ® V anguard (w w w .vanguard.com ) (+1 800-414-1321)

Seguros de salu d p ara autónom os o desem pleados

® Ehealthinsurance (w w w .ehealthinsurance.com ) (+1 800977-8860) ® A E T N A (w w w .aetna.com ) (800-M Y -H EA LTH ) ® K aiser Permanente (w w w .kaiserperm anente.org) (+1 866352-0290) ® American Com m unity M utual (w w w.am erican-com unity. com) ((+1 800-991-2642) 3 2.2.

1 4 . M IN IJU B IL A C IO N E S : A BRA ZA R LA V ID A M Ó V IL

«Antes de la expansión deí turismo, se concebía viajar como estudio, cuyos frutos adornarían la mente y form arían el juicio.» p a ú l f u s s e l l , Abroad [En el extranjero] «A largo plazo, simplemente estar dispuesto a improvisar resulta más vital que haberse documentado.» r o l f p o t t s , Vagabonding [Vida de trotamundos]

C uando Sherw ood regresa de la O ktoberfest, aturdido de m atar neuronas pero m ás feliz de lo que lo ha estado en los últim os cuatro años, su ensayo de teletrabajo se hace oficial y Sherw ood es adm itido en el m undo de los N uevos Ricos. A hora sólo necesita saber cóm o explotar su libertad y dar con las herram ientas que le perm itan vivir con su dinero fini­ to una vida de posibilidades casi infinitas. Si has ido dando los p aso s indicados anteriormente (eli­ m inar, autom atizar y cortar las correas que te ataban a una única ubicación), es hora de darte un gustazo haciendo rea­ lidad algunas fantasías y explorando el mundo. Aunque no ansies la vida nóm ada o pienses que es im po­ sible — porque estés casado o porque tengas hipoteca o por esas cosas m enudas llam adas niños— , tu siguiente paso sigue siendo este capítulo. H ay cam bios fundam entales que yo y 323

casi tod os los dem ás retrasam os h asta que la ausencia (o prepararnos p ara ella) nos obliga a realizarlos. Este capítulo es tu exam en final en diseño de m usas. L a transform ación empieza en una pequeña aldea m exi­ cana. Fábulas y cazafortunas Un hombre de negocios estadounidense se fue de vacaciones a un pueblecito costero de M éxico, obedeciendo órdenes de su médico. C om o no podía dorm ir tras recibir una llam ada urgente de la oficina la prim era m añana, fue dan do un paseo hasta el muelle p ara tom ar el aire. Una pequeña barca con un úni­ co pescador acababa de atracar. Dentro había varios atunes de aleta am arilla de gran tam año. El estadounidense felicitó al m exicano por la calidad de su pescado. — ¿C uánto ha tard ad o en cogerlos? — preguntó. — Sólo un ratito — contestó el m exicano en un inglés sor­ prendentemente fluido. — ¿Por qué no se queda m ás tiem po y pesca m ás? — siguió el estadounidense. —Tengo suficiente para mantener a mi familia y dar algunos a amigos — dijo el m exicano mientras los pasaba a una cesta. — Pero... ¿qué hace el resto del tiem po? El m exicano le m iró y sonrió. — M e levanto tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, me echo la siesta con mi m ujer, Ju lia, y voy al pueblo todas las noches dando un p aseo, donde bebo vino y toco la guitarra con mis am igos. Tengo una vida plena y ocupada, señor. El estadounidense se rió alzándose cuan alto era. — Señor, soy licenciado en adm inistración de em presas por H arvard y puedo ayudarle. Debería p asar m ás tiem po pescando y, con las ganancias, com prar una barca m ás gran­ de. En poco tiem po, podría com prarse varias barcas al ser 3M

m ayor la redada. Con el tiem po tendría una flota de barcos de pesca. En lugar de vender lo que faene a un intermediario, lo vendería directamente al consum idor, hasta abrir su propia enlatadora. Entonces tanto la adquisición del producto com o el procesam iento y la distribución estarían en sus manos. »Tendría que m archarse de esta pequeña aldea costera de pescadores, claro, y m udarse a C iudad de M éxico, luego a L o s Ángeles y m ás tarde a N ueva York, desde donde dirigiría su em presa en expansión con un equipo directivo en condi­ ciones. El pescador m exicano le preguntó: — Pero señor, ¿cuánto tiem po llevará todo eso? A lo que el estadounidense respondió: — Quince o 2 0 años. C om o m ucho 25. — ¿Pero luego qué, señor? El estadounidense se rió y le dijo: — E so es lo m ejor. C uando llegue el m om ento, anunciaría su salida a bolsa y vendería sus acciones al público, hacién­ dose muy rico. G anaría millones. — ¿M illones, señor? ¿Y luego qué? — Luego se jubilaría y se m udaría a un pequeño pueblecito costero, donde se levantaría tarde, pescaría un poco, ju ga­ ría con sus h ijos, se echaría la siesta con su m ujer, Ju lia, e iría al pueblo todas las noches dando un paseo, para beber vino y tocar la guitarra con sus am igos... H ace poco alm orcé en San Francisco con un buen am igo m ío que fue m i com pañero de habitación en la universidad. Pron­ to term inará sus estudios en una prestigiosa escuela de nego­ cios p ara volver a la banca de inversiones. Lleva fatal lo de volver a casa todos los días a las 12 de la noche, pero me explicó que si trab ajab a 80 horas por sem ana durante nueve años, ascendería a director gerente y ganaría entre 3 y 10 m i­ llones de dólares al año, lo que m olaba un montón. Entonces habría triunfado. 32-5

— T ío, ¿pero qué dem onios vas a hacer con 3 o 10 m illo­ nes al año? — le pregunté. Respuesta: — H aría un largo viaje a T ailandia. Esto resume perfectamente uno de los m ayores autoengaños de nuestra época: que viajar largos períodos por el mundo está reservado exclusivamente a los m egarricos. Tam bién he escuchado lo siguiente: — Sólo voy a trabajar en el bufete 15 años. Luego seré socio y podré invertir menos horas. C uando tenga un millón en el banco, lo pondré en algo seguro, com o bonos, que me darán unos 8 0 .0 0 0 dólares al añ o de intereses y me jubilaré para navegar por el Caribe. — Sólo trab ajaré com o consultor h asta los 35, luego me jubilaré y recorreré China en m oto. Si tu sueño, el cuerno de oro que se esconde al final del arco iris de tu vida profesional, es vivir a lo grande en Tailandia, navegar p or el Caribe o recorrer China en m oto, ¿sabes qué? L as tres cosas pueden hacerse por m enos de 3.000 dólares. Y o he hecho las tres. A quí van dos ejem plos de cuánto puede dar de sí un poquito de guita.68 2 5 0 dólares E E .U U .: Cinco días en una isla tropical privada perteneciente al instituto de investigación Sm ithsonian con tres pescadores locales que atraparon y cocinaron toda mi com ida y adem ás me llevaron a los m ejores y escondidos lugares de Panam á para bucear.

68. Las cifras en dólares que aparecen en este capítulo se refieren todas al período inmediatamente posterior a la reelección del presidente Bush en 2004, que se corresponden con el tipo de cambio menos ventajoso del dólar de los últimos 20 años.

3 2 .6

150 dólares E E .U U .: Tres días de alquiler de un avión priva­ do en M endoza, la provincia vinícola de Argentina; sobrevo­ lar ios viñedos m ás herm osos que te imagines, situados alre­ dedor de los Andes nevados, con un guía particular. Pregunta: ¿en qué te gastaste tus últimos 4 0 0 dólares? Sue­ le ser en dos o tres fines de sem ana de chorradas y despilfarro para olvidar la sem ana de trabajo en casi todas las ciudades de EE.UU . 4 0 0 dólares no es nada a cam bio de ocho días completos de experiencias que te cam bian la vida. Pero ocho días no es lo que recom iendo. E so sólo eran intermedios de una superproducción m ucho m ás larga. Te estoy proponiendo m ucho, mucho m ás. El nacim iento de las m inijubilaciones y la muerte de las vaca­ ciones «L a vida es más que acelerarla.» M OHAN DAS GANDHI

En febrero de 2 0 0 4 estaba agobiad o de trabajo y deprimidísimo. M i novelería p or viajar empezó con planes de visitar C o s­ ta R ica en m arzo de 2 0 0 4 p ara quedarm e cu atro sem anas aprendiendo español y relajándom e. N ecesitaba recargar las pilas y cu atro sem anas me pareció «razo n ab le», si es que existe algún disparatado barem o para evaluar algo así. Un am igo que conocía Am érica Central me señaló debi­ dam ente que n o p o d ía salir bien, p orq u e en C o sta R ica la estación lluviosa estaba a punto de em pezar. M e dio la im presión de que los ch aparrones torrenciales no iban a levantarm e el ánim o, así que trasladé mi objetivo a cuatro sem anas en España. C ruzar el charco no es m oco de pavo y España estaba m ás cerca de otros países que siempre había querido ver. Por aquel entonces lo «razon able» se fue al tras­ te y decidí que me merecía tres meses com pletos para explo­ 3¿7

rar m is raíces p o r E scan din avia después de estar cuatro sem anas en España. Si de verdad había alguna bom ba en tiem po real o desas­ tres que tuviesen que producirse, se m anifestarían en las pri­ m eras cuatro sem anas, así que no h abía ningún riesgo adi­ cional en a la rg ar mi viaje h asta convertirlo en tres meses. Tres m eses sería estupendo. Esos tres m eses se convirtieron en 15. Entonces empecé a preguntarm e: «¿P or qué no coger la típica jubilación que dura 2 0 o 30 años y redistribuirla intercalada a lo largo de la vida en lugar de guardarla tod a p ara el fin al?». L a alternativa a los viajes atracón «G racias al sistema interestatal de autopistas, ahora es posi­ ble viajar de costa a costa sin ver nada.» c h a r i . e s k u r a l t , reportero de la CBS

Si estás acostum brado a trab ajar 50 sem anas al añ o, incluso después de crear la m ovilidad necesaria p ara hacer viajes largos, seguram ente te volverás loco y querrás ver 10 países en 14 días p ara terminar hecho una piltrafa. Es com o llevar a un perro m uerto de ham bre a un bufé libre. Com erá hasta morirse. Eso m ism o hice yo los tres prim eros m eses de los 15 que estuve buscando en p o s de mi visión; pasé por siete países, llegué y salí de al m enos 2 0 hoteles con un am igo que había negociado tres sem anas de vacaciones. El viaje fue una p asa­ da repleta de adrenalina, pero sim ilar a ver la vida p a sa r a doble velocidad. N o s resultaba difícil recordar qué había p asad o en qué países (excepto en Á m sterdam ),69 am bos está­ bam os m areados casi todo el tiem po y nos fastidiab a tener 69. Me refiero, por supuesto, a los increíbles paseos en bicicleta y a su aclamada repostería.

328

que irnos de algunos sitios simplemente porque los billetes de avión prepagados eran para una fecha. Recom iendo que hagas exactam ente lo contrario. L a alternativa a los viajes atracón — minijubilación— con­ lleva m udarte a vivir a un lugar de uno a seis meses antes de volver a casa o trasladarte a otro sitio. Son las antivacaciones en el sentido m ás positivo. Aunque pueden ser relajantes, el propósito de las m inijubilaciones no es huir de tu vida sino reexam inarla: partir de una hoja en blanco. Después de elimi­ nar y autom atizar, ¿de qué vas a escapar? M ás que tratar de ver el m undo a través de fotos de m omentos o estam pas que creiste m em orables, m ientras vas de un hotel extranjero a otro, aunque te parezcan casi iguales, lo que buscam os es experim entarlo a una velocidad que le perm ita cam biarnos. Esto tam bién es diferente de tom arse un año sabático. Los años sabáticos suelen verse de form a parecida a la jubilación: algo que p asa una vez. Saboréalo ahora mientras puedes. La m inijubilación es por definición recurrente, es una form a de vida. Actualm ente me cojo tres o cuatro minijubilaciones al año y conozco a docenas de personas que hacen lo m ism o. A veces, estas estancias me llevan por todo el m undo; a m enu­ do, me llevan a la vuelta de la esquina — Yosem ite, T ahoe, Carm el— , aunque a un m undo psicológicam ente distinto, donde las reuniones, los correos electrónicos y las llam adas telefónicas no existen durante un tiempo. Purgar los dem onios: la libertad emocional «Ahí radica precisamente la perfección de un hombre, en descubrir su propia imperfección.» S A N A G U S T ÍN (354-430 d.C.)

Ser realmente libre consiste en m ucho m ás que en disponer de suficientes ingresos y tiem po p ara hacer lo que te dé la gana. Es m uy posible — de hecho, es la regla y no la excep­ 32-9

ción— tener libertad en tiem po y dinero pero perm anecer atrap ad o en la lucha agónica que supone la vida m oderna. Uno no puede liberarse del estrés im puesto p o r una cultura obsesion ada por la velocidad y el tam año hasta dejar atrás sus adicciones m aterialistas, la m entalidad ham brienta de tiem po y los im pulsos com petitivos que las originaron. Esto lleva tiempo. El efecto no es acumulativo; por m ás pa­ quetes turísticos deficientes de dos semanas70 en los que te embar­ ques, nunca sustituirán a un prolongado paseo lejos de todo.71 Según cuentan quienes he entrevistado, se tardan dos o tres m eses en desconectar de hábitos obsoletos y darse cuen­ ta de lo m ucho que nos distraem os con el m ovim iento cons­ tante. ¿Puedes estar dos horas cenando con am igos españoles sin im pacientarte? ¿Puedes acostum brarte a un pueblecito pequeño donde todos los com ercios hacen la siesta dos horas después de com er y luego cierran a las 4? Si no, tienes que preguntarte por qué. Aprende a reducir el ritmo. Piérdete aposta. Observa cóm o te juzgas a ti y a quienes te rodean. Q uizá lleves m ucho tiem ­ po sin hacerlo. T óm ate al m enos dos meses para desadquirir costum bres trasnochadas y redescubrirte sin el recordatorio del vuelo de vuelta cerniéndose sobre ti. T u dinero en la práctica: lo m ejor está por llegar El argum ento económ ico a favor de las m inijubilaciones es la guinda que corona el pastel. Cuatro días en un hotel decente o una semana para dos en 70. En inglés: deficiente (too weak) suena igual que dos semanas (two week). Este juego de palabras lo acuñó el periodista Joel Stein del LA Times. 71. N o faltaba más. Adelante, hazte un viaje de celebración postofi­ cina y vuélvete loco unas cuantas semanas. Vaya si lo hice. Fue la repera. Ibiza y pulseras fluorescentes: allá voy. Tómate tu absenta y bebe mucha agua. Después de eso, siéntate y planifica una minijubilación de verdad.

330

un bonito albergue cuesta lo m ismo que un mes en un aparta­ mento pijo. Si te mudas, los gastos en el extranjero empiezan a sustituir — a menudo a un coste mucho menor— los recibos que puedes dar de baja en tu país. Aquí te pongo algunas cifras mensuales reales correspondientes a viajes que he hecho hace poco. Destaco algunas cantidades de Sudamérica y Europa para demostrar que los límites del lujo los impone tu creatividad y tu conocimiento de las condiciones del lugar donde te encuentres, no la devaluación bruta de las divisas de países del tercer mun­ do. Viéndolas queda claro que no sobreviví a pan y agua ni mendigando — he vivido com o un m aharajá— y am bas estan­ cias podrían haber costado menos de la mitad de lo que yo me gasté. M i meta era divertirme y no la supervivencia austera. Billetes de avión

G ratis, cortesía de la tarjeta oro de Am erican E xpress y la MasterCard de Chase Continental Airlines.72 Alojam iento

• Ático en Buenos Aires en el equivalente de la Quinta Ave­ nida de N u eva Y ork. Incluidos en el precio: asisten tas, guardas de seguridad, teléfono, luz e internet de alta velo­ cidad: 550 dólares estadounidenses al mes. 72. Las musas exigen poco mantenimiento pero suelen ser caras en una o dos áreas estratégicas: fabricación y publicidad. Busca proveedores de ambas cosas que acepten pagos con tarjeta de crédito y negocia esto al prin­ cipio, si fuera necesario, diciendo: «No voy a intentar negociar para que me bajen el precio; prefiero pedirles simplemente que acepten que les pague con tarjeta de crédito. Si lo hacen, les escogeré a ustedes en lugar de ai Competi­ dor X ». Éste es un ejemplo más de «oferta en firme», no una pregunta, que te pone en una posición de fuerza al negociar. En www.fourhourblog.com te explico detalladamente cómo multiplico puntos para viajar sirviéndome de conceptos como «montar a caballito» y «reciclar». 331

• Enorm e piso en el distrito de m oda Prenzlauerberg de Ber­ lín, muy parecido al Soho. T eléfono y luz incluidos: 300 dólares al mes. Com idas

® Com idas dos veces al día en restaurantes de cuatro o cinco tenedores en Buenos Aires: 10 dólares (300 dólares al mes). • Berlín: 18 dólares (540 dólares al mes). Diversión

® M esa VIP y cham pán ilim itado p ara ocho en la discoteca del m om ento, O pera Bay, en Buenos Aires: 150 dólares (1 8 ,7 5 p o r persona x cuatro visitas al m es = 75 dólares estadounidenses al mes por persona). ® Entrada, copas y baile en las discos m ás de m oda de Berlín O ccidental: 2 0 d ólares estadoun iden ses p o r p ersona y noche x 4 = 80 dólares al mes. Clases

• D o s h oras diarias de clases particulares de español en Bue­ nos Aires, cinco veces por sem ana: 5 dólares la hora x 40 ho­ ras al m es = 2 0 0 dólares al mes. ® D os horas diárias de clases privadas de tan go con dos bai­ larines profesion ales de talla m undial: 8,33 dólares por hora x 4 0 horas al mes = 3 3 3 ,2 0 dólares al mes. ® Cuatro horas diarias de clases de alem án en una escuela de prim era en la N ollendorfplatz, de Berlín: 175 dólares al mes, que se hubiesen pagado solos aunque no hubiese asis­ tido, pues la tarjeta de estudiante me daba derecho a m ás de un 4 0 % de descuento en todos los medios de transporte. ® Seis horas p or sem ana de entrenamiento en artes m arciales varias en la m ejor academ ia berlinesa: gratis a cam bio de d ar clases en inglés dos horas p or sem ana. 332-

Transporte • Pase m ensual p ara el m etro y carreras diarias en taxi para ir y venir a clases de tango en Buenos Aires: 75 dólares al mes. ® Pase m ensual de m etro, tranvía y autobús en Berlín con descuento de estudiante: 85 dólares al mes. T otal p o r cuatro sem anas de vivir a todo trapo

® Buenos Aires: 1 .533,20 dólares, incluido el billete de avión de ida y vuelta desde el aeropuerto JF K , p aran do un mes en Panam á. C asi una tercera parte corresponde a clases diarias p articu lares con p rofesores extrao rd in arios de español y tango. ® Berlín: 1.1 8 0 dólares, incluido el billete de avión de ida y vuelta desde el aeropuerto JF K , y una escala de una sem a­ na en Londres. ¿C óm o se quedan estas cantidades com paradas con tus g a s­ tos m ensuales actuales en ca sa, incluyendo alquiler, seguro del coche, g asto s de la casa, dinero de bolsillo los fines de sem ana, salir de m archa, transporte público, gasolina, cuo­ tas varias, suscripciones, com ida, etcétera? Súm alo todo y a lo m ejor llegas a la conclusión, com o hice yo, de que viajan­ do por el m undo y pasán dotelo bom ba puedes ahorrar un m ontón de dinero.

El factor m iedo: vencer las excusas p ara no viajar «¡V iajar arruina toda felicidad posible! ¿Cóm o vas a mirar un edificio aquí después de ver Italia?» f a n n y b u r n e y (1752-1840), novelista inglesa

333

«Pero cengo un hogar y unos hijos. ¡N o puedo viajar! ¿Qué hay del seguro de salud? ¿Y si pasa algo? ¿V iajar no es peli­ groso? ¿Y si me secuestran o me atracan? Pero soy mujer: viajar sola sería peligroso.»

C asi to d as las excusas p ara no viajar son exactam ente eso: excusas. Y o he p asad o p or lo m ism o, así que éste no es un serm ón de santo p ara pecadores. Sé m uy bien que es m ás fácil vivir con uno m ism o si se aduce una causa externa para no hacer algo. D esde entonces he conocido a p arapléjicos y a sordos, a gente m ayor y a m adres solteras, a ciudadanos con casa p ro ­ pia y a pobres, y todos ellos han buscado y encontrado exce­ lentes razones, com o que te cam bia la vida, p ara darse por épocas a la vida nóm ada en íugar de solazarse en el m illón de pequeñas razones p ara rechazarla. En el ap artad o de P y A se incluye la m ayoría de las pre­ ocupaciones expresadas ai principio, pero una en particular requiere un poco de calm ante preventivo p ara los nervios. Son las 10 de la noche. ¿Sabes dónde están tus h ijo s f

El principal m iedo de tod os los padres antes de em barcarse en su prim er viaje al extranjero es que un hijo se les extravíe por el cam ino. Las buenas noticias son que si estás tranquilo llevando a tus hijos a N ueva Y ork, San Francisco, W ashing­ ton D .C . o Londres, tienes m enos de qué preocuparte en las ciudades que recom iendo com o m ejores para em pezar en las P y A. H ay m enos arm as y delitos violentos en todas ellas que en las ciudades m ás grandes de E stados U nidos. L a p ro ­ babilidad de encontrar problem as disminuye aún m ás cuan­ do viajar consiste en m enos aeropuertos y saltar de hotel en hotel rodeados de extraños y m ás en m udarse a una segunda vivienda: una m inijubilación. En cualquier caso, ¿y si ocurre? 334

Jen Errico, una m adre soltera que llevó a sus dos hijos a un viaje de cinco m eses por el m undo, tenía un m iedo m ás agudo que ningún otro, un m iedo que solía despertarla a las dos de la m adrugada, envuelta en un sudor frío: ¿y si algo me ocurriera a m í? Q uería preparar a los niños para lo peor pero tam poco quería asustarles, así que — com o todas las buenas m adres— lo convirtió en un juego: «¿Q uién puede memorizar m ejor los itinerarios, las direcciones de los hoteles y el núm ero de teléfono de m am á ?». Tenía contactos de em er­ gencia en cad a p aís, cuyos núm eros estaban grab ados en la m em oria de m arcación rápida de su móvil, con itinerancia en todo el m undo. Al final, no p asó nada. A hora planea m udarse a un chalet de esquí en Europa y m andar a los niños a un colegio en la Francia plurilingüe. Éxito llam a al éxito. El lugar que m ás tem or le inspiraba era Singapur y, m iran­ do hacia atrás, fue donde tenía m enos razones p ara preocu­ parse (se llevó a los niños a Sudáfrica, entre otros lugares). Tenía m iedo porque era la prim era parad a y no estaba acos­ tum brada a viajar con los niños. Era su percepción de la realidad, no la realidad en sí. A R obin M alinsky-Rum m ell, que se p asó un año viajando por Sudáfrica con su m arido y su hijo de siete años, su fam i­ lia y am igos la previnieron en contra de ir a Argentina tras las revueltas p rovocadas p or la devaluación de su m oneda en 2001. Se docum entó, decidió que no había razón p ara asu s­ tarse y procedió a pasárselo com o nunca en la Patagonia. Cuando le contó a los lugareños que era de N ueva York, se les abrieron los ojos com o platos y se quedaron boquiabier­ tos: «¡V i por la tele cóm o esos edificios saltaban p or los aires! ¡En la vida podría ir a un sitio tan p eligroso!». N o des por sentado que el extranjero es m ás peligroso que tu ciudad. L a m ayoría de los sitios no lo son. Robin está convencida, igual que yo, de que la gente esgri­ me a los niños com o excusa p ara no salir de su zona de com o­ 335

didad. Es un pretexto p ara no hacer algo aventurero. ¿Cóm o vencer el m iedo? Robin recom ienda dos cosas: 1. Antes de em barcarte en un largo viaje por el extranjero con tus hijos por prim era vez, haz una prueba de unas cuan­ tas sem anas. 2. En cada p arad a, program a una sem ana de clases de idio­ m as que empiece en cuanto llegues y aprovecha el transporte del aeropuerto, si lo hay. El personal de la escuela muchas veces se ocupará de alquilarte un piso y de esa form a podrás hacer am igos y conocer la zona antes de em pezar a funcionar por tu cuenta. Pero ¿qué p asa si lo que te preocupa no es tanto perder a tus niños sino perder tu cordura por culpa de tus hijos? V arias fam ilias que entrevisté para este libro me aconse­ jaron el m étodo de persuasión m ás antiguo conocido por la hum anidad: el chantaje. Se da a cada niño una cantidad de dinero im aginario, digam os de 2 5 a 50 centavos, por cada hora que se porte bien. L a m ism a cantidad se sustrae de sus cuentas por quebrantar las norm as. T o d as las com pras rela­ cion ad as con diversiones — recuerdos, helados y dem ás— saldrán de sus p ropias cuentas personales. Si no hay saldo, no hay chuches. Esto suele requerir m ás autocontrol por parte de los padres que de los hijos.

( n n u i c m is i-u u ir (lililíe s i k .n ic in un

Sí) s i ) " .,

iim s

li.ir jin

Este libro no trata de cóm o viajar por poco dinero. C asi tod as las recom endaciones que aparecen en esas g u ías están, escritas p en san d o en ios viajes atracón. A alguien que se em barca en una m inijubilación, pagar 150 dólares m ás por viajar m ás tranquilo y am ortizarlos

336

en dos m eses le sale m ejor que 20 horas m anipulando puntos de pasajero frecuente en una línea aérea descono­ cida o a la caza de gan gas cuestionables. Después de buscar durante dos sem anas, una vez com ­ pré un billete de ida en lista de espera para Europa por 120 dólares. Llegué al JF K exultante de entusiasm o y confianza en mí m ism o — ¡m ira todos esos idiotas que han p agad o el precio n orm al!— y el 9 0 % de las aerolí­ neas «participantes» rechazaron mi billete. L as que no, no tenían plazas durante sem anas. Term i­ né quedándom e en un hotel dos noches apoquinando 300 d ólares, pon ien do una reclam ación a A m erican Express y al final llam ando a la línea gratuita 1-800-FLYEUROPK desde el JF K muerto del asco. M e com pré un billete de ida y vuelta a Londres con Virgin Atlantic por 3 0 0 dólares y salí una hora después. Ese m ism o billete habría costado 700 dólares una sem a­ na antes. D espués de viajar a 2 5 países, he recopilado unas cuan tas y sencillas estrategias que te consiguen el 90% del posible ahorro sin perder el tiem po ni granjear­ te una m igraña. 1. Paga con tarjetas de crédito que ve recom pensan con. puntos los grandes g asto s de publicidad y fabrica­ ción de tu m usa. N o me g asto m ás dinero p ara que otras cosas me salgan tiradas: estos costes son inevitables, así que les saco partido. Esto sólo me consigue un billete de ida y vuelta al extranjero gratis cada tres meses. 2. C om pra billetes con mucha antelación (tres meses o más) o en el últim o m inuto e intenta que la ida y la vuelta caigan de m artes a jueves. M e aburre planificar viajes a largo plazo y puede salir caro si los planes cam ­ bian, así que opto por com prar todos los billetes en los

33 7

últim os cuatro o cinco días antes del día de partida. El valor de los asientos vacíos es 0 en cuanto el vuelo des­ pega, así que los billetes de último m inuto son baratos. Vete prim ero a O rbitz (w w w .orbitz.coin). C oge las fechas de partida y llegada un m artes, un m iércoles o un jueves. I.uego m ira los precios de días alternativos (tres antes y tres después de cada fecha). A partir de la fecha de salida m ás barata, busca la m ás económ ica de vuelta hasta d ar con la com binación m ás barata. C om para este precio con las tarifas que aparezcan en la web de la pro­ pia línea aérea. Luego puja en www.priceline.com por el 5 0 % del m ejor de los dos, increm entando de 50 en. 50 dólares hasta que consigas un precio m ás bajo y te des cuenta de que os imposible. 3. Plantéate com prar un billete a un gran aeropuerto internacional y luego otro con una aerolínea local barata desde allí. Si voy a E u ropa, generalm ente com pro tres billetes. LJno gratis con Southw est (transfiriendo puntos de mi A M E X ) desde C alifornia al JF K , el billete m ás barato que encuentre a H eathrow en Londres y luego uno tira­ dísim o de precio con R yanair o E asyjet hasta mi destino final. fíe llegado a p agar 10 dólares p ara ¡r de Londres a Berlín o de Londres a España. N o es una errata. L as aero­ líneas locales m uchas veces ofrecen plazas en aviones por lo que les cuestan las tasas y la gasolina. Para destinos en Sudam érica o Centroam érica, suelo m irar vuelos locales desde Panam á o internacionales des­ de Mianvi.

338

Cuando m ás es m enos: abrirse cam ino entre tanto trasto «L os seres humanos tienen capacidad para aprender a que­ rer casi cualquier objeto material que la mente pueda conce­ bir. Al emerger, pues, una cultura industrial moderna capaz de producir casi cualquier cosa, ¡el momento es idóneo para abrir las puertas del almacén de las necesidades infinitas!... Es la moderna caja de Pandora y sus plagas sueltas se cier­ nen sobre el mundo.» JULES H E N R Y

«Ser libre, ser feliz y productivo sólo puede conseguirse sa­ crificando muchas cosas corrientes, aunque sobreestimadas.» ROBERT HENRI

Conozco al hijo de un decam illonario, am igo personal de Bill G ates, que se dedica ahora a adm inistrar inversiones y ran­ chos de particulares. H a acum ulado un surtido de preciosas casas a lo largo de la última década, cada una con cocineros, sirvientes, lim piadores y personal auxiliar a tiem po com ple­ to. ¿Qué le parece tener una casa en cada huso horario? ¡Es un coñazo! Siente que es él quien trabaja p ara sus em plea­ dos, que p asan m ás tiem po en sus casas que él. La vida nóm ada es la excusa perfecta para revertir el daño infligido por años de consumir todo lo que te podías permitir. Es hora de deshacerte de toda la basura disfrazada de necesi­ dades antes de terminar arrastrando un juego de cinco m ale­ tas Sam sonite por el m undo. Eso es el infierno en la tierra. N o te voy a decir que vayas por ahí en bata y sandalias m irando con el ceño fruncido a los que tienen tele. M e repatea todo ese rollo de «soy un santo ecolobiom acrobiótico mascador de barritas integrales». N o es mi intención convertirte en un escriba carente de posesiones, pero enfrentémonos a la ver­ dad: hay m ontones de cosas en tu casa y en tu vida que no utilizas, no necesitas y ni siquiera deseas dem asiado. Llegaron a tu vida escondidas en un torrente im parable de desechos y 339

fruslerías que nunca encontraron la salida que debieron. T an ­ to si te das cuenta com o si no, esta m ontaña de basura genera indecisión y distracciones, consum e tu atención y dificulta sobrem anera alcanzar la felicidad sin grilletes. Es imposible darse cuenta de lo que distrae toda esa porquería —ya sean m uñecas de porcelana, coches deportivos o cam isetas raídas— hasta que te deshaces de ella. Antes de mi viaje de 15 meses, me agobiaba pensar en cóm o iba a encajar todas mis posesio­ nes en un depósito de guardam uebles de 3 x 4 metros. Luego me apercibí de unas cuantas cosas: nunca volvería a leer las revistas de negocios que había guardado; me ponía las m ismas cinco cam isetas y cuatro pares de pantalones el 90% del tiem­ p o; ya iba tocando com prar muebles nuevos y nunca había usado la parrilla de jardín ni los muebles de exterior. Incluso desem barazarm e de cosas que nunca había usado me provocó una especie de cortocircuito capitalista. Era difí­ cil tirar objetos que había considerado en su día lo suficien­ temente valiosos com o p ara destinar dinero a com prarlos. L o s prim eros diez m inutos de clasificar la ropa fueron com o decidir qué hijo de los que tienes debe m orir. Llevaba bastan­ te tiem po sin ejercitar mis m úsculos de «tirar a la b asu ra». M e costó horrores poner ropa bonita regalo de N avidad en la pila del «a d ió s» ; igual de difícil que separarm e de prendas a jad as y raídas de tanto usarlas que conservaba por razones sentimentales. T ra s las prim eras decisiones duras de tom ar, sin em bargo, cogí carrerilla y ya fui com o un tiro. Doné toda la rop a que casi no me pon ía a la beneficencia. T ardé en soltar los muebles menos de 10 horas poniendo anuncios en C raigslist, y aunque me p agaron m enos de la m itad de lo que h abía p a g a d o p o r algun os y n ad a p o r o tro s, ¿a quién le im p ortab a? Les h abía d ad o buen u so y h asta m altratado durante cinco años y me com praría m ás cuando regresase a E stados U nidos. Le regalé la parrilla y los m uebles de exte­ rior a un am igo, que se em ocionó com o un niño con zapatos nuevos. Le había alegrado el mes. M e sentí genial y adem ás 340

tenía 300 dólares en efectivo en el bolsillo que pagarían al m enos algunas sem anas de alquiler en el extranjero. Ahora tenía un 4 0 % m ás de espacio en mi apartam ento y sólo acababa de empezar. L o que m ás notaba no era el espa­ cio físico liberado, sino el espacio mental. Fue com o si antes hubiera tenido 2 0 program as ejecután­ dose en mi mente al m ism o tiem po y, ahora, sólo uno o dos. M i mente estaba m ás clara y yo me sentía m ucho, mucho m ás feliz. Le he preguntado a tod os los trotam undos que he entre­ vistado p ara este libro qué aconsejarían a alguien que inicia­ se un viaje de largo recorrido. L a respuesta ha sido unánime: lleva m enos cosas. El impulso de meter m ontones de cosas en la m aleta es difí­ cil de resistir. L a solución es fijar lo que yo llam o un «fondo para afincarte». En lugar de llevar cosas en previsión de cual­ quier contingencia, me llevo lo mínimo de lo mínimo y asigno 100-300 dólares para com prar cosas cuando liego y mientras viajo. Y a no llevo artículos de aseo ni ropa para m ás de una sem ana. Buscar crem a de afeitar o una cam isa de vestir en otro país puede convertirse por sí m ism o en una aventura. H az la m aleta com o si te fueras una sem ana. A quí tienes lo esencial, en orden de im portancia: 1. R op a p ara un a sem ana, adecuada p ara la época del año. Entre las prendas: una cam isa sem iform al y un p ar de pantalones o una falda p ara p asar la aduana. L a idea es lle­ var cam isetas, un p ar de pantalones cortos y un par de vaque­ ros que sirvan p ara todo. 2. Por seguridad, fotocopias o copias escaneadas de toda la docum entación im portante: seguro sanitario, pasaporte/ visado, tarjetas de crédito y de débito, etc. 3. T arjetas de débito y de crédito y 2 0 0 dólares en billetes pequeños en m oneda local (los cheques de viaje no se acep­ tan en casi ningún sitio y son un lío). 341

4. Pequeño can dado con cable p ara bici para cerrar ia m aleta m ientras estás en tránsito o en albergues. Si lo nece­ sitas, uno pequeño para taquillas. 5. D iccionarios electrónicos p ara los idiom as de los países donde pienses ir (las versiones en libro son dem asiado lentas p ara resultar prácticas m ientras h ablas con alguien) y libros pequeñitos de gram ática o textos. 6. Una guía de viaje generalista. Eso es todo.73 ¿C on mi portátil o sin mi portátil? A no ser que seas escritor o periodista, yo voto por no llevarlo. Es un en­ gorro de cuidado y te distraerá dem asiado. U sar G oT oM yP C para entrar en tu ordenador de casa desde cibercafés ayuda a interiorizar el hábito que querem os adquirir: aprovechar al m áxim o el tiem po en lugar de m atarlo.

I

I iK -u ivian n -

d e l l o r a Pxm.i

ISLA D E BA FFIN , N U N A V U T Jo sh Steinitz74 estab a de pie en el extrem o del m undo contem plando aso m b rad o lo que se m ostraba antes sus ojos. Enterró las botas en los dos metros de hielo m arino y los unicornios bailaron. Diez narvales — prim os poco conocidos de la ballena beluga— subieron a la superficie y apuntaron sus colm i­ llos de dos m etros en espiral hacia los ciclos. Luego, la m anada de ballenas de 1.3 0 0 kilos volvió a sum ergirse en las profundidades. 73. Para ver el vídeo sobre cómo viajar por el mundo con menos de 10 libras, visite www.fourhourblog.com. 74. Fundador de www.nileproject.com.

342

Los narvales son huccadores profundos — en algunos casos a m ás de 900 m etros— , así que Josh tenía por lo m enos 20 m inutos por delante hasta que volvieran a ap a­ recer. Tenía sentido que él estuviese con los narvales. Su nom bre venía del noruego antiguo y hacía referencia a su piel con m anchas blancas y azules. N ábvalr: hom bre cadáver. Sonrió com o lo llevaba haciendo a m enudo los últi­ mos años. El mismo Joh n era un m uerto viviente. IJu año después de terminar la carrera, Jo sh se enteró de que tenía un carcinom a escam oso en la boca: cáncer. Quería ser consultor ele gestión. Quería ser un montón de cosas. De pronto, ninguna tenía im portancia. M enos de la m itad de quienes sufrían de esta ciase concreta de cán­ cer sobrevivían.75 El segador no discrim inaba a nadie y aparecía sin avisar. T uvo claro que el m ayor riesgo de la vida no era equi­ vocarse sino arrepentirse: perderse cosas. N unca podría volver a recuperar añ os que hubiera p asad o haciendo co sas que no le gustaban. D os años después y curado del cáncer, Jo sh inició un largo paseo indefinido por el m undo, costeado escribien­ do artículos com o autónom o. M ás tarde cofundó una página web que proporciona itinerarios a m edida para futuros trotam undos. Su condición de ejecutivo no pudo con su adicción a la m ovilidad. Se sentía tan cóm odo cerrando tratos en los bungalow s suspendidos sobre el agua de Bora-Bora com o en los refugios de m ontaña de los Alpes suizos. Una vez atendió la llam ada de un cliente estando en C am p M uir, en el M onte Rainicr.

75. http://www.usc.edu/hsc/dental/opfs/SC/indexSC.html.

343

El cliente quería confirm ar algunas cifras de ventas y le preguntó a Jo sh qué era ese viento que se oía tras él. Respuesta de Jo sh : «Estoy de pie a 3 .0 0 0 metros de altu­ ra sobre un glaciar y esta tarde el viento sopla tan fuerte que casi nos em puja m ontaña a b a jo ». El cliente dijo que le dejaba volver a lo que estuviese haciendo. O tro cliente llam ó a Jo sh m ientras estaba saliendo de un tem plo balines, así que oyó el sonido de los gongs. El cliente le preguntó que si estab a en la iglesia. Josh. no supo muy bien qué decir. Sólo le salió: « ;S í? » . De regreso con los narvales, a Jo sh le quedan unos m inutos antes de volverse al cam pam ento para no encon­ trarse con osos polares. V einticuatro h oras de luz dan para m uchas co sas que contar a sus am igos que se han quedado en el país de los cubículos. Se sentó en el hielo y sacó de un bolso resistente al agua un telefono vía saté­ lite y un portátil. Em pezó el correo con la frase habitual: «vSé cuánto os repatea ver cóm o me lo paso, pero ¿a que no adivináis dónde estoy?».

P y A: P R E G U N T A S Y A C C IO N E S «Es nefasto saber demasiado antes de partir: el aburrimien­ to invade con la misma rapidez al viajero que conoce la ruta que al novelista que está dem asiado seguro de cuál será el argumento.» paú l th e ro u x

,H ada los confines de la Tierra

Si es la prim era vez que piensas seriamente en lanzarte a la vida móvil y em barcarte en aventuras a largo plazo, ¡cuánto te envidio! D ar el salto p ara entrar en los nuevos m undos que te esperan es com o ascender de pasajero a piloto de tu propia vida. El grueso de estas P y A se centrará en los pasos concretos 344

que tendrás que dar —y la cuenta atrás por la que te puedes guiar— para prepararte para tu primera minijubilación. Cuan­ do ya hayas hecho un viaje, la m ayoría de los pasos pueden eliminarse o condensarse. Algunos son cosas que hay que hacer una vez, así que las siguientes minijubilaciones exigirán un m áximo de dos o tres semanas de preparativos. Ahora me lleva tres tardes. Coge papel y lápiz: esto va a ser divertido. 1. Pon p o r escrito exactam ente de qué activos y dinero líqui­ do dispones. Extiende dos folios sobre la m esa. En uno anota todos los activos con sus correspondientes valores: cuentas b an cadas, planes de pensiones, títulos, bonos, casa y demás. En la otra, haz una línea en el centro m ás o m enos y apun ta todo el dinero que entra (sueldo, ingresos de la m usa, rentas de inversiones, etc.) y gastos (hipoteca, alquiler, letras del coche, etc.). ¿Q ué puedes elim inar que no uses casi nunca, que te produce estrés o te distrae sin crear mucho valor? 2. Escribe todo lo que te asu sta de m inijubilarte un año en un lugar de ensueño en Europa. G uíate p o r las preguntas del C ap ítu lo 3 p ara evaluar tus m iedos m ás terribles, lo peor que podría p asar y sopesa las consecuencias potenciales reales. Salvo en casos excepcio­ nales, casi to d a s se pod rán evitar y las dem ás serán rever­ sibles. 3. Escoge un lugar donde m inijubilarte. ¿Por dónde empe­ zar? Ésta es la gran pregunta. H ay dos opciones por las que yo abogo: a. Elige un punto de partida y, a partir de ahí, muévete sin rum bo fijo hasta que encuentres tu segundo hogar. Esto es lo 345

que yo hice cuando cogí aquel billete sólo de ida a Londres. V agabundeé por Europa hasta que me enam oré de Berlín, donde me quedé tres meses. b. E xp lora una zona y luego afíncate donde m ás te guste. Esto es lo que hice haciendo un recorrido por Am érica Cen­ tral y del Sur. Ahí me pasé de una a cuatro sem anas en dis­ tintas ciudades, después de lo cu al regresé a m i favorita — Buenos Aires— para asentarm e durante seis meses. Es posible hacer una m inijubilación en tu propio país, pero el efecto transform ador se debilita porque estás rodeado de gente que continúa arrastrando el m ism o bagaje vital refor­ zado por la sociedad. M i consejo es escoger un lugar en el extranjero que te parezca extraño sin ser peligroso. Y o boxeo, corro en m oto y h ago todo tipo de co sas m uy «de h om bres», pero a las favelas,76 a civiles con am etralladoras, peatones con m ache­ tes y revueltas sociales no me acerco. Lo barato es bueno, pero los agujeros de bala son m alos. R epasa las advertencias a viajeros del D epartam ento de Esta­ do de E stados U nidos antes de coger tus billetes (http://travel.state.gov). A quí tienes algunos de mis puntos de partida favoritos. Escoge otros si te apetece. Subrayo aquellos donde los d óla­ res dan m ás de sí: A rgentina (Buenos Aires, C órdoba), China (Shanghai, H ong K ong, T aipei), Ja p ó n (Tokio, O sak a), Inglaterra (Londres), Irlanda (G alw ay), T ailandia (Bangkok, Chiang M ai), A lem a­ nia (Berlín. M unich), N oru ega (O slo), A ustralia (Sidney), N ueva Z elanda (Q ueenstown), Italia (R om a, M ilán, Floren­ cia) y H olan da (Amsterdam). En todos estos sitios es posible vivir bien gastan do poco. Y o gasto m enos en T ok io que en 76. Poblados chabolistas de Brasil. La película Ciudad de Dios (Cidade de Deus) te ofrece una idea de lo divertidos que son.

34¿

C alifornia porque lo conozco bien. En casi todas las ciuda­ des pueden encontrarse barrios de m od a, recientemente aburguesados, bohem ios y habitados por artistas, parecidos al Brooklyn de hace 10 años. El único sitio donde no consigo encontrar un lugar para alm orzar decentemente por menos de 20 dólares es Londres. A quí van algunos lugares exóticos que no recom iendo a los trotam undos vírgenes: todos los países de Á frica, Oriente M edio , o Am érica Central o del Sur (exceptuando C osta Rica y Argentina). C iudad de M éxico y la frontera m exicana son tam bién un poco dem asiado proclives a los secuestros para estar en mi lista de zonas favoritas. 4. Prepárate p ara el viaje. É sta es la cuenta atrás. Tres meses antes: elimina

A costúm brate al m inim alism o antes de la partida. Éstas son las preguntas que hacerte para después actuar, aunque nunca llegues a pensar en irte: ¿qué 2 0 % de m is pertenencias utilizo el 80% del tiem po? Elim ina el 80% restante de ropa, revis­ tas, libros y todo lo dem ás. Sé despiadado: siempre puedes volver a com prar algo si no puedes vivir sin ello. ¿Q ué pertenencias me agobian? L a razón puede ser lo que cuesta m antenerlas (dinero y energía), seguros, gastos m en­ suales, consum o de tiem po o distracción. Suprime, suprime y suprim e. Si vendes algunos objetos caros, con eso podrías financiar buena parte de tu m inijubilación. N o descartes la casa y el coche. Siem pre puedes volver a com prarlos a tu vuelta, m uchas veces sin perder dinero. Com prueba que tu seguro de salud actual cubre viajes al extranjero durante largos períodos. Ponte en m archa para alquilar o vender tu casa — alquilar es lo que m ás aconsejan los trotam undos en serie— o cancela el contrato y lleva todas tus co sas a un guardam uebles. En tod os los casos, cuando 34 7

aparezcan las d udas, pregúntate: «Si me estuvieran apuntan­ do con una pistola a la cabeza y tuviera que hacerlo, ¿cóm o lo h aría?». N o es tan difícil com o crees. D o s m eses an tes : autom atiza

D espués de elim inar lo que so b ra, ponte en con tacto con em presas (incluidos proveedores) que te facturen periódica­ mente y establece p ago s autom áticos con tarjetas de crédito que recom pensan con puntos. Si les dices que estarás viajan­ do durante un año norm alm ente les convence p ara aceptar tarjetas de crédito. L o prefieren a tener que perseguirte por el m undo com o si fueras Willy Fogg. Para las em presas de tarjetas de crédito y otras que se nieguen a facturar así, autom atiza los débitos de tu cuenta corriente. Consigue claves p ara acceder a tu banco y realizar operaciones por internet, incluido p agar recibos. M on ta un sistem a p ara pagar por internet a todas las em presas que no acepten tarjetas de crédito o te debiten los cobros autom áti­ cam ente. Prevé que estos p ago s serán 15-20 dólares m ás caros si se trata de recibos de tu casa y otros g astos variables. Ese dinero de m ás cubrirá com isiones varias, evitará pesados problem as con los cobros que te harían perder el tiem po y aum entará tu saldo. Anula el envío de extractos bancarios y de tarjetas p o r correo norm al. Solicita al banco tarjetas de crédito p ara todas tus cuentas corrientes — generalmente una será p ara negocios y la otra person al— y fija la cantidad límite para anticipos de efectivo a 0 p ara reducir ai mínimo el riesgo de robo. D ejas estas tarjetas en casa: sólo son para protegerte en caso de emergencia frente a descubiertos. Dale un poder notarial a un fam iliar en el que confíes o a tu contable,77 que confiera a esa persona autoridad para fir­ 77. Éste es un paso serio para el que debes considerar únicamente a personas en quienes confíes. En este caso, resulta útil porque tu contable

348

m ar docum entos (declaraciones de im puestos y cheques, por ejem plo) en tu nom bre. N a d a fastid ia la diversión en el extranjero m ás rápido que tener que firm ar docum entos ori­ ginales cuando no se aceptan faxes. Un mes antes

H abla con el director de tu oficina de correos local para que envíe todo lo que te llegue a un am igo,78 a alguien de la familia o a tu ayudante personal, a quien pagarás 100-200 dólares al mes para escribirte en un correo electrónico descripciones bre­ ves de todo el correo que no sea basura todos los lunes. Ponte todas las vacunas e inmunízate contra todo lo acon­ sejado para el país o zona a la que te dirijas. Pregunta en los C en tros de Prevención y E rradicación de Enferm edades (w w w.cdc.gov/travel/). Recuerda que a veces para pasar por aduanas en el extranjero te pedirán pruebas de estar vacuna­ do. Abre una cuenta de prueba en G oToM yPC o un progra­ m a sim ilar de acceso a distancia y haz un sim ulacro para asegurarte de que la tecnología no te falle.79 Si los m ayoristas (o distribuidores) todavía te m andan cheques — a estas alturas la em presa de distribución y reco­ gidas debería ocuparse de los cheques— haz una de estas tres co sas: dale al m ayorista d atos bancarios p ara que te haga depósitos directamente (ideal), pide a la casa de distribución puede firmar declaraciones de impuestos o cheques en tu nombre en lugar de perder horas y días de tu tiempo trasteando con faxes, escáneres y man­ dando documentos al extranjero por mensajería, que sale muy caro. 78. También existen servicios como www.earthclassmail.com que con­ vertirá todos tus e-mails, escáners y correos basura en pdf. 79. Usa un programa de éstos si te dejas el ordenador en casa o en casa de alguien mientras viajas. Te puedes saltar este paso si te llevas el ordenador contigo, pero eso sería como si un heroinómano se llevase a la clínica de rehabilitación una bolsa de opio. N o te tientes para matar el tiempo en lugar de redescubrirlo.

34 9

y entregas que se ocupe de los cheques (segunda opción), o que los distribuidores paguen p or PayPal o envíen cheques a una de las personas a quienes has d ado poder notarial (ter­ cera de lejos). En el últim o caso , dale a la persona con el poder resguardos de depósito que pueda firm ar o sellar y enviar con los cheques. Conviene hacerse cliente de un banco grande (Bank o f Am erica, Wells Fargo, W ashington M utual, Citibank, etc.) que tenga sucursales cerca de la persona que te esté ayudando, para que pueda hacerte depósitos adem ás de hacer otras gestiones. N o hace falta que transfieras todas tus cuentas a ese banco si no quieres; basta con que abras otra que uses sólo para recibir esos depósitos. D o s sem anas antes

Escanea todos tus docum entos de identificación, seguros de salud y tarjetas de crédito/débito desde un ordenador desde el que puedas im prim ir varias copias; algunas se las dejarás a m iem bros de tu fam ilia y otras te las llevarás contigo en distintos bolsos. M ándate por correo electrónico el archivo escaneado a una cuenta que puedas ver desde el extranjero por si pierdes las copias en papel. Si eres em prendedor, pásate al plan de telefonía de tu m óvil m ás b arato que te ofrezca tu op erad or y grab a un m ensaje p ara el buzón de voz de este estilo: «Actualm ente me encuentro en el extranjero de viaje de negocios. Por favor no me dejes un m ensaje de voz porque no voy a escucharlos m ien tras esté fu era. Envíam e un co rreo electrón ico a _ _ @ _ _ _ .co m si el asunto es im portante. G racias por tu com ­ pren sión ». Luego redacta una respuesta autom ática en la que informes de que puedes tardar en responder h asta siete días (o la frecuencia que decidas) porque estás de viaje por el extranjero. Si trab ajas p ara otro, piensa en conseguirte un móvil cuatribanda o com patible con G SM p ara que el jefe pueda loca­ 35 0

lizarte. H azte con una BíackBerry sólo si sabes que el jefe va a com probar si estás trab ajan d o m andándote correos elec­ trónicos. ¡N o olvides desactivar la firma «Enviado desde una BíackBerry», m etedura de p ata tonta que despertará sospe­ chas! O tras opciones son usar una cuenta de Skypeln redireccionada a un móvil extranjero (mi preferida) o un buzón sobre IP de V onage en el que puedes recibir llam adas desde líneas fijas en cualquier lugar del m undo a través de un núm ero que empieza con el prefijo de tu zona. Busca un apartam ento p ara la m inijubilación en el lugar que hayas escogido o reserva un albergue o un hotel en tu punto de p artid a p ara tres o cu atro días. R eservando un apartam ento antes de llegar corres un riesgo m ayor y te sal­ drá m ucho m ás caro que dedicar esos tres o cuatro días, com o digo, a buscar uno. Y o recom iendo empezar alojándo­ te en un albergue, si es posible, no por cuestión de dinero, sino porque el personal y otros viajeros que conocerás ahí conocen el lugar y te ayudarán a encontrar dónde quedarte. Si así te vas a quedar m ás tranquilo, gestiona el traslado a casa desde el extranjero en caso de accidente o enfermedad. E sto seguram ente puedas ahorrártelo si vas a un país del prim er m undo o puedes contratar un seguro local o am pliar la cobertura del que tengas, que es lo que yo hago. Cuando fui a Panam á, llevaba un seguro de traslad o, porque está a 2 horas de avión de M iam i, pero en el resto de sitios, ni me m olesté. Q ue no te den sudores fríos: lo m ism o p asaría si estuvieras en el quinto pino en el centro de E stados Unidos. Una sem ana antes

Decide la frecuencia con que vas a realizar las tareas periódi­ cas en tan das, com o m irar el correo electrónico, gestiones ban cadas por internet, etc., para suprimir excusas para hacer­ te p ajas mentales pseudolaborales carentes de sentido sólo para retrasar hacer lo que debes. Sugiero las m añanas de los 35i

lunes para leer el correo y hacer gestiones bancarias por inter­ net. El primer y tercer lunes del mes pueden com probarse los cargos a las tarjetas de crédito y realizar otros pagos en línea, com o por ejemplo, a afiliados. Estas prom esas hechas a ti m is­ m o serán las m ás difíciles de cumplir, así que comprométete y prepárate para un síndrome de abstinencia chungo. G uarda los docum entos im portantes — incluidos los escaneadós de tu docum entación identiñcativa , seguros y tarjetas de crédito/débito— en un dispositivo de alm acenam iento que puedas llevar en la m ano y que se inserte en un puerto USB del ordenador. Lleva tod os los enseres de tu casa o apartam en to a un guardam uebles; mete tus cosas en una única m ochila peque­ ña y un bolso para la aventura y m údate por unos días a casa de un am igo o fam iliar. D o s días antes

Lleva los coches que te queden a un aparcam iento o al gara­ je de un am igo. Pon estabilizador de com bustible en los d ep ósitos, desconecta los cables negativos de las baterías para evitar que se vacíen y fija los vehículos con gatos para que no se dañen los neum áticos ni se den golpes. Cancela tod os los seguros de coche m enos la cobertura antirrobo. A tu llegada (suponiendo que no b ayas reservado un a p arta­ mento p o r adelantado):

L a prim era m añana y la prim era tarde después de registrarte donde te quedes: date una vuelta por la ciudad, subiendo y bajando de autobuses, seguida de otra en bicicleta por poten­ ciales vecindarios donde alquilar un apartam ento. Al final de la prim era tarde o esa noche: com pra un móvil

352

libre80 con una tarjeta SIM que pueda recargarse con tarjetas prepagadas. M an d a correos electrónicos a dueños de casas o a agentes inm obiliarios en Craigslist.com y versiones digita­ les de periódicos locales para verlas a lo largo de los dos días siguientes. Segundo y tercer días: busca y reserva un apartam ento para un mes. N o te com prom etas a m ás de un mes hasta que hayas dorm ido en la casa. Una vez pagué por adelantado dos meses para luego descubrir que la parada de autobús m ás concurrida del centro estaba al otro lado de la pared de mi dormitorio. El día de la m udanza: instálate y contrata un seguro de salud con una empresa local. Pregunta a los dueños del alber­ gue y a otra gente autóctona cuál es la suya. T om a la resolu­ ción de no com prar recuerdos ni otros artículos p ara llevar de vuelta a casa hasta dos sem anas antes de tu partida. Una sem ana después: elimina todos los trastos que trajis­ te pero que no vas a usar mucho. O dáselos a alguien que los necesite m ás, m ándalos a Estados Unidos por correo o tíra­ los a la basura.

T R U C O S Y U T E N SILIO S Ideas sobre dónde irte de m inijubilación

• Virtual T ourist (w w w .virtualtourist.com ) El recopilatorio por antonom asia no sesgado m ás grande del m undo de inform ación sobre viajes proporcionada por los 80. «Libre» significa que se recarga con tarjetas prepago en lugar de tener un contrato mensual con un único operador como 0 2 o Vodafone. De esta manera el mismo teléfono puede usarse con otros operadores en otros países (siempre y cuando la frecuencia sea la misma) cambiando la tarjeta de memoria SIM, lo que cuesta entre 10 y 30 dólares estadouniden­ ses en la mayoría de los casos. Algunos móviles cuatribanda compatibles con el sistema de Estados Unidos llevan tarjetas SIM.

353

usuarios del m undo. M ás de 1 .0 0 0 .0 0 0 de m iem bros apor­ tan consejos y advertencias relativos a m ás de 2 5 .0 0 0 luga­ res. De cad a uno encontrarás datos divididos en 13 catego­ rías distintas: cosas que hacer, costum bres locales, com pras y tram pas p ara el turista. A quí encontrarás todo lo que nece­ sitas para la m ayoría de m inijubilaciones. ® Escape Artist (w w w .escapeartist.com ) ¿Te interesa tener m ás de un p asap orte, fundar tu propio p aís, abrir cuentas en Suiza y tod as las dem ás cosas que no me atrevo a poner en este libro? Entonces esta web es un recurso fantástico p ara ti. Cuando nuestro presidente empie­ ce la tercera guerra m undial, seguro que querrás tener un plan de huida. Escríbem e desde las C aim án o desde la cárcel, desde donde llegues prim ero. ® O utside M agazin e Online Free Archives (http://outside. away.com ) El archivo com pleto de la revista O utside M agazine puede consultarse en internet gratis. Desde cam pos de m editación a lugares capaces de producir descargas de adrenalina de todo el m undo, hasta trab ajos de ensueño o lo m ás bello de la Patagonia en invierno; cientos de artículos con fotos pre­ ciosas para inyectarte el gusanillo de perderte por el mundo. * GridSkipper: The Urban Travel Guide (w w w .gridskipper. com) Para quienes adoren los entornos tipo Bladerunner y explo­ rar cada escondrijo de las ciudades del m undo: aquí se senti­ rán en su salsa. E s una de las 13 m ejores w ebs de viajes, según Forbes y es «altiva y zafia al m ism o tiem po, si algo así es posible» (dice la web de viajes F ro m m e fs). Traducción: gran parte del contenido no es p ara niños. Si las palabras m alsonantes o las encuestas p ara elegir la «ciudad m ás zorrita del m undo» te m olestan, no te m olestes en visitar esta web (ni R ío de Jan eiro, hablando de todo un poco). Si no, no te pierdas el tronchante estilo y la sección «1 0 0 dólares al día» referida a ciudades de todo el m undo. 35 4

® Lonely Planet: The Thorn Tree (http://thorntree.lonel.yplanet.com) Foro de debate p ara viajeros de todo el m undo divididos por zonas. • Fam ily Travel Forum (w w w .fam ilytravelforum .com ) Un foro m uy com pleto sobre (jtachán!) viajar en fam ilia. ¿Q uieres vender a tu s hijos p o r una p a sta en el Bloque Oriental? ¿O m ejor ahorrarte unos durillos incinerando a la abuela en T ailan d ia? Entonces esta web no es p ara ti. Pe­ ro si tienes niños y estás preparan do un viaje largo, sí que lo es. ® Descripción de países hecha por el D epartam ento de E sta­ do de Estados Unidos (w ww.state.gov/r/pa/ei/bgn/) ® W orld Travel W atch (w w w .w orldtravelw atch.com ) Informe digital sem anal de Larry H abegger y Jam es O ’Reilly acerca de sucesos acaecidos en tod o el m undo, algunos curio­ sos relativos a la seguridad en los viajes, clasificados por tem as y zona geográfica. Conciso e indispensable antes de ultimar planes. ® Advertencias p ara viajeros al extranjero del Departam ento de Estado de E stados U nidos (http://travel.state.gov) Planificación y preparación de m inijubilaciones: fundam en­ tos

® Preguntas m ás habituales sobre el m undo entero (también sobre seguros de viaje) (w w w.perpetualtravel.com /rtw ) Estas preguntas y respuestas pueden ser tu tabla de salvación. Iniciadas por M arc Brosius, hace años que los participantes de un grupo de noticias añaden información. A hora toca una inmensa variedad de tem as, desde cóm o planificar el dinero al choque cultural del regreso y prácticamente de todo. ¿Cuánto tiempo puedes permitirte estar fuera? ¿Necesitas un seguro de viaje? ¿Baja laboral o dimisión? Es un alm anaque mundial. 355

• A cabar con el desorden: 1-800-G O T-JU N K (w w w .l 800gotjunk.com ) Freecycle (w w w .freecycle.org) y C raigslist (w w w .craigslist. org) He utilizado la versión «gratuita» de C raigslist p ara desha­ cerme, un sáb ad o por la tarde y en m enos de tres horas, de cosas que había acum ulado durante cuatro años. H ubo algu­ nos objetos que llegué a vender por el 30 -4 0 % de su valor original. Luego, me deshice de lo que quedó utilizando el servicio de p ago de 1-800-G O T -JU N K . Para deshacerse de lo que quieres tirar, Freecycle es com parable a Craigslist cuando dispones de poco tiem po. Despréndete de las cosas inútiles y acab arás convirtiéndolo en una costum bre. Yo lo h ago cad a 6-9 m eses, a m enudo con donaciones a Goodw ill (w w w .goodw ill.org), que pasan a recogerlo todo gratuita­ mente avisándoles con antelación. • One-Bag: El arte y la ciencia de viajar ligero de equipaje (w w w .onebag.com ) U no de los 100 m ejores sitios según la revista PC. V iaja lige­ ro de equipaje y experim enta la levedad del ser. • Centros estadounidenses de Prevención y Erradicación de Enferm edades (w w w .cdc.gov/travel) V acunas acon sejadas y planificación sanitaria p ara todos los p aíses del m undo. A lgunos exigen prueba de inyecciones recibidas p ara p asar la aduana: hazlo con m ucho adelanto, pues algunas hay que pedirlas y tardan sem anas. • Planificación tribu taria (w w w .irs.gov/publications/p54/ index.html) Siguen las buenas noticias. Aunque te m udes perm anente­ m ente a otro p aís, tendrás que p agar im puestos en Estados U nidos m ientras tengas p asaporte estadounidense. N ad a que temer: existen algunos subterfugios legales creativos, com o el form ulario 2 5 5 5 -E Z , que te proporcionan una exención fiscal de hasta 8 0 .0 0 0 dólares si pasas al m enos 330 de 365 días consecutivos fuera de territorio de E stados Unidos. Esa 356

es parcialm ente la razón p or la cual mi viaje de 2 0 0 4 se alar­ gó 15 m eses. Búscate un buen ab o gad o y deja que él se ocu­ pe de los detalles para no tener problem as. ® C olegios concertados estadounidenses en el extranjero (w w w .state.gov/m /a/os). Si no te hace mucha gracia la idea de sacar a tus hijos del colegio durante un año o dos, mételos en uno de estos 185 co­ legios de prim aria y secundaria cofinanciados por el D epar­ tam ento de Estado de E stados U nidos en 132 países. A los niños les encanta hacer deberes. • H om eschooling 101 y Q uickstart Guide (http://bit.ly/hom eschoolingl 01) Este subapartado de http://hom eschoolingl01.about.com / ofrece el proceso p aso a p aso para considerar las mejores opciones p ara la enseñanza dom éstica durante un viaje lar­ go. A m enudo, los niños vuelven a la escuela pública o pri­ vada estando por delante de sus com pañeros de clase. ® Revista H om e Education (w w w .hom eed.m ag.com ) Excelente colección de recursos para niños que estudian en casa, fam ilias que viajan y niños que no van a la escuela. Los vínculos incluyen currículum, grupos de apoyo virtual, recur­ sos legales y archivos. R azones de peso para aprenderse las leyes: algunos estados de Estados Unidos ofrecen hasta 1.600 dólares al año para g astos de alum nos cualificados, ya que el hecho de que tu hijo no asista a una escuela pública ahorra dinero al gobierno. ® Conversor universal de divisas (w w w .xe.com ) Antes de que te vuelvas loco de emoción y te olvides de que cinco libras esterlinas no equivalen a cinco dólares, usa esto p ara traducir lo que cuestan las cosas en cada sitio a cifras que entiendas. A ver si no tienes dem asiados m om entos de «¿estas m onedas valen cada una cuatro dólares?». ® A daptador de enchufes universal (w w w .franzus.com ) A ndar cargan d o cables y conectores que son un engorro pone de los nervios: búscate un ad ap tador todo en uno Tra35 7

vel Sm art® con protección frente a sobretensión. Es del tam año de un m azo de cartas doblado por la m itad y el úni­ co ad ap tad o r que he usado en tod as partes sin ningún p ro ­ blema. Al loro: es un ad ap tad or (sirve p ara enchufar cosas), no un tran sform ad or . Si el enchufe de la pared extranjero tiene un voltaje que es el doble que el estadounidense, tus artilugios se autodestruirán. U na razón m ás p ara com prar en cada país lo que necesites en vez que llevarlo contigo. • G uía eléctrica del m undo (w w w .kropla.com ) Encuentra puntos de venta, voltajes, m óviles, prefijos inter­ nacionales y todo tipo de cosas relativas a desajustes en tér­ m inos eléctricos en el m undo entero. Billetes de avión b aratos y p a ra d ar la vuelta a l m undo • O rbitz (w w w .orbitz.com ), K ay ak (w w w .k ay ak .com ), y Sidestep (w w w .sidestep.com ) M ás de 4 0 0 aerolíneas de todo el m undo: el punto de partida p ara em pezar a com parar precios. • T ravelZ oo T o p 2 0 (http://top20.travelzoo.com /) M oscú por 129 dólares la ida. Estos precios especiales de fin de sem ana p odrían ser un em pujón p ara salir corriendo de viaje. • Priceline (w w w .priceline.com ) Em pieza a pujar ai 5 0 % de la tarifa m ás baja que encuentres en O rbitz y ve subiendo de 50 en 50 dólares. • CFares (w w w .cfares.com ) T arifas de m ayorista. Puedes hacerte m iem bro gratis o de pago. A quí encontré un billete de ida y vuelta de California a Ja p ó n p o r 5 0 0 dólares. • 1-800-FLY -EU R O PE (w w w .1800flyeurope.com ) A quí encontré el viaje de 300 dólares ida y vuelta desde JF K a Londres que salía dos horas después. 358

® A erolíneas de bajo precio p ara volar dentro de Europa (w w w .ryanair.com , w w w .easyjet.com ) Alojam iento gratis en todo el m undo: períodos cortos

® G lobal Freeloaders (w w w .globalfreeloaders.com ) (m ás o m enos, «gorrones de todo el m undo») E sta com unidad en línea reúne a personas que te ofrecen alojam iento gratis en todo el m undo. A horra dinero y haz nuevos am igos a la vez que conoces el m undo a través de los ojos de los lugareños. ® The Couchsurfing Project (w w w .couchsurfing.com ) (Pro­ yecto «navegar por so fás») Igual que el anterior, pero suele atraer a una peña m ás joven y fiestera. • H ospitality Club (w w w .hospitalityclub.org) Conoce a gente de todo el m undo que te enseñan sus ciuda­ des o te dan alojam iento gratis a través de esta bien gestio­ nada red de m ás de 20 0 .0 0 0 m iembros de m ás de 200 países. Alojam iento gratis en todo el m undo: períodos largos

• H om e Exchange International (www.hom eexchange.com ) Es un listado de intercam bio de casas con servicio de búsque­ da con m ás de 12.000 directorios en m ás de 85 países. Ponte en contacto directamente por correo electrónico con las casas que te interesen, sube tu p rop ia casa/apartam en to y m ira ilim itados directorios durante un año a cam bio de una peque­ ña cuota de miembro. Alojam iento de p ago : p ara cuando llegues o a largo plazo

• O talo (w w w .otalo.com ) O talo es un m otor de búsqueda de alquileres de vacaciones que busca a través de internet m uchos alquileres de vacacio­ 35 9

nes en 2 0 0 ,0 0 + casas. O talo es com o un K ayak.com para alquileres de las vacaciones. El sitio rastrea una variedad de otros sitios de búsqueda de alquiler y agrega los resultados en una herram ienta de búsqueda fácil de usar. ® H ostels.com (w w w .hostels.com ) En esta w eb hay m ás que albergues juveniles. Y o encontré un agradable hotel en el centro de T okio por 2 0 dólares la noche y he usado este sitio para encontrar alojam ientos parecidos en ocho países. Básate en la ubicación y en las opiniones (mira H otelChatter) m ás que en los servicios p ara decidir. Los hote­ les de cuatro estrellas son p ara quienes viajan estilo atracón. Esta web ofrece una m irada local real antes de que encuentres un apartam ento o un alojam iento m ás a largo plazo. • H otelC hatter (w w w .hotelchatter.com ) Entérate de lo últim o de lo últim o en este diario w eb que publica críticas detalladas y sinceras de alojam ientos de todo el m undo. Se actualiza varias veces al día. A quí encontrarás h istorias de huéspedes decepcionados y de otros que han encon trado autén ticas jo y as. Se puede reservar desde la w eb. • C raigslist (w w w .craigslist.org) A dem ás de revistas sem anales de cada sitio con listados de ca sas en alquiler, com o B ild o Zitty, en Berlín, p ara mí C raigslist ha sido el m ejor sitio para em pezar a buscar ap ar­ tam entos am ueblados p ara largos períodos en el extranjero. En el m om ento de escribir esto h ay an un cios de m ás de 50 países. Dicho esto, los precios serán un 30-70% m ás bajos en las revistas locales. Si tu presupuesto es reducido, pide a alguien que trab aje en un albergue u otro autóctono que te ayude a hacer algunas llam adas hasta lograr un buen trato. Dile a quien te ayude que no mencione que eres extranjero h asta después de acordar el precio. • Interhome International (w w w .interhom e.com ) Con sede en Zurich. M ás de 20.000 casas en alquiler en toda Europa. 360

® Rentvillas.com (w w w .rentvillas.com ) E xtraordinarios alojam ientos de alquiler — desde pequeñas casas rurales, gran jas e incluso castillos— por toda Europa, incluidos Francia, Italia, Grecia, España y Portugal. H erram ientas p ara entrar a distancia en un ordenador • G oT oM yP C (w w w .gotom ypc.com ) Este softw are te facilita acceso rápido y sencillo a distancia a los archivos, p rogram as, correo electrónico y red de tu ordenador. Puede usarse desde cualquier navegador de inter­ net o dispositivo inalám brico con W indow s y funciona en tiem po real. Llevo usan d o G oT oM y P C religiosam ente m ás de cinco añ os p ara entrar en los ordenadores que tengo en Estados U nidos desde países e islas de tod o el m undo. • W ebExPCN ow (http://pcnow .w ebex.com ) W ebEx, el líder en acceso a distancia p ara em presas, ofrece ahora un softw are que hace casi todo lo que G oT oM yPC , incluido cortar y pegar de un ordenador a otro, imprimir archivos que estén en ordenadores alejados, transferencia de archivos y m ucho m ás. • D rop B ox (w w w .getdropbox.com ) y SugarSync (w w w .sugarsync.com ), JungleD isk (w w w .jungledisk.com ) y M ozy (w w w .m ozy.com ) T an to D ro p box com o SugarSync hacen backups y sincroni­ zan archivos entre varios ordenadores (el de m esa y el p ortá­ til, por ejem plo). JungleD isk y M ozy — yo utilizo el segun­ do— tienen m enos opciones y están m ás específicam ente diseñados p ara hacer backups autom áticos de lo que está guardado online. Telefonía gratuita y por internet (sobre IP) a bajo precio

® Skype (w w w .skype.com ) N o he hecho una llam ada internacional que no sea por Sky361

pe desde que apareció este softw are gratuito. Con él se puede llam ar a líneas fijas y móviles por todo el planeta a una media de d os o tres céntimos el m inuto o conectarte con otros usua­ rios de Skype en cualquier parte gratis. Por aproxim adam en­ te 4 0 euros al año puedes tener un núm ero en E stados Uni­ dos con el prefijo de tu zona y recibir llam ad as que se redireccionan a un teléfono móvil extranjero. De esta m ane­ ra es im posible saber que estás de viaje. Túm bate en la playa en R ío y atiende a las llam adas desde tu «oficin a» de C ali­ fornia. Chachi. ® Vonage (w w w .vonage.com ) V onage tiene un pequeño ad ap tad or que conecta tu m ódem de banda ancha a un teléfono norm al. Llévatelo de viaje e instálalo en tu apartam ento p ara recibir llam adas a un núme­ ro en E stados Unidos. ® VoIPBuster (w w w .voipbuster.com ) y R ebTel (www.rebtel.com) T an to VoIPBuster com o RebTel ofrecen núm eros «a lia s». Introduce el núm ero de un am igo que esté en el extranjero en estos sitios y am bos te proporcionarán un núm ero local de tu zona que te rem itirá al de tu am igo. VoIPBuster tam bién íunciona com o un Skype m ás económ ico, con llam adas g ra ­ tuitas a m ás de 2 0 países. Teléfonos internacionales multibanda y compatibles con GSM

® M y W orld Phone (w w w .m yw orldphone.com ) En lo que respecta a ios teléfonos de N o k ia, soy parcial. A segúrate de com prar un móvil «lib re», lo que significa que se pueden meter otras tarjetas SIM al llegar a otro país de operadores diferentes. ® W orld Electronics U SA (w w w .w orldelectronicsusa.com ) Buenas explicaciones de qué frecuencias G SM y «b an d as» funcionan en qué países. A sí sab rás qué teléfono com prar p ara viajar (y quizá p ara casa). 362

Utensilios p ara recorrer cam inos m enos transitados

® SatelÜte Phones (w w w .satphonestore.com ) Si vas a estar en las m ontañas del N epal o en una isla perdi­ da y quieres 1a tranquilidad (o el quebradero de cabeza) de tener un teléfono cerca, éstos funcionan vía satélite en lugar de vía torres. Se ha recom endado Iridium por tener la recep­ ción de m ayor alcance de polo a polo. G lobalStar ocupa el segundo lugar en tres continentes. Para com prar o alquilar. • Paneles solares de bolsillo (w w w .solio.com ) Los teléfonos vía satélite sirven de poco (¿para lanzarlos al agua com o guijarros, tal vez?) si se les acaba la batería. Solio es del tam año de dos m azos de cartas. Ai desplegarlo se con­ vierte en dos pequeños paneles solares. M e sorprendí al des­ cubrir que cargab a mi móvil en m enos de 15 m inutos, m ás del doble de rápid o que un cargad o r de enchufe. Existen adaptadores para casi cualquier cosa. Q ué hacer cuando llegues: experim entos profesionales y m ás cosas

• Verge M agazine • Conoce gente (w w w .m eetup.com ) Busca por ciudad y actividad para encontrar gente con tus m ism os intereses por todo el mundo. • H azte escritor de viajes (w w w .w rittenroad.com ) ¿G an ar dinero m ientras recorres el m undo escribiendo lo que piensas? Éste es el trabajo ideal de millones de personas. Entérate en prim icia desde dentro de todo lo referente al mundillo de las editoriales de viajes de la m ano de la vetera­ na Jen Leo, autora de San d in M y B ra an d Other Misadventures: Funny Women Write from the R o ad [Arena en el suje­ tador y otras desventuras: mujeres divertidas escriben desde la carretera]. Este blog fue una de las Ideas Preferidas para Viajes Económ icos de From m er' s y tam bién publica artícu­ 363

los geniales y prácticos sobre vivir sin artilugios y viajar exento de tecnología. ® Enseña «inglé» (w w w .eslcafe.com ) El E SL C afé de D ave es uno de los recursos m ás antiguos y útiles p ara p rofesores, futuros profesores y estudiantes de inglés. E ncontrarás fo ro s de debate y anuncios de empleo para profesores en todo el m undo. • H azte plastilina el cerebro (w w w .jiw ire.com ) V iaja por el m undo p ara m andar SM S a tus am igos de siem­ pre. En esta web encontrarás m ás de 1 5 0 .0 0 0 sitios con conexión w ifi donde puedes dar rienda suelta a tu trastorno obsesivo-com pulsivo, dándote un atracón de inform ación. Avergüénzate si esto se convierte en tu actividad por defecto. Si estás aburrido, recuerda: es por tu culpa. He pasad o por esto, así que no te voy a sermonear. N o s p asa h asta a los m ejores de cuan do en cuando, pero ponte las pilas y sé m ás creativo. • Prueba una profesión distinta a tiem po parcial o com pleto (w w w .w orkingoverseas.com ) Esta enciclopedia presenta un menú exhaustivo de opciones para aquellos con m entalidad global. Jean-M arc Hachey, el redactor jefe de trab ajo en el extranjero de la revista Transítions A broad , se encarga de recopilar la inform ación y m an­ tenerla al día. 15 dólares por acceder un año. • O p ortun id ad es en to d o el m undo en fincas orgán icas (w w w .w w oof.com ) Aprende, p ara después enseñar, las técnicas sostenibles para fincas orgánicas en docenas de países com o T urquía, N ueva Z elanda, N oruega y la Polinesia Francesa, entre otros. Chat y correo electrónico en un idiom a que no dom inas

® G oogle C h at Bots (http://bit.ly/im bot) Utiliza este servicio p ara chatear en tiem po real empleando casi cualquier idiom a. M an da un m ensaje instantáneo (MI) 3 64

desde tu cuenta de correo de G m ail a alguien que esté en cualquier lugar del m undo. ® N ice T ran slator (w w w .nicetranslator.com ) y Free Translation (w w w .freetranslation.com ) T radu ce textos del inglés a una docena de idiom as y vice­ versa. Es sorprendentem ente preciso, aunque el 10-20% que se pierde con la traducción puede ocasionarte algún proble­ m a. N ice T ran slato r es m ás rápido y puede usarse con el iPhone. D om inar un idiom a en un tiem po récord

A dictos a los idiom as y aprendizaje acelerado Para todo lo relacionado con los idiom as, desde detallados artícu los d idácticos (cóm o reactivar idiom as o lvidado s, m em orizar 1.000 p alabras p or sem ana, dom inar la pronun­ ciación de to n os, etc.) h asta reglas m nem otécnicas o los m ejores atajo s electrónicos, visita w w w .fourhourblog.com . Aprender idiom as es una adicción m ía y una habilidad que he diseccionado y reensam blado para ganar en rapidez. Es posible dom inar una lengua lo suficiente com o para m an­ tener una conversación en tres o seis m eses m áxim o. Encontrar gente p ara intercam bio de idiom as y m ateriales

• LiveM ocha (w w w .livem ocha.com ) EduFire (w w w .edufire.com ) y Sm art.fm (http://sm art.fm /) A m í me gusta especialmente BrainSpeed, un juego para aprender. • A bout.com (w w w .about.com ) Algunas de las lenguas m ás populares disponen de excelentes guías en A bout.com : 3^5

http://italian.about.com http://spanish.about.com http://germ an.about.com http://french.about.com

366

1 5 - LLEN A R E L V A C ÍO : SU M A R VIDA TRA S R ESTA R T R A B A JO

«Estar absorto en algo externo a nosotros mismos es un poderoso antídoto contra la mente racional, esa mente que con tanta frecuencia comete giíipolleces.» a n n e l a m o t t , Bird by Bird [Pájaro a pájaro] «N o hay tiempo suficiente para hacer toda la nada que que­ remos hacer.» b il l w a t t e r s o n ,

c ó m ic a

c r e a d o r d e la tir a

Calvin and Hobbes

King’s C ross, Londres Entré dando un traspié en la charcutería del otro lado de la calle adoquinada para pedir un bocadillo de jam ón. Eran las 10:3, la quinta vez que m iraba la hora y la vigésima vez que me preguntaba: «¿Q ué & % $ # voy a hacer hoy?». L a m ejor respuesta que se me h abía ocurrido h asta el momento: comerme un bocata. Treinta m inutos antes me había despertado sin desperta­ dor p or prim era vez en cuatro años, recién llegado del JF K la noche anterior. H abía soñ ado con ese m om ento ni se sabe cuánto: despertarm e escuchando el son ido m usical de los pajaritos cantando en mi ventana, incorporarm e en la cam a con una son risa en los labios, oler el arom a a café recién 367

hecho, y estirarm e com o un gato a la som bra de una quinta en Españ a. M agnífico. M ás bien resultó así: me incorporé de repente h asta quedarm e sentado tieso com o un palo, com o si el toque de una sirena me hubiera atravesado el oído, aga­ rré el despertador, solté un taco, salté de la cam a en ropa interior p ara m irar el correo electrónico, me acordé de que lo tenía prohibido, solté otro taco, busqué a mi anfitrión y antiguo com pañero de clase, me di cuenta de que se había ido a trab ajar, com o el resto del m undo, y procedí a sufrir un ataque de pánico. M e pasé el resto del día en una nebulosa, deam bulando de m useo a jardín botánico a m useo com o si estuviese en un ciclo de aclarar y repetir la operación, evitando los cibercafés con un vago sentimiento de culpa. N ecesitaba una lista de cosas que hacer para sentirme productivo, así que escribí cosas com o «cen ar». Esto iba a resultar m ucho m ás difícil de lo que había pensado. Depresión p osp arto: es norm al «El hombre está hecho de tal forma que sólo puede encontrar des­ canso de un tipo de tarea emprendiendo otra.» a n a t o l e f r a n c e , autor de E l crimen de Sylvestre Bonnard

Tengo m ás dinero y m ás tiem po del que ni en sueños creí posib le... ¿P or qué estoy deprim ido ?

Es una buena pregunta con una buena respuesta. Para empe­ zar, ¡alégrate de estar averiguándolo ahora y no al final de tu vida! L o s ju b ilad os y los m egarricos a m enudo se sienten vacíos y neuróticos por la m ism a razón: dem asiado tiem po ocioso. Pero espera un m om ento... ¿L o que pretendem os no es tener m ás tiem po? ¿N o va de eso este libro? N o , en absoluto. D em asiado tiem po libre no es m ás que fertilizante para per­ 368

der la confianza en uno m ism o y p ara todo tipo de comederas de tarro. Restar lo m alo no crea lo bueno. Deja un vacío. Dism inuir el trabajo hecho por dinero no es el fin último. Es vivir m ás y convertirte en m ás. Al principio, las fan tasías externas te serán suficientes y no hay nada m alo en ello. Reitero una vez m ás lo im portan­ te que es este período. Vuélvete loco y vive tus sueños. Esto no es superficial ni egoísta. Es esencial que dejes de reprimir­ te y te sacudas el hábito de dejar las cosas para m ás adelante. Supongam os que decides p ro b ar a hacer realidad sueños, com o m udarte a una isla del Caribe para ir saltando de isla en isla o hacer un safari por el Serengeti. Será m aravilloso e increíble y debes hacerlo. Sin em bargo, llegará un día — tres sem anas o tres añ os después— en que no serás cap az de beberte otra piña colada ni fotografiar a otro m aldito m an­ dril de culo rojo. En esta época es cuando suele aparecer la autocrítica y los ataques de pánico existenciales. ¡Pero esto es lo que siem pre he querido! ¿C óm o puedo estar aburrido?

N o pierdas los nervios y eches m ás leña al fuego. E sto es norm al en gente hiperproductiva que baja el ritm o después de trab ajar m ucho durante largo tiem po. Cuanto m ás inteli­ gente seas y m ás te concentres en alcanzar tus objetivos, m ás intensos serán estos dolores que acom pañan al crecimiento. Aprender a sustituir la ham bruna de tiem po percibida por la apreciación de la abundancia de tiem po es com o p asar de cafés solos triples al descafeinado. |Pero eso no es todo! Los jubilados se deprimen por otra razón, y a ti te p asará lo m ism o: el aislam iento social. Las oficinas son buenas p ara algunas cosas: m al café gra­ tis y quejarse sobre él, los cotilleos y apoyarse en el m utuo sufrim iento, vídeos idiotas m andados por correo electrónico con com entarios todavía m ás idiotas y reuniones que no sir­ 3 69

ven para nada pero en las que se m atan algunas horitas y se echan unas risas. El trabajo en sí puede ser un asco, pero es la tram a de interacciones hum anas — el entorno social— lo que nos m antiene allí. C u ando te liberas, esta autom ática unidad tribal desaparece, lo que hace que aumente el volu­ men de las voces de tu cabeza. N o tengas m iedo de los retos sociales y existenciales. La libertad es com o un deporte nuevo. Al principio, la m era novedad es lo suficientemente em ocionante com o para que todo te resulte interesante en todo m om ento. Sin em bargo, una vez aprendes lo básico, ves claro que para ser incluso un ju gador m edio decente vas a necesitar bastante práctica. N o te alarm es. L as m ayores recom pensas están por venir, y estás a 3 m etros de la meta. Frustraciones y dudas: no eres el único «L a gente dice que busca el sentido de su vida. N o creo que sea eso lo que realmente estamos buscando. Creo que buscamos una expe­ riencia que nos haga sentir vivos.» jo s e p h

Ca m p b e l l ,

El poder del mito

Una vez que suprim as la obligación de trab ajar y la cosa empiece a an dar, no tod o es un cam ino de rosas y arena blanca, aunque gran parte puede serlo. Sin la distracción de los plazos de entrega y los com pañe­ ros, las grandes preguntas («¿Q u é sentido tiene to d o ?») se vuelven m ás difíciles de esquivar y de dejar p ara luego. En un m ar de infinitas opciones, las decisiones se hacen tam bién m ás difíciles. ¿Q ué dem onios debo hacer con mi vida? Es com o el últim o año de carrera otra vez. C om o tod os los innovadores a la vanguardia, p asarás por aterradores m om entos de duda. D ejada atrás la fase del niño en la tienda de chuches, el im pulso de com parar se te meterá lentamente en tu interior. 370

El resto del m undo continuará girando en su engranaje de jornadas laborales y tú em pezarás a cuestionar tu decisión de escaparte de esa rutina. Las dudas y autoflageiaciones m ás norm ales son: 1. ¿Estoy haciendo esto p ara ser m ás libre y llevar una vida m ejor, o es que soy un vago y ya está? 2. ¿M e he salido de la vorágine laboral y consum ista porque es m ala o porque no p od ía con ella? ¿Será que lo que he hecho es escaquearm e? 3. ¿Es lo m ejor que hay? Q uizás estaba m ejor antes, cuando era un m andado que no sabía que existían m ás posibilidades. Al menos, era m ás fácil. 4. ¿Soy un triunfador o me estoy engañando? 5. ¿He bajad o el listón p ara verme com o un ganador? ¿Será que mis am igos, que ahora ganan el doble que hace tres años, están en el buen cam ino? 6. ¿Por qué no soy feliz? Puedo hacer lo que me dé la gana y aun así no soy feliz. ¿M e lo merezco? C asi todo esto lo superarás cuando te des cuenta de lo que realm ente es: com paracion es trasn och ad as b asad as en la m entalidad de «m ás es m ejor» y «el dinero es la m edida del éxito» que nos m etió realmente en el lío del que hem os con­ seguido salir. Se impone hacer una observación aún m ás pro­ funda. Estas dudas invaden la mente cuando n ada m ás la llena. Piensa en un m om ento en el que te hayas sentido vivo y aten­ to al 10 0 % : entregado. Seguram ente entonces estabas com ­ pletam ente ab sorto en algo externo: algo o alguien que no eras tú. L o s deportes y el sexo son dos ejem plos estupendos. C uando la mente carece de un foco de atención externo, se ensimisma y empieza a crear problem as que resolver, aunque esos problem as serán indefinidos o intrascendentes. Si te concentras en alg o , una m eta am b iciosa aparentem ente 37i

imposible y que te obliga a crecer,81 esas dudas acaban desapa­ reciendo. En el proceso de buscar otra cosa en la que concentrarte, es prácticam ente inevitable que en tu mente se cuelen las «gran d es» preguntas. Por to d as partes los pseu dofilósofos aprem ian a dejar de lado las preguntas impertinentes para dedicarse de lleno a las eternas. D os ejem plos clásicos son: «¿C u ál es el sentido de la vid a?» y «¿H acia dónde vam os?». H ay m uchas m ás, desde las introspectivas a las ontológicas, pero yo tengo una respuesta única p ara casi todas: no las respondo y punto. N o soy nihilista. De hecho, me he p a sa d o m ás de una década investigando la mente y el concepto de significado, una em presa que me ha llevado desde los lab orato rios de neurociencia de prestigiosas universidades h asta los vestíbu­ los de instituciones religiosas de tod o el m undo. L a conclu­ sión a la que llegué después de todo eso es sorprendente. Estoy convencido al 10 0 % de que casi todas las grandes preguntas que nos sentim os ob ligados a plantearnos — que han llegado a n osotros tras siglos de pensar dem asiado y m ala s traduccion es— están fo rm u lad as en térm inos tan vagos que tratar de responderlas se vuelve una total pérdida de tiem po.82 Esto no es deprimente; es liberador. H azte la pregunta entre las preguntas: ¿cuál es el sentido de la vida? Si me presionan, yo tengo una sola respuesta: es el estado o condición que caracteriza a un organism o viviente. «Pero eso no es m ás que una definición», replicaría el indaga­ dor, «eso no es lo que quería decir». ¿Q ué querías decir

81. Abraham Maslow, ei psicólogo estadounidense famoso por propo­ ner la «Jerarquía de necesidades de Maslow», calificaría este objetivo de «experiencia culmen». 82. Las preguntas retóricas que derivan en meditaciones tienen lugar, pero son herramientas opcionales que este libro no pretende abarcar. Casi todas las preguntas sin respuesta están mal formuladas. 37 2

entonces? H asta que la pregunta quede clara — se defina cada término que la com pone— no tiene sentido responder­ la. La pregunta del «sentido» de la «v id a» no se puede res­ ponder si no se expone con m ayor detalle. Antes de dedicar tiem po a preguntas que te provoquen ansiedad, asegúrate de que la respuesta a estas otras dos sea afirm ativa: 1. ¿C ada uno de los térm inos que la componen tiene para mí un significado inequívoco? 2. ¿L a respuesta a esta pregunta me va a servir p ara hacer algo que mejore las cosas? «¿C u ál es el sentido de la vida?» incumple la prim era condi­ ción y, por consiguiente, la segunda. L as preguntas relativas a cosas situ adas fuera de nuestra esfera de influencia com o «¿Q u é p a sa si el tren se retrasa m añ a n a ?», quebrantan la segunda, por lo que deberán ignorarse. N o merece la pena hacérselas. Si no puedes definirlo ni te sirve p ara hacer algo, olvídalo. C on que te lleves de este libro sim plemente esta idea, te colocarás en ese 1 % integrado por los m ás producti­ vos del m undo y m antendrás apartada de tu vida casi cual­ quier angustia filosófica. A finar tu arsenal mental lógico y práctico no significa ser ateo, desinteresado p or lo espiritual. N o es ser insensible y no es ser superficial. Es ser listo y dedi­ car tus esfuerzos a las cosas capaces de beneficiarte m ás a ti y a otros. El sentido de todo: redoble de tam bores, p o r favor «Lo que el hombre necesita realmente no es un estado de tranquilidad absoluta, sino más bien aspirar y luchar por lograr una meta que merezca la pena, una tarea libremente escogida.» v ik t o r e . f r a n k l , superviviente del Holocausto; autor de E l hombre en busca de sentido

373

C reo que la vida existe p ara ser d isfrutad a y que lo m ás im portante es sentirte bien contigo. C ad a persona tendrá sus propios m edios p ara lograr am bas cosas, que irán cam bian­ do con el tiem po. Para algunos, la respuesta estará en traba­ jar con huérfanos y, p ara otros, en com poner m úsica. Y o tengo mi m anera personal de conseguir am bas cosas — que­ rer, que me quieran y no dejar nunca de aprender— , pero no espero que le sirva a todo el m undo. A lgunos critican centrarse en quererse a uno m ism o y en el disfrute tachándolo de egoísta o hedonista, pero no son ninguna de las dos cosas. G ozar de la vida y ayudar a los dem ás — o sentirse bien con uno m ism o y aum entar el bien común— no se excluyen mutuamente m ás que ser agnóstico y tener principios m orales. Una cosa no impide 1a otra. Supon­ gam os que estam os de acuerdo en esto; aún nos queda por responder a la pregunta: «¿Q ué puedo hacer con mi tiempo p ara disfrutar de la vida y sentirme bien con m igo?». N o puedo dar una única respuesta que convenga a todo el mundo, pero, basándome en las docenas de N R con vidas ple­ nas que he entrevistado, puedo afirmar que hay dos componen­ tes fundamentales: aprendizaje continuo y ser de ayuda a otros. Aprendizaje infinito: afilar la sierra «Para los estadounidenses que viajan al extranjero por vez primera es a menudo toda una conmoción descubrir que, a pesar de ios progresos realizados en los últimos 30 años, muchos extranjeros todavía hablan en otros idiom as.» D AVE BARRY

Vivir es aprender. Para mí no hay m ás opciones. Por eso me he visto forzado a dejar un trabajo o me han despedido de otros a ios seis meses aproxim adam ente. L a curva de aprendi­ zaje se endereza hasta desaparecer y me aburro. Aunque pue­ des enriquecer tu cerebro sin salir de tu país, viajar y mudarte 374

a vivir a otro sitio crea unas condiciones inm ejorables que propulsan los progresos. El diferente entorno actúa a m odo de contrapunto y reflejo de tus propios prejuicios, haciendo que las debilidades sean mucho m ás fáciles de corregir. R aras veces viajo a un sitio sin decidir antes cóm o voy a obsesionarm e en aprender una disciplina concreta. A quí van algunos ejemplos: ® C onnem ara, Irlanda: Irlandés (gaélico), flauta irlandesa y hurling (lanzamiento), el deporte de equipo m ás rápido del m undo (im agínate una mezcla de lacrosse y rugby jugado con m angos de hacha). ® R ío de Jan eiro, Brasil: Portugués brasileño y yuyitsu bra­ sileño. ® Berlín, A lem ania: Alem án y locking («cerrojo», un estilo de breakdance que se baila vertical). Y o tiendo a interesarme por aprender un idioma y una habili­ dad cinestética; la segunda a veces la encuentro cuando ya estoy en el país. Los trotam undos en serie de m ayor éxito suelen unir lo mental con lo físico. Fíjate en que suelo trasladar una activi­ dad que ya practico donde vivo — artes marciales— a otros paí­ ses donde también se practica. N o hace falta que sea un depor­ te competitivo: puede ser el senderismo, el ajedrez, o cualquier cosa que mantenga tu nariz fuera de un libro de texto y a ti fuera de tu casa. Los deportes son estupendos para evitar el miedo escénico a lanzarte a hablar idiom as extranjeros y forjar amistades duraderas mientras hables aún com o Tarzán. Aprender idiom as merece mención aparte. Es, sin com pa­ ración posible, lo m ejor que puedes hacer p ara perfeccionar la capacidad de pensar con claridad. A dem ás, por si fuera poco, del hecho de que es im posible com prender una cultura sin entender su idiom a; adquirir otra lengua te hace ser consciente de la tuya propia: de cóm o piensas. 375

L o s beneficios de dom inar un idiom a extranjero están tan infravalorados com o sobrevalorada está la dificultad que ello com porta. M iles de personas consideradas en teoría lingüis­ tas no estarán de acuerdo, pero yo sé, por haberme docum en­ tado al respecto y por experiencia personal con m ás de doce idiom as, que 1) los adultos pueden aprender idiom as mucho m ás rápido que los niños83 una vez suprim ido el trabajo dia­ rio con jorn ada fija y que 2) es posible dom inar cualquier idiom a lo suficiente com o para m antener una conversación en m enos de seis m eses. A un ritm o de cuatro horas al día, esos seis m eses se pueden reducir a m enos de tres meses. Explicar qué es la lingüística aplicada y la m ecánica del apren­ dizaje de idiom as se sale de la tem ática de este libro, pero encontrarás docum entación útil, consejos y com pletas guías prácticas p aso por p aso en w w w .fourhourblog.com . Y o he aprendido seis idiom as después de suspender espa­ ñol en secundaria, y tú tam bién puedes, con las herramientas adecuadas. Aprende un idiom a y obtendrás otra lente a través de la cual cuestionar y com prender el m undo. D ecir p alabro tas que la gente no entiende al volver a tu país tam bién tiene su gracia. N o te pierdas la oportunidad de vivir dos vidas.

A yudar p o r las razones adecuadas: ¿salvar a las ballenas o m atarlas p ara dar de com er a los niños? «La m oral es sencillamente la actitud que adoptam os hacia las personas que personalmente nos disgustan.» O S C A R WJLDE

83. Ellen Bialystok y Kenji Hakuta, In Other words: The Science and Psychology o f Second-Language Acquisition, Basic Books, 1995. 376

A quí se espera de mí que hable de ayudar a los dem ás y eso voy a hacer. C om o lo que precede a este capítulo, será con un toque ligeramente distinto. Lo que yo entiendo por ser de ayuda es muy sencillo: hacer algo que m ejore una vida que no sea la tuya. Esto no es lo m ism o que la filan tropía. Filantropía es la preocupación altruista por el bienestar de la hum anidad: de la vida humana. L a vida hum ana se ha dedicado durante mucho tiem po a hacer caso om iso del m edio ambiente y del resto de la cadena alimenticia, de ahí nuestra actual carrera hacia la extinción inminente. N o s está bien em pleado. El mundo no existe úni­ camente para la m ejora y multiplicación de la humanidad. Antes de em pezar a encadenarme a los árboles y a salvar a las ranas de punta de flecha, voy a aplicarm e mi propio consejo: no te conviertas en un esnob de las causas. ¿C óm o puedes ayudar a los niños que se mueren de ham ­ bre en Á frica cuando hay niños m uertos de ham bre en Los Ángeles? ¿C óm o puedes pensar en salvar a las ballenas cuan­ do los sin techo se mueren helados en las calles? ¿C óm o ayu­ d a a la gente que necesita ayuda que investigues sobre la destrucción de los corales? N iñ os, por favor. El m undo está lleno de cosas que nece­ sitan ayuda, así que no os traguéis el cebo de m eteros en discusiones sobre si «m i causa gan a a la tuya» en las que nadie puede tener razón. N inguna com paración cualitativa o cuantitativa tiene sentido. L a verdad es ésta: esos miles de vidas que salves pueden contribuir al surgimiento de ham bru­ nas que m aten a m illones, o ese arbusto en Bolivia que estás protegiendo podría encerrar la cura contra el cáncer. D esco­ nocem os los efectos que pueden tener las cosas a largo plazo. H azlo lo m ejor que puedas y espera lo m ejor. Si estás m ejo­ rando el m undo — sea lo que sea lo que entiendas por eso— considera que lo estás haciendo bien. A yudar no se limita sólo a salvar vidas o el m edio am bien­ te, sino tam bién a m ejorar la vida. Si eres m úsico y haces 3 77

sonreír a miles o a m illones, p ara mí, estás ayudando. Si eres mentor y cam bias la vida de un niño a m ejor, h abrás m ejo­ rad o el m undo. M ejorar la calidad de vida en el m undo no es m enos que añadir m ás vidas. Servir de ayuda es una actitud. Busca la causa o m edio que te interese m ás y no pidas dis­ culpas.

P y A: P R E G U N T A S Y A C C IO N E S «L os adultos están siempre preguntando a los niños qué quieren ser de mayores porque están buscando ideas.» PAU LA PO U N D STO N E

«El milagro no consiste en caminar sobre las aguas. El mila­ gro consiste en caminar sobre la tierra verde, habitando en profundidad el momento presente y sintiéndote verdadera­ mente vivo.» T H IC H N H A T H A N H

¡Pero no puedo estar viajando, aprendiendo idiom as y lu­ chando por una causa el resto de m i vida! Pues claro que no. N o estoy aconsejándote eso de ninguna m anera. E so son sólo «ejes vitales», puntos de partida que llevan a oportuni­ dades y experiencias que de otra form a no encontrarías. N o hay una respuesta correcta a la pregunta «¿Q ué debo hacer con mi v id a?». O lvida desde ya el «d e b o ». El siguiente p aso — y eso será, nada m ás— es hacer algo, poco im porta el qué, que te parezca divertido o gratificante. N o te apresu­ res en lanzarte a com prom eterte por mucho tiem po o de por vida. T óm ate el tiem po necesario p ara hallar algo que te llame, no el prim er tipo aceptable de pseudotrabajo. Esa lla­ m ad a, a su vez, te llevará a otra cosa. A quí te indico una buena secuencia de inicio que ha ser­ vido a docenas de N R : 378

1. Regresa al punto cero: no hagas nada. Antes de escapar de los trasgo s de la mente, tenem os que enfrentarnos a ellos. El m ás ilustre de todos ellos es la adic­ ción a la velocidad. Es difícil recalibrar tu reloj interno sin tom arte un descanso de la hiperestimulación constante. Los viajes y el im pulso de ver un m illón de cosas pueden exacer­ barlo. Am inorar la m archa no significa lograr menos; significa eliminar las distracciones contraproducentes y la percepción de tener prisa. Plantéate hacer un breve retiro de silencio de 3-7 días durante ios cuales está prohibido hablar o leer, ver o escuchar cualquier m edio de comunicación. Aprende a bajar el volumen del ruido de tu mente para que puedas apreciar m ás antes de hacer m ás. • The Art o f Living Foundation (C urso II)-(Fundación el Arte de Vivir) Internacional: (w w w .artofliving.org) • Centro de m editación Spirit R ock en C alifornia (http:// w w w .spiritrock.org) • K ripalu Center for Y o g a and H ealth en M assach usetts (http://w w w .kripalu.org) • Sky Lake Lodge en N ueva Y ork (http://www.sky-lake.org) 2. H az un a donación anónim a a la organización de ayuda que prefieras. Esto ayuda a entrar en calor y disociar el hecho de sentirte bien por ayudar de que se te reconozca por ello. T odavía te sientes m ejor si lo haces desinteresadam ente. Aquí van algu­ nas buenas w ebs p ara empezar: • Charity N avigator (w w w .charitynavigator.org) Este servicio independiente lista m ás de 5 .0 0 0 organizacio­ nes benéficas que pueden clasificarse mediante criterios a tu gusto. C rea una página person alizada con tus favoritos y com páralos entre sí, todo sin coste alguno. 379

® Firstgiving {w w w .firstgiving.com ) Firstgiving.com te perm ite crear una p ágin a desde donde recaudar dinero por internet. L as donaciones pueden hacerse desde tu U R L personal. Fíe utilizado Firstdiving en coordinación con una organiza­ ción no lucrativa llam ad a S ala de lectura p a ra construir escuelas en N ep a l y V ietnam , con m ás p aíses en espera (w w w .firstgivin g.com /tim ferriss y w w w .firstgivin g.co m ). Si p o r ejem plo quieres ayudar a los anim ales, pinchas en un enlace relacionado p ara llegar a w ebs de cientos de organi­ zaciones benéficas p reo cu pad as p o r los anim ales y luego decides a cuál quieres hacer la donación. L a versión británi­ ca de esta w eb es http://w w w.justgiving.com . • N etw ork for G ood (w w w .netw orkforgood.org) Quienes visiten este sitio encontrarán enlaces a organizacio­ nes benéficas necesitadas de donaciones así com o oportuni­ dades de llevar a cab o trabajo voluntario. Tam bién pueden autom atizar donaciones p or internet. 3. Vete de m inijubilación p ara aprender algo a la vez que haces trab ajo voluntario en la zona. H azte una m inijubilación — seis m eses o m ás si puedes— dedicada a aprender y a ayudar. C om o estarás m ás tiem po, pod rás zam bullirte de lleno en el idiom a, lo que a su vez te perm itirá interactuar con la gente y ap ortar tu granito de arena durante tu voluntariado. El tiem po que dure este viaje, anota en un diario las auto­ críticas y el diálogo interno negativo. C uando te disgustes o te agobies, pregúntate «p o r qué» al m enos tres veces y escribe las respuestas en un papel. Describir esas dudas por escrito suaviza sus efectos de dos m aneras distintas. Primero, a menu­ do lo que m ás daño hace de la falta de confianza en uno m is­ m o es lo am biguo de su naturaleza. Definirlas y analizarlas por escrito — com o ocurría cuando te decía lo de obligar a los com pañeros de trab ajo a m andarte correos electrónicos— 380

exige pensar con claridad, después de lo cual la m ayoría de las preocupaciones resultan infundadas. Segundo: al anotarlas, parece que, no se sabe cóm o, desaparecen de nuestra cabeza. Pero ¿adonde ir y qué hacer? N o existe una respuesta correc­ ta a ninguna de estas dos preguntas. Seguramente ios siguientes interrogantes y recursos te ayudarán a encontrar ideas: ® ¿Q ué situaciones de todas las que se dan en el m undo te dan m ás rabia? • ¿Q ué te da m ás m iedo para la próxim a generación, tanto si tienes niños com o si no? • ¿Qué es lo que te hace m ás feliz de tu vida? ¿C óm o puedes ayudar a otros a hacer lo m ism o? N o hace falta que te circunscribas a un único lugar. ¿Te acuer­ das de Robin, que recorrió Sudam érica durante un año con su m arido y su hijo de siete años? Los tres pasaron uno o dos meses com o voluntarios en cada lugar donde paraban, hacien­ do cosas com o m ontar sillas de ruedas en Baños, Ecuador; introducir a anim ales exóticos en el bosque tropical boliviano y guiar tortugas m arinas espalda de cuero en Surinam. ¿Qué tal suena excavar en yacimientos arqueológicos en Jo rd an ia o socorrer a los dam nificados del tsunam i en las islas de Tailandia? Éstos son sólo dos de las docenas de casos de voluntaria­ do con traslado al extranjero que aparecen en cada edición de la revista Verge M agazine (w w w .vergem agazine.com ). M ás ideas en: • H an ds on D isaster Response: w w w .hodr.org ® Project H ope: w w wprojecthope.com ® Relief International: w w w .ri.org ® International Relief Team s: w w w .irteam s.org • Airiine A m bassadors International: w w w .airlineam b.org ® A m bassadors for Children (em bajadores p ara los niños): w w w .am bassadorsforchildren.org ® Relief Riders International: w w w.reliefridersinternational. com 381

® H a b ita t fo r H um anity G lob al V illage Program : www. habitat.org ® Planeta. Listados de ecoturism o práctico en todo el mun­ do: w w w .planeta.com 4. R ep asa y reajusta tu on irogram a . D espués de la m inijubilación, rep asa el on irogram a que hiciste en Definición y m odifica lo que sea necesario. Estas preguntas te serán útiles: ® ¿Qué se te da bien? ® ¿En qué podrías ser el m ejor? ® ¿Q ué te hace feliz? ® ¿Q ué te hace ilusión? ® ¿Q ué te hace sentir realizado y bien contigo m ism o? ® ¿Q ué cosa de las que has logrado en tu vida es de la que estás m ás orgulloso? ¿Puedes hacerla otra vez o desarro­ llarla? ® ¿Q ué disfrutas com partiendo o viviéndolo con otros? 5. Partiendo de lo que haya surgido en los p aso s 1-4, piensa en prob ar vocaciones nuevas a tiem po parcial o com pleto. El trabajo a tiempo completo no es m alo si es lo que quieres hacer. Eso es lo que distingue un «trabajo» de una «vocación». Si has m ontado una m usa o reducido tus h oras de trabajo prácticam ente a n ada, piensa en dedicarte a tu vocación a tiem po parcial o com pleto: una verdadera vocación o profe­ sión con la que siempre hayas soñ ado. E so es lo que yo hice con este libro. A hora puedo decir que soy escritor en lugar de darles la explicación de dos horas del cam ello. ¿Q ué soñ a­ bas ser cuando eras niño? Q uizás haya llegado el m om ento de m atricularte en el Cam pam ento Espacial o de hacer prác­ ticas com o ayudante de un biólogo marino. Recuperar la ilusión de la niñez no es im posible. Es m ás, es indispensable. N o quedan ya cadenas — ni excusas— que te retengan. 38 2

1

6.

L O S 1 3 E R R O R ES M Á S G A RRA FALES D E L NU EV O R IC O

«Si no cometes errores, es que los problem as con los que estás lidiando no son lo suficientemente difíciles. Y ése es un gran error.» f r a n k w il c z e k , Premio Nobel de Física en 2004 «H o im parato che niente e impossibile, e anche che quasi niente e facile... (He aprendido que nada es imposible y tam­ bién que casi nada es fácil...)» ARTTCOLO 31 (grupo de rap italiano), «Un Urlo»

En diseño de un estilo de vida, el juego se llam a cometer errores. Exige luchar im pulso tras im pulso para no volver a caer en el antiguo m undo de la vida aplazad a a la espera de la jubilación. É stas son las m eteduras de p ata que te tocan. N o te desanim es. T o d o form a parte del proceso. 1. Perder de vista tus sueños y caer en el trab ajo por el tra­ bajo (T x T ). Vuelve a leer la introducción y el siguiente capí­ tulo de este libro siempre que sientas que estás recayendo en esta tram pa. T od o el m undo recae, pero muchos se atascan y nunca vuelven a salir. 2. Ponerte a hacer de todo y a trastear con el correo electró­ nico p ara llenar el tiem po. Asigna las responsabilidades, pre­ 383

vé los problem as que puedan surgir, establece norm as y lími­ tes a la autonom ía decisoria de tus em pleados: luego detente, por la cordura de todos los im plicados. 3. O cuparte de problem as que tus subcon tratados pueden resolver. 4 . A yudar a los subcontratados con el m ism o problem a m ás de una vez o con problem as que no supongan catástrofes. D ales norm as con form ato « s i...» p ara resolver todos los problem as m enos los realmente im portantes. D ales libertad para actuar sin preguntarte, fija los límites por escrito y lue­ go haz hincapié por escrito en que no ayudarás a resolver problem as a los que se apliquen esas norm as. En mi caso, tod os m is subcontratados pueden arreglar, según su criterio, cualquier problem a cuya solución cueste m enos de 4 0 0 dóla­ res. Al finalizar cada mes o trimestre, dependiendo del su b ­ con tratado, repaso cóm o han afectado sus decisiones a los beneficios, y ad ap to las reglas en consecuencia. A m enudo añ ad o nuevas reglas a p artir de sus decisiones acertadas y soluciones creativas. 5. Perseguir clientes, sobre todo los que no convienen o clientes potenciales con sede en el extranjero, cuando ya tienes suficien­ te liquidez p ara financiar tus proyectos no financieros. 6. C ontestar correos electrónicos que no producirán ventas o que puede contestar una respuesta autom ática o unas bue­ nas R espuestas a Preguntas m ás Frecuentes. ¿Un buen ejem­ plo de m ensaje de respuesta autom ática que dirige a la gente h asta la inform ación y los subcon tratados que necesitan? M ándam e un correo a info@ fourhourw orkw eek.com . 7. T ra b ajar donde vives, duermes o deberías descansar. Ten entornos separados — designa un único espacio para trabajar 384

y exclusivamente p ara trabajar— o jam ás p odrás huir de tu trab ajo.84 8. N o llevar a cabo un concienzudo análisis 8 0 /2 0 de tu negocio y vida personal cada dos o cuatro sem anas. 9. A spirar sin descanso a la perfección en lugar de confor­ m arte con «estupen do» o sencillamente «bastan te b u en o», tanto en tu vida personal com o profesional. A dm ite que esto suele ser una excusa m ás p ara T x T . La m ayoría de nuestros em peños son com o aprender a hablar otro idiom a: p ara hacerlo correctam ente el 95% de las veces hacen falta seis m eses dedicándose a ello en serio, sin em bar­ go, para que el núm ero de ocasiones suba al 98% se necesi­ tan 20 o 30 años. Céntrate en llegar a «estupendo» en algunos cam pos y a «bastante bueno» en el resto. L a perfección es un buen ideal que m antiene el rum bo fijo, pero reconoce que es un destino im posible de alcanzar. 10. Inflar menudencias y problem illas h asta sacarlos de qui­ cio para utilizarlos de disculpa p ara trabajar. 11. Convertir en urgentes asuntos que pueden dejarse para m ás adelante p a ra justificar trab ajar. ¿C uán tas veces tengo que decirlo? Presta atención a la vida que tienes m ás allá de tus cuentas bancarias, por mucho miedo que te dé ese vacío en los estadios iniciales. Si no encuentras sentido a tu vida, es tu responsabilidad com o ser hum ano crearla, ya sea cum ­ pliendo sueños o buscan do trab ajo que te proporcione un objetivo y sentim iento de valía: idealm ente, las dos cosas juntas. 84. Para evitar usar la sala de estar y la cafetería como una oficina considera utilizar una co-working: http://www.coworking.phwiki.com 385

12. Ver un producto, empleo o proyecto com o lo único y el destino final de tu existencia. L a vida es d em asiado corta p ara m algastarla, pero tam bién es dem asiado larga para ser pesim ista o nihilista. Sea lo que sea que estés haciendo, es sólo un p aso m ás hacía el siguiente proyecto o aventura. Puedes salir de cualquier atolladero en el que te m etas. Las dudas no son m ás que una señal de que tienes que hacer algo. C uando dudes o te sientas abrum ado, date un respiro y haz un esquem a de tus actividades y relaciones tanto personales com o profesionales. 13. Prescindir de las alegrías de vivir en sociedad. R odéate de gente positiva y sonriente que no tenga n ada que ver con tu trab ajo. M on ta tus m usas solo si es necesario, pero no vivas tu vida en soledad. L a felicidad com partida en form a de am istad y am or es felicidad m ultiplicada.

38 6

E L C A P ÍT U L O F IN A L : U N C O R R E O E L E C T R Ó N IC O Q U E T IE N E S Q U E L E E R

«N o existe nada de lo que el hombre ocupado se ocupe menos que de vivir; nada hay más difícil de aprender.» SÉNECA

«Durante los últimos 33 años, cada vez que me he mirado al espejo por la mañana me he preguntado: “ Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?” . Y siempre que la respuesta ha sido “ N o ” demasiados días seguidos, he sabido que algo tenía que cam biar... casi todo —todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el miedo al ridículo o al fracaso— se desmorona cuando te enfrentas a la muerte, dejándote sólo lo que de verdad impor­ ta. Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco para no caer en la tram pa de pensar que tienes algo que perder.» st e v e j o b s , que no acabó sus estudios universitarios. Con­ sejero delegado de Apple Computer, Inicio de curso en la Universidad de Stanford, 2 00585

Si sientes que no sab es de qué va la vida, no eres el único. N o s p asa lo m ism o a casi siete mil millones. Eso no es pro­ blema, claro está, una vez te das cuenta de que la vida no es un problem a que resolver ni un juego que ganar. 85. http://news-service.stanford.edu/news/2005/junel5/jobs-061505.html. 387

Si estás dem asiado enfrascado en encajar las piezas de un rom pecabezas que no existe, te perderás la verdadera diver­ sión. El peso de tener que perseguir el éxito deja p aso a la levedad del descubrim iento fortuito cuando por fin aceptas que las únicas reglas y límites son las que n osotros nos fija­ m os. A sí que sé audaz y no te preocupes por lo que piense la gente. De tod as form as, tam poco piensan tanto. H ace d os añ os me llegó este correo electrónico de una niña enferm a term inal en un h ospital de N ueva Y ork. He leído parte de su carta m uchas veces desde entonces y espero que tú hagas lo m ism o. A quí está. BA ILE L E N T O ¿Alguna vez has mirado a niños montar en tiovivo? ¿O escuchado cómo la lluvia cae golpeando el suelo? ¿Seguiste alguna vez el vuelo errático de una m ariposa u observaste el sol desvanecerse en la noche? Aminora la marcha. N o bailes tan deprisa. El tiempo no dura. La música dejará de sonar. ¿Atraviesas con prisas días que se te pasan volando? Cuando preguntas: ¿cómo estás?, 388

¿escuchas la respuesta? ¿Al final del día te tum bas en la cama, con los próximos mil recados pululando por tu cabeza? Aminora la marcha. N o bailes tan deprisa. • El tiempo no dura. La música dejará de sonar. ¿Alguna vez le dijiste a un hijo «lo haremos mañana» sin ver por tus prisas la pena en sus ojos? ¿Alguna vez perdiste el contacto? ¿Dejaste morir una amistad por no tener tiempo de llamar para saludar? Aminora la marcha. N o bailes tan deprisa. El tiempo no dura. La música dejará de sonar. Cuando corres tanto para llegar, no disfrutas del camino. Pasar un día agobiado y apresurado es como tirar a la basura un regalo sin abrir.

38 9

La vida no es una carrera. Tómatelo con m ás calma. Escucha la música antes de que la canción se acabe.

3 90

PO R Ú L T IM O PERO N O M E N O S IM PO RTA N TE

LO M E JO R D E L B L O G

E L A R T E D E D E JA R Q U E O C U R R A N CO SA S M A LA S [d e s p u é s d e t r e s s e m a n a s s i n e n t r a r e n e l b l o g ]

¡C uánto tiem po sin vernos! A cabo de llegar a California des­ pués de un largo periplo que me ha llevado a Londres, Esco­ cia, Cerdeña, E slovaquia, A ustria, Á m sterdam y Japón . Cuando he revisado la m aldita bandeja de entrada del correo electrónico me aguardaban algunas desagradables sorpresas. ¿Por qué? Pues porque dejé que ocurrieran. Siempre lo hago. H e aqu í tan sólo algunos de los regalos que me encontré en esta ocasión: • Una de nuestras empresas de logística cerró debido la muer­ te de su gerente, lo que provocó un descenso de un 2 0% de los pedidos mensuales y requirió un cam bio urgente de todo el diseño de la web y el proceso para realizar los pedidos. • M e perdí entrevistas en radio y revistas, con el consiguien­ te disgusto de los entrevistadores. • Dejé escapar m ás de una docena de oportunidades para invertir com o socio en una empresa. N o es que desaparezca para irritar a la gente — en absoluto— , pero reconozco un hecho im portante: a m enudo, a fin de ocu393

1

parte de asuntos de envergadura, debes dejar que ocurran cosas m alas. Ésta es una capacidad que hay que cultivar. ¿Qué conseguí a cam bio de ponerme tem poralm ente las antiparras y parar algunos golpes? ® Seguí la copa del m undo de rugby en Europa y vi en direc­ to el N ew Z ealan d All Blacks, un sueño que acariciaba desde hacía cinco años. ® D isparé todas las arm as que siempre había querido dispa­ rar desde que me hice un lavado de cerebro con Com mando. Que D ios bendiga a Eslovaquia y a sus param ilitares. ® R odé un episodio piloto de una serie de televisión en Ja p ó n , un sueño que había tenido to d a la vida que fue la experiencia m ás divertida que he tenido en m uchos meses, por no decir años. ® C onocí a m i editor japonés, Seishisha, y concedí entrevis­ tas en T okio, donde L a sem ana laboral de 4 horas encabe­ za en este m om ento las listas de ventas en varios m edios que se cuentan entre los m ás im portantes del país. H ice unas vacaciones de diez días sin ordenador y me sen­ tí com o si hubieran sido dos años. • Asisití al Festival Internacional de Cine de Tokio y conocí a uno de mis ídolos, el productor de la serie televisiva Planet Earth. Una vez eres consciente de que puedes desconectar y que no se acaba el m undo, te liberas de una form a que sólo unos pocos llegan a disfrutar. Sólo recuerda esto: si no prestas atención, no tienes tiem­ po. ¿Tenía tiem po p ara revisar el correo electrónico y el buzón de voz? Por supuesto que sí. Hubiera necesitado 10 mi­ nutos. ¿Podía dedicar mi atención a dar consejos p ara la cri­ sis en esos 10 m inutos? Para nada. Por m uy tentadora que sea la idea de «revisa el correo electrónico, es sólo un m inuto», no lo hice. Sé por experien­ cia que a cualquier problem a que te encuentres en la bande­ 39 4

ja de entrada le darás vueltas en tu cabeza durante horas o días después de haber ap ag ad o el ordenador, y tu «tiem po libre» no servirá de nada, porque estarás lleno de preocupa­ ciones. Es el peor de los estados, porque no estás relajado pero tam poco eres productivo. Concéntrate en el trab ajo o en otra cosa, pero nunca te quedes entre dos aguas. El tiem po, sin concentración, no sirve de nada, de m odo que prioriza la atención por encima del tiem po. H e aquí algunas preguntas que pueden ayudarte. Ponte las gafas de la productividad y m ira las cosas con perspecti­ va. Aun cuando no estés viajando por todo el m undo, desa­ rrolla la costum bre de dejar que ocurran las pequeñas cosas m alas. Si no lo haces, nunca encontrarás el tiem po para las grandes cosas que pueden cam biarte la vida, ya sean trabajos muy im portantes o vivencias m uy significativas. Si buscas tiem po pero lo llenas de distracciones, no podrás concentrar­ te para disfrutar de él. • ¿C uál sería el objetivo, en caso de conseguirlo, que podría cam biarlo todo? • ¿C uál es, ahora m ism o, la cosa m ás urgente que crees que «debes» o «deberías» hacer? • ¿Puedes «dejar de lado» esa urgencia — aunque sólo sea por un día— para d ar un p aso m ás en ese esfuerzo que podría cam biar tu vida? • ¿Qué es lo que lleva m ás tiempo en la lista de cosas que debes hacer? Ponte a ello por la m añana y no permitas ninguna interrupción o no vayas a comer hasta que lo termines. ¿Ocurrirán cosas «m alas»? Sí, surgirán pequeños problem as. H abrá unos pocos que se quejarán pero lo superarán rápida­ mente. PER O , cuando hayas superado obstáculos muy gran­ des, los verás com o lo que realmente son: minucias y contra­ tiem pos que tenían solución.

25 395

DE OCTUBRE DE

2007

C O SA S Q U E M E G U S T A R O N Y Q U E A PR EN D Í EN 2008 20 0 8 fue uno de los años m ás excitantes de mi vida. Hice m ás negocios y conocí a m ás gente que en los cinco años anterio­ res. Eso me proporcionó sorprendentes conocimientos acerca del m undo empresarial y de la naturaleza hum ana, sobre todo porque descubrí que tenía docenas de falsos supuestos. H e aquí algunas de las cosas que me gustaron y que apren­ dí en 200 8 . Lecturas favoritas de 2 0 0 8 : Z o rb a, el griego y Séneca: C a r ­ ta s de un estoico. Éstos son dos de los libros m ás recomen­ dables sobre la práctica de la filosofía que han caído en mis m anos. Si tienes que elegir uno, quédate con Z o rb a, el grieg o , aunque Séneca te llevará un poco m ás lejos. A m bos pue­ den leerse en 2-3 noches. N o aceptes favores muy grandes o costosos de desconocidos. Esta deuda kárm ica acabará persiguiéndote. Si no puedes evitarlo, vuelve de inm ediato a la neutralidad kárm ica con un regalo de tu elección. Devuélveselo antes de que te pon ­ gan un plazo. Excepciones: m entores de éxito que puedan presentarte a alguien y que n o trabajen en tu provecho. N o debes recuperar las pérdidas de la m ism a form a en que las provocaste. Tengo una casa en San José, pero hace casi un año que me mudé. Desde entonces está vacía, y estoy pagando una hipoteca m uy alta todos los meses. ¿L o m ejor? N o m e im por­ ta. Pero no fue siempre así. Durante muchos meses estuve desm oralizado mientras me presionaban para que la alquilara, insistiendo en que si no lo hacía estaba tirando el dinero. Y luego me di cuenta: no debes recuperar el dinero de la misma form a en que lo perdiste. Si pierdes 1.000 dólares en una mesa de blackjack, ¿deberías insistir y recuperarlos allí m ism o? Por 396

supuesto que no. N o quiero pelearme con los arrendatarios, ni siquiera con una empresa inmobiliaria. L a solución: deja la casa com o está, disfruta de ella ocasionalmente y crea otra fuente de ingresos que cubra el coste de la hipoteca. U n a de las causas m ás frecuentes de la falta de confianza en uno m ism o y depresión: tratar de im presionar a la gente que no te cae bien. Estresarse p ara im presionar a alguien está bien, pero hazlo con la gente que lo m erece..., esos a quienes quieres emular. Com er despacio = vida. Desde Daniel Gilbert, de H arvard, a M artin Seligman, de Princeton, hay un punto en que los estu­ diosos de la «felicidad» (entendida com o bienestar) se mues­ tran de acuerdo: una com ida con los am igos y los seres queri­ dos proporciona bienestar. Disfruta de al m enos una cena de 2-3 horas — sí, 2-3 horas— y/o unas copas a la semana con esa gente que te hace sonreír y sentirte bien. En mi opinión, el efecto benéfico es m ayor con grupos de cinco o m ás personas. D os m omentos propicios para hacerlo: las cenas de los jueves o las copas después de cenar y el almuerzo de los dom ingos. L a adversidad no constituye el carácter, sólo lo revela. En relación con lo anterior: el dinero no te cam bia, sólo reve­ la quién eres cuando ya no necesitas ser amable. N o im porta cuánta gente no consigue lo que quiere. L o que im porta es cuánta gente lo intenta. Si tienes una opinión muy form ada acerca de algo, no te la guardes sólo para ti. Intenta ayudar a la gente y hacer que el m undo sea un lugar m ejor. Si haces un esfuerzo por hacer algo remotamente interesante, prepárate p ara que haya un pequeño porcentaje de la p ob la­ ción que se lo tom e com o algo personal. Que les j... N o se erigen estatuas a los críticos. 39 7

En relación con lo anterior: nunca eres tan m alo com o ase­ guran que eres. M i agente solía enviarme todo lo que apare­ cía en los blogs y en los m edios de com unicación sobre L a sem ana lab oral de 4 horas. O cho sem anas después de su publicación le pedí que sólo me m an dara las reseñas positi­ vas de los m edios m ás im portantes o algunas inexactitudes concretas a las que debería responder. A lgo im portante con referencia a esto: nunca eres tan bueno com o aseguran que eres. N o es nada útil tener una alta opinión sobre uno m ism o o deprim irse: la prim era te vuelve negligente y 1a segunda apático. Quería no corrom per m i optim ism o pero conservar el apetito. Y hablando de apetito... Prepárate un desayuno rico en proteínas 3 0 m inutos después de levantarte y después d a un p aseo de 10-20 m inutos mien­ tras haces b o tar un balón o una pelota de tenis. Esta costum ­ bre es m ejor que tom arte Prozac por la m añana. (Lectura recom endada: «C ó m o preparar en 3 m inutos un desayuno bajo en carboh idratos» y «C ó m o “ p elar” huevos duros sin pelarlo s», en w w w .fourhourblog.com .) Perder dinero m e d isg u sta unas 5 0 veces m ás de lo que me gusta gan arlo. ¿Por qué 50 veces m ás? T ras invertir tiem po com o un experim ento, llegué a la conclusión de que a m enudo dedico al m enos 5 0 veces m ás tiem po a tratar de no perder unos hipotéticos 100 d ólares que a gan arlo s. L a parte histérica del asu n to es que, incluso siendo consciente de esta tendencia, es difícil im pedir la segunda reacción. Por consiguiente, m anipulo las cau sas que rodean las reac­ ciones d esfavorables en lugar de los errores de la au todisci­ plina. N o debería invertir en ofertas públicas de valores si no puedo influir en los resultados. Una vez fui consciente de que casi nadie puede prever los riesgos y la respuesta ante las pérdidas, 398

cambié todas mis inversiones a productos de interés fijo en julio de 2008 por ese motivo, reservando un 10% de ingresos antes de impuestos para inversiones de riesgo en las que podía contribuir significativamente ai diseño, las relaciones públicas y las empresas corporativas. (Lectura recomendada: «Rethinking Investing» partes 1 y 2 en www.fourhourblog.com .) U na buena pregunta p ara siempre que nos sentimos abrum a­ dos: ¿estás sufriendo una depresión o estás alcanzando un gran logro? Prueba la pobreza con regularidad: restringe incluso los gas­ tos m oderados durante 1-2 sem anas y regala al m enos un 2 0 % de la ro p a m ínimamente u sad a... así p odrás pensar a lo grande y correr «riesgos» sin m iedo (Séneca). U na m entalidad débil (que se traduce en celos y en un com ­ portam iento poco ético) viene dad o p o r el desprecio que se siente hacia las cosas que se obtienen fácilmente. T óm ate una tacita de café de Kenia espolvoreado con canela, sin leche, sin azúcar y sin edulcorantes. N orm alm ente es m ejor m antener los viejos propósitos que apostar por los nuevos. Para d i s f r u t a r de un m aravilloso 2 0 0 9 , me gustaría repro­ ducir un correo electrónico que recibí de un m entor hace m ás de una década: Mientras m uchos se frotan las m anos, m e acuerdo de los años 7 0 , cuando la crisis del petróleo provocó largas colas en las gasolineras, racionam iento de com bustible y se limitó la velocidad en las autopistas a 8 5 kilóm etros por hora, hubo una recesión, se invirtió m uy poco capital (5 0 m illones al año

399

en e m p re sa s de riesgo) y se produjo lo que el presidente Jim m y Cárter (vestido con un jersey m ientras se dirigía a la nación por televisión, porque había apagado la calefacción en la C a sa Blanca) llam ó «m alestar». Fue durante e sa época cuando dos niños sin form ación universitaria, Bill G ates y Steve Job s, fundaron sen das em presas que funcionarían m uy bien. En realidad, las oportunidades a m enudo son m ejores cuando la sabiduría convencional se va por el desagüe. En fin ... E s ta m o s a punto de te rm in a r otro gran año , y a p e sa r d e lo qu e p o d a m o s leer sob re las perspectivas para 2 0 0 9 , p o d e m o s d e s e a r un Año N u evo lleno de oportunida­ d e s y e stim u la n te s desafíos.

Feliz A ño N uevo a todos.

C Ó M O V IA JA R P O R T O D O E L M U N D O C O N 10 LIBR A S O M E N O S C argar con un juego de cinco m aletas Sam sonite por todo el planeta es una pesadilla. Vi cóm o lo hizo un am igo por doce­ nas de escaleras de m etros y hoteles en Europa durante tres sem anas y — m ientras me reía un m ontón, sobre todo cuan­ do las arrastraba o las lan zaba por las escaleras— me gusta­ ría ah orraros el ataque de nervios. D isfrutar de un viaje es inversamente proporcional a la cantidad de m ierda (léase distracciones) que llevas contigo. La práctica, en m ás de 3 0 países, me ha enseñado que el arte de viajar ligero de equipaje puede ser todo un arte. El p asad o m iércoles regresé de C o sta R ica, y luego me quedé una sem ana en M aui. ¿Q ué me llevé y por qué? (Podéis ver el vídeo en w w w .fourhourblog.com ).86 86 . Este vídeo explica cómo y por qué me llevo las cosas detalladas en la lista adjunta. Incluye vínculos de todas las cosas.

400

Llevo a la práctica lo que he d ad o en llam ar M étodo de viaje CA: C óm pralo Allí. Si te llevas co sas pensando en posibles contingencias — será m ejor que me lleve los libros de escalada por si hace­ m os escalada; será m ejor que me lleve un p araguas por si llueve; será m ejor que me lleve pantalones y zapatos de vestir por si vam os a un restaurante de lujo, etc.— , acabarás via­ jan do cargado com o una m uía. En vez de hacer eso, he aprendido a asignar entre 50-200 dólares por viaje para «gastos im previstos», que empleo p ara com prar cosas cuan­ do son totalm ente necesarias. E so incluye objetos que es un rollo llevarse, com o p araguas y botes de filtro solar, a los que por cierto les encanta explotar. Por otro lado, nunca com ­ pres algo si puedes pedirlo prestado. Si viajas a C o sta Rica para ir a observar p ájaro s, no tienes por qué llevarte unos prism áticos..., ya habrá alguien que los tenga. He aqu í la lista de M aui: • 1 chaqueta muy ligera M arm ot Ion (¡apenas 100 gra­ m os!). • 1 cam iseta transpirable de m anga larga C oolibar p ara pre­ venir las quem aduras del sol. E so me salvó la vida en Panam á. • 1 par de pantalones de polyester. El polyester es ligero, no se arruga y se seca fácilmente. A los bailarines de discoteca y a los m ochileros les chiflan. • 1 candado p ara portátiles Kensingnton, que puede utili­ zarse también p ara asegurar m aletas o cualquier objeto. 9 1 calcetín Under A rm our, que uso para guardar las gafas de sol. • 2 cam isetas sin m angas de nylon. ® 1 toalla grande de m icrofibra M SR , se seca rápidam ente y absorbe m ás de siete veces su peso en agua. • 1 bolsa Ziploc p ara meter el cepillo de dientes, un dentí­ frico de viaje y una cuchilla de afeitar desechable. 401

• 1 tarjeta de viaje biométrica Fly Ciear (www.flyclear.com),87 que me ahorra aproxim adam ente un 9 5 % de tiem po de espera en los aeropuertos. ® 2 pares de calzoncillos ligeros ExO fficio. Su eslogan publi­ citario es: « 1 7 países. 6 sem anas. Y un par de calzonci­ llos». Creo que yo optaré p or dos pares, teniendo en cuen­ ta que pesan tanto com o un paquete de Kleenex. O tra excelente ventaja del peso: son mucho m ás cóm odos que los calzoncillos de algodón de toda la vida. ® 2 pares de berm udas/bañadores. • 2 libros: Lonely Planet H aw ai y The Entrepreneurial Im perative (este último ha sido m uy recom endado. Échale un vistazo). ® Un antifaz p ara dorm ir y tapones para los oídos. • 1 par de san dalias Reef. M ejor llevarse un par con correas de quita y pon que arrastrar los talones. ® 1 cám ara digital C anon PowerShot SD 3 0 0 con una tarjeta de m em oria extra SD de 2G B . ¡M e gusta tanto esta cám a­ ra que no tengo palabras p ara describirla! Es el objeto electrónico m ejor diseñado que he tenido jam ás. A hora la usa no sólo para tom ar fotos y vídeos, sino tam bién com o sustituto de mi escáner. Estoy considerando la posibilidad de probar la nueva SD 1 0 0 0 , que es m ás barata. ® 1 som brero p ara evitar que se queme la piel tan blanca que tengo. ® 1 bolsa Kiva extensible. ® 1 barra protectora para los labios Chapstick, 1 linterna M ag-Lite Solitaire y 1 rollo de venda deportiva. Esta última es imprescindible. Es tan útil com o la cinta adhesiva para reparar objetos, pero también lo bastante suave com o para cubrir heridas, a las que yo suelo ser muy aficionado. ® 1 candado flexible Lewis and C lark (para equipaje, arm a­ rios, cremalleras o cualquier cosa que quiera cerrarse). Los 87- Esta empresa solicitó el capítulo 11 en junio de 2009.

402

de tam año mini estándar suelen ser dem asiado pesados para pasar por los agujeros de las taquillas de un vestuario, etc. • 1 tem porizador de cocina R adio Shack, que he usado como despertador durante m ás de cuatro años. El problem a de usar el despertador de un teléfono móvil es muy simple: a menudo, el teléfono tiene que estar conectado, y aun cuan­ do se use el tono vibración, la gente puede llamar y desper­ tarte antes de la hora a la que deseas hacerlo. La segunda ventaja de usar un tem porizador de cocina es que sabes exactamente el tiem po que vas a dorm ir y puedes echar siestecillas de diferente duración..., pero ése es otro tema. 11 DE j u l i o d e 2 0 0 7

U N E S T IL O D E V ID A T O M A N D O LA S M ÍN IM A S D EC ISIO N ES: 6 FÓ R M U L A S PARA R E N D IR M Á S Y E ST R E SA R SE M E N O S E staba agobiado por... los cóm ics sobre perros. Eran las 9 :4 7 de la noche. Fue hace poco, un sábado. E staba en Barnes and N oble y tenía 13 m inutos p ara encon­ trar un sustituto ap rop iad o de The N ew Yorker D o g C ar toons, 2 2 dólares de papel muy caro. ¿Un éxito de ventas? ¿A lguna recom endación del personal? ¿Una novedad o un clásico? Llevaba media h ora así. T ras empezarme a sentir agobiado por un ridículo encar­ go que había esperado que me llevaría cinco m inutos, fui a p arar a la sección de psicología. D i con un libro que me pareció dem asiado adecuado: The P arad o x o f Choice ; Why M ore Is Less (La p arad o ja de decidir: Por qué m ás es menos). N o era la prim era vez que h abía visto o leído el clásico de Barry Schwartz de 2 0 0 4 , pero m e pareció un buen m om ento para revisar sus principios, entre los cuales se encuentran los siguientes: 403

® C uantas m ás opciones consideres, m ás fuerte será el arre­ pentim iento del com prador. • C uantas m ás opciones tengas en cuenta, m enos satisfacto­ rio será el resultado final. Esto plantea una cuestión m uy com plicada: ¿es m ejor que­ darse con la m ejor opción pero estar m enos satisfecho, o quedarse con una que sea aceptable y estar satisfecho? Por ejemplo: ¿preferirías dudar durante meses y quedarte con una casa de un total de veinte que es la mejor inversión pero pensar que no has elegido bien hasta que la vendas cinco años después, o bien com prar una casa que supone el 80% de la inversión potencial de la primera (aunque también pueda ven­ derse con beneficios) pero no dudar nunca de tu elección? Difícil cuestión. Schwartz también recomienda hacer com pras que no admi­ tan devolución. D ecidí quedarm e con el estúpido cómic sobre los chuchos. ¿Por qué? Porque no se trata tan sólo de quedar satisfecho, sino de ser práctico. L o s ingresos son renovables, pero algunos otros recursos — com o la atención— no lo son. M e he referido con anterio­ ridad a la atención com o una m oneda de cam bio y cóm o determina el valor del tiempo. Por ejemplo: ¿disfrutas realmente de la libertad del fin de sem ana si encuentras un problem a el sáb ado por la m añana en la bandeja de entrada y no puedes abordarlo hasta el lunes a prim era hora? Aunque revisar la bandeja de entrada lleve tan sólo 30 se­ gundos, la preocupación y la proyección durante las siguientes 48 horas borran esa experiencia de tu vida. Tienes tiem po, pero no tienes atención, de m odo que el tiem po no tiene valor práctico. Un estilo de vida con las m ínim as decisiones se convierte en una herram ienta m uy eficaz cuando tienes en cuenta dos verdades: 404

1. C onsiderar opciones exige una atención que luego no puede ser em pleada en acción o en disponibilidad. 2. L a atención es necesaria no sólo p ara la productividad, sino tam bién p ara la evaluación. Por consiguiente: D em asiadas decisiones = m enos o cero productividad D em asiadas decisiones = m enos o cero evaluación D em asiadas decisiones = sensación de agobio ¿Q ué hacer? H e aqu í seis norm as básicas o fórm ulas que pueden aplicarse: 1. Establece unas norm as a fin de poder tom ar decisiones de form a autom ática en la m edida de lo posible [revisa las nor­ m as que sigo p ara externalizar mi correo a C an adá, incluidas al final de este ap artad o , com o un ejemplo de esto]. 2. N o provoques deliberaciones antes de poder actuar. Un ejem plo sencillo: no revises la bandeja de entrada el viernes por la noche o durante el fin de sem ana si puedes encontrar­ te con un problem a de trab ajo que no p od rá ser abordado hasta el lunes. 3. N o pospon gas decisiones sólo p ara evitar conversaciones incóm odas. Si un conocido te pregunta si quieres ir a cenar a su casa la sem ana que viene y tú sabes que no te apetece, no digas: «N o lo sé. T e digo algo la sem ana que viene». En vez de eso, di algo delicado pero concluyente: «¿L a sem ana que viene? Estoy casi seguro de que tengo otro com prom iso el jueves, pero gracias p or la invitación. Para que no estés pendiente de ello, digam os que no podré, pero te lo hago saber si hay algún cam bio, ¿v ale?». Decisión tom ada. Y a otra cosa. 45

4. Aprende a tom ar decisiones no concluyentes o reversibles lo antes posible. Establece tiem pos límite (no consideraré opciones durante m ás de 2 0 m inutos), límites de opciones (no consideraré m ás de tres opciones) o límites económ icos (si tal cosa cuesta m enos de 100 dólares [o el daño potencial es menor de 100 dólares], dejaré que un ayudante h aga una llam ada valorativa). Escribí gran parte de estos artículos des­ pués de aterrizar en el m onstruoso aeropuerto de Atlanta. Podría haber considerado m edia docena de transportes pú­ blicos y haberm e ahorrado entre un 3 0 -4 0 % , pero tom é un taxi. Para em plear cifras ilustrativas: no quería sacrificar 10 unidades de atención de mis restantes 50 de un total de 100 unidades potenciales, teniendo en cuenta que luego esas 10 unidades no podrían em plearse en este artículo. M e que­ daban unas ocho horas antes de acostarm e debido a las dife­ rentes zonas horarias — m ucho tiem po— , pero escasa aten­ ción utilizable después de una noche de diversión y el vuelo p ara cruzar todo el país. L as decisiones ráp id as dejan aten­ ción utilizable p ara lo que realmente im porta. 5. N o te esfuerces p o r cam biar — eso aum enta la considera­ ción de opciones— cuando no es necesario. L a rutina perm i­ te innovar donde es m ás conveniente. Al trab ajar con atletas, por ejem plo, queda claro que aquellos que mantienen el por­ centaje m ás bajo de grasa comen lo m ism o una y otra vez, con p ocas variaciones. Y o he com ido el m ism o desayuno y el m ism o alm uerzo bajo en carboh idratos durante casi dos años,88 introduciendo variantes sólo en las com idas que hago para disfrutar: la cena y tod as las com idas de los sábados. Esta m ism a distinción entre rutina y variación se encuentra en ejercicio vs. esparcim iento. Para perder grasa y ganar 88. Para ver en qué consiste exactamente el desayuno sólo debes buscar «siow-carb» en www.fourhourbiog.com o bien «slow-carb» y «Ferris» en Google.

406

m úsculo (hasta 15 kilos en cuatro sem anas) he seguido la m ism a tabla de ejercicio m ínim o, con ocasionales experi­ m entos, desde 1996. Sin em bargo, com o esparcimiento, don­ de el objetivo es la diversión y no la eficacia, trato de probar algo nuevo todos los fines de sem ana, ya sea escalar en los M ission Cliffs de San Francisco o hacer m ountain bike entre bodega y bodega en N ap a. N o confundir lo que deberían ser resultados conseguidos con la rutina (p.e. el ejercicio) con la diversión que se beneficia de las variaciones (p.e. el esparci­ miento). 6. Arrepentirse es tom ar decisiones en p asad o . Elim ina las quejas p ara minimizar el arrepentimiento. Condiciónate para detectar las quejas y deja de presentarlas con un sencillo pro­ gram a del tipo «el experim ento de 21 días sin q uejarse», que hizo fam oso Will Bow en, en el que llevas un simple brazale­ te y lo cam bias de una m ano a otra cada vez que te quejas. El objetivo es estar 21 días sin quejarse y vuelves a empezar desde cero cada vez que vuelves a caer en la tram pa. Este incremento de la conciencia ayuda a prevenir las deliberacio­ nes en p asad o y las em ociones negativas que no sirven de nada aunque sí reducen tu atención. L a t o m a d e d e c i s i o n e s n o debe evitarse..., ése no es el problem a. Fíjate en un buen jefe o un gerente de una gran em presa y verás un gran volumen de decisiones. Es la deliberación — el tiem po durante el cual vacilam os y consideram os cada decisión— la que consum e la atención. El tiem po total de la deliberación, y no el núm ero de decisio­ nes, es lo que determina el balance (o el déficit) de la cuenta ban caria de tu atención. Supongam os que pierdes un 10% de tiem po siguiendo las anteriores norm as pero recortas la media del tiem po que de­ dicas a tom ar una decisión en un 4 0 % (por ejem plo, 10 m i­ nutos reducidos a 6). N o sólo dispondrás de mucho m ás

407

tiem po y atención para dedicarlos a actividades que genera­ rán ingresos, sino que disfrutarás m ás de lo que tienes y ex­ perim entas. Considera ese 10% de coste adicional com o una inversión y com o parte de tu «im puesto p or un estilo de vida ideal», pero no com o una pérdida. Sigue un estilo de vida tom ando las m ínim as decisiones. Es una herramienta filosófica sutil y poco explotada que pro­ duce espectaculares aum entos tanto del rendimiento com o de la satisfacción, y todo ello con m ucho m enos agobio. Pon a prueba alguno de estos principios tom ando la pri­ m era de m uchas decisiones rápidas y reversibles.

6 D E FEBRER O D E 2008 LA LIST A D E C O SA S Q U E N O H A Y Q U E H A C E R : 9 C O ST U M B R E S Q U E D E B E N A B A N D O N A R SE YA

Las listas de «las cosas que no hay que hacer» son a menudo m ás efectivas que las de las que deben hacerse p ara m ejorar. La razón es m uy sencilla: lo que no haces determina lo que haces. A continuación se enumeran nueve costum bres muy habi­ tuales y estresantes que los em presarios y los em pleados deberían esforzarse por eliminar. C ada punto va acom paña­ do de una descripción m ás detallada. Concéntrate en una o dos a la vez, tal y com o harías con asuntos de m áxim a prio­ ridad. 1. N o contestes llam adas de núm eros de teléfono sin identi­ ficar. Sorprende a los dem ás, pero no perm itas que te sor­ prendan a ti. Las consecuencias son interrupciones no desea­ das o una situación no muy propicia para negociar. D eja que graben un m ensaje en el buzón de voz y plantéate utilizar un servicio com o GrandCentral (puedes escuchar a la gente m ientras está grabando su m ensaje o recibirlo com o sms) o 4 08

Phonetag.com (recibes m ensajes de voz com o si fueran correos electrónicos). 2. N o mires el correo electrónico a prim era hora de la m aña­ na o a últim a hora de la noche. L a prim era opción afecta a tus prioridades y planes p ara el día, y la segunda te provo­ cará insomnio. El correo electrónico puede esperar hasta las 10 de la m añana, después de que hayas resuelto al menos un asunto im portante. 3. N o aceptes reuniones ni llam adas si no están claros el orden del día o su duración. Si el objetivo está claramente definido y hay una fecha y una lista de temas a tratar, ningu­ na reunión o llam ada debería durar m ás de 30 minutos. Conciértalas con antelación a fin de «poder prepararla a conciencia y em plear bien el tiem po». 4. N o perm itas que la gente divague. O lvídate del «¿Q ué tal va to d o ?» cuando alguien te llame. Lim ítate a preguntar «¿Q u é p a sa ?» o a decir «E stoy ocupado, ¿qué ocurre?». M uchas veces, para zanjar un asunto hay que ir al grano. 5. N o revises constantem ente el correo electrónico. «Contente« y revísalo sólo a horas establecidas. N o me cansaré de insistir en este punto. D eshazte de ese dispensador de papelinas de cocaína que es el correo electrónico y concéntrate en ios asuntos im portantes que debes resolver en vez de respon­ der a supuestas emergencias. Instala un contestador autom á­ tico de m ensajes y revisa el correo dos o tres veces al día. 6. Lim ita al m ínim o la com unicación con los clientes que dan pocos beneficios y que sean m uy exigentes. N o hay nin­ gún cam ino que garantice el éxito, pero el m ás seguro para fracasar es tratar de com placer a todo el m undo. H az un análisis del 80/20 de tus clientes en base a dos aspectos: qué 409

20% genera el 80% o m ás de mis beneficios y qué 2 0 % con­ sume el 80% o m ás de mi tiem po. Luego pon el m ás y el m enos productivo en piloto autom ático con la excusa de un cam bio en la política de la em presa y m ándales un correo electrónico con las nuevas norm as con puntos m uy concre­ tos: núm ero de llam adas telefónicas perm itidas, horas en que respondes a los correos electrónicos, pedidos m ínim os, etc. Proponles un nuevo proveedor si no están dispuestos a acep­ tar la nueva política. 7. N o trabajes de m ás p ara afrontar una situación agobiante. Establece prioridades. Si no estableces prioridades, todo parece ser muy urgente e importante. Si defines el asunto m ás impor­ tante del día, casi nada parece urgente ni importante. A menu­ do es tan sólo cuestión de dejar que ocurran las cosas malas (devolver una llamada telefónica con retraso y pedir disculpas, pagar algo con recargo, perder un cliente poco razonable, etc.) para asumir los asuntos importantes. La respuesta a una situa­ ción agobiante no consiste en hacer equilibrios girando más platos — o fabricar m ás— , sino en definir las pocas cosas que puedan cam biar realmente tu trabajo y tu vida. 8. N o lleves el m óvil o un Crackberry encim a todos ios días durante las 2 4 horas. Libérate al m enos durante un día a la sem ana de las ataduras digitales. A págalos o, m ejor aún, déjalos en el garaje o en el coche. Y o suelo hacerlo al menos todos los sáb ad os y te recom iendo que dejes el m óvil en casa si sales a cenar fuera. ¿Y qué si devuelves una llam ada de teléfono una h ora m ás tarde o a la m añana siguiente? T al y com o le com entó un lector a un colega m olesto que trab aja­ ba las 2 4 horas, los siete días de la sem ana y esperaba que todo el m undo hiciera lo m ism o: « N o soy el presidente de los E stad o s Unidos. N adie debería necesitarme a las 8 de la noche. Vale, no me localizaste, pero, ¿acaso ocurrió algo grav e?». ¿Qué le respondió? N ad a. 410

9. N o esperes llenar con el trab ajo un vacío que las relacio­ nes y las actividades fuera de él no consiguen llenar. El tra­ bajo no lo es todo en la vida. T us colegas no deberían ser los únicos am igos que tengas. Program a tu vida y defiende ese program a tal y com o lo harías en una im portante reunión de negocios. N unca te digas a ti m ism o «L o acabaré este fin de sem an a». R evisa la ley de Parkinson (páginas 108-112) y oblígate a aprovechar tu jorn ada laboral a fin de que tu pro­ ductividad por hora no se pierda por el desagüe. Concéntra­ te, zanja los asuntos im portantes y vete. Estar todo el fin de sem ana m andando correos electrónicos no es form a de pasar el poco tiem po del que dispones en este planeta. Lo que ahora se lleva es concentrarse y cumplir con las obli­ gaciones, pero sólo es posible una vez dejam os de lado las constantes distracciones. Si tienes problem as para decidir lo que debes hacer, simplemente concéntrate en lo que no debes hacer. Es un medio distinto p ara conseguir un m ism o fin. 1 6 D E AGOSTO DE 2 0 0 7

E L M A N IFIE ST O D E L M A R G E N : 11 PRINCIPIO S PA RA L O G R A R (O D O B LA R ) LA R E N T A B ILID A D E N 3 M ESES A m enudo, la rentabilidad exige m ejorar las norm as y la rapidez, pero no m ás tiempo. El objetivo financiero de un negocio debería ser muy sen­ cillo: conseguir beneficios en el m enor tiem po y con el menor esfuerzo posibles. N o m ás clientes, m ás ingresos, m ás ofici­ nas o m ás em pleados. M ás rentabilidad. Según mis entrevistas con los m ejores gerentes (basándose en los parám etros rentabilidad p or em pleado) en m ás de una docena de países, he aquí los 11 principios básicos del «M an i­ 411

fiesto del M argen »... un llam am iento p ara recuperar puntos básicos que perm iten hacer cosas infrecuentes p ara lograr lo infrecuente: una rentabilidad consistente o duplicarla en tres m eses o menos. Suelo revisar los siguientes principios siempre que me enfren­ to a una situación agobiante o cuando bajan / se estancan los beneficios. 1. L a especialización es el futuro. L a norm a p ara divertirse de la enana generosa. H ace unos años, un agente financiero fue condenado a prisión por com erciar con violaciones. En parte fue descubierto p or las fastu o sas fiestas que celebraba en un yate, a las que a m enudo acudían enanas. En el Wall Street Jo u rn al se publicó una declaración del propietario de 1a em presa que p roporcionaba las enanas: «H ay gente a quien le gusta divertirse con en an as». La especialización es el futuro. Pero he aqu í el secreto: es posible especializarse y vender m asivam ente. En los anuncios de iPod no suenan las viejas canciones de los años 50, sino los éxitos del momento, dirigidos a la gente de veintitantos y treinta y tantos años, pero todo el m undo incluida su abuela quiere sentirse joven y m oderno, de m od o que hablan de nanos y se llam an a sí m ism os conversos al Apple. L a gente a ia que te diriges con tu publicidad no es la única población que com pra necesa­ riamente tu producto, sino el grupo con el que m ás gente quiere identificarse o al que desearía pertenecer. El objetivo no es el m ercado. N ad ie aspira a pertenecer a una m edia anodina, de m odo que no diluyas el m ensaje para llegar a todo el m undo, porque al final no llegarás a nadie. 2. R evisa a Drucker. L o que se puede medir, se puede gestio­ nar. M ide de form a com pulsiva, porque, com o señaló Peter Drucker, todo lo que se puede medir, se puede gestionar. Entre las herramientas para medir, adem ás de las habituales estadís­ ticas, se encuentran el CPP (costo por pedido, que incluye la 412

publicidad, la gestión y los retornos, los pagos anulados y las deudas incobrables), la publicidad que puedes permitirte (la cantidad m áxim a que puedes invertir en un anuncio y acabar sin ganar ni perder), la ratio de eficacia m edia y el valor del tiempo de vida del cliente teniendo en cuenta la tasa de retor­ no y la solicitud de un nuevo pedido. Plantéate la posibilidad de recurrir a un anuncio con respuesta directa. 3. Fijar los precios antes de producir. Primero planifica la dis­ tribución. ¿Son negociables tus precios? M uchas empresas venderán directamente al consum idor por necesidad al princi­ pio, pero luego se darán cuenta de que sus márgenes no pue­ den adaptarse a los proveedores y distribuidores cuando lla­ m an a lá puerta. Si tienes un margen de beneficio del 4 0 % y un distribuidor necesita un 70% de descuento para vender al por m ayor, estarás condenado para siempre a vender directa­ mente al consum idor..., a m enos que incrementes los precios y los márgenes. Si es posible, es m ejor recurrir a esto en prime­ ra instancia o tendrás que lanzar nuevos productos o produc­ tos «prem ium », de m odo que planifica la distribución antes de fijar el precio. V alora los supuestos y descubre los costos ocul­ tos hablando con quienes ya lo hayan hecho. ¿Tendrás que pagar por la publicidad corporativa, ofrecer descuentos para pedidos muy grandes o p agar por figurar en un estante o un lugar destacado? Conozco a un ex gerente de una gran m arca que tuvo que vender su empresa a uno de los m ás importantes fabricantes de refrescos del m undo antes de poder acceder a la estantería principal de las tiendas de los minoristas. V alora los supuestos y haz los deberes antes de fijar los precios. 4. M enos es m ás. Lim itar la distribución p ara aum entar el rendimiento. ¿Una m ejor distribución significa que todo fun­ cionará m ejor? N o. Una distribución descontrolada provoca toda clase de quebraderos de cabeza y pérdida de beneficios, las m ás de las veces relacionada con las tiendas que ofrecen 4i 3

descuento. El proveedor A baja los precios para competir con el proveedor online B, y el descenso de los precios sigue hasta que ninguno de los dos le saca suficiente beneficio al producto y dejan de efectuar pedidos. Eso te obliga a lanzar un nuevo producto, ya que la erosión de los precios es casi siempre irreversible. Evita esta situación y plantéate asociar­ te con uno o dos distribuidores clave, em pleando esa exclu­ sividad p ara negociar m ejores térm inos: m enos descuentos, prepago, ubicación preferente, apoyo publicitario, etc. D es­ de los iPods a los R olex, pasan do p or Estée Lauder, las m ar­ cas con un alto rendimiento sostenible han em pezado nor­ malmente con una distribución controlada. Recuerda que el objetivo no es conseguir m ás clientes, sino m ás beneficios. 5. Coste nulo. Crear dem anda vs. términos de la oferta. Con­ céntrate en crear dem anda en los clientes a fin de que seas tú quien pueda establecer los térm inos. A m enudo, un anuncio en un catálogo es suficiente p ara conseguir este propósito. Salvo en los casos de la ciencia y la ley, la m ayoría de las «n orm as» son fruto de la práctica. El m ero hecho de que en tu sector em presarial todo el m undo ofrezca plazos no signi­ fica que tú tengas que hacerlo tam bién, y ofrecerlos es el ingrediente m ás im portante para fracasar cuando estás empe­ zando. Recurre com o pretexto a la situación económ ica que rodea los com ienzos y a la siempre útil «política de la empre­ sa » p ara justificar el prepago y disculparte, pero no hagas excepciones. L o s 30 días se convierten en 60 y luego en 120. El tiem po es el activo m ás costoso cuando se está em pezan­ do, y perseguir a los m orosos te im pedirá conseguir m ás ven­ tas. Si los clientes dem andan tu producto, los proveedores y los distribuidores tendrán que com prarlo, es así de sencillo. Los fondos y el tiem po deben form ar parte de tu estrategia de m arketing y de tus relaciones públicas a fin de que puedas inclinar la balanza a tu favor.

414

6. L a repetición suele ser redundante. Un buen anuncio fun­ ciona sólo la prim era vez. Utiliza un anuncio de respuesta directa (incitar a la com pra con un número de teléfono o una página web) con resultados que puedan rastrearse en vez de anuncios de imagen, a menos que alguien compre de antem a­ no para así com pensar el coste (p.e., «Si adquiere 288 unida­ des, incluiremos su tienda/URL/teléfono de form a exclusiva en una página entera en...»). N o hagas caso a los agentes publicitarios que te digan que necesitas 3, 7 o 2 7 apariciones antes de que alguien se fije en un anuncio. Un anuncio bien diseñado y orientado funciona la prim era vez. Si algo funcio­ na especialmente bien (p.e., un alto índice de dem andas aun­ que sólo unas pocas se convierten en ventas, o viceversa, un bajo índice de dem andas aunque m uchas de ellas se convier­ ten en ventas, etc.), dando a entender que podría conseguirse una im portante rentabilidad sobre la inversión haciendo algunos pequeños cam bios, ajusta alguna variable controlada y prueba una vez m ás. Cancela cualquier cosa que no pueda justificar una rentabilidad sobre la inversión rastreable. 7. Evita los inconvenientes p ara asegurar las ventajas. Sacri­ fica los m árgenes en aras de la seguridad. N o fabriques un producto en grandes cantidades p ara aum entar ios márgenes a m enos que tu producto y tu estrategia de m arketing hayan sido probados y estén listos p ara funcionar sin cam bios. Si un núm ero lim itado de prototipos cuesta 10 dólares la uni­ dad y se vende por 11, está bien p ara el período de prueba, y es esencial para evitar los inconvenientes. Sacrifica tem po­ ralmente los m árgenes durante la fase de prueba y evita los posibles y fatales problem as de liquidez. N egocia a posteriori. H az que sean los dem ás quienes negocien entre ellos. C uando com pres, nunca seas el primero en hacer una oferta. Muéstrate horrorizado tras la primera ofer­ ta («¡Tres mil dólares!», seguido de un silencio total, que el 415

vendedor, incóm odo, llenará bajan do el precio) y deja que los dem ás negocien entre sí (decir «¿E s realmente ésta tu m ejor oferta?» provoca al m enos una rebaja adicional del precio). Si su oferta final es de 2 .0 0 0 dólares y tú quieres p agar 1 .500, ofrece 1.250. Ellos con traatacarán con 1.750, a lo que tú respondes: «Se me ocurre una idea... V am os a repartir la diferencia. Y o te m ando un cheque p or FedEx esta noche, y lo dejam os ah í». ¿R esultado final? Exactam ente el que querías: 1.500 dólares. 8. H iperactividad vs. productividad. 8 0 /2 0 y la ley de Pareto. Estar ocupado no es lo m ism o que ser productivo. Olví­ date del exceso de la ética de trab ajar a destajo de los comien­ zos que la gente luce com o una banda de honor y sé analítico. El principio del 80/20, conocido tam bién com o ley de Pareto, dice que el 8 0 % de los resultados que deseas son produc­ to del 2 0 % de tus actividades o aportaciones. Una vez por sem ana, deja de ap ag ar incendios durante una tarde y haz núm eros para asegurarte de que estás dedicando tu esfuerzo a lo que m ás lo merece: ¿qué 2 0 % de clientes/productos/ zonas produce el 8 0 % de los beneficios? ¿C uáles son los factores que explicarían esto? Invierte en duplicar el rendi­ m iento de esas zonas fuertes en vez de tratar de m ejorar las que no lo son. 9. El cliente no siempre tiene razón. «D esp id e» a los clien­ tes dem asiado exigentes. N o tod os los clientes son iguales. Aplica el principio del 80/20 al consum o del tiem po: ¿qué 2 0 % de gente consum e el 80% de tu tiem po? Pon a los clien­ tes m uy exigentes y que generan pocos beneficios en piloto autom ático — tom a sus pedidos pero no los envíes u olvída­ los— y «despídeles» m andándoles un m em orándum deta­ llándoles la nueva política de la em presa que exigen algunos cam bios realizados: cuándo y cóm o estar en contacto, pre­ cios y órdenes de pedido estandarizados, etc. Infórm ales de 416

que, p ara esos clientes cuyas necesidades son incom patibles con la nueva política de la em presa, estás dispuesto a propor­ cionarles otros proveedores. «Pero, ¿y si mi cliente m ás im portante consum e todo mi tiem po?» Adm ite que: 1) sin tiem po, no puedes m ejorar tu em presa (y, a m enudo, tam po­ co tu vida) sin ese cliente, y 2) la gente, incluso la buena, abu sará inconscientemente de tu tiem po hasta el punto de que acabes dejándoles. Establece norm as que funcionen para todo el m undo p ara m inim izar contactos absurdos e intermi­ nables. 10. Prioriza los plazos de entrega, no los detalles. Com prue­ b a la fiabilidad antes de la capacidad. L as aptitudes están sobrevaloradas. Un producto perfecto entregado fuera de plazo es capaz de acabar con una em presa m ás que un p ro ­ ducto correcto entregado a tiem po. Com prueba la capacidad de alguien p ara entregar algo dentro de una fecha límite ina­ m ovible antes que contratarle tras echar un vistazo a un espectacular currículum . Un producto puede servirse si tie­ nes fondos, pero, a m enudo, no cum plir con un plazo de entrega tiene resultados fatales. Calvin C oolidge dijo en una ocasión que nada es tan común com o los hom bres con talen­ to que fracasan; yo añadiría que la segunda cosa m ás común es la gente inteligente que piensa que su coeficiente de inteli­ gencia o su currículum justifica hacer una entrega fuera de plazo. 2 4 DE ju n io d e 2 0 0 8

4i7

E L S A N T O G R IA L: C Ó M O E X T E R N A LIZ A R LA B A N D E JA D E E N T R A D A Y N O V O L V E R A REV ISA R JA M Á S E L C O R R E O E L E C T R Ó N IC O (¡Qué te parecería no tener que volver a revisar jam ás el correo electrónico? ¿Q ué tal si pudieras contratar a alguien p ara que dedicara incontables horas a controlar la bandeja de entrada en tu lugar? Esto no es una quim era. D urante los últim os doce meses he experim entado lo que supone no estar pendiente de la bandeja de entrada enseñando a otras personas a com portar­ se com o yo. N o a im itarm e, pero sí a pensar com o yo. H e aq u í el resultado: recibo m ás de 1 .0 0 0 correos elec­ trónicos al día en varias cuen tas.89 En vez de pasarm e entre 6-8 horas al día revisando los m ensajes, que es lo que solía hacer, puedo p asarm e días e incluso sem anas sin leer el correo electrónico... y eso só lo me lleva 4-10 m inutos por noche. D ejadm e que os explique lo básico, seguido de algunos consejos y plantillas p ara externalizar vuestra bandeja de entrada. 1. Tengo varias direcciones de correo electrónico en función de los tipos de m ensaje (lectores del blog, fam iliares y am i­ gos, etc.). tim @ ... es la que doy a los nuevos contactos, que van a m i ayudante. 2. El 9 9 % de los correos electrónicos se dividen en catego­ rías predeterm inadas de preguntas con una serie de cuestio­ nes o respuestas (mi docum ento de «n orm as» está al final de este ap artad o... Podéis robarlo, adaptarlo y utilizarlo). M i(s) 89. Afortunadamente, el número de correos ha disminuido a 2.0003.000 a la semana gracias a este libro.

4 18

ayudante(s) revisan y vacían la bandeja de entrada a las 11 de la m añana y a las 3 de la tarde. 3. Para el 1% de correo electrónico que tal vez requiera mi atención inm ediata hablo por teléfono una vez al día con mi ayudante a las 4 de la tarde entre 4-10 minutos. 4. Si estoy ocupado o trabajan do en el extranjero, mi ayu­ dante deja los m ensajes que requieren mi inm ediata atención por orden num érico en mi buzón de voz, a los que puedo responder con un breve correo electrónico. Actualmente pre­ fiero la opción del buzón de voz; creo que obliga a mi ayu­ dante a estar m ás preparado y a ser m ás conciso. T odas las noches (o a prim era hora de la m añana) escucharé el buzón de voz de mi ayudante con el Skype y, sim ultánea­ mente, escribiré lo que debo hacer (1. Bob: Decirle que...; 2. Jo sé en Perú: Pedirle que...; 3. H ablar con C arolina del N orte: C onfirm ar..., etc.) en el chat del Skype o en un correo electrónico rápido. ¿C uánto tiem po exige el nuevo sistem a? Entre 4-10 minutos en vez de 6-8 horas filtrando m ensajes y repitiendo respuestas. Si sólo tienes una cuenta de correo, te recom iendo utilizar un program a del estilo de O utlook o M ail en vez de un pro­ gram a b asad o en una página web, com o Gm ail, por una razón muy sencilla: si ves que hay m ensajes nuevos en tu bandeja de entrada, los leerás. C om o dicen en Alcohólicos A nónim os: si no quieres caer en la tentación, no vayas a un lugar donde puedas caer en ella. Ésta es la razón de que ten­ ga una cuenta personal privada que uso para enviar correos electrónicos a mi ayudante y p ara comunicarm e con los am i­ gos. Casi siempre está vacía. L o s correos electrónicos es la última cosa que la gente olvida. L o s directores de las 500 com pañías m ás im portantes del m undo, los autores de éxitos de ventas, los fam osos... 4 19

Conozco a docenas de artistas de prim era fila que lo delegan todo salvo el correo electrónico; se agarran a él com o si fue­ ra algo de lo que sólo ellos pudieran ocuparse. «N adie puede revisar el correo electrónico por m í» es un supuesto que nadie cuestiona; o bien: «C on testo a tod os los correos elec­ trónicos que me m an dan » es una fan farron ada, tam poco cuestionada por nadie, que les mantiene frente al ordenador entre 8-12 horas de una tacada. N o resulta nada divertido y les impide hacer cosas m ás im portantes y gratificantes. Supéralo. Y o tuve que hacerlo. R evisar el correo electró­ nico no es una habilidad extraordinaria que sólo posees tú. En realidad, revisar el correo electrónico es lo m ism o que cualquier otra cosa: un proceso. L a form a en que evalúas y m anejas — borrar vs. guardar, reenviar vs. responder— el correo electrónico es tan sólo una serie de preguntas que te haces a ti m ism o, ya sea consciente o inconscientemente. T engo un docum ento titulado «N orm as de procesam iento de T im Ferriss» al que mis ayudantes añaden regías cuando les m ando una nota a través del correo electrónico en cuyo asun­ to he escrito «A Ñ A D IR N O R M A S ». T ra s una o dos sem a­ nas con un ayudante virtual (AV), acabarás con una serie de reglas externalizadas que serán un reflejo de cóm o tu cerebro procesa el correo electrónico. A m enudo te enseña lo capri­ chosa que puede llegar a ser tu form a de procesar. H e inclui­ do aquí m is «n orm as» p ara ahorraros un poco de tiempo. H e aquí unos cuantos consejos: 1. Concertar citas y reuniones lleva m ucho tiem po. H az que sea tu ayudante quien lo haga por ti en Google Calendar. Yo introduzco mis anotaciones con mi Palm Z 2 2 o el iC al y luego utilizo Spanning Sync y M issing Sync para Palm OS para sincronizarlo todo. C on mi Sony V A IO , que aún me llevo cuando viajo, utilizo C om panionLink p ara el Google Calendar. Te sugiero agrupar las reuniones o las llam adas en uno o dos d ías, con 15 m inutos entre cad a una de ellas. 420

R epartirlas a lo largo de toda la sem ana a deshoras no hace m ás que interrum pir el resto del trabajo. (Actualizaciones p ara 2 0 0 9 : he desechado el Palm Z 2 2 y ahora utilizo un M acB ook de 25 cm s. y BusySync p ara sincronizar el iC al con el Google Calendar.) 2 . Si accedes a la bandeja de entrada de tu ayudante y con­ testas a tod os los m ensajes, infórm ale para que sepa que tú te encargas de ello. 3. Debes estar p reparado p ara pequeños contratiem pos. La vida está llena de com prom isos y hay que dejar que ocurran cosas m alas si quieres hacer grandes cosas. N o hay m odo de evitarlo. Prevé to d o s los problem as y no consigas nada, o bien acepta un porcentaje perm isible de pequeños problem as y concéntrate en las cosas im portantes. ¿Listo p ara em pezar y prob ar el santo grial? Éstos son los p asos. 1. Determina exactamente qué cuentas vas a usar y cóm o quieres que respondan (o sólo categoricen o purguen) el correo electrónico por ti. 2. Busca un ayudante virtual. 3. Pon a prueba su fiabilidad antes de decidir si está cualifi­ cado. Diles a los tres candidatos finalistas que hagan algo en un plazo de tiem po lim itado (24 horas) antes de contratarles y dejar que se ocupen de tu bandeja de entrada. 4. Establece un período de prueba de 2-4 sem anas para ver cóm o se desenvuelven y resolver los problem as. Insisto una vez m ás: habrá problem as. Serán necesarias entre 3-8 sem a­ nas para que todo marche sobre ruedas.

42.1

5. Diseña tu estilo de vida ideal y encuentra algo m ás que hacer aparte de dejar que tu cerebro se seque con la bandeja de entrada. Llena los vacíos. N O R M A S D E PR O C E SA M IE N T O D E T IM FER R ISS90 [Véase que se trata de un form ato de preguntas y respuestas. A lgunas de las preguntas pertenecen a m i lista estándar para los ayudantes virtuales, mientras que otras han sido añadidas por mi ayudante, que fue quien ordenó este documento.] Contraseñas C a len d a r

w w w .S p am A rrest.c o m

h ttp://caiendar.google.com

Nom bre de usuario: XXXX C ontraseña: XXXX

Login: XXXX C ontraseña: XXXX

w w w .A m azon.com

C u e n ta G-mail d e G o o g le h ttp://m aii.google.com

Nom bre de usuario: XXXX

N om bre de usuario: XXXX

Contraseña: XXXX

C ontrase ña: XXXX

w w w .N o C o stC o n feren c e.c o m

w w w .P ay P al.co m

N om bre de usuario: XXXX

Nom bre de usuario: XXXX Contraseña: XXXX

C ontraseña: XXXX

R e c u r s o s s ó lo p a r a e l le c to r h ttp :/ / fo u rh o u rw o rk w e e k .c o m /w m s /m e m b e rs /m e m b e rs .p h p » LA CONTRASEÑA SÓLO PARA LOS LECTORES ES!

XXXX

R equisitos del equipo

[A menudo tengo ayudantes de nivel ejecutivo que dirigen a 4-5 «subayudantes virtuales» que se ocupan de algunas tareas repetitivas, los cuales suelen cobrar normalmente la m itad de lo que cobra p o r hora un ejecutivo. El ayudante virtual eje90. Este blog está disponible, por supuesto, para todos aquellos que quieran aplicar sus reglas para su uso personal.

422

cutivo contrata a un jefe de personal o, en algunos casos, a un director de operaciones.] ® D escárgate: w w w .alexa.com (barra de tareas). ® Aprende estadística, clasifica las perspectivas comerciales y las distintas form as de asociarse. ® L o s plazos de entrega son extrem adam ente im portantes. ¡Teñios en cuenta y sé puntual! ® Si Tim dice: «L lám am e m ás tard e«, LL Á M A L E M Á S T A R D E , no le envíes un correo electrónico. Este punto es m uy im portante, ya que Tim no siempre tiene acceso al correo electrónico porque viaja mucho. ® Aunque sea muy tarde, él está levantado hasta tarde; si no quiere responder al teléfono, no lo hará. Siempre prefiere una llam ada telefónica a un correo electrónico. ® C om pra y léete The Elem ents o fSty le en lo concerniente a una buena gram ática y puntuación. T ratam os con clientes muy im portantes en nombre de T im y una buena redac­ ción de ios m ensajes dice mucho acerca de su equipo. ® Fam iliarízate todo lo que puedas con su libro y su página web para contestar a las preguntas de acuerdo con ellos. Inform ación de contacto T im Ferriss [dirección de correo eiectrónico]

M óvil d e T im (pa ra tu u so exclusivo): [m óvil privado] N ú m e ro para d a r a otros: [n ú m e ro d e G rand C entrai] S k y p e : XXX X

D irección d e facturación (privada ): [dirección de facturación]

Com pras P ÍD E LE [A LA JEFA D E A Y U D A N T E S V IR TU A L E S ] S U N Ú M E R O D E A M E X . ELLA T E DIRÁ SI P U E D E N A P R O B A R S E LAS C O M P R A S .

42-3

Preguntas y respuestas (preferencias)

1. ¿Q ué opinas sobre las em presas conjuntas? Yo estoy abierto a ellas, aunque mi m arca de fábrica y mi respetabilidad son de prim er orden. N o haré nada con nadie que sea poco de fiar o un aficionado. L a frase: «¡G an e millo­ nes mientras duerme con nuestro increíble program a de ejecu­ ción hipotecaria!» en una página web descalifica a cualquiera. N o podría asociarm e con nadie a quien pudiera considerarse un mentiroso o un estafador. Plantéate lo siguiente: si el geren­ te de una reconocida empresa viera esto, ¿dejaría de estar inte­ resado en hablar conm igo? Si la respuesta es sí, no funcio­ nará. Para aquellos que superen este criterio, ¿qué es lo que han hecho h asta ahora? En general, no busco principiantes, a m enos que tengan un historial m uy bueno o una gran repu­ tación. 2 . ¿Te centras únicamente en trab ajos que generan benefi­ cios? N o . Tam bién busco prestigio (H arvard, el gobierno, etc.), am plia difusión, así com o emprender negocios con gente que tiene una gran capacid ad en un cam po concreto. 3. ¿C óm o m anejas el spam ? Con Spam A rrest y Gm ail. Actualmente no tengo ningún pro­ blema con el spam . 4. ¿C uál es tu m ejor tiem po de respuesta (p.e.: contesto a todos los correos electrónicos antes de que pasen 48-72 horas desde su recepción)? El m ism o día. T e insto a contestar pronto. 5. ¿R espondes a todos los correos electrónicos? Sí, pero quiero que antes los filtres, contestes a todos ios que 424

puedas y m arques los que yo debería responder con la eti­ queta «T IM » en Gm ail. [Anteriormente, en este m ismo ap ar­ tado, he com entado que ahora pido al ayudante virtual que me los deje en el buzón de voz.] 6. ¿Introduces todos los actos en tu agenda? Sí, aunque espero que seas tú quien lo h aga con m ás frecuen­ cia. 7. ¿Te «o cu p as» de tus co sas, o delegas? M e vienen bien am bas opciones, pero prefiero ocuparm e de ellas personal­ mente. :-) Intentaré pasarte una lista p ara que te ocupes de ella. N E C E ­ SITO que me confirm es que has recibido los encargos (basta con «tal cosa se h ará a tal h ora») y me gusta que se actualice el estado de los proyectos im portantes. 8. ¿Quién form a parte de tu equipo? En este m om ento, yo, el equipo editorial y algunos relaciones públicas. M ás adelante podría incluirte en m is otros nego­ cios, pero por el m om ento ésta es la situación. 9. ¿C on quién debem os colaborar de form a habitual? C onsulta lo dicho anteriorm ente. En un 9 0 % conm igo, y luego posiblem ente con mi(s) publicista(s), el departam ento técnico y el equipo de la web, y mi agente literario. En el futuro habrá m ás gente, pero por ahora esto es todo. 10. ¿Quién tom a las decisiones por ti? Puedes tom ar cualquier decisión que suponga un gasto infe­ rior a 100 dólares. U sa tu sentido com ún e inform a de tus decisiones. 11. ¿Tienes «d ías» libres (sin reuniones de trabajo)? Intenta no concertar reuniones p ara los viernes, pero sigue tu 425

instinto. [Actualización: A hora sólo celebro reuniones los lunes y los viernes.] 12. ¿Quién se ha ocupado hasta ahora de tus reuniones de trabajo? Y o mismo. N o he tenido ninguna reunión en persona desde hace casi cuatro años. Las cosas han cam biado con el lib ro .;-) 13. Cuéntanos cóm o es tu sem ana laboral «ó ptim a» (p.e., cuánto tiem po debe transcurrir entre dos llam adas telefóni­ cas, cuántas reuniones celebras por sem ana, tus preferencias a la hora de viajar, etc.). ® M e acuesto tarde, de m od o que trata de evitar las llam a­ d as telefónicas antes de las 10 de la m añana en la m edida de lo posible. ® «A grupa» las llam adas telefónicas y las reuniones a fin de que pueda atenderlas al m ism o tiem po y evitando tener una a las 10 de la m añ an a, otra a la 1 y una tercera a las 4 de la tarde. Concéntralas, con un espacio de 15-20 m inu­ tos entre cada una de ellas siempre que sea posible (es decir, entre las 10 y la 1). Si alguien insiste en «h ablar conm igo p or teléfono», dile algo así: «Para que todos podam os aprovechar bien el tiem po, Tim prefiere tener una agenda con objetivos definidos antes de ponerse al teléfono. ¿Podría m andar un m ensaje con algunos de los puntos a tratar y program ar la llam ada?». O algo por el estilo. 14. ¿Te gustaría que program áram os tus cosas en.tu agenda profesional (p.e., encargar flores p ara tu m adre el D ía de la M adre, etc.)? Por supuesto. 15. ¿Cuáles son «to d a s» las direcciones de correo electróni­ co a las que debem os responder en tu nombre? V éase el ap artad o anterior. 42 6

16. ¿Q uieres que respondam os «com o si fuéram os tú» o algo com o «ayuda al cliente de Tim Ferriss»? Prefiero la segunda opción, algo así com o: «Ayudante ejecu­ tivo de Tim Ferriss» bajo vuestro nom bre... Estoy abierto a sugerencias. 17. ¿C uán tas veces al día quieres que revisem os tu correo electrónico? Para em pezar estaría bien que lo hicierais dos veces. A las 11 de la m añana y a las 3 de la tarde en vuestra zona horaria. 18. ¿C uál es tu horario de trabajo? De las 10 de la m añana a las 6 de la tarde, y a m enudo de las 11 de la noche a las 2 de la m adrugada. [Antes de que me preguntéis «¿Q ué ha sido de la sem ana laboral de 4 h oras?», entended que las «h oras de tra b ajo », en este caso, pueden sustituirse por «h oras disponibles al teléfono». Tengo muchos proyectos y no apuesto por la holgazanería. Soy M U Y activo. Echad un vistazo al sexto com entario sobre este apartado en ww w.fourhourblog.com p ara m ás información o leed de nue­ vo el capítulo de este libro titulado «Llenar el vacío».] 19. ¿Te gusta utilizar los m ensajes instantáneos? N o m ucho, a m enos que se trate de una conversación pro­ gram ada. T ú entra y permanece conectado; yo me conectaré si necesito algo. [Actualmente suelo usar el chat del Skype, porque está encriptado y puedo evitar usar otro program a de m ensajería instantánea.] 20. ¿Q ué prefieres p ara responder a una pregunta rápida, una llam ada telefónica o un correo electrónico? Sin duda alguna, U N A LLA M A D A T E LE FÓ N IC A . N O me m andéis un correo electrónico si se trata de algo urgente. Siguiendo mis propios consejos, no reviso m uy a m enudo el correo electrónico. 42.7

21. ¿C uál es tu color favorito? El verde que tienen las h ojas de cedro en julio. 22 . Llam a a últim a hora del día (si) hay algo que T im debe­ ría responder p o r correo electrónico. 23 . E-books: Com entarles que pueden descargarse el e-book en w w w .pow ells.com . 24. Etiquetar todos los correos electrónicos de «Expert Click» para Tim. N o necesitan ser contestados o reenviados. 25. T o d o s los correos electrónicos de Linked-In pueden ser archivados o b orrados, ya que T im recibe una notificación en cuanto entra en su cuenta de Linked-In. 26. Para las preguntas referentes a los inicios de los negocios de salud y san id ad (preguntas sobre los inicios de BrainQ U IC K E N ), véanse las plantillas de G m ail tituladas: Felici­ taciones y Preguntas generales sobre em presas. Plantillas B rainQ U ÍC K EN . 27. Para investigar sobre el idiom a, por favor, revise los recursos de idiom a en las plantillas de gmail. 28. C uando T im escribe «d ictar» en la respuesta a un correo electrónico significa que al destinatario podem os decirle: Puesto que en estos m om entos T im está de viaje y no puede responder personalm ente a su correo electrónico, le comenté por teléfono su m ensaje y me pidió que se lo dictara. Esto facilita el proceso, ya que no tenemos que cam biar el contex­ to de la persona a la que respondem os. [Esto evita que m i ayudante tenga que convertir m i respues­ ta en prim era p ersona «Por favor, dile que...» en tercera per­ sona: «T im dice q u e ....... Si en vez de escribir se puede «cor­ tar y p egar» se ahorran horas del ayudante.] 428

29. Si alguien m anda un correo electrónico a m uchos desti­ natarios y yo soy uno de ellos, suelo ignorarlo o borrarlo. Lo leo detenidamente, por supuesto, pero si dice, por ejemplo «unas cuantas personas influyentes que conozco» o algo por el estilo, pero quien ha enviado el m ensaje no puede tom arse la m olestia de personalizarlo, me olvido de él. Pero si Tim es copiado, evidentemente, es otra historia. 30. L a dirección de Tim es X X X X . E ST E C O R R E O E L E C ­ T R Ó N IC O N O D EBE SE R D ISTR IBU ID O N I E N T R E G A ­ D O A N A D IE. Si quieres copiar a Tim en un correo electró­ nico, utiliza el BG C Field, de ese m odo es privado. 31. M arca a cualquier persona de Princeton para que yo lo revise (etiqueta T IM ). [N ota: E sto tuve que m odificarlo a causa de este libro.] 32. Si rechazo la propuesta de alguien y sigue insistiendo, m ándale otro m ensaje — «T im agradece su insistencia, pero realmente no p u ed e...», etc.— , y luego archiva las futuras propuestas. U sa tu buen juicio, p o r supuesto, aunque ésta es la regla general. H ay gente que no sabe cuándo la insistencia acaba resultando irritante. 33. Establece una norm a para responder con «program ado» para todos los asuntos que m ando p ara que sean incluidos en el calendario (indicando cuándo han sido introducidos). Olvi­ darse de los asuntos program ados en el calendario puede pro­ vocar graves problem as, y éste es un m odo de revisarlo. 34. N o es necesario seguirle la pista a alguien después de que haya llam ado a m enos que T im indique lo contrario o esa persona solicite algo. 35. Envía todas las solicitudes p ara hablar con él a X X X X y 429

asegúrate de que confirm a la recepción del m ensaje (de todas form as, véanse los puntos 38 y 39). 36. Enviad las preguntas en una lengua extranjera (p.e., la com pra de derechos, si el libro está disponible en tal idiom a, etc.) a [la persona indicada de mi editorial]. 37. L a dirección de correo X X X X de R andom H ouse ha sido sustituida por X X X X . 38. H abla antes con Tim para program ar cualquier activi­ dad en una fecha concreta, porque puede que esté de viaje. 39. C uando se program en reuniones en el calendario, averi­ gua qué asuntos quieren tratar e introdúcelos tam bién en el calendario p ara que Tim pueda preparárselos. A segúrate a si­ m ism o de pedir un núm ero de teléfono en el caso de que no puedan contactar con Tim . [Casi siem pre h ago que sea la gente quien me llame, a m enos que esté en el extranjero; ésta es otra form a de asegurarse de no perderse una reunión.] 40. Escribe las iniciales en la casilla del asunto del calenda­ rio p ara saber quién (qué ayudante virtual) lo ha introduci­ do. 41. Prepare preguntas p ara Tim antes de enviárselo a él para obtener su ranking de A iexa, las posibles fechas de un evento, un enlace a hechos del p asad o que se han llevado a cabo, presupuestos, otros oradores confirm ados, etc., y, a continuación, envíe esta inform ación a Tim para su revi­ sión. 42. Contesta a las preguntas sobre el M étodo P X con las siguiente respuesta:

430

H ola [nombre]. Gracias por su pregunta sobre el M étodo PX, aunque la página sobre dicho método ha sido diseñada como una simple plantilla para que la gente pueda consultarla como referencia y poner en práctica sus propias ideas. N o estamos seguros de si Tim pondrá a la venta (ni cuándo, en el caso de que lo haga) el M étodo PX, pero de momento no hay ningún plan al respecto. De todas form as, agradecemos su interés. ¡Muchas gracias!

[M e llegan algunos correos electrónicos de lectores que no ven la nota aclaratoria en la página de la m aqueta del M éto­ do P X y tratan de encargar un producto que aún no está listo para ser enviado.] 43. D escárgate el visor eFA X p ara leer los fa x de Tim . Su número de fax es: X X X X . 44. L as preguntas sobre actos y charlas pueden responderse así. Gracias por su correo electrónico y por invitar a Tim. Al con­ sultar el acto online, veo que es el X de abril de 2 0 X X en Portland, Oregón [por ejemplo]. Antes de comentárselo a Tim, ¿podría res­ ponder a unas breves preguntas, a fin de tener un poco más de información y así tomar una decisión? • ¿Le gustaría que Tim estuviera presente durante todo el acto? • ¿Cuánto duraría la presentación? ¿O se trata de un acto con preguntas y respuestas? • ¿Cuáles serían los gastos del viaje y del alojamiento, y la tarifa de un traductor? • ¿Cuál es su presupuesto para una presentación? • ¿H ay otros participantes que hayan confirmado su presencia?

431

En cuanto reciba su respuesta, hablaré con Tim para comentar las posibilidades de que asista. ¡M uchas gracias! Cordialmente, [Nombre] Este correo electrónico es: [ ] blogueable [x] preguntar antes [ ] privado [nombre] Ayudante ejecutivo de Tim Ferriss Autor: L a sem ana laboral de 4 horas (http://www.fourhourworkweek.com) (Random House/Crown Publishing) Bio y diversión: http://www.fourhourworkweek.com/blog 21 D E ENERO D E 2 0 0 8

PR O P U E ST A PA RA T R A B A JA R A D IST A N C IA C O N CONTRATO Ésta es la propuesta p ara trab ajar a distancia que Autumn Brookm ire, una lectora, presentó p ara trasladarse a Argenti­ na conservando su empleo y reduciendo a 5-10 horas su jo r­ n ada sem anal.

A u t u m n B r o o k m ir e

Ju lio d e

2008

E x p e r ie n c ia

Después de haber trabajado para [nombre de la empre­ sa] durante m ás de dos añ os, siento una gran afinidad con la gente y el com etido de esta com pañía, a la que creo haber aportado m ucho desde mi puesto de coordinadora del departam ento de m arketing. C on mis soluciones crea­ 432

tivas y mis propuestas, muy rentables, he cam biado la form a de producir y distribuir nuestras tarjetas de felici­ tación y he puesto en m archa un concurso para conseguir fotos que hemos podido utilizar para nuestra publicidad y nuestras publicaciones. M e gustaría hacer una propues­ ta para seguir llevando a cabo las siguientes tareas para [nombre de la em presa], pero trabajan do a distancia con contrato. Tengo intención de trasladarm e a vivir a Argen­ tina entre 6-12 meses a partir de septiembre de 2008. Mi objetivo es m ejorar la fluidez de mi español y realizar una inmersión en una cultura y un entorno extranjeros para, viéndome obligada a adaptarm e a una nueva form a de pensar, desarrollar mis capacidades. Estoy dispuesta a com entar las diversas m aneras de hacer que esto sea posible y tengo algunas sugerencias si. [nom­ bre de la empresa] quiere escucharlas. Podem os probar este acuerdo durante unos m eses para ver si funciona para am bas partes. I u n c i ó n ;• l : I ) í m » o g rá fico \ c o o rd in a d o ra de publicidad

Responsabilidad: Crear una program a de m ateriales im presos y coordinar­ lo con los respectivos equipos. Expectativas: • Los materiales im presos deberán estar Estos a tiempo. Responsabilidad: C oordinar proyectos de diseño con los directores de pro­ gram a y con los artistas gráficos/diseñadores indepen­ dientes.

433

Expectativas: ® L o s diseños de los m ateriales im presos deberán ser adecuados para el público, precisos y atractivos. ° L o s m ateriales im presos deberán tener una calidad profesional y ser producidos dentro del plazo estable­ cido. ■ ■ ■ . : ■ Responsabilidad: M antener relaciones con los im presores para minimizar los costos relativos al tiem po y la calidad p ara producir los m ateriales impresos. Expectativas: ® L o s m ateriales im presos deberán ser producidos sin superar el presupuesto aprobad o, a m enos que el incre­ mento de éste sea explícitam ente autorizado por el director de marketing. Solución : Con el correo electrónico y p rogram as de Internet com o * ConceptShare puedo seguir coordinando los proyectos de diseño a distancia. Ahora m ism o ya m antengo relacio­ nes con im presores y diseñadores a distancia, y la rela­ ción directa no es necesaria para seguir m anteniéndolas. Para las reuniones con los directores de p rogram a y el equipo de m arketing utilizaría un servicio de videoconfe­ rencias y llam adas gratuitas llam ado " Skype. Actualm en­ te solem os reunim os dos o tres veces p ara discutir ios cam bios de los m ateriales de m arketing, y el resto del proceso se com pleta a través de correos electrónicos y ConceptShare.

434

Función #2: D irectora de proyectos de m arketing espe­ ciales Responsabilidad: M antener una colección actualizada y adecuada de im á­ genes para utilizar en marketing.Expectativas: 9 Las imágenes necesarias para el m aterial publicitario y páginas web deben ser adqu iridas antes de ser utiliza­ das.' Solución: Puedo seguir haciendo este trabajo a distancia buscando imágenes en la red o en bases de d atos de internet com o * iStockphoto.com . Si el experim ento con el '‘ Sem inar Photo Contest sale bien, tam bién podría continuar ocu­ pándom e de ello por internet utilizando Aptify, el correo electrónico y el Skypc. R esponsabilidad : Identificar e impíementar nuevas oportunidades para desa­ rrollar m aterial publicitario. Expectativas: • L as ideas deberán ser viables y efectivas • Los proyectos escogidos deberán ser diseñados y lan­ zados respetando los plazos y el presupuesto aproba-

Solución: Utilizaría el correo electrónico y Skype para com unicar cualquier uueva idea y oportunidad para desarrollar m aterial publicitario. Recientemente he propuesto crear

4 35

un calendario de una página con nuestros plazos de entrega p ara que sea distribuido a los ex alum nos de nuestro sem inario a través de), correo electrónico. Así, los estudiantes recordarán fácilmente todos nuestros plazos de entrega de nuestros program as y tal vez aum ente tam ­ bién nuestro núm ero de candidatos. i u n c ió n ir ?: ( nordinati«M.i d e m .ir k c liu ” en i n t e r n o

R esponsabilidad: Potenciar la publicidad en internet y com probar sus resultados. Expectativas: 8 Conseguir que internet sea cada vez m ás rentable. ® El director de m arketing será inform ado de los resul­ tas, tal y com o lo solicitó. Solución : Estoy fam iliarizada con la publicidad en internet y puedo seguir ocupándom e de ella a distancia. Podré acceder a F acebook A ds, G oogle A ds, Blog A ds y ayudar a Keri a reunir y a introducir los datos. Tengo experiencia con nuestro Facebook y con G oogle A ds, y anteriorm ente he creado imágenes p a ta Blog A ds. Desde el extranjero será m ás fácil ocuparse de lanzar nuevos anuncios. R espon sabilidad : Reunir una colección de fotos de internet actualizada. Expectativas: • Una colección de fo to s atractivas y actu alizadas será útil p ara desarrollar los program as y la publicidad.

436

Solución: Com o he com entado anteriormente con respecto al inventario fotográfico, podré seguir llevando a cabo este trab ajo a distancia realizando búsquedas de imágenes en bases de d atos de internet com o iStockphoto.com . El Sem inar Photo Contest también puede ser utilizado como herram ienta p ara contribuir a esta com pilación de im á­ genes m ientras estoy en el extranjero.

A fin de poder controlar m ejor el costo de la producción de nuestros m ateriales im presos, creo que a [nombre de la em presa] le convendría cam biar la relación laboral a un contrato en esta situación. H asta ahora he disfrutado m ucho trab ajan do para [nombre de la em presa] y me gustaría seguir trabajando p ara esta com pañía a distan­ cia. G racias por considerar esta propuesta. Detalles sobre el softw are y los program as m encionados: *C onceptShare (ww w.conceptshare.com ) perm ite crear espacios de trabajo seguros p ara com partir diseños , d o ­ cum entos y vídeo e invitar a otros a revisarlos , com en­ tarlos y d a r su opinión en cualquier m om ento y lugar sin tener que celebrar una reunión. [N om bre de la empresa] ha utilizado este servicio durante unos meses p ara com ­ p rob ar su utilidad y también h a sido p rob ad o en muchos ordenadores da Argentina (doy las gracias a m i hermana p o r haberlo hecho cuando estuvo allí). *Skype (w w w.skype.com ) es un p rogram a gratuito que perm ite hablar a través de internet . Tam bién puede u sar­ se con el teléfono p ara hacer llam adas internacionales p o r un precio que ronda los 4 centavos el minuto. Skype tam bién tiene la opción de cb at y videoconferencia p ara

437

celebrar reuniones. Para ponerlo en m archa hay que des­ cargarse el p rogram a (que es gratuito) y com prar unos auriculares con m icrófono (10 dólares) y una cám ara web (los precios oscilan) p ara cada ordenador. He p ro ­ bado el p rogram a con m i herm ana estando ella en Argen­ tina y yo a q u í y funcionó sin ningún problem a. 'HStockphoto (iaw w .istockphoto.com ) es un sitio de in­ ternet con im ágenes y herram ientas de diseño libres de derechos. E s uno de los m uchos sitios que utilizo p ara buscar fo to s p ara [nom bre de la empresa], l iem os usado algun as fo to s procedentes de este sitio p ara nuestro m a­ terialpublicitario. ''Sem inar Photo Contest. Creó este concurso , que luego desarrolló con Keri, com o un experim ento p ara reunir fo to s m ás pertinentes y útiles p ara nuestros m ateriales publicitarios y publicaciones. Teniendo en cuenta que intentar tom ar fo to s p o r cuenta propia se ha vuelto algo com plicado, queríam os p ro b ar un nuevo enfoque p ara conseguir im ágenes que cubrieran nuestras necesidades. T od os los participantes de los sem inarios de verano de 2 0 0 8 están dispuestos a presentar las fo to s que tom aron en el sem inario , con la p osibilidad de obtener bonos de regalo de A m azon p o r valor de 5 dólares p o r cada im a­ gen que escojam os.

438

V iv ir la

sem ana la b o r a l d e

4

h o ra s

E S T U D I O S , C O N S E J O S Y H E R R A M IE N T A S

® El zen y el arte de vivir com o una estrella del rock • Se buscan am antes del arte ® Foto-finish ® Derecho virtual ® Echar a volar con O rniThreads ® Entrenamiento p ara trab ajar a distancia ® L as órdenes del doctor ® L a fam ilia de 4 horas y la educación global ® M editación financiera ® ¿Quién dijo que los hijos cortaban las alas? ® T rab ajar a distancia ® Quem a la BlackBerry ® L a guerra de las g ala x ias , ¿alguien se apunta?

El z e n y e l a r t e d e v iv ir c o m o u n a e s t r e l l a d e l r o c k

H ola, T im : H e a q u í mi historia. S o y un m ú sico residente en M unich (Ale­ m a n ia ). T e n g o mi propio sello discográfico y no ha sido nada fácil d e s p e g a r. M ie n tras m e o cu p a b a de ello, mi creatividad fue m en­ g u a ndo hasta q u e en un pa r de o ca sio n e s llegué a to ca r fondo. A u n q u e aún sig u e sie n d o c o m p lica d o sobrevivir en el m undo de la m ú sica , ya no m e lo parece ahora qu e sé lo qu e teng o que

439

h acer. Y e so e s to d o lo qu e h ago. H ago lo qu e m e a petece. Y eso incluye s e r padre, co m p o n e r, o cu p a rm e d e m i e m p re s a , viajar, a p re n d e r Idiom a s (so b re to d o italiano), m o n ta r en bicicleta, etc. T o d o e s o figura en los siguiente s párrafos. 1 . Leí tu libro d e te n id a m e n te , entre se p tie m b re y octubre de 2 0 0 8 (y ta m b ié n co n su lté tu blog) y decidí h acer tabula rasa con mi vida (m u c h a s brain vo m iton as vertidas s o b re el papel). 2 . Em pe cé a delegar las cosas que m ás m e m olestaban (y, por con­ siguiente, a activar mi lista de c o s a s qu e deb ía h acer). Esto es lo qu e delegué: • la investigación, la m ayoría de la cual e stá relacionada con la industria m usical (d e le g a r la investigación ahorra entre 2 -3 h ora s al día), • el m a n te n im ie n to de mi página w eb (la s re d es sociales co m o Faceboo k, M ys p a ce , e tc .). T e n g o p e nsado h a ce r gran parte de la publicidad a tra vés d e e s to s sitio s en 2 0 0 9 y figuro c o m o artista en m á s de 2 5 páginas. MI ayudante virtual (getfriday.com , tal y c o m o recom ien­ d a s en tu libro) se o cu p a d e to d a s las actu a liza cio n e s y controla los sitios una vez a la se m a n a para reunir los m en­ sa je s de correo electrónico , los co m e n ta rio s, e tc., los filtra y m e m a n d a un Inform e se m a n a l qu e incluye to d o s los deta­ lles para q u e yo los res p o n d a (e sto m e ahorra alrededo r de d o s h ora s al día), • de retocar las fotos de m is fotos prom ocionales se ocupa elance (m e ahorra unas cinco horas de trabajo y u nos 5 0 0 dólares), • g e stio n a r la lista de correo para las actu a c io n e s, actu alizar el á lb u m , etc. (m e ahorra una hora por ca d a envío), • he e m p e za d o a probar a la m u sa (a p render idiom as con m úsica para ve n d e r o niln e). jAún e sto y en período de pru e bas!, • he decidido p oner en m a rch a u na ca m p a ñ a publicitaria online d e s tin a d a a p ro d u cto ra s d e cine para autorizar el u so de mi m ú sica para u na película co n ta n sólo un clic del ratón, sin te n e r qu e ne gociar un acu erdo durante m e s e s . Lo teng o previs­ to para 2 0 0 9 (pronto e m p e za ré a probar c ó m o funciona).

440

En general, la ge n te se qu e d a a so m b ra d a al ver que alguien q u e no tiene m u ch a pinta de hom bre de n egocios (m i aspecto es m á s bien el de un rockero punk retirado, ¡ja, ja !) delegue parte de su vida y viva c o m o un m illonario (¡su p o n g o que lo intentam os a u nq u e e s te m o s lejos de serlo!). M e he dad o cuenta de que podía hacerlo de s p u é s de com pro­ bar las prim eras respuestas positivas con mi ayudante virtual exter­ no. O btuve ios resultados del proyecto que colgué en elance un día d e s p u é s de haberlo hecho. Y seguí adelante, baby, ¡YO PUED O ! El m a yor ca m b io e s q u e ahora con trolo mi vida. C u id o de mi hijita (tiene 2 0 m e s e s ) durante la m itad del día (m i m ujer e s quien lo ha ce dura nte la otra m ita d ), m e ocu po de m i negocio y tengo tiem po para h a ce r co s a s qu e siem pre había querido hacer. A nivel e co n ó m ico sigo sie n d o b á s ica m e n te el de s ie m p re , pero d ispo n­ g o de m u ch o m á s tie m p o libre y teng o la m ente m uch o m á s ciara (¡lo cual m e hace su p o n e r qu e soy m u ch o m á s rico!). Tra b a jo cu a n do quiero (sin je fe s ), unas 2 4 -3 0 horas a la s e m a ­ na (inclu ida s ¡as h ora s d e oficina y las del estudio m u sica l) y lo q u e a hora hago e s sólo lo q u e m e g u sta realm ente hacer. Aún sigo o p tim izan do p aso a p a so el ren dim iento para p a sa r m enos h oras en la oficina (a ctu a lm e n te rondan las 1 0 ). Mi s u e ñ o es pre scindir to ta lm e n te del d e s p a c h o , reducir el papeleo y quedar­ m e bá s ica m e n te con mi portátil. He elim inado to d a s e s a s ta re a s que m e deprim ían o agotaban (y qu e su p on ía n un tra bajo extra de u n a s 1 0 h oras a la s e m a n a ). N o acep to un encargo (e sc ribir/p rodu cir m ú s ica ) a m e n o s qu e m e g u ste realm ente el proyecto. He elim in ado de mi vida a to d o s los q u e jicas y e nvidiosos (m i estó m a g o lo agrad ece). H e lanzado mi blog, ju e rg e n re ite r.co m , «el zen y el arte de vivir c o m o u na estrella del ro ck», don d e quiero co m partir los ca m b io s q u e he he ch o en mi vida (so b re to d o para q u e los m ú s ic o s vean la luz al final del tú ne l). H e gra ba do un álbum ¡y por prim era vez en mi vida he escrito to d a s las letras! Va a salir en prim avera con mi sello, OrkAaN M u sic + A rt P roductions.

441

Este año he vivido un m inirretiro de se is m e s e s en N ueva Y o rk . En m ayo, estaré d o s s e m a n a s en Sicilia para apre n d e r ita­ liano. En se p tie m b re , volveré a Sicilia para c o n o ce r la isla en bicicleta du ra n te o tras d o s o tre s s e m a n a s y en invierno tengo planeado viajar ta m bién a M éxico, C e n tro a m é rica o Australia. H e a prendido a afeitarm e con navaja de barbero en 3 0 m in u ­ to s, qu e era algo q u e quería h acer d e s d e hacía a ñ o s. A h o ra, ¡afei­ ta rse se ha convertido en un ritual e m o cio n a n te y m u y divertido! En abril haré un cu rso para expertos en café (¡s o y un adicto al ca fé !) y quiero convertirm e en un «m a e stro cafetero». H e ayudado a mi e s p o s a a de jar su trabajo co m o profesora y a cu m p lir con su s u e ñ o de te n e r un café en M unich (A le m a n ia ). S e lla m a Frau Vio­ la y abrió s u s p u e rtas en o ctu b re de 2 0 0 8 . ¡Funciona m uy bien! (w w w .fra u vio la .w o rd p re ss.c o m ). ¿ O s p odéis h a cer una idea de lo qu e significa todo e s to ? ¡Creo q u e ha bla por sí solo! La pe rspe ctiva general de La sem ana laboral de 4 horas m e h a pro porcion a do la tra nqu ilidad para po d e r ju g a r con mi hija y disfrutar de mi «tie m p o libre» sin te n e r m ie d o a perderm e algo o a m a lg a sta r mi vida. En g eneral, diría q u e mi productividad (co n to d o s los ca m b io s anteriorm ente m e n cio n a d o s) ha au m e n ta d o al m e n o s un 7 0 % y m is d u d a s han d ism in u id o un 8 0 % . P ara to d o s los principiantes: 1.

Poco a poco, e m p ie za a p e n s a r a lo grand e.

3 . Identifica lo qu e te e m o cio n a y lo que te aburre. 4 . Elim ina lo qu e te aburre y concéntrate en lo qu e te em ociona. 5 . C íñ e te a lo q u e te e m o cio n a , diga lo qu e diga la g e n te . S e tra ta de tu v id a ; vívela c o m o cre e s qu e d e b e s hacerlo. 6 . ¡Y lee La sem ana laboral de 4 horas, por supu esto ! J . R E ITE R

442

S e b u sc a n a m a n te s d el a rte Vi a mi padre trabaja r c o m o b asurero hasta aca b a r exhausto dura nte 2 0 a ñ o s cu a n d o llegam os d e M éxico. En abril d e 2 0 0 7 , cu a n do m e p u se a p e n sa r en mi vida en una solitaria habitación de hotel, d e s p u é s de otra interm inable se m a n a de h a b e r estado viajando para mi je fe , lejos de mi fam ilia y de ia ge n te a la que quiero, m e di cu en ta de qu e a los 3 3 añ o s de edad e sta b a siguien­ do el m is m o ca m in o qu e él y ren u nciando a m i s u e ñ o d e to d a ia vida: d e d ica rm e a lo qu e am o, la m ú sica y el teatro. En la vida no existen las ca su a lid a d e s, y aquella noche, m ien­ tra s e sta b a leyendo un correo electrónico de un am igo, é s te m e sugirió qu e leyera La sem ana laboral de 4 horas. D evoré el libro en u n a s p o ca s horas y e m p e cé d e inm ediato a aplicar s u s princi­ pios fu n d a m e n ta le s. C u a n d o le h ablé a la ge n te del libro y de lo qu e quería hacer, to do el m u n d o m e dijo qu e e sta b a loco. C o n ­ centré la m ayor parte de m is esfuerzos en el onirograma, la elim i­ nación y la liberación. C o m o e m p le a d o , ¡o prim ero que quería co n se g u ir e ra la liberación con un acuerdo para trabajar a distan­ cia . A p e sa r de a lg u nos intentos fallidos, perseveré (u n a gran lección sob re negociación) y m e con cediero n la opción de trabajar a d ista n cia . E so lo ca m b ió to d o . P a sé de trabajar 9 h oras al día m á s viajes se m a n a le s relacionado s con el trabajo a 4 horas a la se m a n a y a una se m a n a de viajes al m e s; co n se g u í un aum ento de 1 0 .0 0 0 dólare s y d ob lar mi productividad d e s p u é s de un año m uy poco productivo. Por co n sig u ie n te , ahora vivo con la qu e an te s era m i novia a distancia en S ea ttle, mi ciu d a d natal. D edico el tie m p o del qu e ahora d isp on go a mi p asión por la m ú sica (can to en un coro y co m p o n g o m ú sica folk), el teatro (e s te fin de se m a n a estreno mi prim era obra de teatro im provisada, de una hora de duración) y al fitness. Ahora estoy entrenand o para mi se g u n d o m aratón. La m ayoría de m is a m ig os no pu eden cre e rse que actualm en­ te dedique m á s tie m p o a las artes y siga g a n a n d o un su e ld o tra­ bajando ta n sólo cuatro horas s e m a n a le s . Lo m ejor de to d o esto e s qu e he de scu bie rto lo qu e significa s e r libre. La realidad es

443

negociable, y a hora mi realidad e s qu e puedo pa sa rm e un m ontón de h ora s disfru ta n do d e la c o m p a ñ ía de mi padre, q u e tuvo que e s p e ra r veinte a ñ o s para po d e r retirarse y disfrutar d e la libertad qu e yo he e n c o n tra d o en m e n o s d e d o s a ñ o s d e s p u é s d e haber leído La sem ana laboral de 4 horas . C o m o inm igrante q u e so y, quiero difundir el m e n sa je de qu e para triunfar en la A m érica del siglo xxi N O hay q u e trabajar m u y duro, sino ta n só lo seg u ir los principios de La sem ana laboral de

4 horas y tra baja r de form a m á s inteligente, a fin d e po d e r alcan­ za r el nuevo su e ñ o am e rica n o : la libertad para disfrutar del m ejor recurso qu e te n e m o s en la v id a ... el tie m p o qu e p a s a m o s en la tierra. I . B ARR O N

F o to -fin ish Hola, T im : Q uería decirte qu e La sem ana laboral de 4 horas ha sido una auténtica inspiración para m í; e s te año , tu libro ha co n seg u ido ca m b ia r mi vida. C o m p ré el libro en noviem bre . H a s ta e n to n ce s, d e s co n o c ía la existencia del «softw are a u to m á tico ». T e n ía una e m p le a d a a tiem ­ po parcial, pero en realidad su trabajo co n sis tía en crearme m á s tra ba jo . A ve c e s tra baja ba h a sta las 3 de la m a d ru g a d a y m e levantaba a las 7 . M e apetecía m u ch o viajar, pero lo cierto e s que m e parecía im po sible hacerlo. No tenía tie m p o ni dinero. U n día e s c u c h é tu au d io iib ro . E sc u c h a b a to d o s los ca p ítu lo s , en o c a s io n e s u na y otra vez. E s ta b a h a cie n d o jo g g in g y m e paré. O í un c a s o de a lg u ien q u e ve n d ía a rc h iv o s m u s ic a le s p or in­ terne t. S o y fotógrafo. Lo q u e m á s suelo hacer son b o d a s. M e pregun­ té c ó m o podría v e n d e r m is im á g e n e s digitales por internet. Enton­ c e s se m e o cu rrió u n a idea fa n tá s tic a para una e m p re s a de fotografía fam iliar. Dejé d e co rre r y reservé un sitio w eb con mi iPhone.

444

D os m e s e s d e s p u é s tenía la página w e b , a cc e so a m iles de fotógrafos de to d o el país y h abía h e ch o la prim era venta. M ejor a ú n: ahora e stoy en el negocio de la fotografía fam iliar, y no tengo qu e disp a ra rm e a m í m is m o . M á s aú n: soy el prim er fotógrafo fa m ilia r qu e no ve n d e co p ia s en papel; sólo archivos digitales. ¡H a funcionado! Ahora ta m b ié n he adoptado e ste sistem a para mi trabajo c o m o fotógrafo de b o d a s. H ay algunos colega s qu e s e han sentido m u y o fend id os, pero yo e sto y g a n a n d o m á s d inero, he e lim in a do los co s to s casi por co m ple to y ¡tengo tie m p o libre! S é qu e lo qu e he co n ta d o e s m u y vago, pero é sa no e s la c u e stió n . La cu e stió n e s q u e ahora trabajo m ejor, m á s rápido, te ng o d o s e m p le a d o s m á s y he d e s co n e cta d o el a visador del correo electrónico d e mi o rd e n a d o r y de mi iPhone; ni siquiera s u e n a . S ólo reviso el correo electrónico de vez en cu an do para ver si hay lla m a d a s perdid a s. A día de hoy, m i pareja m e quiere porque llego a c a s a para ce n a r y dejo el portátil en el trabajo. E s una vida qu e n u nca habría Im aginado qu e podría llevar. M ien tras tanto , los pro gram as traba­ ja n p or m í y e ste año creo q u e , e co n ó m ic a m e n te h ab la n d o , va a s e r incluso m ejor qu e el anterior. U n día de cidí qu e había llegado el m o m e n to de h a ce r mi pri­ m e r m inirretiro. ¿El d e s tin o ? Ir a e s q u ia r a los A lp es y p a sa r cinco días en S u iza p or m e n o s de 1 .0 0 0 dólares. C o m p ré un billete de ida y vuelta por u n o s 5 0 0 pavos y el forfait de un día en Engelberg m e co s tó 8 0 . El alojam iento lo co n se g u í gratis, g racias a tu suge­ rencia de w w w .c o u ch su rfin g .co m ; y c o m í c a s ta ñ a s a s a d a s , bratw u rsts, pe sca do frito con patatas y estu ve bebien do una cerveza e stu p e n d a dura nte to d a la se m a n a . ¡Lo hice! Estoy m u y agradecido, y e stoy an s io s o p or hacer m á s m inirretiro s. D e bo vivir ios m e jo res añ o s d e m i vida. P .D . El 1 1 de m ayo m e voy un m e s a Italia por trabajo y vaca­ c io n e s (m e han con tratado para h a ce r las fotos d e d o s b o d a s en S ie n a ). Pienso d e d ica rm e M U C H O m á s a las va ca c io n e s que a trabajar. M ARK CARERO,

445

fotógrafo

D e r e c h o v ir tu a l Tra b a jé du ra nte un tie m p o en un im portante bufete de abo gad os de S ilicon Valley; sin e m b a rgo , un buen día m e levanté y decidí q u e quería viajar durante un año y apre n d e r una lengua extranje­ ra. S e is s e m a n a s d e s p u é s e sta b a viviendo en Cali (C o lo m b ia ). N u n ca había e sta d o allí y a p e n a s h ablaba una palabra de e s p a ­ ñol, pero e so e ra lo qu e hacía qu e la experiencia m e resultara excitante. P u e s bien: casi d o s a ñ o s m á s tarde, aún p a so el 9 5 % de mi tie m p o viviend o en Cali y tra baja ndo d e s d e allí (h a ce poco he co m p ra d o un increíble a p artam ento en la ciu dad, una vivienda q u e nunca m e habría podido perm itir si viviera en C alifornia). T a m ­ bién te ng o u na a siste n ta /co cin e ra a tie m p o co m ple to (b u e n o , cinco h ora s al día , cinco d ía s a la s e m a n a ) ¡y m e c u e s ta m e n o s de 4 0 dólare s se m a n a le s! E m p e cé a e jercer el dere ch o virtual y uní m is fu erzas a las de mi antiguo je fe . Lla m a n d o a mi n ú m e ro d e teléfono de E sta d o s U nidos s e m e localiza en cu a lq u ie r lugar del m u n d o (n a c í en N ue­ va Z e la n d a , y su e lo viajar m u ch o allí) y to do el correo de E E .U U . e s entregado y e sca n e a d o en M arket S tre e t, en S a n Francisco, de m odo qu e puedo revisarlo online. Si teng o qu e m a n d a r una carta, existe otro servicio q u e la im prim e y la m a n d a d e s d e E sta d o s U n id o s, o se a qu e llega sin el retraso del correo internacional. Utilizo w w w .e arth classm ail.com para recibir/escanear el correo. Tie n e n diferentes tarifas, pero su e le c o s ta r entre 2 0 -3 0 dólares al m e s . T a m b ié n p u e d e s te n e r uno o varios a p arta do s d e correo 0 u na dirección física. En rea lid ad, la d e M arket S tre e t

es una

dirección de e a rth cla ssm a il. Para im prim ir ca rta s cortas y correo dentro de E sta d o s Unidos u so w w w .p o s ta lm e th o d s .c o m Al principio parece un poco to sc o , pero funciona bien cuan do te a co stu m b ra s. Es m u y barato, ya que sólo p a g a s cu a n d o en vía s (u n a carta d e cu atro p ág inas sale por 1 dólar, franqueo incluido). Ven a visita rm e algún día. C o lo m b ia no e s en a bsolu to com o la ge n te c re e ... M e siento m u ch o m á s seg u ro and ando de noche p or e s ta ciu da d qu e por a lg unos lugares de S a n Francisco. Pero

44 6

no se lo digas a nadie: ¡los q u e vivim os aquí q u e re m o s m antener­ lo en secreto! G ERRYM .

E c h a r a v o la r c o n O r n iT h r e a d s T im : El p a sa d o m e s de ju lio , mi m e n to r m e pasó tu libro y provocó un gran im p a cto en mi vida; no podía haber caído en m is m anos e n .m e jo r m o m e n to . C u a n d o lo leí, faltaban va ria s s e m a n a s para q u e com pitiera en mi prim er triatlón olím pico a distancia. Había e sta d o entre na nd o dura nte cinco m e s e s ; tenía m u y buen aspecto y e sta b a fuerte, pero m á s im portante qu e la disciplina y la prepa­ ración para a lca nzar un objetivo físico fue la creatividad que con­ se g u í y que no había experim entado d e s d e hacía años. M e m arqué un tie m p o para la carrera y m e sentí tan optim ista con respecto a m is aptitudes qu e m e inscribí para una m edia com petición de ironm an. S u p e rá n d o m e a m í m is m a y sig uiend o ¡os principios de tu libro, s e m e ocurrieron d o c e n a s d e ideas para p ro d u cto s/n e g o ­ cio s y a hora e sto y a punto de lanzar la prim era de dich as ideas. E s una línea d e ropa llam ada O rn iTh re a d s q u e ofrece diseño s científicos y m o d e rn o s de aves a los aficionados a observar pája­ ros de las g e ne racio ne s X e Y. Las razo nes por las q u e m e he co n centrado en e s te grupo dem ográfico so n dos: 1 . D u ra nte el «d ía» tra bajo en [n o m b re de la e m p re s a ]. H e apren­ dido un m ontón de co s a s acerca de s u / s p úblico /socio s, p.e., el h e ch o de qu e hay 7 0 m illones de norte a m e rica n o s qu e se d e d ica n activa m e nte a o b s e rv a r pájaros (se g ú n las estad ísti­ c a s de U .S . Fish & W ildlife). A los que tienen esta afición les a p asion a lo q u e hacen y su interés parece ir cad a día a m á s ... ¡nunca lo pierden! S u e le n se r de cla se m edia-alta y cultos. 2 . El ve ra n o p a sa d o m e m atriculé en un cu rso de ornitología en la U niversidad de C o lu m b ia (d o n d e sigo un program a de biolo-

447

gía a m b ie n ta l); m e e n am oré de las ilustracio nes de los libros de texto y q u ise ro dearm e de e s a s im ág en es.

La próxim a se m a n a voy a la n z a rw w w .o rn ith re a d s .c o m ; m ien tras e sto y e scrib ie n d o e sto , s e e s tá n im prim iendo m is tre s prim ero s dise ñ o s. T e n g o g ra n d e s p la n e s para la e m p re s a , pero de m o m e n to e sto y intentando ofrecer mi prim era colección a los cliente s y a pre n d e r to do lo q u e p u e d a . T u libro ha sido una increíble ayuda para se g u ir los p a so s n e c e sa rio s qu e deb o d a r para triunfar; e sp e ro qu e mi idea pu e d a e m p e za r a a n d a r (o a volar) y conver­ tirse en una fuente de ing resos a uto m ático s. Si p ie n sa s viajar pró xim am en te a N u eva Y o rk — para prom ocio n a r tu libro o p or cu a lq u ie r otro m otivo—

m e e n c antaría co n o ­

ce rte. S in ce ra m e n te , B REN DA TIM M

E n tr e n a m ie n to p a r a t r a b a ja r a d is t a n c ia H e p u e sto en prá ctica a lg unas id eas de La sem ana laboral de

4 horas para tra baja r a d ista n cia d e s d e agosto de 2 0 0 8 hasta e nero de 2 0 0 9 . E stu ve en Portugal, E sp a ñ a , S u e c ia y N oruega, d ejando qu e m i c a b e za navegara y practicara el sn o w b o a rd . ¿Lo m e jo r de to d o ? C u a n d o volví, tenía el triple de dinero en el banco q u e si h ubiera se g u id o con mi rutina habitual d e 9 a 5 . Tra b a jo p ara [u n a fa m o s a c o m p a ñ ía internacional de d ise ñ o ] desarrollan­ do softw are, y p u d e aplicar las ideas y ca m b ia r rea lm ente mi vida. C o n e cté mi iPhone con el Fring (el Fring e s la vo z !P del iPhone, y te perm ite utilizar un solo aparato para to do y te n e r un n ú m ero de teléfono local para el extranjero). A n te s de irm e m e p a sé cu atro m e s e s a se g u rá n d o m e de no e sta r n u nca e n m i cu b ícu lo , pero sí a la vuelta d e la e sq u in a . M e e ncargu é de e s ta r S IE M P R E dispon ible con Instan t M e sse n g e r, d e m o d o qu e la ge n te podía acu d ir a mi cubícu lo y c o m p ro b a r p e rso n a lm e n te q u e e sta b a en otro sitio y iuego co n e cta rs e y pre­

448

gu n ta rm e : «¿ D ó n d e e s tá s ? » Mi re s p u e sta siem pre era parecida: e stoy en rece p ción, en la cafetería, en e! bar de la e sq u in a o en la m e s a de un c o m p a ñ e ro . Al cabo de d o s m e s e s , se obró el m ilagro: la g ente s ie m p re tra taba de localizarm e a tra vés de Insta n t M e s s e n g e r y dejó d e p a sa rse por mi m e s a . Eso m e permitió p o d e r e s ta r a 1 0 .0 0 0 kilóm etros d e distancia sin qu e nadie se diera cu en ta . O tra co n s id e ra c ió n ... ¿ C ó m o afecta la zona horaria al entorno del tra ba jo a d ista n c ia ? C u a n d o e s ta b a en N oruega (9 h oras de diferencia ) m e di cu e n ta de que el horario era perfecto. En cierto se n tido , e sta b a viviendo en el futuro. Mi jo rn a d a había llegado prá ctica m e nte a su fin cuan do mi je fe se le v a n ta b a ... y eso m e perm itía explora r los fiordos n o ru e g o s, las m o n ta ñ a s y zonas hela das casi vírg ene s, d o n d e disfrutab a de una paz co m p le ta sin te n e r qu e pre ocu p arm e por qu e alguien m e llam ara d e s d e el otro lado del Atlántico. Era p e rfe cto ... Si m e apetecía, podía e s ta r por ahí durante to do el día, volver a c a s a y ce n a r algo; luego, chateaba con mi je fe du rante 2 0 -3 0 m in u tos y m e con ectaba. Las pocas ve ce s qu e ne ce sita b a algo u rg ente m en te podía m an d a rm e traba­ jo a n te s de aco sta rse y lo te nía te rm in a d o a la m a ñ a n a siguiente, cu a n d o se levantaba. B . W ILU AM SO N

L a s ó rd e n e s del d o cto r H ola, T im : É sta e s mi h is to ria ... Mi su e ñ o e m p e zó h ace alrededo r de cuatro a ñ o s . E sta b a pre­ p a ra ndo el e xam e n para o b te n e r ia licencia q u e m e perm itiría e jerce r c o m o p sicólogo y, d e s p u é s d e hablar con un am igo, decidí q u e m e re c o m p e n sa ría a m í m is m o con un viaje a S u d a m é rica . A m b o s e s tá b a m o s a g o ta d o s; tra b a já b a m o s d e 9 a 5 (y en algu­ n a s o ca sio n e s h a sta las 7 o las 8 d e la ta rd e ) en clínicas y h o s­ pitales. A u n q u e yo h abía viajado b a s ta n te por to d o s los E sta d o s Uni­

449

d o s y por algunos países eu ro p e o s, no conocía la cultura de S u d a m érica. El viaje fue a b s o lu ta m e n te fantástico y m e abrió los ojos a otras fo rm a s de vivir y a otras cu lturas. D u rante el recorrido, dedi­ qu é m u ch o tie m p o a hablar con expatriados sob re có m o invertían s u s pe n sio n e s para poder vivir allí co m o reyes. H abía algo qu e era e vide nte: la m ayoría de los q u e habían intentado «m o n ta r un negocio» para poder seg u ir co n e s e estilo de vida habían fracasa­ do e s tre p ito sa m e n te . Mi h ipó tesis era q u e no había suficientes divisas (p e s o s ) en el m erca do para so s te n e r un negocio pensado para los «grin go s». T ra s el viaje, le c o m e n té a mi am igo qu e nece sita b a c o n ce n ­ tra r to d a s m is e n e rg ía s en desarro llar un s iste m a para co n seg u ir ing re sos d e los c iu d a d a n o s e sta d o u n id e n s e s viviendo en cu al­ qu ie r parte del m u n d o . El VO IP se había lanzado al m erca do hacía poco tie m p o e internet e sta b a m ejorando en S u d a m é rica y en o tras zo n a s del te rce r m u n d o . El negocio te nía q u e b a s a rs e en u na m ovilidad a b s o lu ta . Lo co n ce b í a partir d e do s fu n cio n e s b á s ic a s : telefonía fiable a tra­ vé s d e VO IP e internet de alta velocidad. En e sa é p o c a e stu ve ayudando a los e stu d ia n te s q u e estab an h a ciendo el d o ctorad o por teléfo no y a tra vé s del correo electró­ nico. T e n ía un sitio w eb q u e recibía ba s ta n te s visita s , pero co n ­ fiaba en otros para ia w eb y los servicios de publicidad. A sí pues, aprendí m ucho sobre cóm o optim izar los buscadores y al final con­ trolé la publicidad y el m arketing de mi página w eb, h ttp ://w w w . R e se a rc h C o n su lta tio n .co m , lo q u e m e perm itió a m p lia r co n sid e ­ rablem e nte mi negocio. D u ra nte los tre s a ñ o s sig uiente s dirigí m u ch a s «e n c u e s ta s m ó v ile s »... Viajé a C o s ta R ica, V en ezuela, R epública D om inicana y C o lo m b ia a fin de perfeccionar mi s is te m a para dirigir un nego­ cio d e s d e el extranjero. Fina lm e nte , el p a sa d o m e s de n o viem bre , la víspera del Día de Acción d e G ra c ia s , dejé mi e m p le o y pro m e tí no volver nunca a la rutina de 9 a 5 .

R ecientem ente, en mi trabajo instalaron un

450

siste m a de identificación co n una «huella digital biom étrica» que d e b ía s «p u lsa r» al e ntrar y al salir del hospital durante tu turno con tu huella dactila r para certificar qu e h abías esta d o trabajando ocho h ora s. É sa fue otra señal de q u e debía dejarlo. A ctua lm e n te vivo entre N u eva York y C o lo m b ia y viajo a otras p artes del m u n d o a lo largo del año : hablo con los cliente s, co n ­ trolo a los con tra tista s (d e E s ta d o s U n id o s y C o lo m b ia ) a fin de co n se g u ir dóla re s a m e rica n o s para poder vivir con m u ch o m enos dinero en el extranjero. T a m b ié n estoy poniendo en m arch a otros sitios w eb y n egocios (foros co m u n ita rio s ) qu e e spero que pue­ dan fu ncionar de form a au to m á tica y m e exijan cad a vez m e n o s tra bajo diario. En fin, ésta es mi historia por a h o ra ... Hoy S u d a m é rica , m aña­ na cu alq u ier lugar do n de pueda co n se g u ir una conexión de alta velocidad (¡b a n d a a n c h a !). Mi nivel d e e strés ha d ism in u id o signi­ ficativam ente d e s d e qu e dejé mi antiguo trabajo, y mi calidad de vida ha m ejorado m u ch ísim o . Mi fam ilia y m is a m ig os de N ueva York creen que m e he vuelto loco, y yo e stoy to ta lm en te de acuerdo con e llo s ... JE F F B .

L a f a m i li a d e 4 h o r a s y la e d u c a c i ó n g lo b a l T im : En 2 0 0 6 e m p e z a m o s a llevar u na vida digital com p le ta m e n te n ó m a d a , viajando p or to d o el m u n d o . D e sc u b rim o s tu libro y tu s ideas d e s p u é s d e h a b e r e m p e za d o a hacerlo y no s encantó. N u e stra vida ha c a m b ia d o to ta lm e n te : e s m u ch o m á s plena y m u ch o m á s se n cilla . E s ta m o s m á s s a n o s , m á s delgad os, so m o s m á s feiices y e s ta m o s m á s con e cta d o s. La g ente pensa ba que e stá b a m o s com ple tam e nte chiflados cuando decidim os hacer esto en 2 0 0 4 -2 0 0 5 , pero gran parte de e sa m ism a gente cree qu e s o m o s m u y inteligentes y espirituales. Los pro ble m as para encontrar u na escu e la adecuada (a pesar de te n e r a d isp osición m u ch a s q u e habían sido pre m ia d a s ) fue

45i

p ro ba ble m e n te lo m á s difícil (Jo h n Ta y lo r G a tto explica m u y bien por q u é las e s cu e la s no e d u c a n ); e s o ta m b ié n no s ayudó a c a m ­ biar y a p a sa r m á s tie m p o ju n to s y a prever los in m in entes proble­ m a s e co n ó m ic o s y de dom icilio. C re o qu e habrá m á s fam ilias q u e s e to m a rá n m inirretiros y vivirán m á s tra n q u ila s, llevando una vida nó m a d a digital. Si v a s a e s ta r fuera dura nte u n o s m e s e s con to d a tu fam ilia, d e b e s infor­ m arte acerca d e las m a ravillo sas o p c io n e s ed u ca tiva s q u e exis­ te n , qu e so n m u ch o m á s ricas qu e q u e d a rse en c a s a (¡a lgo de lo q u e p ocos se dan cu e n ta !). H a y un M O N T Ó N d e fantástico s re c u rso s , com o Ciassroom 2 .0

y m u ch o s e d u c a d o re s online m uy innovad ores. Mi hija acaba

de c u m p lir ocho a ñ o s y e s tá e n c a n ta d a con su cu rso online de la U nive rsidad Jo h n H o p k in s / C T Y ; a d e m á s , ta m b ié n e s una buen a form a de h a ce r a m ig o s . En la actualidad pu e d e s sum ergirte hasta el fondo en u na cu ltura y au n a sí m a n te n e r la propia. É sta e s una inform ación im po rtante para las fam ilias qu e aún sig ue n te m ie n ­ do los co m e n ta rio s negativos con respecto a los niños qu e se han e du ca d o en cu ltu ra s diferen tes, b a s a d o s en e stu d io s de los años cincu e n ta . M aya Frost91 ofrece inform ación m u y valiosa s o b re niños ya

m ayores e inclu so un nue vo p aradigm a cu a n d o llega el m o m e n to de ir a la unive rsidad . C reo qu e la educació n e s u na de las co s a s q u e e s tá experim e ntando un gran ca m b io deb ido a internet, y los p a d re s de b e n te n e r to d a la inform ación ne c e sa ria para to m a r d e c isio n e s im po rtante s. T u v im o s u na gran experiencia en E sp a ñ a con u na escu e la pública; m i hija pudo h a ce r una inm ersión total en su se g u n d a lengua y la cultu ra y la literatura e s p a ñ o la s . En el libro debería figurar m á s inform ación sob re las e s cu e la s públicas y sob re cóm o p u ede n aprovech a rla s las fam ilias. R e cu rrim os a ge n te del país, c o m o un pro fesor d e flam enco para q u e diera c la se s a n u estra hija, y ta m b ié n a re c u rso s online,

91. Maya Frost, The New Global Student (Crown, 2009).

452

co m o nu e stro p ro fesor de piano de C h icago , qu e e n se ñ a b a a nuestra hija en E sp a ña a tra vés d e Skype. La s bibliote ca s virtu ales so n m u y im po rtante s (so b re todo para una niña q u e e s una d evoradora de libros). h ttp ://le a rn in fre e d o m .o rg /ia n g u a g e b o o k s.h tm l es un excelente recurso: tiene libros m agníficos s o b re c ó m o e d u c a r a un niño bilingüe, ¡aun cu a n do tú sólo h a b le s un idiom a! S0ULTRAVELERS3

Una familia que vive en el extranjero y le encanta

M e d it a c i ó n f in a n c i e r a M e licencié en la U niversidad de Stanford y e m p e cé a trabajar en ban ca de inversiones en ju lio de 2 0 0 6 y, de una form a enferm iza, al principio casi disfrutaba co n ello. S í, era un estilo de vida horri­ ble , pero e sta b a a p re ndiendo m u ch o y a sce n d ie n d o m u y rápida­ m e n te . T e n g o (te n ía ) una personalidad tipo A , d e m odo qu e era algo qu e , hasta cierto pu nto , m e atraía. Sin e m b a rgo , a m e dida qu e iban p a sa n d o los m e s e s , m e di cu en ta de qu e la situación era insostenible y q u e quería d ejarlo..., pero, c o m o ta n to s otros, no fui ca p a z de actuar de inm ediato. U n a n o c h e , en m ayo de 2 0 0 7 , m e dirigía en co ch e hacia mi ca s a a la s 3 de la m a d ru g a d a ; los 4 -5 d ía s anteriores h abía tra s­ no cha d o y c h o q u é con tra un árb ol. Si nu nca te h as qu e d a d o do rm ido al vola n te y te h as e sta m p a d o con tra un objeto inanim a­ d o , p u e s im agínate lo q u e e s desp e rta rte a un m etro y m e d io del su e lo m ie n tra s la cu e rd a qu e te so s tie n e e s tá a punto de rom ­ perse. «E sto y en u rg e ncias.» É se e ra el a su n to del correo electrónico qu e al día siguiente m a n d é a to d a la oficina. A fortu nadam en te, to do el m u n d o io entendió y m e dijo q u e m e to m a ra un fin de se m a n a de tre s días. La s h e ridas no fueron g ra ve s, pero en e se m o m e n to d e c id í que había llegado el m o m e n to d e h a ce r un cam bio. Un p a r de s e m a n a s d e s p u é s q u e d é con u n o s a m ig o s para

453

c e n a r y les conté lo ocurrido. U n a de e s a s a m ig a s (q u e reciente­ m e nte dejó su tra bajo para h a ce r realidad su s u e ñ o , se r actriz profesional, m ie n tras ve n d e artículos oniine) m e habló de un libro q u e h abía leído hacía poco tie m p o : La sem ana laboral de 4

horas. E vide n tem ente, pensé que era una to m a d u ra de pelo, pero yo odiaba mi vida y de cidí qu e no perdía n ad a si le e ch a b a un vista ­ zo . M e lo leí de un tirón. Y luego lo volví a leer, sólo para a se g u ­ rarm e de qu e no e sta b a alucinan do. A n tes de d ed ica rm e al m u n­ do de las inve rsione s había hech o a lg u nos tra bajo s oniine co m o d ise ñ a d o r gráfico y de páginas w eb; tenía la form ación técn ica , de m odo qu e nada de lo qu e aparecía en el libro m e parecía extrava­ g a n te ... S im p le m e n te no m e había d ad o cu e n ta de lo fácil y acce­ sible qu e re su ltaba to d o . A s im is m o , había vivido se is m e s e s en Ja p ó n , en una resid encia universitaria, y m e e n c a n tó ... Por otro lado, h acer un largo viaje por to do el m u n d o s ie m p re había sido uno de m is objetivos. Dejé en re p oso las ideas de tu libro durante un tie m p o . En octu b re d e 2 0 0 7 m e to m é u n a s cortas v a ca c io n e s para volver a Ja p ó n y, cu a n do re gresé, decidí qu e tenía qu e p o n e rm e m a n o s a la obra . Mi m u sa : v e n d e r u na g uía de entrevistas para inversiones b a n ca ria s. H ab ía un vacío: existía m u ch a d e m a n d a y sabía que era c a p a z de e la b o ra r u na g u ía m ejo r que las qu e podían e n c o n ­ tra rse por ahí. S ó lo había un pro blem a: tenía qu e pe rm a n e ce r en el a no nim ato , ya qu e aún seg u ía con mi trabajo, y co lgar un anun­ cio en Pay-Per-Click sería d e m a sia d o caro. En noviem bre de 2 0 0 7 decidí abrir un blog, M erg ers & inquisitio n s ( h ttp :/ /w w w .m e rg e rs a n d in q u isitio n s.co m ) sob re la industria de ia inversión bancaria y c ó m o introducirse en ella; iba dirigido a e stu d ia n te s universitarios, a iu m n o s de m á ste rs en g e stió n de e m p re s a s y p ro fesio nales en activo. M ien tras m e ocu p a b a de atraer a mi público, no te nía tie m p o de te rm in a r mi m u sa , la guía de e n tre vista s. Sin e m b a rgo , m e llegaban m iles d e pre guntas de m is lectores, a sí qu e rea nudé su escritura y ia am plié con falsas e n tre v is ta s ..., sí, ya sé q u e no e s m u y propio de una m u sa , pero

454

m is tarifas eran alta s y pude a lcanzar mi antiguo salario en poco tie m p o . Hice T O D O esto p e rm an eciendo en el com ple to ano nim a­ to por una cu e stió n d e n e c e sid a d , ya qu e no quería que m e d e s ­ pidieran sin te n e r u na fu ente de ing resos alternativa. Para mi so rp re s a , m is se rvicios eran un éxito aun cuan do no pudiera decirle a nadie quién era. Al m is m o tie m p o , decidí que no aceptaría otro trabajo en el m u n d o d e las fin a n za s y que dejaría mi e m p le o en ju n io de 2 0 0 8 . A sí p u e s, d isp o n ía de m uy poco tie m p o para co n se g u ir q u e todo fu ncio n a ra . C a si to d o s m is a m ig o s , co m p a ñ e ro s de piso y fa m i­ liares tenían s u s d u d a s y m e decían qu e mi idea n u n c a p ro sp e ­ raría. D e cid í qu e to d o s e sta b a n e q u ivo ca d o s y que d e to d a s for­ m a s seguiría a d e la n te ... En el peor d e los c a s o s , s ie m p re podría reducir m is g a s to s y tra s la d a rm e a T a ila n d ia para d a r cla s e s de inglés. Para a u m e n ta r m is ing resos, rem od eié to ta lm e n te mi sitio para v e n d e r m á s , lo qu e m e exigió u na inversión para poder p asar a de d ica rm e a él sólo a tie m p o parcial en julio -agosto de 2 0 0 8 . E so m e perm itió viajar a Hawai y a A ruba para practicar esnórkel, surf, su m e rg irm e en una ja u la para v e r tib u ro n e s y visitar a algu­ n o s a m ig o s qu e vivían en otras partes de E sta d o s U n id o s, m ien­ tra s con se g u ía ing resos con un tra bajo qu e m e exigía m uy poco tiem p o. C u a n d o la recesión y la e co n o m ía em p e o ra ro n , mi negocio p rosperó, porque se g u ía un ciclo contrario: cu alq u ier co s a que pue da ayudar a la g e n te a en co n tra r un trabajo tiene m ucha d e m a n d a en é p o c a de crisis. A yudé a ba n q u e ro s y a financieros que habían sido d e s p e d id o s a encontrar un e m p le o . No obstante, ta m bién trabaja ba m u ch o m á s, porque e sta b a c a m b ia n d o tiem po por d in e ro ...

A s í p u e s, en otoño e m p e cé a trabajar en mi idea

original — mi g u ía de e n trevistas—

y la lancé con gran éxito a

finales de 2 0 0 8 . M e ha proporcionado un m ontón de tie m p o , ha duplicado m is ingresos y ha hech o qu e la m ayor parte de e llo s sean autom áti­ co s . A un cu a n do a partir d e ahora no siguiera tra baja ndo m á s,

455

esta ría d u plica n do y a v e c e s triplicando mi antiguo sueld o escri­ b ie ndo ta n sólo u na o d o s ve c e s en mi sitio (4 -5 h oras se m a n a ­ les) y a tend ie n do a lg u n a s c o n s u lta s pu ntuales (1 0 h o ra s ). A sí p u es, pue de de cirse q u e casi he triplicado m is ing resos trabajan­ do entre 6 -9 h ora s s e m a n a le s y co n una total m ovilidad. R econozco qu e a ve ce s «trabajo» m á s , pero s ie m p re en te m a s relacionado s con proyectos edu ca tivo s qu e m e interesan, y no en algo qu e te n g a qu e h a ce r por obligación. Y si una se m a n a no m e a petece trabaja r, p uedo reducir mi horario a 5 -1 5 h oras y dedicar mi tie m p o a ap rende r algún idiom a extranjero, a practicar deporte o a viajar a d e s tin o s exóticos. Esta situ ación m e ha perm itido h acer fantástico s viajes a Chi­ na, S in g a p u r, T a ila n d ia y C ore a entre d iciem bre y enero y vivir a lgunas aventuras ba sta n te cu rio s a s. Dentro de u n o s m e s e s m e tra sla d a ré a A sia y d e s p u é s quiero viajar indefinidam ente por to d o el m u n d o m ie n tras dirijo mi negocio d e s d e un café. Por cierto: he c o n o cid o a m u ch o s cliente s en A sia q u e creen qu e e sto es lo m á s increíble q u e han oído ja m á s . T u libro ha c a m b ia d o mi vida y ha m ejorado infinitam ente mi estilo de vida. S ó lo quería darte las gracias por todo.

B . DECHESARE

¿ Q u ié n d ijo q u e l o s h i jo s c o r t a b a n i a s a l a s ? Lo prim ero qu e hice fue pre guntarm e: «¿ Q u é e s lo peor qu e podría ocurrir en u na e sca la del 1 ai 1 0 ? » si dejo mi tra bajo c o m o fun­ cionario, un e m p le o seg u ro y m u y bien re m u n e ra d o ? El poder que tiene e s ta idea e s increíble. D ejé m i tra ba jo , v e n d í mi c a s a y m e fui de ca m p in g con m is do s hijos y mi e s p o s a , qu e e sta b a e m b a ra za d a (u n m inirretiro). R ecorrim os en co ch e (co n m u ch a ca lm a ) la costa del s u d e s te de Australia, d e s d e S id n e y h a sta Adelaida. C o n e s a cla ridad m ental q u e se co n sig u e cu an do e s tá s en plena naturaleza, con tu fam ilia y ningún pro blem a acu ciante ,

456

p u se en m a rch a un plan al que había estado dan do vueltas desde hacía un año . C o m p ré un dispositivo para co n e cta rm e a Internet sin ca b le s, cre é un producto para ingenieros electrónico s y d e s a ­ rrollé un softw are para Instalarlo. P ude h a ce r to d o e sto : a) g ra cia s a info díet; b) trabajando d e s d e las 9 hasta m ed ia n o ch e en un ca m p in g sin ninguna distrac­ ción, y c ) d e le ga n do to d o aquello qu e pudiera resultarm e com pli­ ca d o o co n su m ie ra mi tie m p o (c o m o la parte difícil de la progra­ m ación y las ilustracio nes para el libro). U n a s cu a tro s e m a n a s m á s ta rd e , tenía un sitio w eb que fun­ cio n a b a a u to m á tica m e n te y qu e m e ahorró la m itad del tiem po qu e ta rd a b a en c o n se g u ir m is ing resos y qu e sólo requería unas cuatro h ora s s e m a n a le s de m antenim ie nto. S egún el plan original, te n ía m o s q u e llegar a Adelaida y co n se ­ g u ir un tra bajo. Sin e m b a rgo , con m is ingresos p asivos decidí s im p le m e n te h a ce r cre ce r mi nuevo negocio y a ctualm en te casi he alcanzado el 1 0 0 % de mi antiguo su eld o. E s fantástico. Ahora qu e re m o s viajar por todo el m undo sin prisas, hasta que los niños e stén en e da d de e m p e za r la escu e la prim a ria ...

F IN N

T r a b a ja r a d i s t a n c i a H a ce tre ce m e s e s q u e leí La sem ana laboral de 4 horas porque m e lo re c o m e n d ó la h e rm a n a d e m i novio, d e s p u é s d e haber e sta d o h a b la n d o du ra n te m e s e s d e c a m b ia r mi vida de form a d rá stica y de tra s la d a rm e a Argen tin a para a p re n d e r ca ste lla n o . T ra s la lectura del libro, dejé de h a b la r de m is s u e ñ o s y e m p e cé a m a rca rm e d e in m e d ia to o b je tivo s a corto y largo plazo . M e co m p ré un note book para h a ce r un se g u im ie n to m e n su a l de m is objetivos y m is ta re a s . H ice un m o ntó n de b ú sq u e d a s sob re posi­ b le s s itu a cio n e s para tra baja r a d ista n c ia y e m p e c é a hablarles de m is p la n e s a m is am ig o s ín tim o s y a mi fam ilia. T o d o s a q u e ­ llos a q u ie n e s s e lo co n té o pinaro n qu e era ta n sólo una idea y

457

q u e no iba a llevarla a ca b o . C reían que sólo se tra ta b a d e una idea del tipo «algún día voy a h acer e sto » y qu e en realidad no m e había m a rca d o obje tivos d iarios qu e m e llevaran a con seg u irlo. S a b ía n qu e m e e n c a n ta b a mi tra bajo , de m odo q u e , ¿p o r qu é iba a dejarlo para lievar u na vida b a s a d a en la ince rtid u m b re ? Y o no lo veía a sí. N o te n ía m ie d o ; m e excita ba la p erspectiva de un nuevo e stilo de vid a , e m p e z a r d e s d e ce ro , y a p e s a r de q u e m e g u sta b a m u ch o mi tra bajo , ta m b ié n había o tras c o s a s q u e d e s e a ­ ba h a ce r en la vida. Al principio m e plan teé la posibilidad de d ar c la s e s d e inglés para po d e r vivir en A rge n tin a , pero en el fondo lo qu e re a lm e n te q u e ría era seg u ir tra b a ja n d o para mi e m p re s a , sólo qu e a d ista n c ia . El libro m e dio la con fian za para p e n s a r que era p osible hacerlo cu a n d o a m i a lre d e d o r to do ei m u n d o o p in a ­ ba lo contrario. D e cid í escribir u na p ro puesta92 y pre se n tá rse la a mi je fa , aun cu a n d o to do el m u n d o m e a co nsejó qu e no lo hiciera, Si ella la recha za ba, había ah orrado suficiente dinero para vivir en Argenti­ na durante se is m e s e s h asta qu e encontrara la form a de g anar­ m e la vida allí. No iba a renunciar a mi su e ñ o de vivir u na vida m ás libre y feliz, tra ba ja ndo m e n o s y con m á s tie m p o para m í. A unq ue las posibilida des eran p o c a s, corrí un riesgo controlado y confié en m is p o sibilida des. D e s p u é s de pre se n ta r mi pro p u e sta , e s ta ­ ba p re parada para lo peor. T o d o el m u n d o h abía e n s a ya d o pala­ bras de c o n su e lo para cu a n d o fuera recha za da. Al salir de la reunión q u e m a n tu ve con mi je fa , no podía creerlo . A ce ptó mi p ro p u e sta y e sta b a a n s io s a por co m e n ta r los p o rm e n o re s ; inclu­ so m e sonrió y m e dijo lo fantástica qu e le parecía. C u a n d o s e lo conté a la g e n te , no s e lo podían creer. T ra s su p e ra r ia co n m o ­ ción, m e di cu en ta de qu e podía h acerlo y m e quité un gran peso de e n c im a . La parte m á s difícil había te rm in a d o , y ah ora podía e m p e za r a p e nsa r en to d a s las posibilidades de mi nueva vida. M e fijé u na fe ch a para tra sla d a rm e a Argentina: se ptiem bre de 2 0 0 8 . Llegué allí el día 3 de se p tie m b re y ahora llevo a q u í se is

92. En las páginas 432-438 se incluye una propuesta sencilla y real.

458

m e s e s . Vivo en la ciu dad d e Jujuy, capital de una p eq u eña provin­ cia situada al n oroeste del país. Tra b a jo entre 5 -1 0 h oras s e m a ­ nales y he de scu bie rto que m e concentro m u ch o m á s fuera de la. oficina y tra baja ndo sola. T e n g o un profesor particular de español q u e m e da do s h ora s diarias de cla se , cinco días a la se m a n a . H e h e ch o un bu e n pu ñ a d o de a m ig o s , con los que p a so m uch o tie m p o pra cticando mi e sp a ñ o l. Voy al g im n a s io tre s v e c e s por s e m a n a y do s a yoga, algo que no hacía en E sta d o s U n id o s por­ q u e no d isp on ía de tie m p o . C o m o de form a m á s sa n a , porque tengo m á s tie m p o para p e n s a r en ¡a dieta. Y tam bién teng o m ás tiem p o para p e nsa r en otras co s a s qu e quiero h acer con mi tiem ­ po libre. Q uiero abrir un b ar o un café, de m odo que pu ede que dentro d e u n o s a ñ o s é sa se a mi nueva m eta. Mi consejo para los lectores de La sem ana laboral de 4 horas e s qu e aprovechen mi experiencia. Confío m u ch o en los con sejos de m is am ig o s y mi fam ilia, pero en o c a s io n e s d e b e s ignorar lo qu e te a co nse jan los qu e te qu ieren para c o n s e g u ir algo. S i cre e s qu e lo im po sible e s posible, lo lograrás. A . K . B RO O K M IR E

Q u e m a la B la c k B e r r y Te n g o 3 7 a ñ o s y soy propietario de una franquicia de Subw ay, con 1 3 tie n d a s en fu n cio n a m ie n to . Llevo tra baja ndo en ello d e s d e hace siete a ñ o s. A n te s de leer La sem ana laboral de 4 horas era el rey de «¡trabajar por el bien del tra bajo !». N u nca m e d ab a «per­ m is o » a m í m is m o para c o m p o rta rm e de una form a distinta de la qu e m e co m p o rta b a en el p asad o, cu a n d o sólo era un em p le a d o . Para m í, La sem ana laboral de 4 horas s u p u s o u na liberación. Literalm ente, «m e recuperé a m í m is m o » y e m p e cé a cu rarm e de mi adicción a «traba jar por el bien del tra b a jo ». S iem pre esta b a «conectado» y nu nca e sta b a realm ente «p rese nte» en ningún sitio, porqu e tra baja ba d e m a sia d o , siempre pendiente de la BlackBerry en la m e s a , ce n a n d o , en vez de co m partir el m o m e n to con los qu e e sta b a n s e n ta d o s a ella. Las v a ca c io n e s sólo eran una ofici­

45 9

na a d ista n cia para e nfrentarm e al tsu n a m i de correos electróni­ c o s . La sem ana laboral de 4 horas m e proporcionó un nuevo p a radigm a y e m p e c é a c o n sid e ra r m i negocio co m o un «p ro d u c­ to », cuyo pro p ósito (original) era pro porcion arm e u n o s ingresos d e s p ro p o rcio n a d o s a ca m b io del tie m p o que invertía en é l..., p ero, ¿ c o n qu é fina lidad? P u e s para P A S A R L O B IEN y te n e r una co m p le ta a u ton om ía s o b re mi horario y m is activid ades. De m odo q u e m e quité un p e so d e e n c im e , m e dije qu e e sta b a de acuerdo en co n se g u ir el propósito original y esto fue lo que hice: Dejé d e lado m i «horario in in terru m pido », operativo durante toda la s e m a n a , y p a sé a trabajar 2 0 h oras repartidas en cuatro d ía s. Sin dilación, e m p e c é a to m a rm e los lunes libres, lo q u e m e proporcionó u n o s fantástico s fines de s e m a n a s de tre s d ía s (¡lo s vie rne s «E S T Á N A L C A E R »!). D e m a rte s a viernes trabajo de 1 1 de la m a ñ a n a a 4 de la tarde (2 0 horas s e m a n a le s ). C o n e s te hora­ rio, m e vi obligado a valorarlo to d o a tra vés del filtro 8 0 / 2 0 y d e s cu b rí q u e el 5 0 % de e s e 8 0 % era pura ba sura y que el otro 5 0 % podía hacerlo alguien que estu viera en n ó m in a . ¡Genial! A h o ra , lo único qu e hago tiene qu e co n se g u ir a u m e n ta r las ve n ta s o dism in u ir los g a s to s ; en c a so con trario, «e s algo de lo q u e d eb e o cu p a rse o tro ». No p u e d e s esta r «m e d io e m b a ra za d o », de m odo qu e cu a n d o e stoy «c o n e c ta d o », e sto y to ta lm e n te co n e c­ ta d o , y cu a n d o m e d e s co n e cto , e stoy d e s c o n e c ta d o ... y le deseo m u ch a su e rte a qu ie n trate d e pon erse en con tacto c o n m ig o . Aún sigo llevando c o n m ig o el correo electrónico, pero m e he librado del «a u to syn c» (la cru z de ¡os tie m p o s m o d e rn o s en cu e stió n de inte rru pcione s). A h ora e s tá co n e cta d o entre m artes y viernes, de 1 1 d e la m a ñ a n a a 4 d e la ta rd e ; fuera de e s e horario, tiene que e sperar. Mi co n te sta d o r au tom ático de correos electrónicos elim inó el 5 0 % de m is m e n sa je s en do s s e m a n a s ; la gente qu e m e enviaba basura se hartó de leer los m ensajes de mi con testador y m e borró de su libreta d e d ire c c io n e s ... ¡M e encanta! Elaboré una escu e ta lista de «c o s a s q u e d e b o h acer» y to d o s m is plazo s figuran en mi calendario. Esto ha ce que m e con centre m á s qu e frente a una

460

«bandeja de e n tra d a », porque decido de antem an o ios asunto s im portantes qu e deb o z a n ja r... T o d o lo d e m á s puede esperar. Podría se g u ir, pero en general creo qu e é s te e s el m ensaje q u e q u ie n e s tra baja n por cu e n ta propia querrían leer. Sin je fe s y sin lím ites cla ros entre la vida profesional y la fam iliar, e s m u y fácil a ca b a r tra ba ja ndo por el bien del tra bajo , m ien tras tu nego­ cio se convierte en un rayo a b d u cto r qu e te arrastra inexorable­ m e nte por e s e c a m in o . ¡La sem ana laboral de 4 horas e s el antí­ doto! andrew

,

trabajador autónomo en el Reino Unido

La guerra de las galaxias , ¿ a l g u i e n s e a p u n t a ? S u p e qu e mi objetivo de a lcanzar la se m a n a laboral d e 4 horas iba p or buen c a m in o cu a n d o la profesora del jardín d e infancia de mi hija ie preguntó: «¿ Q u é cla se d e trabajo hace tu p a d re ? ». M ien­ tra s la profesora m e con taba la historia a m í, fue la respu esta de mi hija lo qu e rea lm ente m e im pa ctó. «S u hija se volvió hacia m í, m e m iró con expresión m uy seria y dijo: “P apá se sienta a ver La

guerra de las galaxias durante to d o el d ía ” .» E s curioso có m o e s ta pregunta ta n sim p le , por no hablar d e la re s p u e sta de mi hija, m e hizo s e r con sciente de la se m a n a labo­ ral de 4 h o ra s . C o m o c o m p re n d e rá s , lo q u e mi hija le respondió a su profesora tie ne un significado m á s profundo. C reo que lo que en realidad quería decir, si h ubiera sido c a p a z de articular la fra­ s e , era: «M i padre ha ce lo que le apetece h acer». Leí La sem ana laboral de 4 horas hace casi do s a ñ o s , estan do d e v a ca c io n e s en la playa con m i fam ilia. Lo recuerdo perfecta­ m e n te : le leía p a sa je s del libro a m i m ujer, d á n dole la lata co n s­ ta n te m e n te . S o y g e ren te de una im portante institución financiera en Atlanta (G e o rg ia ). U n a parte de mi trabajo con siste en ocupar­ m e del m a n te n im ie n to de los s is te m a s de ca ptura d e d o c u m e n ­ to s qu e contribuí a poner en m arch a. D ebido a la im portancia que tienen e so s siste m a s, se s u p o n e que debería esta r localizable to d a la se m a n a , las 2 4 horas, 3 6 5 días al año . E so e s bu en o para

461

la seguridad de mi tra bajo, pero podía se r nefasto para mi vida fam iliar. T e n g o cu a tro hijas pre cio sas y m e esfu erzo por se r un padre «im p lica d o» qu e e s tá pre sente en ia vida diaria de su fam i­ lia. A sí p u e s, e n a rb o la n d o tu libro y con u na p erspe ctiva m uy fre sca (gracia s a la brisa m a rina), m e d isp u se a poner en práctica m u ch o s d e los principios de La sem ana laboral de 4 horas. Para e m p e za r, m e o cu p é d e ca m b ia r m is hábitos con respecto al correo electrónico . M e con centré en la bandeja de en tra d a y utilicé varia s de ias té cn ica s q u e a parecen en el libro para elim i­ n a r to d a la porquería. E sta b le cí nu e va s c o s tu m b re s para revisar el correo electrónico y no m e llevó m u ch o tie m p o lim piar la ban­ deja de entrada con el m étodo del «trusted trio ». T a m b ié n apliqué la filosofía de «m e n o s e s m á s » para red actar m is m e n s a je s . M e a se g u ré de s e r lo m á s claro y co n cis o posible, e x presan do exac­ ta m e n te lo qu e que ría al destinatario correcto y no al m u n d o ente­ ro. Al e lim in a r to d a la ba sura d e m i correo electrónico , que dó m u ch o m á s claro cu á le s eran las «a ccio n e s » y ias «c o s a s que d e b o h acer» ve rd a d e ra m e n te im po rtante s. La s re u n io ne s y ias v ideo co n ferencias fueron mi siguiente objetivo. Exam iné d e te n id a m e n te to d a s las co n vo cato rias de reun io nes y e m p e cé a rechazar invitaciones a diestro y siniestro. La m ayoría d e las v e c e s d e cía q u e no pod ía asistir porqu e tenía m u ch o q u e hacer. E m p e c é a pre gu ntar cu á n to duraría la reunión o decía qu e m e m an d a ra n un m e n sa je instantá neo si tenían algu­ na pregunta concreta que yo deb ería respo nde r. C u a n d o asisto a una reunión casi sie m pre e s a tra vés d e videoconferencia. D ebido a las re striccione s de la sala de reu n io nes y a los d e safíos g eo ­ gráficos d e nu e stra e m p re s a , la m ayoría de reun io nes se cele­ bran de form a virtual. P e rde r el m e n o r tie m p o posible significa te n e r m á s tiem po para con ce ntra rte en el tra bajo y en los asu n to s qu e realm ente im po rta n. T e n ía la se n sa ció n d e qu e tra baja ba m e n o s pero que hacía m á s co s a s y con m ejo res re su lta d o s. La ge n te

e m p e zó a

d a rse cu e n ta de ello, y mi capa cid ad para llevar a ca b o mi trabajo era m ejor q u e n u nca . H abía co n se g u id o que se fijaran en mi for­

462

m a de tra baja r, y cu an do eso ocurre la ge n te deja de h acer pre­ g u n ta s y de o b s e sio n a rs e por las ta re a s cotidianas. S e g u í d e m o s ­ trá n d o le s qu e podía h acer mi tra bajo sin interferencias. H abía llegado el m o m e n to de darle un em pu jón a io qu e realm ente q u e ­ ría: ¡que mi trabajo fuera virtual! En rea lidad, c o n s e g u ir que mi trabajo fuera virtual era m uy fácil. Te n ía una relación m u y sólida con mi je fe y con otros m iem ­ bros de la ca d e n a de m a n d o . C a si to d o mi trabajo diario estab a listo para pod e rse llevar a ca b o a distancia. En el sótan o de mi c a s a teng o un d e s p a ch o m uy bien habilitado. Está situado lejos del resto de la vivienda y está p rá cticam ente libre de distra ccio­ ne s . T e n g o mi propio b añ o, con d u ch a , e incluso un peq ueño fri­ gorífico y un m icro o n das. M e atrevería a decir que e s e despach o no tie ne nada qu e envidiar a ios qu e tie n e n los altos ejecutivos de mi e m p re s a . Y , p or e n c im a de to d o , teng o una e s p o s a y una fam ilia qu e m e c o m p re n d e n to talm en te y respetan las n o rm as qu e he esta b lecido para llevar e sto adelante con éxito. Al principio, trabajaba uno o d o s días a la se m a n a d e s d e ca sa , pero no p a só m u ch o tie m p o h a sta que acabaron sie n d o cuatro. C u a n d o la zona s u d e s te del país sufrió carestía de g a s y su precio a u m e n tó hasta a lcanzar los 4 dó la re s por galón (4 ,5 litros), mi e m p re s a institucionalizó el trabajo d e s d e c a s a . De la noche a la m a ñ a n a , m e con ve rtí en un m o d e lo a seguir. M ien tras m is co m ­ p a ñ e ro s de tra ba jo eran pre sa s del pánico por no sa b e r c ó m o llevar a ca b o su trabajo cu a n d o era im po sib le c o m p ra r g a s, yo tra bajaba ta n con tento d e s d e c a s a , co m o si nada. En e se m o m e n to , las co s a s m a rch a b a n m u ch o m ejo r de lo qu e había e sp e ra d o . P oniendo en práctica m is habilidades de la se m a n a laboral de 4 h oras, tenía m á s tie m p o para se r e se padre im plicado qu e q u e ría se r. M e con vertí en una p re sencia habitual en la e scu e la prim aria. C o m o en la cafetería con m is niñas, ¡sobre todo el día del pollo frito! Participo en un program a llam ado DEAR , que con siste en qu e los padres lean en cla se para los a lu m n o s . Llevo a m is hijas a la e scu e la y las veo cu a n d o vuelven a c a sa . E stoy a h í para to d a mi fam ilia, p re sente en su vida diaria, y eso

463

no tiene precio. M e sen tía c o m o si hubiera alcanzado mi objetivo. Y a e sta b a h ech o. O e s o creía y o ... Pero e m p e za ro n a ocurrir o tras c o s a s . Sin s e r co n scie n te de ello, la ge n te qu e m e ro deaba, en la e scue la o en la iglesia, se n ­ tía un extraño resp eto por m í. Y digo extraño porque solían tom ar­ m e e rró n e a m e n te p or un m é d ico o alguna e sp e c ie de m illonario qu e s e h abía hecho rico g racias a su e sfu erzo. N o e sto y b ro m ean­ d o . H ay un tipo q u e m e sigue lla m an do «d o c ». S u p o n g o que la razón d e to do esto e s qu e la m ayoría de la ge n te aún sigue aga­ rrándose a los vie jos e ste re o tip o s d e lo q u e cree qu e significa se r «rico». S ie m p re a sisto a las fu n cio n e s de teatro o a las fiestas q u e s e cele bra n en la e s c u e la , n o rm a lm e n te vestido de form a m u y inform al y sin e s ta r pend ien te del tie m p o o de mi B íackBerry. H ay ge n te q u e m e p ro p u so para s e r m ie m b ro del com ité d e la Aso cia ció n de P adre s de A lu m n o s; recien tem ente fui elegido para form a r parte de la ju n ta directiva de nu estro club de te n is y nata­ ción. Y lo m e jo r d e to do e s qu e ahora teng o tie m p o para h a ce r to d a s e s ta s co s a s y aun a sí cu m p lir con m i trabajo y con mi fam i­ lia. H uelga de c ir q u e , ahora m á s que n u nca, se m e está n abrien­ do n u e vas p u ertas. T ra s h a b e r explicado to d o e sto , vuelvo a lo qu e le dijo m i hija a su profesora . R e a lm e n te , he llegado a un punto en qu e si qui­ siera «se n ta rm e a ver La guerra de las galaxias durante to do el d ía », p od ría h acerlo. S in e m b a rg o , e m p le o m i tie m p o libre en h a ce r c o s a s q u e re a lm e n te signifiquen algo. E sta r p re sente en la vida diaria de mi fam ilia, realizar ta re a s d e ayuda a la com u n id a d u ofrecerne c o m o volun tario en m i iglesia. Ahora teng o un plan para llevar to d o e sto a otro nivel y escribir un libro. El proyecto en el qu e e stoy tra b a ja n d o s e titula Manual del empleado virtual. E s u na antología de co n se jo s y sob re c ó m o utilizar to d a s e s a s herra­ m ie n tas q u e so n fu n d a m e n ta le s para un e m p le a d o virtual m oder­ no co m o yo. V e re m o s qu é tal sale . Lo qu e s í sé es q u e ni siquie­ ra podría h a b e r s o ñ a d o con lo q u e teng o ahora de no h a b e r sido por La semana laboral de 4 horas. W . HIGGINS

464

LEC T U R A S R E ST R IN G ID A S

Los pocos que im portan

«Un hipócrita es una persona que (pero ¿quién no lo es?)...» D O N M A R Q U IS

Y a lo sé, ya lo sé. Dije que no leyeras dem asiado. Por eso, las recom endaciones que h ago aqu í se restringen a los mejores entre los m ejores que los entrevistados p ara este libro y yo hem os utilizado y que con sideram os uno de los m ejores libros que ha cam biado nuestras vidas. N inguno es esencial para llevar a cabo lo que hem os expli­ cado en este libro. Dicho esto, seguram ente te sean útiles si te quedas atascado en algún punto. Indico ei volumen de págin as. Si haces los ejercicios del C apítulo 6 «C ó m o leer un 2 0 0 % m ás rápido en 10 m inu­ to s » , deberías poder leer com o m ínim o 2 ,5 p ágin as por m inuto (100 págin as equivaldrían a 4 0 minutos). En nuestra com pleta web encontrarás inform ación sobre m ás tem as, com o filosofía práctica, concesión y obtención de licencias y aprendizaje de idiom as. L o s cuatro fundam entales: deja que te explique L o s cuatro fundam entales se llam an así porque son los cu a­ tro libros que recom endaba a los aspirantes a diseñadores es 465

antes de escribir L a sem an a lab o ral de 4 horas. L o s sigo considerando valiosísim os. A consejo leerlos en el siguiente orden: L a m agia de pen sar a lo gran d e (1 9 2 págin as). V iam agna Ediciones, Barcelona, 2007. DAVID SCHWARTZ

C onocí este libro porque me lo recom endó Stephen Key, un inventor arch iexitoso que ha gan ad o m illones licenciando productos a em presas com o Disney, N estlé o C oca-C ola. Es el libro favorito de m uchos supertriunfadores de todo el m undo, desde legendarios entrenadores de fútbol a conseje­ ros delegados fam osos. Tiene m ás de 100 críticas de 5 estre­ llas en A m azon. Su m ensaje prim ordial: no sobrevalores a los dem ás y te infravalores a ti m ismo. T odavía releo los dos pri­ m eros capítulos de este libro cuando las dudas me asaltan. H ow to M ake M illions with Your Ideas: An Entrepreneur’s G uide [C óm o gan ar m illones con tus ideas: guía para el emprendedor] (272 páginas). Plume Editions, N ueva Y ork, 1996. DAN S. KENNEDY

O pciones a la carta p ara transform ar ideas en millones. M e lo leí estando en el instituto y desde entonces cinco veces m ás. Es com o esteroides p ara tu córtex de em prendedor. Los casos prácticos analizados, desde D om in o’s Pizza a casinos y productos de venta p or correo, son increíbles. E l m ito del em prendedor: p o r qué no funcionan las pequeñas em presas y qué hacer p ara que funcionen (288 páginas). Paidós, Barcelona, 1997. MICHAEL E . GERBER

Gerber es un m aravilloso contador de historias y este clási­ co de la autom atización explica cóm o aplicar la m entalidad de franquicia en la práctica p ara crear negocios escalables 466

basad os en reglas en lugar de en excelentes trabajadores. Es una guía ideal — narrada en form a de parábola— para con­ vertirte en dueño de tu em presa en lugar de ocuparte conti­ nuamente de todo. Si estás atascad o en tu negocio, este libro te desatascará en un santiamén. Vagabonding: An üncom m on Guide to tbe A rt ofLong-Term W orld Travel [Vida de trotam undos: una guía inusual de introducción al arte de viajar por el m undo por tiem po inde­ finido] (224 páginas). Villard Books, N ueva York, 2002. ROLF POTTS

R olf es una p asad a. Éste es el libro que hizo que dejase de poner excusas e hiciera la m ochila para em barcarm e en esa larguísim a pausa. T oca brevemente un poco de todo, pero resulta m uy útil p ara decidir adonde quieres ir, adaptarte a vivir rodando y volver a integrarte en la vida norm al. Incluye geniales fragm entos escritos por fam osos trotam undos, filó­ sofos y exploradores, así com o anécdotas de viajeros de á pie. Éste es uno de los dos libros (el otro fue Walden, a con­ tinuación) que me llevé en mi prim era m in ijubilación de 15 meses. Soltar lastre em ocional y m aterial Walden (384 páginas). C átedra, Barcelona, 2005. HENRY DAVID THOREAU

M uchos consideran este libro la obra m aestra por definición de la vida sencilla y reflexiva. Thoreau vivió a orillas de un pequeño lago en el M assachusetts rural durante dos añ os, construyendo él m ismo un refugio y solo: un experim ento de m inim alism o y autodependencia. Fue al m ism o tiem po un gran éxito y un fracaso, lo que hace de este libro una lectura fascinante. L ess Is M ore: The A rt o f Voluntary Poverty. An Anthology 467

o f Ancient an d M odern Voices in Praise ofSim plicity [M enos es m ás: el arte de la pobreza voluntaria. Una an tología de voces m odernas y an tiguas en alaban za de la sim plicidad] (336 páginas). Inner T raditions, N ueva Y ork, 1996. Seleccionada por g o l d i a n v a n d e n b r o e c k Colección de retazos de filosofía sobre la vida sencilla. Y o los leo p ara aprender a hacer el m áxim o con lo m ínim o y eliminar necesidades artificiales, no p ara vivir com o un m on­ je; hay una gran diferencia. Contiene principios que se pue­ den poner en práctica e historias cortitas referentes a perso­ najes com o Sócrates, Benjam in Franklin o B h agavad G ita hasta econom istas m odernos. E l m onje y el acertijo: lecciones p ara un em presario en la era del comercio electrónico (192 páginas). Pearson, Barcelona, 2006. RANDY KOMISAR

Este genial libro me lo regaló el profesor Zschau cuando ter­ miné la carrera. A quí aprendí la expresión «aplazar tu vida». A Randy, consejero delegado por internet y socio de la legen­ daria Kleiner Perkins, lo han calificado de «mezcla de mentor profesional, ministro sin cartera, inversor sin tapujos, resuel­ ve-problemas y abre-puertas». D eja que un verdadero m ago de Silicon Valley te enseñe cóm o creó su vida ideal aplicando un pensam iento afinadísim o y filosofías que recuerdan al budismo. Le conozco en persona: es auténtico. E l principio del 8 0/20: el secreto p ara alcanzar el éxito con­ siguiendo m ás con m enos (288 páginas). Paidós, Barcelona, 1997. RICHARD KOCH

Este libro analiza el m undo «n o lin eal», profundizando en los argum entos m atem áticos e históricos que avalan la vali­ dez del principio del 80/20, aportando ejem plos de aplicacio­ nes prácticas de los m ism os. 468

Creación de m usas y aptitudes relacionadas C asos prácticos de la H arvard Business School , w w w .hbsp. harvard.edu (pincha en «school cases») Uno de los secretos del éxito del m étodo de enseñanza de ía H arvard Business School es utilizar casos extraídos de la rea­ lidad que luego se debaten en clase. Estos casos te reveían los plan es op erativ os y de m arketin g de 2 4 -H o u r Fitness, Southwest Airlines, Tim berland y cientos de otras em presas. Pocos se dan cuenta de que se pueden com prar estos casos por m enos de 10 dólares cada uno, en lugar de gastarse m ás de 100.000 dólares p ara ir a H arvard (no digo que no valga la pena). Para cualquier tipo de situación, problem a o m ode­ lo de negocio que te im agines, encontrarás un caso práctico esclarecedor. «T his business has legs »: H ow I Used Infom ercial M arketing to Create the $ 1 0 0 ,0 0 0 ,0 0 0 Thighm aster Craze. An Entrepreneurial Adventure Story [«E ste negocio tiene piern as»: cóm o me serví del publirreportaje p ara desatar la locura del Thighm aster y ganar 100 m illones de dólares. Aventuras de un emprendedor] (206 páginas). Wiley, N ueva Y ork, 1996. PETER BIELER

Es la historia de un ingenuo (en el m ejor sentido de la p ala­ bra) Peter Bieler que em pezó sin n ada — sin producto, sin experiencia y sin dinero— y consiguió levantar un imperio prom ocional en m enos de dos años. Es un análisis, m uchas veces desternillante, de esos que te abren ía mente, donde se em plean cifras reales p ara m ostrar los entresijos de to d o, desde relacionarte con fam o so s a la com ercialización del producto, la fabricación, los aspectos legales y la distribu­ ción. A hora Peter financia la com pra de m edios de tu p ro ­ ducto: w w w .m ediafunding.com . Secrets o f Pow er N egotiating: Inside Secrets from a M aster 469

N eg o tiato r [Secretos del arte de negociar: secretos de un m aestro en negociación] (256 páginas). Career Press, N ueva Y ork, 2000. ROGER DAWSON

Es el libro sobre negociación que me abrió los ojo s y en el que encontré las herram ientas prácticas que pude poner en práctica de inm ediato. Escuché la adaptación p ara aüdio. Si te quedas con gan as de m ás, Supere el n o , de W illiam Ury y N egociar con ventaja: estrategias de negociación p ara gente razonable , de G. R ichard Shell son excelentes. Son los únicos libros sobre negociación que necesitarás en tu vida. Revista R esponse (w w w .responsem agazine.com ) Esta revista está dedicada a la m ultibilionaria industria del m arketing de respuesta directa (RD ), y en especial, al m arke­ ting televisivo, radiofónico y digital. Los artículos prácticos didácticos (cóm o aum entar las ventas por llam ada, reducir los costes en com pra de m edios, m ejorar la distribución y la entrega, etc.) se intercalan con el análisis de casos reales de cam pañas exitosas (George Forem an Grili, Girls G one Wild, etc.). L o s m ejores proveedores de servicios del ram o se anun­ cian tam bién en la revista. M aterial excelente a un precio inm ejorable: gratis. Jo rd án Whitney Greensheet (w w w.jw greensheet.com ) Es un secreto de iniciado del m undillo de la respuesta directa (RD ). En ios inform es sem anales y m ensuales de Jo rd án Whitney se diseccionan las cam pañas de m ayor éxito, deta­ llándose ofertas, precios, garan tías y frecuencia de anuncios (indicativo de g asto y, por consiguiente, de rentabilidad). La publicación mantiene adem ás una biblioteca de cintas actua­ lizada de la que se pueden adquirir publirreportajes televisi­ vos y anuncios para investigar a la competencia. M uy reco­ mendable.

470

Sm all G ian ts: Com panies That Choose to Be G reat Instead o f B ig [Pequeños gigantes: em presas que eligen ser geniales en lugar de grandes] (2 56 págin as). Portfolio H ardcover, N ueva Y ork, 200 5 . BO BURLINGHAM

El veterano redactor freelance de la revista Inc., Bo Burlingham , com pone un herm oso collage a partir del análisis de em presas interesadas en ser las m ejores y no en expandir­ se com o un cáncer h asta convertirse en enormes corporacio­ nes. Algunas de ellas son Clif Bar Inc., Anchor Stream M icrobrewery, Righteous Babe R ecords, propiedad de 1a estrella del rock Ani D iFranco y una docena m ás de distintos secto­ res. M ás grande no significa m ejor; este libro lo demuestra. N egociar viajes por el m undo y prepararse p ara huir Six M onths O ff: H o w to Plan, N egotiate, an d T ake tbe Break You N eed W ithout Burning Bridges or G oing Broke [Seis meses de perm iso: cóm o planear, negociar y tom arte ei descanso que necesitas sin quem ar tus naves ni quedarte sin blanca] (252 páginas) HOPE DLUGOZIMA, JAMES SCO TT y DAVID SHARP

Éste fue el prim er libro que me hizo pararm e y decirme: «¡Q u é c * * o ! ¡Esto lo puedo hacer y o !». H ace añicos 1a m ayoría de m iedos referentes a los viajes largos y la vida n óm ada, a la vez que ofrece una guía p aso a p aso para tom arte una excedencia p ara viajar o hacer otras cosas sin abandonar tu profesión. Lleno de casos prácticos y útiles listas de cosas por hacer. Verge M agazine (http://vergem agazine.com ) E sta revista, con ocid a anteriorm ente com o Transitions A broad, es el centro neurálgico con m ayúsculas de la vida viajera alternativa, que presenta decenas de opciones increí­ bles p ara el antiturista. T an to la versión online com o la 47i

im presa son estupendas com o punto de partida p ara fan ta­ sear y encontrar m iles de ideas sobre a qué dedicar el tiem po en el extranjero. ¿Q ué tal suena participar en excavaciones en Jo rd an ia o hacer ecovoluntariado en el C aribe? A quí lo tienes todo. Desde el sitio web: «cad a problem a te lleva a un lugar del m undo en el que hay gente que hace cosas diferentes. Es una revista con recursos p ara aquellos que quieren ser volunta­ rios, trabajar, estudiar o ir de aventura al extranjero.»

472

C A PÍT U LO S D E REG A LO

Este libro no term ina aquí. Q uería incluir m uchas co sas, pero por falta de espacio no ha podido ser. Introduciendo a m odo de contraseña las palabras, escondidas en este libro tendrás acceso a parte de lo m ejorcito que sé. Algunos ejem­ plos de inform ación que tardé años en recabar: Cóm o conseguir 250.000 dólares en publicidad por 10.000 dó­ lares (incluye guiones reales) C óm o aprender cualquier idiom a en 3 meses C álculos p a ra tu m usa: Predecir los beneficios futuros de cualquier producto (incluye casos reales) Licenciar: Del T a e B o al T ed d y Ruxpin Acuerdo de licencia real con dólares de verdad (sólo esto vale 5 .0 0 0 dólares) Planificador en línea de viaje alrededor del m undo T od o esto y m uchos m ás contenidos exclusivos para los lec­ tores de este libro te espera en nuestra web complem entaria, 47 3

adem ás de un foro gratuito p ara ponerte m an os a ia obra: w w w .fourhourblog.com ¿Qué te parece un viaje alrededor del m undo gratis? Ven a vernos p ara com probar lo fácil que es.

474

A G R A D E C IM IE N T O S

En prim er lugar, he de d ar las g racias a los estudiantes, cuyas opiniones y preguntas dieron origen a este libro, y al em prendedor Ed Z schau, m entor entre los m entores y superhéroes, por brindarm e la oportunidad de h ablar con ellos. Ed, en un m undo donde lo norm al es postergar los sueños, tú has sido un faro para quienes se atreven a hacer las cosas a su m anera. M e descu bro ante tu s cap acid ad es (y ante K aren Cindrich, la m ejor m ano derecha que haya existido nunca) y espero lim piar tu borrador cuando vuelvas a con­ vocarm e. ¡Aún tengo pendiente hacer de ti un culturista de 100 kilos! Ja c k Canfield, eres mi inspiración. M e has dem ostrado que es posible triunfar a lo grande y seguir siendo un ser hum ano bon dadoso y m aravilloso. Este libro no era m ás que una idea h asta que tú le insuflaste vida. N o puedo agradecer­ te lo suficiente tu sabiduría, apoyo e increíble am istad. A Stephen H anselm an, príncipe entre los hom bres y el m ejor agente del m undo: gracias por «p illar» el libro a la prim era y convertirme de escritor en autor. N o puedo im a­ ginarme socio m ejor ni flaco m ás guay. Y a tengo ganas de correr contigo m uchas otras aventuras. D esde cóm o negocias a tu jazz a to d as h oras, me dejas asom b rad o. LevelFiveM edia pertenece a una nueva raza de agentes que form an a escritores prim erizos h asta conver47 5

tirios en au tores superven tas con la precisión de un reloj suizo. Heather Jack son , tu intuición al revisar mi texto ha hecho de escribir este libro un verdadero placer. ¡G racias por creer en mí! M e siento hon rado de ser tu escritor. Al resto del equipo de Crow n, en especial a quienes m olesto (porque les quiero) m ás de cu atro h oras por sem ana — sobre to d o a D onna Passannante y T ara Gilbride— , sois los m ejores del m undo editorial. ¿N o duele tener el cerebro tan grande? Este libro no podría haberse escrito sin los N uevos Ricos que accedieron a contarm e sus historias. Desde aquí m i agra­ decimiento en especial a D ouglas «D em on D oc» Price, Steve Sim s, Joh n «D J V an ya» D ial, Stephen Key, H an s Keeiing, M itchell Levy, E d M urray , Jean -M arc H achey, T in a Forsyth, Jo sh Steinitz, Ju lie Szekely, M ike K erlin, Je n Errico, Robin M alinosky-Rum m ell, Ritika Sundaresan, T . T . Venkatesh, R on Ruiz, D oreen O rion, T racy H intz, y las docenas que han preferido perm anecer anónim os dentro de las empre­ sas. G racias tam bién el equipo de elite y grandes am igos de M E C Lab s, entre otros, al doctor Flint M cG laughlin, A aron R osenthal, Eric Stockton, Jerem iah Brookins, Jalali H artm an y Bob Kemper. D epurar la inform ación contenida aqu í hasta hacer de mis papelotes un libro publicable ha sido un proceso lento y doloroso, ¡sobre todo p ara m is correctores! Reverencias p ro­ fundas y mi sincero agradecim iento a Ja so n Burroughs, Chris Ashenden, M ike N orm an , Albert Pope, Jillian M an us, Je ss Portner, M ike M aples, Ju an M anuel «M ich o» Cam beforte, mi cerebrito de herm ano T om Ferriss, y las innum erables personas que han pulido el producto final. Le debo especial gratitud a C arol Kline — cuya penetrante mente y conciencia de sí m ism a transform aron este libro— y a Sherw ood Forlee, gran am igo e im placable ab o gad o del diablo. G racias a mis brillantes becarios, llena G eorge, Lindsay M ecca, K ate Perkins Y oungm an y Laura H urlbut, por cum ­ 476

plir los plazos de entrega e im pedir que me diese un síncope en cualquier m om ento. ¡Animo a todos los editores a que os contraten antes de que lo h aga la competencia! A los escritores que me han guiado y servido de inspira­ ción a lo largo de todo este proceso. Siempre seré vuestro fan y os estaré en deuda: Jo h n M cPhee, M ichael Gerber, R o lf Potts, Phil T ow n, Po Bronson, A J Ja co b s, R andy K om isar y Jo y Bauer. Por haber con tribuido a con struir escuelas en to d o el m undo y haber fin an ciado p royectos destin ados a m ás de 1 5 .0 0 0 alum n os de las escuelas públicas de E stad o s U ni­ dos, me gu staría d ar las g racias — entre o tros m uchos— a los siguientes lectores y am igo s: M att M ullenw eg, G ina T rap an i, Jo e Polish, D avid Bellis, Jo h n M organ , T h om as Jo h n so n , D ean Ja c k so n , Peter Peck y Sym plyH ired.com , Y an ik Silver, M etro bloggin g, M ich ael Port, Ja y Peters, A aron D aniel Bennett, A ndrew R o sc a, Birth & Beyond, Inc., D o ula Services, N oreen R om án , Jo sep h H unkins, Jo e D u ck, M ario M ilan ov ic, C hris D aigle, Jo sé C a stro , T ina M . Pruitt C am pbell, D añ e Lo w y a to d o s aquellos de v o so ­ tro s que creen que el cap italism o kárm ico es posible. P or­ que a sí es. A to d o s los lectores y d iseñ ad ores de estilos de vida que han co m p artid o su s experien cias y me han ay u d ad o a escribir esta edición a m p lia d a ... ¡m uchas g rac ia s! N o h ab ría p o d id o h acerlo sin v o so tro s: no tengo p a la b ra s p ara e xp resar vu estra gen erosid ad . E sp ero que nunca dejéis de p en sar a lo gran d e ni de llevar a cab o proyectos p o co corrientes. A Sifu Steve Goericke y el entrenador John Buxton, que me enseñaron cóm o actuar a pesar del m undo y a luchar con uñas y dientes p or lo que creo; este libro — y mi vida— es producto de vuestra influencia. D ios o s bendiga a los dos. H abría m uchos m enos problem as en el m undo si los jóvenes tuvieran m ás mentores com o vosotros dos. 477

En último lugar, que no en último puesto, este libro está dedicado a mis padres, Donald y Francés Ferriss, que me han guiado, anim ado, querido y consolado a lo largo de su redac­ ción. O s quiero m ás de lo que se puede expresar con palabras.

47 8

¡MÁS DE 100 PÁGINAS CON NUEVOS CONTENIDOS! Olvídate del trasnochado concepto de jubilación y deja de apla­ zar tu vida: no hay ninguna necesidad de esperar y un montón de razones para no hacerlo, sobre todo en momentos econó­ micamente imprevisibles. Si tu sueno es d e ja r de depender de un sueldo, viajar por el mundo a todo tren, ingresar más de 1 0 .0 0 0 euros al mes, o simplemente vivir más y trabajar menos, este libro es la brújula que necesitas. ESTA GUÍA PASO A PASO PARA DISEÑAR UN E S T E S D E V ID A DE LUJO TE ENSEÑA: ® Cóm o T im Ferriss pasó de ga n a r 4 0 .0 0 0 dólares al año trabajando 80 horas a la sem ana a ga n a r 4 0 .0 0 0 dólares al m es trabajando 4 horas a la sem ana. • Cóm o e xternaiizartu vida en el extranjero con ayudantes virtuales por 5 dólares a la hora y hacer todo lo que te plazca. • Cóm o artista s de prim era fila viajan por todo el m undo sin abandonar sus trabajos © Cóm o elim inar el 5 0 % de tu trabajo en 4 8 horas aplicando los principios de un olvidado econom ista italiano. ® Cóm o cam biar una carrera de largo recorrido por breves espacios de tiem po dedicados al trabajo y frecuentes m iniretiros.

ESTA NUEVA EDICIÓN AMPLIADA INCLUYE: © M ás de 50 consejos prácticos y casos enviados por los lectores (incluidas algu­ nas fam ilias) que han duplicado sus ingresos, superado obstáculos m uy com unes y se han reinventado a sí m ism os utilizando este original libro com o punto de partida. • Plantillas basadas en la práctica que podrás cop ia r para elim inar correos elec­ trónicos, negociar con tu s jefes y clientes o conseguir un chef privado por m enos de 8 dólares a la hora. © Cóm o los principios para diseñar un estilo de vida pueden ser m uy adecuados en tiem pos económ icam ente im previsibles. • Las herram ientas y estratagem as m ás innovadoras, a sí com o ahorros de tiem ­ po proporcionados por las alfas tecnologías que te perm itirán v iv ir com o un diplo­ m ático o un m illonario sin ser ni lo uno ni lo otro.

9788490064382

RBA www.rbalibros.com

9 "7 8 8 4 9 0 " 0 6 4 3 8 2

La semana laboral de 4 horas Timothy Ferris - PDFCOFFEE.COM (2024)
Top Articles
Latest Posts
Article information

Author: Foster Heidenreich CPA

Last Updated:

Views: 6182

Rating: 4.6 / 5 (76 voted)

Reviews: 83% of readers found this page helpful

Author information

Name: Foster Heidenreich CPA

Birthday: 1995-01-14

Address: 55021 Usha Garden, North Larisa, DE 19209

Phone: +6812240846623

Job: Corporate Healthcare Strategist

Hobby: Singing, Listening to music, Rafting, LARPing, Gardening, Quilting, Rappelling

Introduction: My name is Foster Heidenreich CPA, I am a delightful, quaint, glorious, quaint, faithful, enchanting, fine person who loves writing and wants to share my knowledge and understanding with you.